Bueno, aquí comienzo un nuevo fic, largo, de uno de mis géneros favoritos, el slash entre Harry / Draco. Os situo en el tiempo. Es un slash post Hogwarts, ya han luchado en la batalla, y han pasado 5 años desde entonces. ¿Que ha pasado en esos 5 años? Eso os toca descubrirlo a vosotros.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K.Rowling, y yo no gano dinero escribiendo. Lo hago por diversión.

Espero que os guste:

missi

ENTRE EL TIEMPO Y EL OLVIDO

Capítulo 1: Esperanza

"EL GRAN HARRY POTTER, HÉROE DEL MUNDO MÁGICO, SE HA CASADO EN LONDRES

Harry Potter, aquel que venció al señor tenebroso, ha celebrado su boda en una modesta posada a las afueras de Londres. El ya no tan niño que vivió, decidió, después de cinco años de noviazgo, unir su vida a Hermione Granger, su mejor amiga desde los once años. La ceremonia fue muy discreta. Por decisión de los novios, solo asistieron al enlace sus familiares y amigos más allegados, en lo que intuimos fue una gran fiesta que duró casi hasta el amanecer. Ningún periodista pudo infiltrarse en la fiesta, ni siquiera con sus artimañas más ensayadas, debido a los fuertes hechizos llevados a cabo en el lugar. No obstante, nuestra reportera especial, Rita Skeeter, consiguió hacer una pequeña entrevista a algunos de los asistentes a la ceremonia, así como el señor Remus Lupin, conocido licántropo que ayudó activamente en la guerra poniendo a los licántropos fuera de juego, o Ron Weasley, mejor amigo de los novios también desde los once años. A la pregunta de que tal había ido la fiesta, ambos coincidieron en que había sido sin ninguna duda una fiesta para el recuerdo. "Los novios estaban radiantes y felices, y, estoy seguro de que su matrimonio será longevo y muy gratificante para ambos" declaraba el licántropo a la bella periodista. Sabemos también que acabada la ceremonia los novios se aparecieron en el lugar de destino de su luna de miel, celosamente guardado por ellos para no ser encontrados. Desde aquí esperamos que nuestro Ministro y la Jefa Suprema del Wizzengamott disfruten de estos días dorados y de la paz que han ayudado a crear.

Rita Skeeter"

Cuando sus ojos llegaron al final de la noticia, el hombre cerró el periódico, con la mirada perdida, y suspiró largamente, como si hubiera retenido el aire en su pecho durante demasiado tiempo. Sus ojos no mostraban emoción alguna, como si todo lo que pasaba por delante lo aburriera o no fuera lo bastante importante como para prestarle atención, no obstante, su semblante estaba más serio de lo habitual, su postura era más pesada, como si súbitamente llevara una gran carga a sus espaldas, y sostenía la hoja de periódico con fuerza innecesaria, casi estrujándola entre sus aristócratas manos, acostumbradas al trabajo desde unos años atrás...

Había esperado encontrar esa noticia en los diarios desde el momento en que desapareció de su vida. Sabía que nunca lo encontrarían en ese lugar inhóspito, alejado de la civilización, sin todos los lujos que parecían ser marca de él, de su familia... Se había construido un nuevo hogar, ganado de manera honrada, con un trabajo, empezando desde cero, para que ni por sus numerosas cuentas bancarias pudieran localizarlo...

De hecho, no creía que lo buscaran. Había luchado del lado correcto en la batalla, había ayudado más que estorbado, como siempre creyó, y había desaparecido del mapa sigilosamente, para dejar la gloria a aquellos que la merecían, que estaban preparados para afrontarla, sin tener que aguantar miradas esquivas o recelosas, que aun después de haber dado mil pruebas, seguirían dudando de sus intenciones... No quería saber de su padre muerto, o de su madre, prisionera de Azkabán, y por supuesto no quería usar ese dinero maldito, conseguido con engaños, extorsiones y muertes... Quería dejar su pasado atrás...

Pero sobre todo, quería dejarlo atrás a él, y todo lo que suponía...

Mas ahora esa noticia lo traía de vuelta el presente, acompañado de un pasado que debió haber superado hace tiempo, que la distancia hubiera debido ayudarlo a olvidar...

Había esperado encontrar esa noticia en los diarios desde el momento en el que desapareció de su vida. No quería ver como seguía adelante con su existencia, como se embarcaba en un tren que no tenía retorno, que nunca volvería atrás para echar un vistazo a todo lo pasado, a los momentos vividos en el que llamaba su hogar... Y en esa nueva vida no habría cabida para él...

Desde el primer momento había sabido que buscaría esposa, y que la hallaría allí donde nunca se le ocurriría buscarla: a su lado, como la buena amiga que fue, sabiendo ocupar su lugar en todo momento, pero secretamente queriendo tener más, deseando que se girara a mirarla en algún momento para verla como la mujer que es, y no simplemente como esa hermana que siempre está ahí para él...

No quería ver todo eso desde la grada, aplaudiendo a cada movimiento con la muchedumbre embravecida, mientras sus sueños se iban quebrando ante sus ojos a cada detalle para con ella, cada mirada, caricia o beso, que le recordarían constantemente lo imposible e insensato de esa manera de sentir, de haberse dejado arrastrar por los hilos invisibles del verde de sus ojos, sin saber a dónde lo llevarían, ni porqué...

Esa era la verdadera razón para haberse alejado... Había huido como el cobarde que nunca creyó ser, sin decir nada a nadie, para que ni el más muggle de los muggles pudiese saber de él por casualidad... Y le costó el Alma misma... Irse suponía dejar atrás todo aquello por lo que había luchado, las horas pasadas en aquella vieja aula del ED intentando demostrar que su cambio no era un plan premeditado, su constancia porque él dejara de desconfiar, de temerle, de alejarle... su misión de pasar información a la Orden y poderse librar de la prolongada influencia de su padre... Todo, todo por no sufrir el dolor que solo las dagas envenenadas de los celos son capaces de crear... todo porque la rabia imprudente no le hiciera cometer una locura que borraría para siempre la confianza que había logrado obtener... Prefería dejarle el buen sabor de boca de su alianza en la batalla, su lealtad hacia su persona, su compañerismo en el entrenamiento...

Y sin embargo el dolor crecía con fuerza mientras sus ojos se deslizaban a través del amarillento papel una y otra vez, a pesar de estar tan lejos, a pesar del tiempo pasado, a pesar de estar preparado mentalmente para esa noticia... No pudo evitar que todo ese remolino de sentimientos olvidados en alguna región de su ser, lo golpearan con fuerza en el pecho, dejándolo sin aire ante la certeza de su realidad... ya no era suponer, o imaginar, sino confirmar que todos sus temores eran ciertos, que ahora le pertenecía por y para siempre, que nunca debió albergar la más mínima esperanza, por recóndita que fuera...

Esperanza, peligroso sentimiento... aquello que habita un corazón enamorado hasta la última fibra de la persona, cuando todos los imposibles son puestos ante sus ojos para hacerle entender la verdad, pero absolutamente en vano, porque sigue brillando pase lo que pase, haciendo más duro cada nuevo golpe, cada nueva decepción...

A cada palabra su imagen se iba formando más clara en su mente, casi burlándose de él por conservar en su corazón algo que nunca creyó llegaría a sentir, y menos por alguien como él...

El texto impreso en aquella arrugada hoja quebraba el último hilo que mantenía su órgano vital unido en una sola pieza... Se había acabado. Ahora solo dos mitades irreconciliables pendían de su pecho, una con todas las sensaciones, sentimientos y recuerdos que habían llenado su ser desde que comprendió cuan importante había llegado a ser par él. Otra, que minaba su indiferencia, su ira, su desconfianza y su dolor... todo aquello que había provocado el moreno en él, aun sin llegar a tener idea de cuan fuerte fue...

Terminó de arrugar la hoja, con rabia contenida, pero en lugar de tirarla, la guardó en el interior de su chaqueta, como si fuera un preciado tesoro, y se puso en pie para ir a alguna parte, donde fuera, para no estar quieto en un lugar... Era... era querer gritar a pleno pulmón y mantenerse callado... querer romper algo con sus propias manos, y sentir como las fuerzas lo abandonaban... querer llorar de pura frustración y ver que las lágrimas no acudían a su llamada...

Finalmente se dejó caer en la hierba, al amparo de un roble, con un brazo tapando sus ojos para que la luz del atardecer no hiciera mella en ellos, con sus rayos escarlata tiñéndolo todo como si de sangre se tratase... casi como un corazón sangrante...

Mientras ordenaba la mercancía a poner en venta, su mente no se evadía de ese pequeño recorte de periódico que había leído hacía unos días. Todavía lo conservaba, pero no había tenido el valor suficiente para releerlo, por temor a que ese remolino de sentimientos que lo asaltaban con su solo recuerdo, pudiesen intensificarse todavía más con la relectura de algo que le recordaría que no fue una pesadilla, que es real, que su vida está ligada a otra persona para siempre...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Como cada mañana, esperaba a que sus compañeros llegaran para comenzar la rutina de su día, que a pesar de ser dura y cargante, le daba una libertad que nunca tuvo en Londres, y una satisfacción que difícilmente podría ser comparada con nada...

A medida que avanzara el día, probablemente el pegajoso calor se alojaría en todo su cuerpo, haciéndole desear que llegara la hora de salir para ir a refrescarse al amparo de su casa, cerca de un pequeño lago que lograba hacer que la temperatura de su cuerpo bajara unos minutos... pero mientras los rayos del sol se mantuvieran ocultos, la temperatura era muy agradable en aquel rincón, permitiéndole trabajar con eficacia y rapidez...

La primera clienta de la mañana, como todos los días, la pequeña Gabrielle, que venía a saludarlo con su flamante sonrisa, la misma era feliz con pasar unos minutos junto a su 'chico' preferido. Le sonrió con ternura mientras le daba una parte de su desayuno que deboraba ávidamente...

No se dio cuenta de que alguien se había acercado al lugar, y llevaba contemplándolo con el entrecejo fruncido unos minutos, como si es tuviera comprobando que no era una ilusión de sus ojos. No se dio cuenta de como la comprensión caía como una losa sobre él y la alegría inundaba sus rasgos... No se dio cuenta de que el pequeño gesto de despedida de Gabrielle le indicó que era el momento de acercarse...

Fin del capítulo

Bueno, hasta aquí por ahora. Se que es un capítulo corto, pero los otros serán más largos, el doble más o menos. Esto es más que un capítulo, una mera introducción.

Espero vuestros reviews y hasta pronto