EL DOLOR Y EL DESEO DE RECORDAR
BEL:
No dije nada, te vi sentado tan apaciblemente sobre esa roca, me dabas la espalda; Aunque fui el primero en llegar a aquel lugar, te reconocí. Tu piel era igual de blanca y el hecho de que usaras ese estúpido sombrero de manzana fue lo que te delato de ser mi rana; te giraste y me miraste con esos ojos inexpresivo, pero había algo diferente en ellos: la más pura inocencia, se notaba que estabas extrañado por mi presencia, nos quedamos unos segundos solos tu y yo cruzando nuestras miradas, aunque eras solo un niño de 8 años, lucias solo un poco más pequeño que el lindo kohai que conocía de diez años en el futuro, ese cabello aguamarina un poco más corto haciendo sincronía con tu menudo cuerpo, que danzaba con la más fina brisa. Podía haberme quedado viéndote por horas, tan tranquilo, tan lindo, tan…
Era muy tarde, todos esos imbéciles habían llegado ya, y ahora se disputaban tu posesión, el estúpido de Mukuro alegaba ser tu futuro maestro, según esa tesis tenía todo el derecho, Fran aun era un crio y no sabía usar sus ilusiones con la misma capacidad que el diez años mayor, sin embargo quiera que vinieras con nosotros, como no quererlo; todo salió al contrario de cómo quería, mucho peor, no recordabas nada, no me recordabas, una tristeza me invadió como un balde de agua fría escurriéndose por mi espalda.
Habíamos perdido, pero lo que más odie es que fueras tu el que tomo esa decisión, nos llamaste a todos "hadas" y lo escogiste a él. En ese momento, me detesto por ello pero por unos segundos me arrepentí de haberte recordado, mi orgullo paso por encima de mi corazón, por segundos sentí resentimiento, pero luego cuando te vi marchándote en definitiva, sujetando su mano, de nuevo ese frio recorrió todo mi cuerpo, te marchabas y no podía hacer nada para evitarlo.
Me dirigiste una última mirada antes de alejarte de mi vista, lucias desconcertado pero, también melancólico, porque?, dijiste que no recordabas nada, que no me recordabas, entonces porque me mirabas así, cuando solo quería abrazarte y no dejarte ir; la escoria de tiburón y los demás me apresuraban, estaban irritados por el fiasco y pérdida de tiempo que había sido tu búsqueda; con resignación marche junto a ellos, solo quería matar, hacer sangrar a cualquier humano en la tierra y que el olor y sabor de ese fluido carmesí me hiciese olvidar el sabor de tus besos y el olor mentolado de tu fría piel.
FRAN:
Me desperté con un horrible dolor de cabeza, pose mi mano sobre mis verdes cabellos y me sobresalte un poco al ver sangre sobre mis dedos, como pude me puse de pie y camine, pero…a donde, no recodaba nada, quien era, que hacia allí, di unos pasos más y caí fuertemente contra el suelo, pero antes de perder la conciencia nuevamente, una voz retumbo en mi cabeza, como un susurro.
"Bel Sempai..."
Abrí los ojos, esta vez desperté en un lugar mas cálido y acolchonado, me levante como pude, hasta sentarme en esa cama blanca, mire ambos lados y me pareció reconocer aquel lugar…-"mi habitación?..."-
La puerta se abrió y una señora de aproximadamente 50 años se acerco a mí y llorando me abrazo –" Oh~ Franni..Me alegro tanto de que estés bien, no sabes el miedo que sentí cuando te encontré inconsciente sobre ese rocoso camino, siempre te dije que no salieras solo, que era peligroso"- siguió sollozando y leves recuerdos pasaban por mi cerebro.
-"Abuela..?"- me dio la impresión de que le había llamado así alguna vez, además su cabello verde, con algunas canas se parecía al mío –" yo...No recuerdo casi nada, dices que mi nombre es Franni?"-
La señora me miro extrañada y triste –"ya veo…bueno no es de extrañar, el golpe parece ser muy fuerte, cariño, tu nombre es Fran, vives conmigo en la zona fronteriza de Francia- España, llegaste aquí hace 4 años cuando desafortunadamente tus padres…se fueron, ahora somos solo tú y yo, y a ti te gusta dar paseos por el rio y el bosque, te has caído y golpeado fuerte en la cabeza, tal parece que no recuerdas nada, esperemos que sea temporal, por ahora quédate quitecito, te traeré la comida, solo espero que aun te gusten los waffles de manzana"- dijo la anciana tiernamente, le sobo la mejilla y Salió de la habitación.
-"así que eso fue lo que paso…bueno ya que no se puede hacer más, creo que esperare a recordar algo"- mire perdidamente hacia la ventana, ya estaba oscureciendo, trataba de recordar la causa de mi caída, o algo que me fuera de ayuda para lograr entender mejor la situación, pero nada me llegaba a la mente, todo era tan borroso y cuando parecía tener algo, mi herida dolía; de repente sentí un antojo de algo dulce, la señora había dicho manzana, quería una manzana, al menos recordaba las cosas normales y cultura general de lo que me rodeaba, la deseaba tanto pero no podía pararme sin sentir un leve mareo –"quisiera una manzana..Quiero una...Yo"-
Abrí los ojos en grande cuando en la palma de mi mano apareció una manzana de la nada, estaba rodeada de una leve aura morada, que era esto?, solo quería un manzana y allí estaba, lo había hecho yo?; probé nuevamente, desee y visualice un gorro de manzana gigante, lo suficiente esponjado y adecuado para mi pequeña cabeza, trate por unos 15 minutos y luego de mucho esfuerzo aprecio enfrente, una manzana gigante roja.
"-hahaha...que guay ¡ , es muy útil, soy como un súper mago, el mejor mago del mundo, soy el mago frutal-" Reí fuerte, mientras me colocaba delicadamente el gorro en la cabeza, lo había creado suave para que no doliera la herida, sin embargo aun molestaba así que lo deje a un lado de la cama, comí la manzana pero se sentía vacio por dentro, fue en ese momento cuando me percate de que esa manzana que había creado con mi mente no era real.
"No esto no es un truco de magia…es una ilusión?..."
DOS SEMANAS DESPUÉS:
El dolor de cabeza había desaparecido por completo, o tal vez eso creía, Fran se sentía tan a gusto con su gorro frutal, ya no sentía molestia alguna, este ya no era una ilusión; un día olvido crearlo antes de bajar desayunar, con una semana usándolo en todo momento la señora se extraño, y no tuvo más remedio que decirle que se me había perdido y simular un llanto, la mable abuela al ver que lo mucho que le gustaba a su nieta ese gorro, decidió mandarle a hacer uno con espuma y un material mas resistente que le daba la paraciencia de manzana con todo y hojita en la punta, era mucho mejor que su primera ilusión, no porque fuera hecho de amor, ni ninguna cosa cursi, lo era porque ahora podía dormir en el rio y dejar su cabeza flotando por sí sola.
El pálido chico se encontraba jugando en el rio, chapoteando y brincado como si fuera una ranita, Salía del agua para ver como esta se escurría por su delgado cuerpo, el sol era brillante y calentaba su piel al tacto, se sentía bastante bien, murmuraba cosas irracionales para sí solo, cuando de repente se sitio observado.
Giro quedando de perfil y viendo aquellos ojos que le observaban desde la orilla, bueno al menos eso trataba, la persona de pie sobre el césped tenía el cabello cubriéndole gran parte de su rostro bloqueando su intento de contemplar sus escondidas pupilas, se pregunto como no había tropezado hasta el momento; por alguna extraña razón no podía quitarle la mirada de encima, por alguna razón se le hacía familiar; Fran se pregunto si tal vez le conocía de antes de abrirse la cabeza…Se esforzó hasta llegar a un punto que su cabeza comenzó a dolerle un poco…como si quisiera recordar algo, sentía que si lo seguía viendo tal vez recordaría, después de todo aquel muchacho rubio con tal vez unos 6 años mas que él, tenía una expresión perdida, donde fuera que estuvieran su ojos sentía su mirada clavada en los propios, solo se escuchaba el correr del rio y cuando creyó que había encontrado algo el baúl de recuerdos de su cabecita omitiendo el fuerte dolor que le recorría, un ruidoso grito lo saco de sus pensamientos.
-"VOOOIIII"- un sujeto escandaloso de cabello por la cintura y con una espada en su mano izquierda empezó a gritar cosas estúpidas mientras gritaba repetidamente su nombre, se refirió al chico rubio como "Bel", porque le resultaba familiar ese nombre?; pensó que tal vez conocía a el escandaloso también, en menos de nada llegaron otro montón de sujetos incluso uno pequeño que volaba; su alarma de precaución interna sonó, parecían peligrosos, incluso el simpático rubio rio maléficamente mientras sacaba de su bolsillo lo que parecía ser cuchillos…
"ESPERA¡ por que dije simpático? es solo un rubio sicópata que parece que quiere comerme con la mirada, probablemente disecarme, eso es, es una hada loca de los dientes…sin embargo por que el…"-
No pudo terminar ese hilo de ideas, ahora estaba en una competición de supervivencia contra un monto de duendes y hadas horribles, uno con cara de perro mugriento intento agarrarle y otro con cabeza de pulpo trato de cerrarle camino (ese era el más horrendo de todos); los hizo corretearle un buen rato, fue divertido torturarlos de una manera tan simple como sus palabras sacasticas e insultos, le encantaba joderle la vida a los mayores.
Finalmente fue aprendido por unos fuertes y enormes brazos que lo levantaron en el aire, se pregunto de donde provenían pero su sorpresa fue mucha al darse cuenta de que no eran brazos normales, eran mucho más grandes y parecían salir de la nada….se parecían mucho a los trucos que él había estado practicando, parecían reales pero no lo eran, miro rápidamente para ver de qué hada provenían, no tardo en identificarlo ya que se refirió a el por su nombre y al hacerlo pudo ver esa aura oscura que le rodeaba igual que la que bordeaba esos brazos corpulentos que lo sostenían…él, el podía hacer ilusiones al igual que Fran¡.
Comenzaron a interrogarle, de porque huía, que necesitaban sus ilusiones para una especie de concurso que tenía que ver con arcos y bailes tal vez un circo, eran unas hadas muy extrañas el que le había causado curiosidad por sus habilidades tenía una cabeza de piña que hacia resonancia con su manzana, casi todos hablaban incoherencias que Fran no comprendía; finalmente pareció cogerles la idea de lo que querían, aparentemente lo conocían y tenían conocimiento sus nuevas habilidades, parecía que estaban discutiendo a qué grupo de hadas él iba a pertenecer; todo apuntaba que no podría escapar así que tena que decidir.
-" Fran, soy yo¡, tu recuerdas a tu maestro cierto?- dijo el tipo de cabeza de piña, lo observo fijamente pero no lo recordarle a él ni a sus extraños ojos irregulares de hada, se lo hizo saber sacudiendo los brazos en señal de burla lo que hizo que brotara una vena en su frente; discutieron un rato mas, pero ahora parecía que ninguno de los dos bandos lo quería con ellos, parecía que era el momento de elegir; por un lado le intrigaba mucho saber porque se le hacia familiar el más joven de ellos, no era solo eso, su sonrisa era fuera de este mundo, nunca creyó ver a alguien sonreír de esa manera, era delgado y aparentaba unos 15 años, su piel lucia impecable y su voz era chistosa pero agradable, además sus ojos, deseaba verlos saber su color la profundidad de su mirada; eso por un lado, por el otro estaba el cabeza de piña, es parecía tener una idea de esas habilidades ilusorias de las que hablaba, Fran sentía que ese nuevo truco tenía que ver con el bloqueo de su memoria, necesitaba saber de dónde conocía a la hada del cabello soleado, pero sentía mucho más probable hacerlo si se iba con el otro, igual parecían conocerse entre ellos así que le preguntaría. Por eso muy a su pesar, tomo una decisión.
-"Nee hadas y duendessss, he decidido irme con el grupo del hada de cabeza de piña"- dijo inexpresivo callando a todos los presentes; parecían tener emociones encontradas, aunque el cabeza de piña se burlo del de pelo de chica para acercársele al pequeño y decirle que tomo la mejor decisión. Muy cerca, Fran le lanzo unos comentarios sarcásticos que le hicieron merecedor de algunos golpes, los ignoro y se fue junto que él junto con los demás de su grupo, no sin antes echarle una última mirada al rubio.
Su expresión había cambiado, ya no reía…parecía triste, o enojado, sentía que lo miraba con más fuerza que antes, en ese momento no quería alejarse de el, pero ya había decidido, no había vuelta atrás, su cabeza dolió nuevamente así que se aferro a la mano del mayor peli azul, al principio parecía desagradarle pero al darse cuenta el mayor de que a pesar de ser un idiota insoportable era un crio de menos de diez años, suspiro y sostuvo el agarre.
De esa manera se marcharon a Japón, cada uno por su lado, sin embargo los unía un mismo pensamiento.
Bel: "quiero….quiero que me recuerde…"
Fran: "quiero…quiero recordarlo…"
