Déjate Llevar
Capítulo 1: El Beso
- ¡Lo hicimos! -
Una nueva tarde había pasado tras el ataque de un akuma, ahora era de noche y a ambos Miraculous les quedaban unos minutos más para terminar la transformación de Chat Noir y Ladybug.
Tras dos años combatiendo a Hawk Moth y después de su primer gran pelea con él, el Maestro Fu había descubierto la manera de aumentar su tiempo de transformación una vez que activasen sus habilidades especiales. Eso había resultado en una gran ventaja para los héroes, pues ya no solían tener que preocuparse más por tener que salir corriendo inmediatamente después de vencer a los akumas, esto lo agradeció mucho más el portador del anillo del gato negro, pues bien aprovechaba ese tiempo para intentar pasarlo a lado de su admirable compañera.
Una vez que ambos se encargaron de llevar a un lugar seguro a la más reciente víctima de Hawk Moth, Chat se acercó a Ladybug como solía hacerlo para despedirse, pero ésta vez aquel no era el plan en mente para el minimo.
- Mi Lady... - Le llamó él, captando fácilmente la atención de la aludida.
- Dime, Gatito -
- ¿Me acompañarías un momento? Quiero hablar contigo, creo que tenemos tiempo -
Ladybug apretó los labios en un gesto claro de pensamiento para después asentir levemente con la cabeza.
- Te llevo -
Chat Noir hizo uso de su bastón para impulsarse, sin embargo antes tomó por sorpresa a su compañera al haberle rodeado la cintura para apegarla a su cuerpo y obligarle a abrazarlo por el cuello, arrebatándole un ligero sonrojo del cual él no pudo enterarse.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que yo puedo moverme sola? Puedo seguirte - Reclamaba la chica de traje moteado, sin embargo a pesar de sus negaciónes, no hizo intento alguno por separarse ni un poco de él.
- No cualquiera tiene la fortuna de que Chat Noir le lleve en brazos...a menos claro, que se trate de algún civil en aprietos -
- Si, si... - Susurró ella, intentando sonar indiferente, pero la realidad de las cosas era otra, pues de un tiempo para ese entonces, el tener el cuerpo de su compañero tan cerca del suyo le producía una oleada de sentimientos y sensasiones que no lograba comprender del todo; la temperatura se le subía de golpe y sentía un cosquilleo en su estómago y su bajo vientre ¿Era normal? Nunca antes había tenido tanto contacto físico con ningún otro chico más que con Chat Noir, quizás podría pensar en Luka, pero las sensasiones que experimentaba cuando estaba cerca de su amigo se veían fácilmente opacadas por las que el héroe le provocaba.
Chat Noir se había convertido no solo en su mejor amigo tanto como Ladybug sino también como Marinette ¿Cómo? Tiempo atrás ella le había mentido en un intento idiota por ocultar su identidad como Ladybug y aquello hizo que Chat se convirtiera en una constante en su vida de civíl pues le iba a visitar seguido e incluso se tomaba las libertades de aceptar los momentos de comida que sus padres le ofrecían al héroe de París. La jugada no le había salido del todo mal, claro estaba que tuvo que aclararle que en realidad no había querido decir que lo amaba e inventarse alguna otra excusa para que sonara creíble su cambio de parecer... por suerte para ella, le creyó, aun que eso no disminuyó las visitas del ojiverde ni la manera en cómo la trataba, asunto que le resultó por lo más curioso pero que no le desagradó en ningún momento; era bueno pasar tiempo con su amigo, aun que eso a veces le trajera un par de problemas con Alya, su mejor amiga, pues le mantenía oculta su amistad con el héroe, de lo contrario estaba segura que se convertiría en un acoso contanste por saber más de él para el LadyBlog, lo cual comprometería gravemente su identidad.
Tantos momentos de privacidad con Chat le habían llevado a conocerlo más y más, a saber que esa actitud coqueta en realidad resultaba ser muy exclusiva para cuando ella estaba transformada en Ladybug pero que pudo también conocer un par de veces en su forma de civíl, lo que le llamó la atención fue el hecho de que paró de hacerlo en cuanto le confesó que realmente no estaba enamorada de él, sin embargo... a pesar de tanto rechazarlo por su alterego heróico no había surtido el mismo efecto, sino que se mostraba muy persistente.
En ese tiempo, también se había percatado de lo realmente atractivo que ese gato podía llegar a ser. La cercanía física le llevó a descubrir los carnosos labios que poseía y el perfecto perfil de su rostro; podía apostar que debajo de ese antifaz había una persona sumamente guapa y atrayente ¿Qué clase de persona podría negarse a salir con un Adonis como él? Bueno, la respuesta era clara: Ella. Sería tonto negar que Chat Noir le atraía físiciamente, pero para ella era mucho más importante lo que su corazón sintiese y en ese momento era el amor que sentía por Adrien Agreste y no podía simplemente ignorarlo ¿Verdad?
- Éste lugar me gusta - Dijo Chat Noir al haber al fin tocado piso junto a su compañera.
Se encontraban justo al centro de la cima del Arco del Triunfo, lugar al que solían ir además de la Torre Eiffel para platicar, patrullar o simplemente para pasar el tiempo observando la majestuosa ciudad a su alrededor.
- Si, a mi también, es relajante... cuando no hay akumas de por medio - Contestó ella, girándo la cabeza para poder ver el panorama, no percatándose de que seguía pegada al cuerpo del ojiverde, con uno de sus brazos rodeando su cuello.
- A mi me gusta por que está tan expuesto y a la vez es tan privado... nadie puede vernos aquí arriba si no queremos - Aprovechando que ella no había hecho nada por separarse de su cuerpo, él aprovechó para acercar su rostro disimuladamente a su cuello para poder aspirar su aroma a vainilla que desde siempre le había encantado.
- Y... ¿Qué querías decirme? - Preguntó ella, regresando la mirada para verlo a él, ésta vez siendo al fin conciente de la cercanía entre ellos, sonrojándose hasta la coronilla. Por un segundo quiso separarse e incluso lo intentó pero su compañero afianzó el agarre en su cintura para no dejarla escapar tan fácilmente.
Él, por su parte, le miró intensamente, mordiéndose ligeramente el labio inferior, haciéndolo lucir, a ojos de ella, bastante sensual.
- Me gustas mucho - Soltó él, así sin más.
- N-no lo digas así, gato...tonto - Contestó ella, esforzándose por mantener ese papel inquebrantable ante los encantos del rubio.
- ¿Por qué no? Lo sabes desde hace tanto... y tú sigues rechazándome... -
- Tú bien sabes la razón -
- Pero él sigue sin hacerte caso ¿Verdad? ¿Por qué no me das una oportunidad a mi? Sabes que estoy a tus pies, solo necesito una oportunidad -
Aquellas palabras fueron un duro golpe bajo para la azabache, recordándole su realidad y el hecho de que hasta la fecha no había logrado reunir las agallas para declararse ante el que consideraba "el amor de su vida", aun que bien el gran culpable de aquello era el hecho de que estaba segura de que él sólo la veía como una buena amiga.
¿Entonces que sentido tenía?
- ¿Cómo es que lo dices tu de una manera tan fácil? ¿Por qué sigues diciéndolo una y otra vez a pesar de que te he rechazado tantas veces? -
Él mismo se había preguntado eso muchas veces ¿Por qué seguía luchando por ese amor no correspondido? Había pensado tantas veces en renunciar a ella desde que su amiga Kagami le había sugerido "cambiar de objetivo" y cuando Marinette se le había, supuestamente, declarado como Chat Noir, por un momento creyó que quizás ella podría ser ese otro objetivo en su vida, incluso intentó acercarse más a ella y al paso del tiempo descubrió que en verdad había en él un bonito sentimiento hacia su compañera de clases; ella había logrado robarle más de un par de suspiros y muchos intensos sonrojos al verse descubierto mirándola. Y es que no cabía duda alguna en que Marinette Dupain Cheng era una chica realmente hermosa de pies a cabeza y cuando iba a visitarle se le perdía hasta la noción del tiempo de solo mirarla, incluso podía pasar las tardes enteras observándola dibujar o hacer sus deberes. Estuvo a nada de mandar sus sentimientos por Ladybug por un tubo por su azabache amiga, pero... al final resultó ser que ella realmente no estaba enamorada de él y que solo había mentido por otros interéses. Fue un golpe bastante duro para él el ser rechazado sin siquiera haberse confesado, por lo que terminó por callarselos y preferir seguir frecuentándola como la buena amiga que era... sin embargo aquello contribuyó a su creciente depresión por no ser capaz de obtener nunca lo que más deseaba.
Ya estaba harto...
No más, ésta vez estaba decidido; desde tanto tiempo atrás siempre se mantenía a raya con lo que sentía por su siempre amada catarina y ya no quería contenerse más, necesitaba dejarse llevar por lo que sentía, y si bien no lo hizo en su momento por Marinette, ésta vez nada le impediría hacerlo por Ladybug.
- Que me rechaces no me vuelve ciego, mi Lady, ni de ojos ni de corazón -
- Chat... por favor, deja de decir esas cosas y suéltame...o - Rogaba ella, sin embargo, al mismo tiempo su brazos rodeaban los hombros del ojiverde, acomodándose para quedar frente a frente con él.
- ¿O que?... Estoy dispuesto a recibir cualquier castigo, pero no te dejaré ir hasta obtener lo que quiero - Él la apretó aún más contra él, usando una de sus manos para sostener el delicado mentón de la moteada.
- ¿Lo que quieres?... ¿Qué es?... Vas a...¿besarme? - Retó ella, sabiendo que muchas veces esa actitud con él había logrado hacer que se acobardara y frenara todo acto de coquetería.
Pero ésta vez no funcionó...
- El bichito es muy bueno adivinando - Contestó él con voz ronca, pareciendo casi un susurro.
El cuerpo de Ladybug se congeló por una fracción de segundo, sintiéndo la sangre de sus extremidades irse a algún punto de su cuerpo para después subir hasta su rostro... Y como pudo, logró zafarse del agarre de su compañero, tomándo su yoyo en un movimiento rápido, sin embargo pudo escuchar el sonido metálico del bastón de Chat Noir chocar contra el extremo de su propia arma, desviándola y haciéndolo caer al piso, frustrando su huída...
Lo siguiente que sintió fue una mano sobre una de las suyas, jalándole y estirándo su brazo, un momento después, su cintura y brazos eran apretujados en un firme agarre que le impidió moverse, así como una mano cubriéndole los ojos y finalmente... los suaves y carnosos labios de su compañero de batallas sobre los suyos, deborándolos en un beso necesitado. Si bien ella no hizo nada más por intentar huir, tampoco hizo mucho para corresponder, sin embargo la falta de oxígeno le obligó a separar los labios en busca del presiado aire que necesitaba, lo que le facilitó al rubio la entrada de su lengua en la cavidad bucal de la azabache.
Sabía que después de ese crimen cometido, quizás su compañera le odiaría así que pensaba aprovechar muy bien ese beso que después de tanto tiempo al fin había obtenido, muy a pesar de no ser correspondido como tanto soñó alguna vez.
Y cuando estaba por separase de esos labios tan embriagantes que permanecían estáticos, pudo percibir cómo la lengua de ella comenzaba a jugar con lo suya, mandándole corrientes electricas por toda la columna. ¿No estaba soñando, verdad? Era una realidad el cómo ella estaba empezando a corresponderle.
Entonces él retiró poco a poco la mano que cubría los ojos de la azabache, sonriendo durante el beso al notar que ella mantenía cerrados sus ojos al tiempo que sus músculos se iban relajando poco a poco, fue hasta ese momento en que él mismo se permitió cerrar los suyos para disfrutar plenamente de los labios y lengua de aquella increíble chica.
- Chat...- gimió ella sin siquiera llegar a percatarse, pero fue algo que él si pudo notar y que activó en él inmediatamente una parte muy íntima en su anatomía.
Beep beep.
El sonido al únisono de los Miraculous detuvo de golpe todo movimiento en Ladybug, abriéndo los ojos totalmente descolocada y alarmada para después usar ambas manos, que de tiempo atrás ya estaban libres, para empujar bruscamente a su compañero héroe y así, salir corriendo, con éxito ésta vez, pues el chico no pudo reaccionar de manera veloz ante los movimientos de la catarina.
ooooooooooooo
- Marinette, no deberías mortificarte tanto, solo fue un beso...-
Tikki, la kwami de los pendientes de Ladybug, intentaba relajar con palabras a su portadora, resultándole totalmente inútil.
- ¡No sé que me pasó! ¡Tikki! ¡Ese gato idiota se aprovechó de mi! - Gritaba Marinette con una almohada en la cabeza, en un intento por hacer que su rabieta no se escuchara en los pisos inferiores de la casa.
- Bueno...al final si que correspondiste... - Susurró la kwami, creyendo que no le escucharía.
- ¡TIKKI! ¡Por Dioooos! -
- Cálmate, Marinette, así no podrás pensar con claridad. Además... yo no le veo nada de malo, es decir, tu le gustas y él te gusta...- decía la kwami mientras iba bajando de a poco el tono de su voz - y solo fue un beso- repitió.
¿Solo fue "un beso"? Ojalá eso fuera cierto, pero Marinette sabía que no era así. Ese beso había activado tantas cosas en ella, cosas tan placenteras e indebidas, que terminó por corresponder de la manera en que su cuerpo le ordenaba ¡Pero no estaba bien!
- ¡Yo amo a Adrien! Chat Noir nunca se le compará - Gritó, más para convencerme a sí misma que a su kwami.
Tikki sonrió a sabiendas de la identidad del héroe rubio.
- ¿Estás segura de eso, Marinette? -
No hubo respuesta por parte de la de coletas, en cambio de tapó con sus sábadas completamente y se revolvió desesperada debajo de ellas.
Ese beso no debió gustarle tanto, ni mucho menos debió corresponderlo.
¿Qué hacer? No podría ver de nuevo a la cara a su compañero de batallas, no después de tal momento tan bochornoso.
/¡Dios! ¿Qué haré si viene a verme como Marinette? ¡No podré ni verlo a la cara!/ Pensó, muerta de los nervios y rogando por que eso no pasara.
ooooooooooooo
- ¡Ladybug! ¡Deja de huir de mi! ¿¡No es patético que lleves ya 2 semanas completas evitándome?! -
- ¡Tengo prisa, Chat! ¡Déjame en paz! -
Y ahí se encontraban los hérores de París, Chat persiguiendo a Ladybug a toda velocidad por las calles sin planear darse por vencido.
- ¿¡Prisa para que?! ¡No pongas de excusas el tiempo que nos queda por que ya no es una opción para ti!-
/Y ahora mismo maldigo el día en que el Maestro Fu supo cómo alargar el tiempo de transformación/
- ¡Déjame en paz, Chat! ¡No quiero verte! -
Esas últimas palabras hicieron reaccionar con más habilidad al ojiverde, despertándo en él una especie de rabia mezclada con tristeza que le hicieron obligarse a darle alcance a la ojiazul.
- ¡Suéltame! - Gritaba desesperada la heroína moteada, no pareciendose para nada a la típica Ladybug con actitud confiada y determinada de siempre.
Por suerte para ambos, habían dado a parar a la azotea de uno de los edificios más altos del lugar.
- Chat, te lo advierto ¡Suéltame! -
- ¡Solo dime que me odias y te dejaré en paz! ¡Pero por favor, deja de huir de mi de esa manera! -
La petición de Chat Noir la hizo congelarse en su lugar, teniéndolo a él pegado contra su espalda, abrazándole por la cintura con ambos brazos.
- Yo... no te odio... - Susurró ella, con lágrimas en los ojos, esperando que él no notara cómo su voz se quebraba.
- ¿Entonces? ¿Por qué haces ésto? -
Ella negó energéticamente con la cabeza y comenzó a forcejear nuevamente para obtener su libertad, pero él tenía una posición ventajosa por sobre ella en todo sentido, desde el físico hasta el emocional.
- Por favor, Chat...déjame ir -
- Nunca...bajo ningún concepto, nunca más te dejaré ir ¿Entiendes? -
- ¡Yo amo a otra persona! ¿¡Cuándo lo vas a entender!? Déjame en paz...¡Ese beso fue un error!...-
- ¿¡Te es tan difícil aceptar que ese beso te ha gustado?! - Preguntó, seguro de si mismo el rubio - ¿Que te ha gustado tanto como a mi? nuestras lenguas rozarse, saboreandonos, sintiéndonos, nuestro cuerpos temblando por la necesidad de más...-
- Basta...-
- Mis manos sobre tu cintura y las tuyas en mi cuello, acercándome más a ti, no me digas que no te diste cuenta de todo eso... ¡No te atrevas a decir que no te ha gustado tanto como a mi!... por que pude sentir perfectamente cómo tu cuerpo pedía por m...-
Un estruendo fuerte, sonido del choque de piel contra piel y un ardor en su mejilla derecha lo hizo interrumpir sus palabras. Ladybug le había abofeteado con gran fuerza, sin embargo lo que vino después hizo valer la pena todo dolor y habría estado dispuesto a recibir más si eso le aseguraba la gloria que ahora vivía... pues ella se había prendado de su cuello para besarlo con ganas y desesperación. Obviamente él no tardó ni medio segundo en responder a tan intenso beso, subiéndo sus manos hasta las mejillas de ella para atrapar su rostro y así poder tener un poco más de control sobre el beso que ahora era ella quién había robado.
- Eres...in..sufrible - Decía ella entre besos.
Poco le importaba al gato lo que ella dijiese, siempre y cuando no dejara de besarlo. Se sentía como en uno de sus sueños húmedos en dónde era ella quién tomaba control de la situación para después hacer el amor como locos en donde fuese que se encontraran...Y gracias a esos pensamientos y las sensasiones que ella le provocaba, la erección dentro de su traje no tardó en hacerse notar. En otras circunstancias se habría retirado avergonzado de si mismo, pero dado el contexto en el que se encontraban solo atinó a apegar sus caderas contra las de ella, lográndo así robarle un gemido involuntario.
- Mmph...basta...Chat -
- ¿Basta? - Preguntó el felino, sonriéndo ligeramente y negándose a detener cualquier tipo de contacto con ella - Pero...has sido tu la que ha empezado - Dijo él contra los labios de ella para finalmente retomar su labor en ese tan anhelado beso.
/Y ahora no sé cómo pararlo. Dios... ¿Qué mas has hecho, gato tonto? ¿Por qué tenías que besar tan malditamente bien?/
Continuaron besándose, restregando sus cuerpos sin ningúna especie de pudor. La intesidad iba creciendo a cada segundo y ningúno de los dos se veía capaz de hacer nada para evitarlo.
El color en las mejillas de Ladybug fácilmente se lo podía comparar al de su traje; se sentía sumamente abochornada y su respiración comenzaba a ser bastante irregular y difícil de mantener. Nunca imaginó un momento como el que ahora vivía con su compañero de peleas, aquel al que siempre había rechazado a pesar de saber que lo que sentía por ella era auténtico. Se suponía que ella ansiaba solo ser besada por su eterno amor: Adrien Agreste... y sin embargo, allí estaba, besando a Chat Noir, a la persona que jamás creyó besar en la vida después de ese momento en que Cupído Negro hizo de las suyas, hacía ya más de un año atrás. Irónico...
Sentir aquella lengua aterciopelada luchar con la suya hacía que Chat Noir se sintiese cada vez más y más embriagado con esos labios perfectos almodándose a los suyos y su esbelta figura entre sus brazos sin oponer ningúna clase de resistencia...
/¡Agh, demonios! Si esto sigue así...no voy a poder detenerme. Oh, bueno ¿A quién engaño? ¡No quiero detenerme!/
- Chat... es...enserio...Basta - Suplicaba la catarina, viéndose incapaz de ser ella la que detuviese ese acto tan indebido y esperando que él si pudiése ¿Pero qué posibilidades reales había de que eso sucediera? - Esto no está bien -
- Para mi está más que perfecto, mi Lady. -
Aquellas últimas palabras, Chat Noir las había pronunciado acercándo sus labios al oído de la heroína, logrando así provocarle un estremecimiento en todo el cuerpo que no pasó para nada desapercibido por él, sin embargo dicha acción también ayudó a Ladybug para poder reunir toda la fuerza de voluntad que le quedaba para apartarse de él y así poner suficiente distancia entre ellos.
/Bravo, Agreste. Simplemente debiste seguir besándola/ Se reprendía mentalmente el rubio.
- No... Ésto no puede volver a repetirse - Aseguró ella.
- ¿Debo volver a recordarte que fuiste tú quién inició el beso? - Dijo él, escuchándose orgulloso.
Lo cierto era que ella había dicho esas palabras más para ella misma que para él.
- Fue...un error. No se repetirá -
- Un...¿error? ¿Eso es lo que fueron esos besos para ti? - Esas palabras no solo hirieron el ego del muchacho, sino también su corazón, pues aun que aquel beso pudo haber parecido como solo un arrebato, la realidad era que para él sigificaba muchísimo, pues no solo había pasión y deseo en él, si no que de su parte también había amor, el amor más puro y sincero que alguna vez hubo sentido hacia alguien.
Ella ni siquiera se atrevía a alzar la mirada para encarar al rubio, se sentía demasiado abochornada, demasiado... deseosa de más, temía que si cedía a mirarlo nuevamente, no pudiese contenerse para volver a lanzarse a sus brazos.
/Tranquilizate Marinette, él es solo Chat Noir...no sientes nada por él/ Se decía mentalmente, intentando así controlar su agitada respiración.
- Vete ya, yo me quedaré a patrullar un rato más - Dijo fríamente el rubio, haciéndo que ella levantara la mirada para observarlo; él se encontraba de espaldas a ella, mirándo hacía el otro lado de la ciudad.
Algo dentro de ella se rompió en ese momento, no supo que fue...pero lo que sea que hubiese sido, había provocado que lágrimas comenzaran de zurcar sus mejillas.
- Chat... perdóname - Susurró ella, sabiendo que él la escucharía perfectamente bien debido a uno de los poderes que le confería su Miraculous.
Él no respondío, en cambio, tomó su bastón y sin más, se lanzó al vacío para terminar abandonando allí a su compañera.
/¿Por qué me duele tanto?... ¿Por qué me es tan difícil verlo partir?/
ooooooooooooo
- ¿Adrien?...-
Plagg, el kwami del anillo de Chat Noir, se encontraba donde su portador, quién nada más llegar a su habitación aventó con todas sus fuerzas lo primero que se cruzó en su camino, la cual fue su mesa de centro con todo y libros o lo que fuera que estuviese encima, en seguida, se lanzó a la cama boca abajo llevándose las manos a la cabeza.
- Oye... -
- No molestes, Plagg, si quieres queso ya sabes en donde está -
- Hey, a mi no me vas a hablar así. - Se quejó el pequeño ser, sentándose en la espalda de su portador - Sé que no soy muy bueno con estas cosas, pero...¡oye! Aun que no lo parezca si me preocupo por ti. No me gusta verte así -
El rubio giró su cuerpo, haciéndo que Plagg levitara un poco solo para acomodarse ésta vez sobre su pecho.
- Perdóname Plagg, no quise hablarte así... es solo que... -
- Ya lo sé, no tienes que explicarme nada, yo estuve allí ¿Recuerdas? Solo intenta no pensar mucho en eso... o después puede ser un problema para cuando ambos tengan que luchar contra algún akuma -
- De so no te preocupes...que soy todo un profesional. No dejaré que lo que siento me afecte en mi desempeño como Chat Noir...-
- ¿Seguro? Es decir... ¿Recuerdas esas ocasiones en que pelearon con Glaciator? o Frozer... Te dejaste llevar por tus emociones y eso afectó a la pelea -
Hubo un silencio un tanto incómodo en el que Adrien inhaló profundo y se tapó el rostro con ambas manos.
- Lo prometo, Plagg. No me dejaré vencer por lo que siento. Al fin y al cabo...creo que esto era lo que tenía que pasar para por fin darme por vencido con ella, no tiene caso seguir luchando por algo que ella jamás va a sentir por mi -
Esta vez fue Plagg el que hizo el silencio, sintiéndose triste por su portador.
ooooooooooooo
Las semanas pasaron y tanto Ladybug como Chat Noir seguían al servicio de Paris tras los ataques de akumas que se avistaban, alguna veces ayudados por Rena Rouge, Carapace o Queen Bee. No importando cómo se diera el problema con los nuevos akumas, ellos siempre resultaban victoriosos, sin embargo algo había cambiado, algo en lo que incluso los ciudadanos de París habían reparado: la relación entre sus dos héroes favoritos ya no era la misma.
- ¡Chat! ... - Llamó Ladybug a su compañero al ver que estaba a punto de marcharse al haber derrotado al akuma de turno.
- Bien hecho, Ladybug -
Fue todo lo que el gato se limitó a decir antes de salir a toda velocidad de la escena.
Ella miró cómo él se marchaba sin siquiera mirarla, abandonándola tal y como había comenzado a hacer después de ese encuentro "íntimo" entre los dos.
- ¿Por qué, Chat?... -
Con un tremendo nudo formándose en la garganta, la heroína se retiró del lugar para terminar en el balcón de su casa, deshaciéndo su transformación allí mismo, soltándo al fin ese llanto que había estado conteniendo.
- ¿Por qué, Tikki? ... Duele mucho... casi siento que no puedo respirar. Cada vez que lo veo partir de esa manera... siento como sin un enomarme hueco se abriera en mi pecho... - Ella lloraba, cubriéndose los ojos, sin embargo sabía que su fiel amiga estaba allí para escucharla - ¡Ese gato tonto ni siquiera me deja despedirme de él! Antes siempre buscaba por mi, veía la forma de que conviviesemos unos minutos más... Y ahora todo lo que hace es irse sin apenas mirarme -
- ¿Has pensado en ir tras él? Tal y como él solía hacer... - Sugirió la kwami, sabiéndo perfectamente la razón por la que su portadora se sentía tan miserable, aun que ella misma no quisiera aceptarlo aún.
- No quiero obligarlo...- Respondió la azabache, limpiándose las lágrimas de las mejillas y el mentón. - Ya no quiere ni que coincidamos en los patrullajes... Prefiere que yo no esté cerca. Está más que claro que no quiere verme -
- ¿Te has preguntando...por qué te preocupa tanto? Tu antes hacías de todo para no tener que verlo más tiempo del necesario. -
/¿Y así se sentía él? ... Es cierto ¿Por qué me preocupa tanto?/
- ¿Princesa? -
Una voz demasiado conocida a sus espaldas la hizo sobresaltar, sabía perfectamente de quién era esa voz...esa forma de llamarla...Y por un momento sintió un cálido sentimiento de felicidad que llenaba ese hueco en el corazón.
- Chat...- dijo ella, girándose para mirarlo. Si, allí estaba él, con esa forma tan peculiar de estar sobre el barandal de su balcón, observándola con una ligera sonrisa en sus labios.
/Está sonriéndo...me está sonriendo... Si supiera quién soy en realidad, ni siquiera estaría aquí/
- Espero no oportunar. Hace mucho tiempo que no venía y... bueno, no sé si sea buen momento -
Durante todas esas semanas él mismo se había cerrado al mundo, intentando así calmar su agonía; cumpliendo con los horarios que le imponía su padre e incluso pidiéndo él mismo que se le agregasen más actividades para poder mantenerse lo suficientemente ocupado como para no tener que pensar en nada más, y justo en ese momento se suponía que se encontraba descansando en su habitación después de una agotadora e intensiva clase de natación que, bueno, terminó más bien en su más reciente lucha contra un akuma. Y después de tanto tiempo, al fin se sentía lo suficientemente en paz consigo mismo como para darse la libertad de visitar a su amiga. Lo cierto era que convivir con ella en clases le subía bastante los ánimos así que no veía como mala opción platicar un rato con ella en su forma heroica.
/Espera... ¿Estuvo llorando? Tiene los ojos rojos e hinchados../
- ¿Todo bien, Princesa? - Preguntó, preocupado por lo que pudiera estarle pasando a su amiga.
- ¿Qué? Eh... si... ¿Por que algo no debería de estarlo?... - Respondió nerviosa ella, agachando la mirada para, según ella, no delatar su llanto.
- Sabes que puedes contarme lo que sea, Princesa - Animó él, esperando que ella confiara lo suficiente en él - No tienes porqué ocultar que has estado llorando...-
Chat Noir bajó de un ágil movimiento del barandal para posicionarse frente a la de coletas, abrazándola de repente, sin que ella misma lo viera venir, desatando en ella un remolino de emociones que no la dejaron reaccionar...y tras unos segundos, fuera de querer hacer algo, lo único que quiso fue dejar que su compañero la reconfortase, aun si saber que él era la razón por la que se encontraba en ese estado.
- Gracias, Chat...- dijo ella por lo bajo, alzando los brazos para aferrarse a la fuerte espalda del muchacho, cerrando los ojos, disfrutándo de la calidez que éste le ofrecía. - Te extrañé...-
Y no solo le había extrañado por el hecho de que él no se presentó en su casa a lo largo de varias semanas, sino por la razón de que él siempre había estado allí para ella también como Ladybug, pero eso se había acabado por su culpa.
- Yo también, en serio... Perdón por no venir. De haber sabido que no estabas bien, habría venido inmediatamente. -
El abrazo no se deshacía, ellos seguían allí, sintiéndose y reconfortándose mutuamente, pues aquel abrazo era algo que ambos necesitaban. Chat había recargado su mentón sobre la cabeza de la ojiazul, sintiéndose sumamente cómodo y dichoso, sin embargo...Esa dicha se vió derrumbada con lo siguiente que dijo ella.
- ¿Y tu? ¿Estás bien? ¿Por qué no venías? -
Aquellas simples preguntas en las que ella solo buscaba saber su estado le trajeron duros recuerdos de su compañera rechazádole, recordándole que en realidad aún no estaba recuperado y que solo estaba intentando sobrellevar los días, uno a uno, lo mejor que podía.
- Bueno...ya sabes... lo mismo de siempre: Ser rechazado una y otra vez por Ladybug... pero ¿Sabes que? Ya no me importa - Mintió - He decidido dejarla en paz de una buena vez -
Ella se apartó de él solo para poder mirarlo a los ojos.
- ¿Es por eso que ya no se tratan como antes? - Preguntó sin presión alguna, pues era algo que todos los parisinos habían estado comentando recientemente. - Solían despedirse animadamente con ese choque de puños o a veces incluso se iban juntos -
- Bueno... - Por alguna razón él volvió a hacer que Marinette recargara su cabeza contra su pecho, acción que hizo que ella pudiese sentir como el corazón del rubio se aceleraba de pronto - Si, supongo que esa es la razón. Pero está bien, seguro que a ella no le molesta -
Ella volvió a aferrarse a su abrazo, nuevamente las lágrimas amenazaban con caer de sus ojos ya inundados por ellas. Se sentía tan culpable y realmente extrañaba tener a su lado a ese gato necio y coqueto.
Aquello no podía seguir así, tenía que hacer algo para remediarlo ¿Pero qué? Primero tenía que poner en claro sus sentimientos pero al mismo tiempo sentía que no podía esperar más para actuar.
- ¡¿Marinette!? ¿Estás arriba, hija? -
La voz de su madre fue el detonante para obligarla a separarse de golpe del héroe, perfecta excusa para no tener que explicar la razón por la que ella se encontraba llorando, así que solo alzó la mano a modo de despedida mientras corría hacia la trampilla que llevaba hasta el interior de su casa.
- ¡Gracias por venir, Chat! Espero se vuelva a repetir pronto... ¡Ya voy mamá! -
Chat Noir, por su parte, se quedó en su lugar, observando como su amiga se adentraba a su habitación y sonrió. Verla siempre era como un respiro para su alma, ella le transmitía cierta calma y un reconfortante bienestar.
/Si tan solo no me hubieses rechazado ya, Princesa... Puf, pero he aprendido con Ladybug que nunca es bueno forzar al corazón... No puedes hacer que alguien se enamore de ti por la fuerza.../
ooooooooooooo
Pasaron unos días más antes de que la aparición de un akuma los obligara a reunirse nuevamente, siendo éste lo suficientemente complicado como para obligarles a usar aquellos macaroons y quesos mágicos que les otorgaban nuevos poderes. Por suerte aquello fue suficiente como para no tener que recurrir a la ayuda extra de sus compañeros y terminaron de manera exitosa y sin mayor contratiempo con la purificación de la mariposa.
Para cuando todo se hubo normalizado y los habitantes de París estuvieron a salvo en sus casas, ya estaba entrada la noche, el frío comenzaba a calar en los huesos y nuestros super héroes hacián lo necesario para asegurarse de que al fin podrían retirarse.
Sin embargo ésta vez Ladybug no estaba dispuesta a dejar que su compañero se fuera así como así, ésta vez sería ella quién hiciera lo posible, de ser necesario, para poder hablar con él y por lo menos poder calmar esa situación que no la dejaba dormir , pues no quería más sentir aquella indiferencia que el gato negro le transmitía cada vez que se veían.
Ya había intentado llamar su atención en otra ocasiones para poder hablar con él, pero todas y cada una de ellas él siempre terminaba encarrerándose para poder irse sin cruzar palabra con ella, así que...lo único que se le ocurrió fue lanzar su yoyo en contra de su compañero antes de que pudiese hacer nada y así atraparlo de la cintura y brazos.
- ¡Hey! ¡¿Qué demo...?! - Exclamó sorprendido, mirándo a todos lados para saber de dónde rayos había salido ese cordón negro que lo amarraba firmemente - ¿Ladybug? -
- Lo siento, Chat... pero... Siempre terminas por irte sin dejarme decir nada. No podía permitir que sucediese de nuevo... Dime que te quedarás un momento conmigo y te soltaré -
- ... Está bien - Respondió él, aun no creyendose del todo la situación en la que se encontraba con ella.
Gracias a esa respuesta, el amarre se aflojó y él pudo liberarse sin mayor problema, quedándo estático en su lugar, dándole la espalda, esperando por lo que sea que ella quisiera decirle.
Sin embargo, tras varios segundos de silencio absoluto quiso voltear para saber lo que sucedía, pero antes de que pudiese hacerlo, sintió los brazos de la heroína rodear sus caderas y su cuerpo apegarse al de él. Tal cercanía le puso los vellos de punta al tiempo que le secaba la boca y una insistente taquicardia se le agolpaba en el pecho.
- Perdóname, Chat... Por todo lo que pude haberte hecho sentir, por... -
- ¿Por no poder corresponderme? - dijo él con la mayor calma que pudo, costándole mucho debido al nudo en su garganta.
- No quise... nunca quise hacerte sentir mal... Yo...te quiero ¿sabes? y me destroza ver cómo te vuelves tan distante conmigo -
Chat Noir inhaló profundo para después sacar todo el aire a modo de suspiro. Tomó las pequeñas manos enguantadas de rojo que se aferraban a su estómago y las retiró para poder girar para encarar a la catarina.
- ¿Cómo crees que me siento yo? Tener que ver a la persona que amo en cada pelea sin poder estar cerca de ella, habiendo sido rechazado una y mil veces... ¡Y lo peor de todo es que a pesar de eso no puedo dejar de amarte! Cada día siento que te amo más y más... Y... sin embargo sé que jamás seré correspondido ¿Cómo se supone que debo lidiar con ello, Ladybug? ¿Cómo? ¿Tú puedes darme una solución? No puedo dejar de amarte ¡Eso ya lo intenté! Lo he intentado tantas veces...que estoy seguro que ni me lo creerías... Y luego ¡esos besos! Demonios, no tienes idea de lo mucho que me marcaron -
Él terminó de hablar con los ojos cristalinos, mirándola intensamente mientras ella restaba paralizada frente a él, apenas alcanzando a asimiliar cada una de sus palabras. ¿Tanto la amaba? Su corazón se estrujó y pensó en Adrien Agreste, esa persona que se había colado en su corazón y que no lograba sacar de ninguna manera...¡Y es que no quería! Y luego miró a los ojos verdes de Chat Noir y pudo ver en ellos auténtico dolor... un dolor que ella había provocado. ¿Qué debía hacer? No quería ver sufrir a su compañero, a su amigo, a esa persona que tanto había hecho por ella.
Se sentía indefensa ante su mirada pero aún así no apartó la suya, intentando buscar en esos ojos esmeralda alguna respuesta a su pregunta.
Entonces él calló de rodillas ante ella, destrozado y sin fuerzas para siquiera poder salir corriendo de allí una vez más, sentía que el aire le faltaba, quería soltarse a llorar sin importarle nada a su alrededor, pero no podía, tan solo podía estar allí, derrotado y con la cabeza gacha.
Ella lo observaba, casi podía sentir su dolor ¿Cómo había permitido que todo llegase hasta ese punto? No sabía qué debía hacer por lo que solo atinó a tomar el rostro del héroe entre sus manos para recargar su frente contra la de él, cerrando sus ojos en un intento por no dejarse quebrar ella misma.
- Por favor, Chat... no me odies - Pidió ella con voz temblorosa, ejerciendo un poco más de presión con sus manos, no queriéndo apartarse - No lo soportaría...-
Aquella petición hizo que el rubio abriera sus ojos, solo para encontrarse con los cerrados de ella, muy cerca de él. En verdad se le veía muy afectada y todo por su culpa, por no haber sido capaz de guardarse sus sentimientos.
Chat Noir subió sus manos hasta las caderas de la chica para acercarla en un semiabrazo que hizo que sus rostros se juntaran aún más; ambos podían sentir claramente la respiración del otro sobre sus rostros y un suave cosquilleo sobre sus labios, los cuales estaban a solo un centimetro de distancia.
Él cerro los ojos nuevamente al mismo tiempo en que ellas abría los suyos solo para encontrarse con la tentadora visión de los labios entreabiertos de su compañero...
/Se ven tan...suaves, tan.../
Se suponía que ese momento era para pedir perdón por lo que ella no podía ofrecerle, sin embargo, algo la estaba obligando a caer ante él, a no querer resistirse en obtener algo que por más que negara, ella también quería; necesitaba sentirlo nuevamente.
Fue ella misma quién muy lentamente fue acercándose más y más sus labios en dirección de los de él, mirándolos casi hipnotizada. Chat Noir dió un pequeño salto, casi imperceptible, cuando sintió la suavidad de los labios de la azabache sobre los suyos, era un roce tímido que le provocaban cosquillas, sin embargo no se atrevió a moverse de su lugar, ni siquiera a abrir los ojos, temía que si lo hacía se tratara de tan solo uno más de sus sueños. En cambio, restó paciente, esperando por lo que sea que viniera después, ya fuese la inminente separación o...algo más; a decir verdad, no esperaba nada positivo.
Ella, por su parte, se debatía por las sensasiones que recorrían cada parte de su cuerpo, aún ni siquiera era totalmente conciente de lo que estaba haciéndo pues tan solo se limitaba a sentir. Empezó a mover sus dedos por las mejillas del apuesto muchacho, sintiéndo la curiosa textura del antifaz que llevaba puesto... Ésta vez ni el sonido del Miraculous de ambos la sacó de su trance, ella sabía que tenía tiempo, no había prisa...
- My...lady...- Susurró Chat sobre sus labios, captando su atención sobre los de él, mirándolos fijamente mientras comenzaba a mover muy superficialmente los suyos, depositando pequeñísimos besos sobre éstos, cortos y pausados.
Solo entonces volvió a cerrar sus ojos, dejándose llevar por lo que realmente necesitaba, dejándo besos cada vez más largos sobre los labios estáticos del héroe, quién aún no podía creer lo que estaba sucediendo. Se sentía tan bien... que creía que no era real, creía que en cualquier momento terminaría y que al final...ella nuevamente le rechazaría. Con eso en mente y lleno de miedo, coló sus manos hasta las mejillas de ella, de manera en que ambos se encontraban sujetando el rostro del contrario, sin embargo él lo hizo para obligarla a separarse de él, mirándole de manera anhelante, preguntándole sin palabras por lo que vendría después.
Ninguno de los dos supo cuánto tiempo estuvieron mirándose, simplemente no se hartaban de hacerlo; ambos mirándo sus ojos y paseando la mirada hasta sus labios para volver a los ojos. Su respiración era pesada y sus pechos subían y bajaban con frenetismo a pesar de encontrarse en total reposo.
Él moría por besarla, ella moría por ser besada... pero ningúno de los dos cedía, hasta que ella volvió a acercar su rostro al de él, juntando de la misma manera tímida de antes sus labios con los de él, sin embargo Chat Noir volvió a separarla de su cercanía para mirarla intensamente, haciéndole la misma pregunta silenciosa de antes... y tras mirar los ojos cargados de deseo de su amada, finalmente obtuvo la respuesta que necesitaba, atrapando al fin los labios de ella con los propios, iniciando un beso sumamente lento pero a la vez intenso y cargado de deseo, de necesidad, pero sobre todo...de todo el amor que le profesaba.
Y ella le correspondió...
Y lo hizo de una manera totalmente entregada que casi lo hace desfallecer.
Ladybug apartó sus manos del rostro del rubio para poder subirlas hasta sus hombros y así poder posarlas en su cabeza para atraerlo más a ella, embriagandose de sus sabores y texturas, no importándole en lo absoluto la razón por la que se suponía que no debía besarlo. No, ésta vez se dejaba llevar plenamente por la necesidad de sentilo cerca, de besarlo como nunca había besado a nadie y de sentirlo como tan solo él le procovaba.
Ladybug al fin había cedido ante los encantos de Chat Noir y él no podía sentirse más feliz... La verdad era, y el lo sabía, que aún había una posibilidad de que ella se arrepintiera y por ello era que no pensaba detener ese beso que a cada segundo se volvía más y más apasionado, no, no después de todo lo que había pasado por ella.
Notas de la autora:
Aaaamo describir este tipo de besos, si se les ha antojado entonces creo que lo hice bien ;) jajajaja
Espero que le haya gustado éste primer capítulo :3 y agarrense por que viene lo mejor! :D
Éste será un Two-Shots por lo que el que sigue será el último capítulo, que por cierto, seguro quedará mucho más largo que éste, así que vayan preparándose.
NOTA: En éste fic hay referencias a Weredad, como se habrán podido dar cuenta, sin embargo lo empecé a escribir antes de que saliera el capítulo y solo tomé la información que teníamos cuando salió el sneek peak en brasil.
Aclarado lo anterior...¡No olviden dejar su hermoso review! :D Me ayudaría mucho más si me siguieran en Wattpad! pues allí es en donde más fácil se puede dar a conocer este fic :3 Busquenme como Bacitakarla yyyy ya que estamos con spam jajaja xD vayan y siganme en instagram! allí me encuentran como KarlaHoshi, últimamente he estado más activa con mis ilustraciones :D
Gracias por leer! los quiero!
