Editado 20/12/2017
Esta serie de oneshots pueden incluir a diversos personajes (L, Near, Matt) además de los que involucran esta pareja. Y pienso hacer algo así para Misa y L en un futuro espero cercano.
Death Note no me pertenece.
"Así que... estás con vida"
- Halle Linder.
:- No puedo evitar notar lo hermosa que te encuentras esta noche.- la rubia no tuvo que si quiera voltear para darse cuenta de quien se trataba; lo habían buscado durante meses.- Mira, la verdad es que intente resistirme, pero no me dejas más opción. Tengo que invitarte una copa.
Tratando de evitar el urgente impulso de negarse, la rubia se dio vuelta y miró al hombre a los ojos con una de sus mejores sonrisas. No era tan difícil; casi toda su adolescencia la había pasado al lado de tontas que no hacían nada más que babear por los chicos del equipo de softball. Ella había aprendido esas miradas en un dos por tres.- Por supuesto, pero deberíamos ir a un lugar más privado, ¿no crees?
El asintió, con una gran sonrisa que reflejaba sus intenciones sucias. A Halle no le sorprendía. La mayoría de los hombres que conocía eran transparentes, y se daba cuenta a los cinco minutos cuando alguno quería algo más que hablar. Bueno, con este lo supo en un dos por tres.
Ojos azules, cabello negro bien peinado y sonrisa ganadora, cualquiera pensaría que era un galán, un magnate. Y la verdad, no estaban tan equivocados. Sin embargo, Halle y el pequeño grupo con el que ella trabajaba, sabían perfectamente las diferencias que existían entre Stewart Balanser y un empresario millonario normal:
El primero era todavía más hijo de perra.
Acusado de narcotráfico, homicidio, violación y abuso, era uno de los peores criminales encubiertos, obviamente, que existían. Y la CIA venía buscándolo, y buscando como arrestarlo, por al menos tres años.
Sin embargo, y gracias a su preciada fortuna, nunca fue condenado, nunca fue juzgado si quiera, y eso llevó a que Halle Linder estuviera allí presente. Claro que desde que comenzó a trabajar en el caso Kira esos pequeños asuntos habían quedado de lado. Pero, al encontrar una pequeña pista sobre su paradero, Near le había dado el permiso de terminar con aquel trabajo atrasado.
Por esa razón, la rubia se encontraba en ese momento tomando un Martini con ese asqueroso animal, como si fuese su cita de la noche.
:- Sabes, esta casa es de un gran amigo mío…- dijo, y puso su brazo alrededor de los hombros de la rubia. Ella ocultó su asco, y soltó una risita.- Podemos dar un recorrido. Si lo deseas…
Por favor hombres, renueven sus líneas.- pensó, mientras rodaba los ojos mentalmente. Pero en su rostro ella mostró una sonrisa cómplice y asintió. Muy bien, si seguían así, su plan saldría a la perfección. Solo tenía que lograr estar a solas con él.
Lo cual, la verdad, no una tarea muy difícil.
Caminaron y caminaron, hasta que en el segundo piso, lejos de la gente, él frenó, y acorraló a la rubia contra la pared. Agradecía mucho haber tomado clases de actuación cuando era pequeña, ya que si no, jamás podría haber ocultado sus deseos de estrangularlo.- Esta es mi habitación, ¿qué te parece si nos concentramos en ella de ahora en más…?- le susurró al oído mientras la rubia respiraba hondo.
Miró al repugnante hombre a los ojos, y asintió, con otra sonrisa. Él comenzó a mover la mano por su cintura, pasándola por la tela del vestido que llevaba puesto, y cuando iba a acercarse a su boca, Halle no pudo resistirse mas:
:- Balanser… pon las manos donde pueda verlas antes de que te las rompa.- él se quedó quieto al instante, congelado, y luego de entender lo que sucedía, retrocedió rápidamente, y miró por el corredor. No había nadie.- Ya déjalo, Stewart; se terminó. Ahora, las manos arriba.
La rubia no podía explicar la clase de satisfacción que sintió al ver la cara de preocupación de Balanser al darse cuenta de que ella sabía su verdadera identidad. Si tuviese una cámara…
Al ver que este no reaccionaba, golpeó su estómago con fuerza, como pudo, y le exigió que pusiese las manos en alto. Él lo hizo, y justo cuando estaba a punto de sacar las esposas de su bolso, ocurrió algo que no había tenido en cuenta, y que la verdad, había arruinado su plan.
Balanser se defendió. Antes de que Halle sacara las esposas, este se levantó del suelo, y la acorraló contra la pared, de nuevo.
Salvo que esta vez él no quería seducirla, iba por algo un poco más extremo. O al menos, eso es lo que la rubia percibió cuando sintió el fuerte agarre en sus muñecas y su cara de desesperación.
Mientras balbuceaba cosas, Halle se dedicó a pensar en cómo demonios iba a salir de aquella situación. Tenía que defenderse, pero en cuerpo a cuerpo no saldría victoriosa. Él era mucho más fuerte que ella. Además, el arma se encontraba en su maldito bolso. Al igual que su celular.
:- Suéltame.- dijo, como si eso fue a solucionar las cosas. La verdad, la rubia iba de mal en peor, y ya no tenía la menor idea de que hacer. No había nadie en los corredores, así que gritar por ayuda sería completamente inútil.
Se había mandado sola a la boca del repulsivo lobo.
Bien hecho Halle, mereces un ascenso; buen trabajo.- trató de decirse, para evitar entrar en crisis al sentir como el maldito le devolvía el golpe en el estómago. Halle lo pateó, pero eso no sirvió para debilitar su agarre, y solo logró enfurecerlo más.
:- Así que planeabas arrestarme, eh… sucia ramera.- Halle se retorció, Stewart se acercó lo más que pudo y volvió a susurrarle.- Pues sabes que, tengo una mejor idea. ¿Por qué no terminamos lo que íbamos a hacer antes de que salieses con esas tonterías?, ¿te parece?
La expresión de Halle se trasformó, mientras maldijo por dentro. ¿Cómo paso de tener la situación bajo control a estar a punto de ser forzada a tener relaciones con este enfermo? La verdad, la vida era demasiado agridulce. Miremos el caso del asesino/supuesto dios Kira, por ejemplo…
Una sacudida la trajo a la realidad, y decidió dejar ese asunto para otro día. Tenía que salir de allí, y rápido. Tal vez, si dejaba que la llevara a la habitación, podría distraerlo, y escapar. Luego traería algún refuerzo y haría que lo arresten de una vez por todas. O si no, podía despacio agarrar su bolso y…
El sonido del seguro de un arma siendo quitado hizo que ambos se quedaran en estado de shock.-Date vuelta y no te muevas, o te juro que tu cabeza vuela en este mismo instante.
Halle no podía creerlo, tenía que haber oído mal. Despacio, Balanser se dio vuelta, y entonces ella pudo verlo. No estaba equivocada. Era él.
Mordiendo una barra de chocolate, Mello esperó a que Balanser se pusiera en el piso, y entonces miró a la rubia. Con un movimiento de cabeza, le indico fácilmente lo que tenía que hacer.
Halle asintió, y con una pequeña sonrisa, golpeó al maldito en la cabeza, dejándolo inconsciente. Luego de eso, tomo las esposas de su bolso, y dejándolo inmóvil, le mandó un mensaje a Near. Había conseguido capturarlo.
La rubia respiró hondo, y al terminar, miró al chico que ya había guardado su arma en algún lugar de su cuerpo, la verdad es que Halle no sabía dónde demonios podría entrar esa arma en ropa tan ajustada, pero de alguna manera, lo hacía.
:- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?- fue lo primero que la rubia se le ocurrió preguntar. Lo último que había sabido de Mello, era que había huido de un edificio en llamas. Y ni siquiera sabía si era o no verdad, solo eran suposiciones de Near y del falso L.
El rubio se retiró la capucha que envolvía su cabeza, y ahí es donde Halle notó que el accidente lo había dejado marcado. Literalmente. Una cicatriz decoraba todo el lado derecho de su rostro, resaltando sus ojos azules, y su cabello antes bien peinado, ahora estaba desordenado y medio chamuscado.
Estaba bastante diferente desde la última vez que lo vio.-Te seguí, obviamente. Aun necesito que me envíes información de Near. Y tienes que ser más cautelosa, no pueden sospechar, ni siquiera tienen por qué pensar que sigo con vida.
La rubia se cruzó de brazos, y pensó con ironía que Mello ya no tenía control sobre ella.- Sabes que con solo apretar un botón, la SPK estaría aquí antes de que pudieses escapar. Ya no tienes la Death Note, Mello. No tienes con…
El rubio la apuntó con el arma, haciendo que la mujer se quedara a media frase. Entendía el mensaje, pero aun así no le creía.- No vas a matarme. Ambos lo sabemos.
:- No si me eres útil.- Halle no pudo evitar notar como no solo la apariencia y las ropas de Mello habían cambiado, sino también su actitud. Ya no poseía esa especie de sarcasmo que usaba para molestarla. Era más… ni siquiera podía decirlo. Pero Mello parecía ser más adulto.
:- ¿Qué?- exclamó él, al ver que la rubia no dejaba de mirarlo. Ella negó con la cabeza, la situación volviéndose un tanto incomoda. Ninguno de los dos hablaba, no tenían de qué.
En realidad si, si tenían, pero preferían no hacerlo.
Siempre preferían no hacerlo.
:- Bien.- dijo ella, por fin.- Los refuerzos para arrestar a esta basura estarán aquí en cualquier momento, así que si quieres escaparte, es mejor que lo hagas ahora.
El pareció no escucharla, así que Halle lo repitió. Sin embargo, la cortó, diciendo algo que ella jamás pensó escuchar en su vida; proviniendo de Mello:
:- Gracias, Linder.
Abrió los ojos como platos, y miró al niño, no tan niño ahora, mientras se ponía la capucha negra, y desaparecía por el corredor. Minutos después, su celular sonó. Los refuerzos habían llegado.
