I

Bella entro al departamento y vio que lo que más temía había ocurrido. Le pareció haber entrado en una especie de dimensión desconocida y aterradora. Alice lo había hecho. Maldita sea. Era San Valentín y había decorado el departamento con motivos alusivos al tema, cosa que Bella odiaba desde que fue engañada hace un par años por el chucho de Jacob Black con la perra que había considerado era su amiga, Ángela Weber. Desde entonces empezó una caída libre y sin freno hacia el abismo de la desilusión, el desamor y la enemistad. Intentó sin éxito liarse de otras personas pero el daño estaba hecho. Dejo de confiar, en todo y en todos. Aun no se explica cómo es que sigue siendo amiga de Alice, pero está convencida que será cuestión de tiempo antes de que aquello también acabe, porque definitivamente todo se acaba y todo se va.

Caminó con terror por el departamento observando como la casa era sumergida por colores rosa en todas sus tonalidades. La imagen del maldito Cupido, se hacía presente de forma exagerada. Prefería caminar desnuda por el desierto, caminar sobre brazas, comer cucarachas y gusanos, pero eso no.

Cerró sus ojos, suspiró con fuerza y siguió su andar hacia su habitación. Todo estaba malditamente decorado con ese horrible color de mierda y ese angelito enano que acaba las vidas de muchas personas. Su habitación tenía un Cupido sonriente portando el arma letal. Arco y Flecha. Lo despegó arrojándolo al suelo con furia, para adentrarse en su habitación, que era el único sitio exorcizado de aquel desastre.

Tomó un baño con rapidez, se cambió y tomó su bolso, agregando un par de cosas más. Sabía que sería un dia largo. Así que desaparecería del sitio y si era preciso se refugiaría en un hotel. Ya sabía que la enana haría algo semejante, pero no de esa magnitud.

Se consiguió con la pelinegra, justo antes de escapar, agregaba cintas rizadas en el techo, haciéndolas ver como su fuera una especie de lluvia que caía de este.

-Bella- exclamo la enana

-ni lo sueñes- advirtió la castaña

-pero, dijiste que vendrías.

-sí, y tu dijiste que sería algo sencillo- dijo señalando lo estrafalario de la decoración

-oh vamos Bella, además es una buena excusa para celebrar y que te animes a estar aquí. No puedes pasarte toda la vida metida en esa habitación sin hablar, solo comes trabajas y te encierras, eso no es vida.

-me gusta así, odio ser molestada.

Alice se acercó a su amiga y la tomó amablemente del brazo.

-entiendo que haya sido difícil para ti, pero, han pasado dos años ya. Debes dejar eso atrás

-¿y quien dijo que no lo hice?.

-Bella mírate, has cambiado. Yo también tuve una gran decepción, sin embargo aquí estoy celebrando este hermoso dia. Tengo a Jasper.

Bella lo había explicado una y otra vez, era sencillo Alice y ella, eran diferentes. Alice había tenido la suerte de encontrar a alguien, pero Bella no, se cerró de tal forma que solo recibía aire porque debía respirar, del resto todo lo que oliera a amor lo expulsaba a kilómetros de ella. Tenía una aversión feroz a Cupido.

-te lo he dicho muchas veces. Jacob es historia, pero no vuelva a pasarme algo así de nuevo. No confío en nadie enana y lo sabes. Debes agradecer que aun lo haga contigo.

-no puedes vivir así por siempre, el hecho de que uno te haya lastimado no significa que todos lo hagan.

-Alice- advirtió con fuerza –ya basta. Me iré, regreso mañana-

-¿Qué y a dónde vas?, prometiste que estarías esta vez-

Bella resopló frustrada y miro a su amiga

-¿porque simplemente, no me dejas en paz y listo?.

-porque no puedo entender, como un ser tan lindo como tú, se dejo amargar por un idiota como ese.

Ella se hacia la misma pregunta, cada dia.

-tal vez sea muy intensa, pero…- suspiro para continuar –…sería hipócrita si me quedo a festejar algo que odio con el alma.

-Bella.

La castaña indicó con su mano que era suficiente. Ya habían tenido esa discusión muchas veces

-solo déjame salir de aquí, ¿si?.

Alice se rindió

-¿donde iras?.

-no lo sé, eso es lo de menos.

-Bella, no tienes que hacer esto sabes que es tu casa, puedes volver.

-cuando la fiesta acabe.

-podrías simplemente venir y quedarte un rato ¿qué harás, horas y horas en la calle?.

Bella estaba hastiada

-Alice, vendré, pero en lo que me sienta asfixiada saldré de aquí, hasta que esta estupidez acabe

Alice brincó emocionada pero luego se tranquilizó

-hasta que no te vea aquí, no te creeré.

-vendré Alice, tampoco me agrada pasar todo el dia en la calle, cuando pago por este lugar que también es mi casa.

-ya verás que será fantástico.

-solo vendré, espero que no me involucres en ninguna idiotez- advirtió para salir de inmediato del departamento. Si seguía allí 5 minutos más, iba a vomitar.