Disclaimer: Shugo Chara no me pertenece, yo hago esto sin fines de lucro.

Pues, he decidido que por ser San Valentín publicaría un fic, esta vez algo corto, será posiblemente un three shoot.

La historia ya esta lista y pues solo tengo que editarla, veré si hoy mismo subo el 2do capitulo.

Espero que les guste.

Y antes de que lo olvide Feliz día de San Valentín!


Hoy es domingo 14 de febrero, día de San Valentín, ¿mi nombre?, Hinamori Amu. Así es soy una chica y es San Valentín debería estar feliz ¿no? Pues no. Ya que gracias a que reprobé una materia me hallo castigada y no puedo salir, no obstante, no es ese el único hecho que me molesta, si no el hecho de no verlo a él.

Él, a aquel al que dentro de mi mente solía llamar pervertido o pedófilo, él, Tsukiyomi Ikuto quien a pesar de tener diez y ocho años ha mostrado interés en mí, una chiquilla de catorce.

Y yo, a pesar de no quererlo, pesar de tener miedo a enamorarme de él, eso fue exactamente lo que sucedió, y en este momento no hay nada que pueda hacer para evitarlo. He intentado convencer a mi mamá pero se niega rotundamente a que salga con un chico "tan grande".

Había logrado convencerla para salir el día de hoy, claro que no conté con la condición de "alguien te debe venir a buscar", Tsk y justamente hoy ninguno de mis amigas podía hacerme el favor. Utau se había ido al cine con Kukai, Rima se había ido de viaje con sus padres, Yaya debía cuidar a su hermanito, y así se encontraban todas las demás. En cuanto a los chicos pues, Kukai como ya lo he dicho esta con Utau, Nagihiko está con gripe y no puede salir, Kairi vive demasiado lejos como para venir y Tadase… oh vamos Tadase nunca me haría un favor, a menos que…

Lo más rápido que pude tome mi celular y marque el número de Nagihiko.

—¿Hola?

—¡Nagi!, soy Amu necesito un favor —me apresuré a decir tan rápido como pude.

—Ah ¿qué favor necesitas, Amu chan? —me preguntó con voz cansina.

—Necesito que convenzas a Tadase de que me venga a buscar a mi casa y me deje en el parque —bien creo que olvide respirar.

—¿Eso es todo? ¿Por qué no se lo pides tu misma? —me preguntó y casi pude ver su sonrisa al otro lado del teléfono.

—¡Nagi! No me hagas decirlo, sabes cómo es Tadase conmigo desde que lo rechacé —le dije con fastidio.

—Si lo sé —soltó una leve carcajada hasta que lo ataco la tos.

—¿Estás bien? —pregunté preocupada.

—Si lo estoy, Tadase ya va para allá.

—¿Eh? ¿En qué momento se lo pediste? —cuestioné atónita.

—Existe algo llamado Messenger Amu chan —bah eso ya lo sé— mientras hablaba contigo le he dicho que si te podía ir a buscar.

—Y… ¿qué le dijiste para convencerlo?

—No lo quieres saber —de nuevo casi pude ver su sonrisa, a veces Nagihiko me daba algo de miedo. Iba a decir algo pero me vi interrumpida por el sonido del teléfono muestra de que mi amigo había colgado.

Observe mi ropa, ¡demonios! Tan solo estaba vestida con unos mini shorts, y un top —si nada debajo de este ultimo—, bien debía cambiarme de ropa.

Iba caminando hacia mi armario cuando escuche el timbre seguido del llanto de mi padre.

—Amu chan, un amigo tuyo ha venido a buscarte —me gritó mi madre.

Apresurada tomé una gran chaqueta marca Aeropostale que había sido un regalo de navidad de Utau y Salí a toda prisa.

Sin voltear a ver a mis padres cogí la mano de Tadase y corrí a todo lo que pude correr.

Cuando me di cuenta ya estábamos en el parque, y la cara de Tadase era todo un poema.

—Estúpido Fujisaki, la próxima vez no dejare… que… mira que irla a buscar… y… de… paso… —decía Tadase mientras hiperventilaba.

—Gracias, Tadase kun, ahora me voy —y sin esperar una respuesta corrí todo lo que pude hacia la casa de Ikuto. Ya sé, se preguntaran por qué él no me va a buscar, pues hace dos semana el muy inteligente quiso patinar sobre el barandal de unas escaleras y pues… su caída no tuvo precio, pero gracias a ella tiene un esguince en el tobillo y un fastidioso yeso, a causa de eso no puede salir de su casa. También el hecho de que tengo prohibido el siquiera verlo.

En mi carrera hacia su casa saque mi celular y le envié un mensaje de texto avisándole que iba para que por lo menos me abriera la puerta.

Su respuesta fue una llamada instantánea.

—¿Cuanto tiempo? —me preguntó, en su voz note como sonreía.

—Pues, ya estoy frente a tu puerta —avisé para luego cortar.

Toque el timbre y me asombre cuando el que me abrió la puerta fue su padrastro, Kazuomi Hoshina.

Lo saludé por cortesía, y luego divise a Ikuto en la parte superior de la escalera observándome, ese pervertido nunca cambiaria.

Subí las escaleras, nos saludamos mutuamente y fuimos a su cuarto. Lo primero que pensé al entrar fue "rico bastardo". El cuarto era de colores azules en diferentes tonos tenía una gran pantalla LCD en una pared que servía de monitor para el computador.

Apenas estuvimos adentro se tumbo en la cama, movió el mouse —si, el mouse era inalámbrico y lo podía mover desde su cama—, y puso música, estaba sonando I'm yours de Jason Mraz, yo me quede allí observándolo hasta que me hizo una señal para que fuera a su lado, hice lo que me pidió y me senté a su lado.

Ninguno de los dos sabíamos que hacer. Pero él tomo mi rostro y ambos nos miramos a los ojos.

Y sin más me beso. No era la primera vez que lo hacía, pero aun así lo bese con desespero, como anhelaba aquellos labios, aquel sabor prohibido, aquella pasión escondida.

Estábamos algo incómodos por la posición, así que me subí un poquito sobre él y nos besamos nuevamente.

Cuando nos dimos cuenta estábamos acostados, nos quedamos mirándonos directamente a los ojos, logré ver en los suyos la inminente lujuria de la situación pero también algo de ternura, no pude evitar sorprenderme. Es que, yo lo sabía, estaba consciente de que posiblemente el no me quisiera como yo a él, y el hecho de estar donde estaba, en su casa, en su cuarto, en su cama, solo eso me hacía sentir completa. Él sonrió y me puso por completo sobre el donde lo sentía TODO.

—Me das miedo —le dije y él se sentó.

—¿Por qué? —me preguntó con su sexy voz.

—Porque no se que esperarme de ti —le respondí con sinceridad.

— No sé qué esperas de mi —me dijo mirándome a los ojos con una expresión dura. La verdad tan solo sentía miedo de lo que pudiera suceder, el tenia diez y ocho, yo era tan solo una chiquilla, una tonta chiquilla que cayó enamorada de un pedófilo de diez y ocho— tranquila nunca va a pasar nada que tu no quieras que pase —me susurró con voz dulce.

Volvimos a besarnos


¿Qué tal?

Espero que sea de su agrado, comenzare ya mismo con la edición de siguiente cap.

Sigan la flechita please

**

**

**

*****

****

***

**

*