Viajes en el tiempo
Capitulo 1: El libro y el giratiempo estropeado
El día 20 de Octubre de 1981, entraba un agradable brisa nocturna por la ventana de la habitación, era una habitación pequeña con estanterías llenas de libros algunos parecían recién comprados y otros muy viejos y llenos de polvo. De las paredes colgaban fotografías de un bebé con ojos del color de las esmeraldas en brazos de muchas personas distintas, todas sonrientes saludando a la cámara. Había también un escritorio con miles de pergaminos distribuidos por la mesa, algunos estaban escritos y otros completamente en blanco esperando a ser usados, y una única pluma en medio de aquel escritorio abarrotado. La mujer que había estado durante horas interminables allí, buscando y revisando, trabajando sin cesar, se había quedado dormida sobre un libro que había estado leyendo una vez más, por si algún detalle se le había pasado por alto y no lo había tenido en cuenta.
Pasados unos minutos alguien llamó a la puerta, al ver que no contestaba nadie, la abrió muy lentamente. Él que llamó a la puerta era un hombre moreno y con gafas, miró con ternura a su esposa aún dormida y se acercó para despertarla con suavidad.
-Lily, cariño, vamos a la cama, es muy tarde. Ya he acostado a Harry.
Ella dio un brinco, últimamente solía asustarse cuando se despertaba, tanto tiempo en tensión escondidos en casa, la tenía muy estresada y apenas descansaba.
-Ya… ya voy… James,… ¡Oh vaya¡Qué hora es¡Me he quedado dormida!
-Sí, de eso ya me he dado cuenta… Anda levántate y vamos a la cama, tienes que descansar. – dijo James, cuando ella se puso en pie, comprobó que había estado leyendo otra vez aquel libro que Albus Dumbledore le había prestado - ¿¡Has vuelto a leer este libro otra vez!? No sé que es lo que quieres encontrar en él.
Cerró el libro y volvió a leer el título mientras acariciaba la portada ,"Todos los secretos sobre la magia antigua", en realidad James si sabía lo que quería encontrar, y era la manera de salvar y proteger a su familia de un mago tenebroso conocido como Lord Voldermort, que perseguía a su hijo, un bebé de tan solo 15 meses de edad, por ese motivo se encontraban allí escondidos bajo un encantamiento muy poderoso, fidelio, que el mismo Dumbledore le había recomendado, ese encantamiento impedía que los encontrara alguien, a menos que el guardián de los secretos le dijeran donde está exactamente la ubicación de la casa. Ellos habían elegido a uno de sus amigos de mayor confianza como guardián, por eso él se encontraba completamente seguro de que estaban a salvo. A pesar de que tuvieron problemas en el último momento, ya que su mejor amigo, Sirius Black, rechazó a última hora su ofrecimiento y tuvieron que elegir a otro como guardián.
Mientras estuvo observando la portada, Lily no le perdió de vista. Ella sabía perfectamente lo que opinaba su marido, pero no podía quedarse quieta esperando a que fueran a por su hijo. Había leído ese libro cientos de veces desde que se lo prestó Albus. El libro hablaba sobre poderes que la gente había dado por inexistentes, hasta que en algún momento ese poder se perdió, o ¿simplemente era que al verlo ignorado tantas personas dejo de existir, fuera lo que fuese, su instinto le decía que en ese libro podía estar la solución a aquel encierro, o tal vez la forma de conseguir derrotar a Lord Voldemort.
Habían discutido mucho sobre ese libro, mientras se miraban a los ojos, los dos se comprendieron perfectamente, no querían volver a tener la misma conversación, porque los dos eran iguales de cabezotas y ninguno estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. Sin decirse palabra alguna, se dirigieron a su habitación, cuando los dos estuvieron acostados la mano de Lily buscó a la de su marido bajo la almohada, y él le respondió apretando suavemente aquella mano.
Unas horas mas tarde ella se despertó y cuando palpó por la cama para encontrar a su marido, él no estaba allí. Se levantó de un salto, se puso la bata, y cogió su varita de la mesilla de noche. Fue rápidamente hacía donde sus pies la llevaron inconscientemente, abrió la puerta lentamente, siempre con la varita en alto, su marido estaba allí, de pie, junto a la cuna de su hijo, viendo como el pequeño dormía plácidamente. Lily bajo la varita y se la guardó en la bata mientras se acercaba a la cuna, miró a su marido a los ojos, él puso sus brazos sobre los hombros de ella, y se quedaron allí, viendo dormir al pequeño.
Al día siguiente decidió que sería la última vez que revisaría el dichoso libro, sabía que escondía algo, pero no sabía el qué ni como averiguar lo que era. Así que, cuando llegó la tarde fue hacía aquella pequeña habitación que utilizaban como estudio, y se puso a hojearlo, deteniéndose en los apartados más interesantes sin saber muy bien que buscaba exactamente.
Al cabo de unas horas cerró repentinamente el libro, decidiendo así que no volvería abrirlo. Acarició la portada con el ceño fruncido:
-¿Qué es lo que escondes?
De repente todo ocurrió demasiado rápido para que Lily fuera capaz de asumirlo, el libro se esfumó y en su lugar apareció una especie de colgante, ella reconoció el colgante, era un giratiempo, pero mucho más grande de como lo describían en los libros y este no era dorado sino de plata, debajo del reloj de arena había una inscripción, "Ages".
-Ja… ¡James¡Ven aquí!
-¿¡Qué ocurre!?-gritó su marido desde la distancia, en pocos segundos aparecía con la varita en alto dispuesto a atacar a cualquiera.
-Mi… mira esto.- le pidió su mujer extendiéndole el colgante.
-¿Para eso gritabas? Me has asustado- cuando cogió el colgante frunció el ceño y su tono de voz se suavizó de golpe, el susto ya no le importaba-¿Qué es esto Lily¿Cómo lo has conseguido? Parece un giratiempo pero nunca he visto uno de verdad, solo en los libros.
-Igual que yo, pero no es como el de los libros – fue hacía un estante y sacó uno de los libros llenó de polvo, lo abrió y cuando encontró la página que buscaba se lo enseñó a su marido – Los que salen en los libros son dorados, y por lo que dice aquí su tamaño es mucho más pequeño, y mira esto – dijo señalándole la inscripción – Creo que no es un giratiempo normal.
James se quedó observándolo un rato, después intentó girarlo:
-¡No¡No lo hagas! –gritó su esposa.
Pero ya era tarde, el lo había girado, pero para sorpresa de los dos, no ocurrió nada.
Comprobaron que seguían en su tiempo, que no se había retrasado ni adelantado ningún minuto.
-Creo que …-empezó diciendo James – creo que este giratiempo no funciona como los demás
-A lo mejor no es un giratiempo aunque lo parezca. –sugirió ella.
-A lo mejor está estropeado. ¿Cómo lo has conseguido?
-Es el libro – explicó, pero al ver la cara desconcertante de su marido especificó algo más – el libro desapareció y en su lugar apareció el giratiempo.
Estuvieron mucho rato intentando averiguar algo sobre ese objeto, no encontraban nada que hablará de giratiempos plateados y de ese tamaño, sabían que uno normal solo había que girarlo, pero este, por mucho que lo hacían seguía sin ocurrir nada.
De ese modo pasaron los días, hasta que el 29 de Octubre, mientras Lily que llevaba colgado al cuello el giratiempo le daba vueltas sin parar como pasatiempo, sin parar de repasar cada uno de sus detalles, se acerca a James que se encontraba escribiendo muy pegado al pergamino.
-¿Qué haces? – le pregunta ella dándole un beso a su marido y acariciando con una mano el pelo de él, sin dejar de girar en ningún momento el giratiempo con la mano que le quedaba libre.
-Estoy escribiendo una carta a Sirius pa…
¡PLAF! De repente solo hay una fuerte luz blanca, es cegadora, y en otro instante están en otra habitación, otro lugar. James cae al suelo, la silla donde estaba sentado ya no está.
-¿Qué ha ocurrido¿Dónde estamos? – le pregunta ella mientras le ayuda a levantarse.
-No lo sé, pe… - se detiene cuando reconoce aquella habitación, no podía ser, era imposible, sólo había estado una vez en aquel cuarto, pero no sabía como habían llegado hasta –… creo que… que se donde estamos, Lily.
-¿Dónde?
-Está es la habitación de Sirius, lo que no entiendo es como hemos llegado aquí, porque…
Se calla inmediatamente, alguien ha abierto la puerta tan rápidamente que no les ha dado tiempo a esconderse, pero no, no puede ser él,… ese no era él, tenía más arrugas, más canas y la mirada, no… no es él, no es esa su mirada, él la conoce bien, son muchos años juntos,… sus ojos están sorprendidos se ha quedado inmóvil en la puerta sin decir una sola palabra, mantiene la varita en alto,…
