Entre uno y otro.
[Los personajes verdaderamente son de Stephenie Meyer y de Lisa J. Smith.]
Prefacio.
Era otro día más en el cálido Phoenix con los rayos del amanecer golpeando mi adormilado rostro.
Lentamente el sol iba alumbrando cada centímetro de mi habitación. Perezosamente me senté sobre mi cama refregándome los ojos con mis manos, me puse de pie y luego me acerqué a mi ropero de roble.
Me vestí con una remera azul con un leve escote en u junto con unos vaqueros gastados debido al uso, y, lo infaltable, mis zapatillas de color negro.
Cepillé mi rebelde cabello desmarañado resignado a ceder ante mi esfuerzo por mantenerlo prolijo y arreglado. Luego de una batalla inútil desistí y bajé al comedor con pasos pesados debido al enojo por mi derrota.
En la cocina se encontraba desayunando mi madre, Renée, a quien me acerqué con una "falsa" sonrisa alegre y la saludé. Me devolvió el saludo mientras yo tomaba un cuenco de la alacena junto con mis cereales. Oí a mis espaldas un risilla.
—¿Acaso te has peleado con el cepillo?
—Ni te lo imaginas—bufé molesta—Ni siquiera quiso ceder un poco.
Volvió a reír burlonamente a lo que se incrementó mi enojo.
—Te recomiendo como madre y por experiencia que te lo sujetes en una coleta—aconsejó maternalmente. Me resistí el rodar mis ojos.
—Gracias Renée—generalmente la llamaba por su nombre que por "mamá", me resultaba más... cómodo, por así decirlo.
Terminé de desayunar y llevé al fregadero el cuenco que había utilizado para mi desayuno. Lo lavé y luego me despedí de mi madre para ir al instituto.
Fuera de mi casa me esperaba él. Mi razón de se, mi felicidad, mi novio, mi Stefan.
Le sonreí cálidamente al verlo y me lancé a sus fríos y duros brazos de mármol.
—Extrañé el no amanecer junto a ti—me dijo mientras besaba mi frente dulcemente.
—Yo también.
Stefan y yo éramos novios hacía ya 7 meses. Y desde casi 5 meses y medio sabía su más profundo secreto. Al que no había revelado a nadie a mi excepción.
Stefan era un vampiro.
Deseaba mi sangre con ansias, pero su amor era mayor y por esa razón no la bebía. Pero no sólo por su amor no la bebía, él no saciaba su sed con la sangre de los humanos, sino con la de los animales
—¿Vamos Bells? —preguntó y yo asentí.
Además, yo confiaba plenamente en que él no me haría daño alguno.
Comenzamos a recorrer el tan conocido camino hacia el instituto, donde nos esperaban nuestros amigos. Generalmente lo haríamos en su auto pero descubrió que caminado podríamos platicar más y pasar más tiempo juntos.
Continuará...
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Espero q les halla gustado esta nueva creación. Si así lo fue, espero q me dejen reviews.
P/d: La historia fue creada por mi misma, si tiene alguna relación con otro fic/historia es pura y nada más que coincidencia. Y sepan disculparme si así lo es...
Sin más que decir, me despido: mechiikagome
