Fue en un café.
Recuerdos, un recuerdo muy vago viene a tu mente esporádicamente, porque en realidad no quieres olvidarlo, la abandoné. El día oscurece, ese recuerdo viene a atormentarte cuando sus jades se clavan en tus ojos. Y aunque sabes que Sakura no tiene el suficiente valor para odiar, y mucho menos a tí que jura amarte más a que así misma, sabiendo que su realismo está rotundamente equivocado, que amarte no tiene lógica, ¿Cómo puede concluir que ama a alguien que la lastima? Otra vez no tiene sentido, que te ame es absurdo, pero agradeces, que sea ella quien este allí en tus peores momentos, pero aun más humillante es que quisieras tratarla mejor, después de todo como se merece, pero no lo harás, puesto que no sabes cómo.
Y te cuestionas.
¿Qué pasaría si intentas corresponderle? Y ¿Qué pasaría si intentas hacerle entender que estar a tu lado no tiene nada de agradable, ni mucho menos bueno?
Lo recuerdas, como si fura ayer mismo. Ese condominio, con estilo antiguo de buena calidad y lujoso en el que la citaste para quebrarle el corazón.
Fue en un café, donde la dejaste.
Fue en un café, donde la abandonaste.
Fue en un café, donde la viste llorar.
Fue en un café, y no quisiste escuchar.
Recuerdos, un recuerdo muy pesado viene a tu mente frecuentemente, porque en realidad quieres olvidarlo, te dejó. El día oscurece, ese recuerdo viene a atormentarte cuando sus perlas negras se clavan en tus ojos. Y aunque sabes que Sasuke no vendrá hasta ti arrepentido como lo deseas, sabias que al final sería él quien le pusiera final a todo, porque aun no eres capaz de decirle lo que en realidad piensas, y no importo porque tampoco quiso escucharlo.
Y todo se vuelve absurdo, porque lo sigues amando, sabes que él no siente lo mismo que tu, eso te quedo ya demasiado claro, pero te es inexplicable, esa manera de anhelarlo tanto, que por fin después de tantos sucesos desagradables puedan estar juntos como siempre soñaste, pero Sakura no estás en un cuento con terminación feliz, estas en la realidad, triste y cruda realidad. Piensas en las únicas dos preguntas que ye queda por hacer.
¿Qué pasaría si intentas olvidarlo? (La más fácil de ambas) y ¿Qué pasaría si lo amas por todo lo que resta de tu patética vida?
Porque aunque lo más adecuado es que lo olvides, no sabes si eres capaz de hacerlo, pero hacer, es peor que hacer y sufrir por ello. Y lo aceptas, si dios quiso que tu vida fuera amar sin ser amada, lo aceptas, ya te haces a la idea de cómo vivir con ello, porque si de algo estás segura, es que nunca dejaras de amarlo.
Lo recuerdas, como si fuera ayer mismo, Un condominio, con estilo antiguo, de buena calidad y lujoso, en la que te citó para quebrarte el corazón.
Fue en un café, donde te dejó.
Fue en un café, donde te abandonó.
Fue en un café, donde te vio llorar.
Fue en un café, y no te quiso escuchar.
BY. Gloriux Riott
Espero que sea de su agrado.
Espero también, que no tomen mi historia (si es que les gusta) y la pongan como suya, porque el esfuerzo que tomo al hacerla, seria exclusivamente para los lectores ( o sea ustedes), y como escritora me sentiría ofendida.
No quiero parecer fastidiosa ni mucho menos presumida, pero pienso que si hacen una historia no les gustaría que la tomaran y se robaran los créditos.
Sin más que decir, me despido.
Adiós.
