PRIMERA NOTA: Confirmo que cualquier relación que esta historia parezca tener con la serie o sus películas por cualquier supuesta razón es una completa confusión, por tanto, esta historia NO es ninguna secuela de la serie ni sus películas por mucho que lo parezca.

SEGUNDA NOTA: Si piensan buscar drama o realismo negativo en esta historia, búsquenlos en otra historia entonces y lean las mías con perspectiva de fantasía, pues en la mayoría de las mías pongo drama y realismo negativos solamente si de verdad resulta necesario y nunca es mucho porque no me gustan, sino, uso la fantasía para ignorar y reemplazar al realismo negativo, uso al realismo positivo junto con la fantasía y no uso nada de drama triste, pues toda la libertad que la mayoría de escritores le dan siempre a la expresión total del drama triste y realismo negativo, yo siempre se la doy a la felicidad y la fantasía.

TERCERA NOTA: Esta nota va dirigida solamente para los que me comentan de forma erróneamente realista en fics de fantasía. Si en este fic ven que algún detalle o suceso ocurre de una manera que no concuerde en nada con la manera en que ocurriría en la vida real y que tampoco ocurra como en la serie o sus películas, dejen de ser obtusos y entiendan de una sola vez que sucede así porque este fic es de fantasía o que ocupa más fantasía que realismo y que no sigue ninguna realidad de la serie ni ninguna de las películas, entonces por lo tanto, leerlo para luego comentar sobre él de forma realista o para decir que nada de lo ocurrido aquí ocurre como en la serie o las películas es una incoherencia que solamente viene de forma puramente errónea de ustedes por ver todo con perspectiva realista al no entender que es fantasía.

Eran las tres de la tarde del Sábado 23 de Marzo de 2013 y en el jardín real de un castillo en un reino llamado "Reino de Cascos Reales" había tres yeguas que eran hermanas, la mayor era la Princesa Sunset Shimmer, la segunda era la Princesa Trixie Lulamoon y la menor era la Princesa Twilight Sparkle. Se encontraban jugando al croquet acompañadas por cinco de sus súbditos, dos potros y tres potrancas pequeños.

—Bueno, ya que mamá y papá se irán hoy a sus vacaciones tropicales, sé que me elegirán para ser la reina mientras están fuera.— dijo la princesa Sunset con voz tranquila y normal.

Se posicionó y golpeó la bola. Ahora, la Princesa Trixie se posicionó para golpear.

—Sunset, ¿cómo puedes estar tan segura de que te elegirán a ti?.— le preguntó la princesa Trixie sin ninguna amabilidad.

Golpeó la bola, pero se desvió a la derecha.

—Soy la mayor de las tres, así que soy la más próxima al puesto de reina.— le contestó su hermana mayor sin amabilidad.

—Ya párale a tus ilusiones, que seas la mayor tampoco implica que se decidan por ti. Ellos quieren a alguien que sepa manejar este trabajo, alguien inteligente que sepa mandar, tomar decisiones, entre el sinnúmero de cosas que deben hacerse como rey, por tanto, si van a elegir a una de nosotras, ésa debo ser yo.— volvió a decir sin nada de amabilidad.

Se posicionó para su segundo turno y golpeó la bola, pero ésta voló en lugar de rodar y cayó entre los arbustos.

—Tu turno, niña.— le dijo sin gentileza ni buen tono la princesa Trixie a su hermana menor.

—Date prisa, hermanita.— le dijo la princesa Sunset de la misma forma.

Con buen paso firme, en forma ordenada y sin prisa ni malgenio, la Princesa Twilight se dirigió a tomar posición. La Princesa Trixie se paró al lado de la Princesa Sunset para ambas mirar a su hermana.

—Ella es tan lenta, mamá y papá jamás la elegirán como reina.— dijo la princesa Trixie de mala forma con mal tono.

—¿Tú qué sabes de gobernar?.— le preguntó a ella la princesa Sunset de forma descortés.

—Tanto como tú, sé mandar, sé ocuparme de asuntos importantes, lo que sea necesario saber y conocer.— le contestó de la misma forma.

La Princesa Twilight se posicionó, se fijó bien en la dirección más recta y golpeó sin exceder la fuerza, logrando rodar la bola perfectamente a través de los dos aros hasta golpear la estaquilla. Los súbditos la elogian.

—Felicidades, princesa.— la elogió alegremente una potranca terrenal de pelaje color rosado pastel y melena y cola lavanda con blanco.

—Lo hizo perfectamente, buen trabajo, princesa.— la elogió con felicidad una potranca terrenal con lentes, una melena hecha trenza, de pelaje oscuro gris azulado con melena y cola gris con rayas grises azuladas.

—Felicitaciones.— le dio su elogio con alegría un corcelito pegaso muy delgado con pelaje blanco natilla y melena y cola marrones opaco con marrón claro.

—Le salió perfecto.— le dio un elogio contento un corcelito pinto terrenal de melena y cola oscuro tangelo con tangelo moderado y pelaje blanco con manchas marrones grisáceas.

—El mejor tiro que he visto.— la elogió contentamente también una potranca unicornio con pelaje morado lavanda y melena y cola de amarillo claro con amarillo medio oscuro.

—Gracias.— dijo la princesa Twilight contenta por sus felicitaciones elogiadoras.

—Sí, como si fuera gran cosa, yo puedo hacerlo mejor.— dijo la princesa Trixie descortésmente.

—No significa que lo hagas mejor que yo, ¿entiendes?.— le contestó la princesa Sunset de forma descortés también.

Se pararon de frente mutuamente.

—¡Si mamá y papá te eligieran como reina, se arrepentirían mucho con lo mal que gobiernes!.— exclamó la princesa Trixie muy enojadísima.

—¡No veo que tengas ni la mitad de la experiencia ni siquiera porque lo aprendieras de ellos!. ¡Tú no eres la perfección misma y no serías ni la mitad de buena reina que yo sería!.— le contestó de mala forma y también enojadísima su hermana mayor.

La Princesa Twilight las miraba discutir.

—¡Y tú tendrás mucha experiencia sólo porque eres la mayor!. ¡Si yo fuera la mayor, sí sabría gobernar como de seguro no sabes!.

—¡¿Eso crees tú?!.

—¡No lo creo, yo lo sé muy bien!.

—¡¿Ah, sí?!.

—¡Sí, así es!.

—¡¿Sí?!.

—¡Sí!.

—Hermanas, por favor.— las llamó la princesa Twilight sin elevar la voz.

La miraron sin cambiar sus malas miradas. Por el contrario, la Princesa Twilight estaba totalmente calmada y feliz a pesar de la situación de sus hermanas.

—No importa a quién elijan nuestros padres, todas podemos tener nuestra propia manera y capacidad de gobernar, pero eso no significa que las que no gobiernen lo hagan mal si fuesen reinas.— les dijo con amabilidad aunque sus hermanas no lo merecieran.

—¡¿Estás chiflada, jovenzuela?!. ¡Ni siquiera veo que estés capacitada para gobernar, eso es para ponies mayores y todavía no tienes ni dieciocho años, tienes dieciséis!.— le preguntó y exclamó la princesa Trixie con la misma irrespetuosidad y descortesía.

—La edad no tiene nada que ver con la experiencia que uno haya adquirido, la experiencia se adquiere con aprendizaje y uno la adquiere en el tiempo que sea, tenga la edad que tenga.

—¡Ya no quiero escucharte más!.— le gritaron ambas al mismo tiempo.

—Solamente sabremos su decisión yendo a preguntarles, así que voy ya mismo allá.— dijo la princesa Sunset.

—Yo también voy, para escuchar mi nombre.— dijo la princesa Trixie de la misma mala forma.

Tiraron sus mazos y se fueron, así que la Princesa Twilight los recogió, los dejó en su lugar y fue. En tanto, el Rey Night Light y la Reina Twilight Velvet estaban aún en sus tronos, cuando sus dos hijas llegaron.

—¡¿Ya se decidieron quién será reina?!.— les preguntaron ambas sin respeto.

—¿Ésa es la forma de hablarles a sus reales padres?.— les preguntó la reina Twilight Velvet.

—¡¿Y cómo se supone que hablemos?!.— preguntó la princesa Sunset.

La Princesa Twilight llegó, reverenció a sus padres y habló con buena forma.

—Buenas tardes, sus reales majestades.

—Como ella, la Princesa Twilight Sparkle.— dijo la reina.

—¡Ella hizo trampa en el juego de croquet!.— exclamó acusatoriamente la princesa Trixie.

—¡Sí, así es!.— exclamó la otra princesa.

—Sé que no es así, Twilight.— dijo la reina sonriéndole a su hija menor.

—También lo sé.— le dijo el rey Night Light sonriéndole también.

La princesa siguió sonriendo.

—¡¿Y cuál fue su decisión?!.— exclamó la princesa Trixie.

—Nuestra decisión consiste en lo siguiente. ¿Querida?.— le cedió el rey la palabra a su esposa.

—Deben irse al campo de manzanas. Cualquiera de ustedes que traiga una real manzana dorada será recompensada con el puesto de reina. Nuestro viaje vacacional durará un mes, así que la elegida será reina sólo durante ese tiempo.— dijo la reina sonriendo con voz tranquila.

Ambas princesas se dirigieron a sus súbditos, sólo como ellas saben dirigirse.

—¡¿Qué esperan?!. ¡Vayan a traerme esa manzana!.— les ordenó la princesa Sunset de la peor forma.

—¡No, tráiganmela a mí, la manzana es mía, toda mía!.— dijo la princesa Trixie de esa misma forma.

—Tal vez no estaban escuchando, mis queridas hijas, deben ir a buscar la manzana ustedes mismas. Cada una puede llevar sólo un súbdito de honor y nadie debe buscarla con magia, deberán buscar como si fuesen terrenales, incluyendo a su súbdito elegido en caso de que fuese un unicornio.— dijo la reina sonriendo tranquilamente.

Habiendo escuchado esta vez, miraron a los súbditos y la Princesa Sunset se decidió.

—¡Tú, Diamond Tiara!.— le dijo a una apuntándola con el casco derecho.

La pequeña, llena de miedo, mira al lado por un segundo y redirige la mirada a la princesa.

—¡Ya me oíste, tú!.

Ella sólo dio un parpadeo sin cambiar su mirada.

—¡Despierta, tú vendrás conmigo!.

—Sí, su alteza.— dijo al fin la pobrecita.

La princesa bajó la cabeza mirándola a los ojos y señalándola.

—¡Es "su alteza real" para ti, niña!.

—Sí, lo que diga, su ateza real, digo, alteza renal, alteza real, digo.— dijo equivocándose por el miedo.

La princesa se fue con su súbdita.

—Tú, Silver Spoon, mueve tus cascos.— dijo la princesa Trixie a otra potranca sin ninguna gentileza verdadera ni falsa.

Se encaminó y su súbdita la siguió sin decir nada. Otra súbdita se acercó a la última princesa.

—Disculpe, su alteza real, con gusto la ayudaría en todo para encontrar la real manzana dorada, pero tal vez no me quiera, porque todo el mundo sabe que soy la súbdita más pequeña por tener seis años.— le dijo con voz alegre y tranquila.

—Linda súbdita Dinky Doo, sería honorable y placentero que me ayudaras. La edad no importa, te elijo como mi acompañante y te escucharé todo lo que quieras decirme.— le dijo la princesa Twilight con una voz aún más cortés, más tranquila, más alegre y con amor.

La pequeña sonrió más y le asintió con la cabeza.

—Gracias por su cortesía, su alteza real.— le agradeció con amor también al sentirse respetada y valorada.

—¿Sabes, linda?, puedes llamarme sólo "Twilight".— le dijo con esos mismos valores hermosos.

—Bueno, gracias, entonces así la llamaré.— dijo agradecidamente Dinky con amor también.

—De nada, mi pequeña, y sube a mi espalda para no gastar tu fuerza.

—Gracias.

La princesa se echó en el suelo, su súbdita alegre subió y se levantó volteándose hacia su padre al oírlo.

—Hija, si desean comer, lleven sándwiches de huevo con mantequilla.— le ofreció alegremente el rey.

—Está bien, papá.— aceptó la princesa con buenos modos.

Se desapareció de un chispazo y reapareció en pocos momentos con una canasta.

—Aquí los tienen, son cuatro.— les dijo sonriendo muy contento con su hija y su súbdita.

—Gracias, papá, muchas gracias.

—Muchas gracias, majestad.— le dijo su súbdita contenta.

—Papá, ¿podemos usar al menos nuestra levitación para sostener los sándwiches si es que los comemos mientras seguimos buscando o cuando volvamos?.

—Claro que sí.— aceptó sinceramente.

—Gracias.— agradecieron ambas contentas.

—Si quieres, coloca la canasta en mi espalda para que Dinky la sostenga.— le dijo la princesa.

Así lo hizo, la súbdita la sostuvo, las dos les hicieron reverencia y se fueron. Los reyes la miraban llenos de alegría por su inmensa gentileza, ella no era brusca ni se parecía en nada a sus hermanas.