¿Felizmente casados?

por Noriko Ukai

Serie: Gundam Wing

Género: Shone ai

Disclaimer. Lo de siempre, ya saben que GW desgraciadamente no me pertenece jeje

Los agradables rayos de sol entraban ligeros en la habitación depositándose específicamente sobre aquella amplia y reconfortante cama, la habitación estaba agradablemente pintada de blanco, todo se encontraba pulcro y arreglado, todo excepto el suelo por culpa de toda aquella ropa tirada, si un huracán hubiese pasado por aquella habitación no la hubiese dejado así, se notaban los rastros de una posible pasión desenfrenada, tal vez producto de una noche de loca borrachera. Sus hermosos ojos violetas intentaban abrirse pero la luz reflejada de la mañana se lo impedían, la cabeza le daba vueltas y un agudo dolor en el cuerpo acentuaba perfectamente con aquella sensación de profunda sed. Con pesadez logra sentarse en la cama y estirar los brazos para ver si tal vez con esa acción lograba un poco de alivio pero casi enseguida vuelve a echarse sobre la cama pero al hacerlo siente un movimiento del otro lado lo que le hace abrir enseguida los ojos sin importar la luz intensa y voltea a su lado izquierdo encontrándose con una sorpresa bárbara, un hombre extraño estaba acostado del otro lado

- ¡Waaaaaaaaahhh! – un estruendoso grito se escucha por todo el vecindario haciendo que las aves echen a volar locamente y que el chico que repartía el periódico se cayera de su bicicleta y a la vez hace que aquella persona despierte por el escándalo provocado

- Nh – en igualdad de condiciones el desconocido se sienta sobre la cama y se rasca la cabeza mientras abre sus ojos para ver el motivo que lo había echo despertarse encontrando a un chico temblando de miedo tapándose el cuerpo con una sábana y recargado en una de las puertas del clóset mientras le señalaba y tratando de decir algo, sus ojos eran de una hermosa tonalidad violeta pero en ese momento se encontraban invadidos por el pánico

- Qui... qui... qui... ¿quién eres tú? Y que... que... ¿qué haces en mi cama? – aturdido por las copas de la noche anterior y los gritos que el chico echaba el desconocido solamente se hurgaba el oído con el meñique derecho y con la mano izquierda se sujetaba la cabeza y rascaba su cabello de por si alborotado

- Que escándalo – con mucha flojera y a la vez indiferencia hacia el chico gritón el desconocido vuelve a acostarse en la cama y abraza tiernamente la almohada intentando dormir otra vez pero apresurado el otro se acerca a la cama y comienza a jalar las sábanas que ahí se encontraban para intentar tirar a ese metido al suelo pero él se sujeta fuerte de los barrotes de la cabecera

- ¡¡Salte de mi cama depravado, llamaré a la policía! – a punto de llegar al colapso nervioso el chico jala con mucha más fuerza y hace que el desconocido caiga de la cama dándose el golpe de su vida en la cara

- ¿Es así como tratas a tu esposo? – enojado el desconocido se pone de pie y mira duramente al chico que lo había tumbado mientras éste se encontraba anonadado ante aquellas palabras, con temor sube su mano izquierda la cual temblaba cual vil gelatina y logra ver en el dedo anular de ésta un anillo chapado en oro, su vista comienza a nublarse por completo y la fuerza en las piernas le traicionan cayendo desmayado casi enseguida pero su esposo se apresura en llegar a él y tomarle entre sus brazos antes de que caiga

- ¿Qué le pasa a éste sujeto? Él fue quien me pidió matrimonio – intentando sonreír el desconocido acaricia algunos cabellos del muchacho y lo lleva hasta la cama para acostarlo observándolo fijamente, que hermoso era

Volviendo a abrir los ojos pero ésta vez con la convicción de que había tenido un mal sueño el chico de los ojos violetas se sienta en la cama y sonríe volviendo a estirarse, se sentía mucho mejor, pero que mal sueño había tenido, lo bueno es que aquello tan horrible solo había sido una pesadilla, le dolía un poco la cabeza pero nada fuera de lo normal. Un agradable olor a comida llega hasta la habitación y contento se pone de pie, seguramente su novio había vuelto de su viaje de negocios y le estaba cocinando algo, hace días que no lo veía y saber que estaba de regreso le hacía sentir muy bien. Apurado se pone un pantalón y sin camisa ni zapatos sale de su habitación para ir a la cocina, cada vez el olor le atraía más aunque no se trataba de algo conocido, tal vez una receta nueva pero cual es su sorpresa cuando llega a la cocina y ve a un extraño servir el desayuno en dos platos, su boca se abre asombrosamente casi cayendo al suelo y nuevamente siente que pierde las fuerzas en el cuerpo y después vuelve a ver su mano izquierda encontrándose con la misma situación de su terrible sueño

- No... puede ser – poco a poco el chico de ojos violetas se deja caer al suelo de rodillas y un par de lágrimas caen por las orillas de sus ojos comenzando después a llorar a chorros, el otro chico se acerca a él y se sienta de cuclillas mirándolo fijamente a los ojos con mirada seria e inquisidora, acción que lo hace retroceder rápidamente hacia atrás hasta toparse con la pared

- El desayuno está servido – tranquilamente el desconocido se pone de pie y acomoda dos vasos en la mesa para después llenarlos con jugo de zanahoria y después se sienta en una de las sillas comenzando a comer como si nada

- ¡¡Que te largues pervertido abusador y maniático sexual! – con arrojo se pone de pie y se dirige al muchacho quitándole el plato cuando éste intenta agarrar un bocado

- ¿Qué acaso no quieres comer lo que tu esposo preparó para ti? – pregunta tranquilamente volteándolo a ver a los ojos con aquella mirada serena y que enseguida lo hace sonrojar

- ¡No quiero nada de ti, no eres mi esposo y L A R G A T E D E M I C A S A! – Completamente eufórico el chico agarra la mano del muchacho y lo levanta de la silla pero éste opone resistencia cuando intenta jalarlo

- ¿No quieres mejor hablar? – volteándolo a ver nuevamente a la cara sin emitir emoción alguna sus ojos se compenetran con los violetas volviéndolo a hacer sonrojar y a la vez calmándolo

- Esta bien, te daré cinco minutos para explicar – soltándolo del brazo el chico escandaloso se sienta en el otro extremo de la mesa y cruzándose de brazos lo mira con desconfianza

- Estamos casados – la explicación escueta del chico hace molestar al otro y nuevamente vuelve a intentar ponerse loco pero el otro lo observa con intenciones de decirle que aún falta más y eso lo tranquiliza un poco... – Fue hace dos días en la fiesta que se ofreció en casa de los Peacecraft – al escuchar aquel apellido el chico comienza a recordar un poco de lo que había sucedido el viernes que había sido la fiesta aunque no recordaba haber visto a ese muchacho... – La fiesta duró hasta las 7 de la mañana del sábado, yo te conocí a las 2 de la madrugada, ya estabas algo alcoholizado y yo también llevaba un par de copas, lo demás no lo recuerdo muy bien salvo que me pediste matrimonio – casi cayéndose de la silla el chico observa duramente al extraño mientras una vena le punza en la frente, esa tontería no le decía mucho de lo que había sucedido, el otro en cambio tranquilamente agarra el vaso con jugo y bebe un poco

- Exijo una mejor explicación y también quiero que te vayas de aquí – ordena firmemente señalando la puerta de entrada de la casa

- No se puede, nos casamos con régimen de sociedad conyugal, lo tuyo es mío, incluyendo ésta casa – aclara con tranquilidad volviendo a beber del jugo mientras la vena del otro muchacho se salta un poco más y punza más rápidamente

- ¿Qué? pero... no puede ser ¡no se deja a gente alcoholizada casarse, eso solo sucede en Las Vegas! – dice enojado poniéndose de pie haciendo que la silla caiga al suelo

- Lo sé pero dijiste tener conocidos en el Registro Civil así que no hubo problema – responde impávido y con calma volviendo a beber del jugo hasta terminarlo, mientras el otro trataba de pensar en quien

- ¡Quatreeee! ¿Por qué me hizo esto? – decepcionado una nubecita negra se forma arriba de la cabeza del chico que no sabía ya que hacer, se sentía hasta mareado

- Creo que también estaba borracho, no me acuerdo – rascándose la cabeza de nuevo el chico estira su mano hacia su plato que el otro muchacho había dejado a mitad de la mesa y vuelve a comer sus alimentos y el chico de los ojos violetas solo atina a repasar la situación una y otra vez ¿qué iba a hacer? ¿qué explicaciones le iba a dar a su novio? ¿por qué ese muchacho se empeñaba en cumplir su papel de esposo? ¿qué demonios le estaba sucediendo al mundo? su cabeza daba vueltas nuevamente y con grandes deseos de vomitar se va corriendo al baño donde devuelve todo lo que había consumido el fin de semana... y a todo esto ¿cómo se llamaba su esposo? Eso era lo que menos le importaba

Continuará...

NA: Hola, nunca antes había contestado a un desafío pero espero no haberlo echado a perder, Setsuna, me gusto tu idea y espero no decepcionarte, tengo muchas cosas que hacer en estos días pero espero no tardarme con las actualizaciones, tengo desde inicios del mes de Julio sin actualizar el Retorno de los Gundams y Vidas cruzadas está en la misma situación pero al menos espero que no pase lo mismo con éste fic y con los otros dos que aún no termino (No hables con extraños y Pervert) si no fuera por la maldita escuela y los quehaceres domésticos creo que no tardaría tanto jeje, pero pues ni modo, espero que les haya gustado, hasta la próxima, ciao