Este fanfic está dedicado a mi querida amiga Annalizz, como agradecimiento por la página doujinshi que dibujó de mi otro fanfic "Would you kiss me?". Deseo de corazón que te guste la historia, aunque de momento sea nada más el primer capítulo :D El título será el que tú quieras. ¡Lo dejo a tu elección, puesto que el fanfic es para ti!

p.d. Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, como si no lo supierais ya...


Ep. 1: La extraña clienta

Esa tranquila mañana de sábado, el teléfono sonó como cualquier otro día en la oficina de Shizune.

- ¡RRIIINNGG, RRIIINNGG!

- Buenos días, aquí Universidad de Konoha. ¿Qué desea?

- ... ... ...

- ¿Hola? - repitió Shizune, al no escuchar nada - ¿Hay alguien ahí?

- Esto, yo... - sonó una voz femenina y nerviosa - Bu-buenos días. Querría... es que yo... verá, necesito...

- ¿Sí? ¿Qué necesita?

- Necesito... quiero decir que llamaba por lo de... - hubo un nuevo silencio - ¡POR FAVOR, PÓNGAME CON LA RECTORA TSUNADE!

Semejante grito repentino hizo que la pobre Shizune apartase inmediatamente el teléfono de su pobre oído. Luego, con mucha cautela (por el bien de su salud auditiva), procedió a hablar de nuevo.

- En-entendido, ahora mismo la comunico con su despacho, no se preocupe - respondió diligente la morena mientras hacía la conexión - ¿Se encuentra usted bien?

- Sí, lo... lo siento mucho, no pretendía... Por favor, discúlpeme por el grito.

Tras esta breve conversación, la llamada telefónica se trasladó al teléfono de la rectora, Tsunade Senju, tal como había sido solicitado. Ésta se encontraba trabajando en documentos referentes a la universidad, con la agradable compañía de una botella de sake, que su asistente Shizune no fue capaz de localizar ni sustraer al haber estado muy bien escondida (y no nos va a decir dónde).

- ¡RRIIINNGG, RRII-!

- Aquí Tsunade, ¿con quién hablo?

- Hokage-sama, llamaba porque... yo quiero... no, ¡nece-necesito contratar a uno de sus chicos!

- Ah, llama por el servicio de actividad laboral al que se apuntan varios de nuestros alumnos, ¿verdad? Dígame, ¿qué es lo que desea exactamente?

- ... ... ...

- ¿Hola, sigue ahí? Le he preguntado qué es lo que requiere su situación concreta.

- Ah, sí... es que no sé muy bien cómo explicarlo. Lo que necesito es... un chico desnudo.

En esta ocasión, fue el turno de Tsunade de quedarse callada por un momento mientras procesaba la respuesta. Kami-sama, ¿por qué la gente tenía que aprovecharse tan vilmente de esta oportunidad que la universidad ofrecía a sus estudiantes? Las primeras veces que recibió peticiones inmorales como ésta les había dicho cuatro cosas a quienes llamaban, pero con el tiempo lo había ido asimilando hasta poder responder de manera civilizada. Sabía que, de todas maneras, no sería la última vez.

- Señora o señorita, me hago cargo de que un sobretítulo como el de "Jóvenes para todo" da pie a todo tipo de malinterpretaciones sobre este programa - contuvo su furia la rectora, frotándose la frente - Pero debo aclararle que, entre todas las tareas que los estudiantes hacen, el ser un gigoló no está entre ellas.

- Un gig... un gigo... ¡OH, POR FAVOR, ESO NO ES LO QUE QUISE DECIR!

Y convirtiéndose en la segunda víctima indefensa del día, Tsunade experimentó en su propio oído el dolor al que antes había sido expuesta su subordinada. Apartó el auricular de su oreja tan rápido que éste se le escapó de la mano, quedando colgado del cable a un par de centímetros del suelo, mientras la mujer analizaba el daño causado y se preguntaba si su tímpano volvería a ser el mismo algún día.

- ¿Hola? ¿Sigue ahí, Hokage-sama? ¿Puede oírme?

- Sí, sigo aquí - contestó Tsunade malhumorada, recogiendo el teléfono - Y sí, por suerte también la oigo. Debo tener un ángel de la guarda realmente fuerte para ello.

- Siento haber gritado... otra vez. Es... es algo que no puedo evitar cuando me sorprendo mucho. Intento controlarme... pero cuando estoy muy nerviosa, como ahora, me resulta difícil.

- Eso es evidente - farfulló la rectora en voz baja - Bien, ha dicho que un gigoló no es lo que quería, ¿no? ¿A qué se debe entonces su petición de un chico desnudo?

- Es que necesito... verá, estoy en una situación que... esto... ¿no le habló Sakura de mí?

- ¿Sakura, mi sobrina? ¿Qué tiene ella que ver en...? - una bombillita se encendió en su cerebro - ¡Ah, conque era eso! Tú eres Ino Yamanaka, ¿verdad? Cielo santo, niña, ¡haberlo dicho desde el principio!

- Sí, soy Ino - un hondo suspiro de alivio se oyó al otro lado de la línea - Por fin, no sabía cómo explicarle este asunto por teléfono, más sin estar segura de que nadie en mi casa fuese a escucharlo también. Entonces lo sabe, ¿no?

- Sí, Sakura me habló detalladamente de ello hace unos días, esperaba tu llamada. Bien, ¿cómo lo quieres? ¿El chico requiere de alguna característica en especial?

- No, nada extraordinario - repuso Ino - Con que esté en buena forma física, tenga resistencia y dé la talla, es más que suficiente.

- De acuerdo, revisaré nuestros archivos y buscaré lo más cercano posible - aceptó Tsunade - ¿Para cuándo lo necesitas?

- No me corre mucha prisa... aunque cuanto antes mejor, siento mucha curiosidad por descubrir cómo me saldrá. Si pudiera ser esta semana próxima, sería estupendo.

- No creo que haya problema, no estamos en época de exámenes y la mayoría de los alumnos están libres para cumplir los encargos. En otras circunstancias, hubiera sido necesaria al menos una semana de antelación, pero seguramente encuentre pronto a alguien disponible.

- En cuanto a la forma de pago, ¿cómo funciona esto? - preguntó Ino.

- Cada cliente llega personalmente a un acuerdo con el chico o chica por cada servicio prestado. La universidad tan sólo ofrece a los estudiantes una guía y pautas que pueden consultar en caso de duda para no ser estafados... o evitar que estafen ellos al cliente, por supuesto.

- Comprendo, así que deberé hablarlo directamente con él una vez que el servicio haya concluido - suspiró la joven del teléfono - Supongo que no puede evitarse. Eso era todo, Hokage-sama. Gracias por su ayuda.

- No hay de qué, niña. Shizune te llamará en cuanto tengamos a tu hombre. ¡Adiós!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Como cada lunes por la tarde, una vez terminada la jornada estudiantil, los alumnos adscritos al programa laboral de "Jóvenes para todo" de la Universidad de Konoha se reunieron en el despacho de la rectora Senju, con la intención de conocer qué opciones había para la siguiente semana. Raramente quedaba alguna sin cumplir, si bien no siempre eran todas agradables.

- Suigetsu Hozuki - leyó Tsunade su nombre en una lista - La señora Miyagi te ha solicitado de nuevo para limpiar su piscina este miércoles.

- ¡¿QUÉ?! - exclamó el estudiante de intercambio de Kirigakure - ¿Otra vez? Fui a limpiarla el martes de la semana pasada... y la desinfecté a fondo el jueves de la anterior... le pulí los azulejos el viernes de la semana anterior a ésa. Es imposible que una piscina se ensucie tanto tan rápidamente, ¡esa señora sólo quiere verme mojado y en calzoncillos!

- Mientras mirar sea lo único que haga, deberás cumplir, Suigetsu.

- Al menos te pagan bien, no como al dobe por pasear unos perros - se burló Sasuke Uchiha, otro de los estudiantes.

- ¡¿A quién llamas dobe, teme?! - chilló su mejor amigo, el escandaloso rubio conocido como Naruto Uzumaki.

- Eso es porque ya he aumentado mi paga hasta el límite máximo posible - ignoró Suigetsu la discusión, a las que por cierto ya estaban todos más que acostumbrados - Todo con la esperanza de que Miyagi-san deje de utilizarme como su muñeco erótico andante, pero veo que no funciona.

- Hinata Hyuuga, el señor Yutaka ha renovado tus servicios de ama de casa, tres tardes a la semana, por todo este mes.

- ¡Hai, Hokage-sama! - asintió la nombrada con una tímida sonrisa.

- ¡¿Cómo?! - volvió a gritar Naruto - Tsunade-baachan, ¿cómo puedes permitir que ese viejo verde siga aprovechándose de la buena voluntad de Hinata-chan? ¡Sólo lo hace para deleitarse la vista con...!

- ¡Te he dicho cientos de veces que no me llames así! - respondió furibunda la rectora, sacudiéndole un carpetazo en la cabeza, y haciendo que le brotara un hermoso chichón - Y deberías mostrar más respeto por tus mayores, ¡aquí el único viejo verde es tu padrino Jiraiya! Te recuerdo que Yutaka-san está prácticamente ciego, lo cual le impide realizar las tareas del hogar, y que aún profesa el mayor de los respetos a la memoria de su difunta esposa.

El hiperactivo chico no pareció muy conforme con la respuesta, pero de todos modos cerró la boca y siguió refunfuñando para sus adentros.

- Sasuke Uchiha... Supongo que la noticia no será de tu agrado, pero hemos recibido dos peticiones por parte del grupo de jóvenes empresarios Akatsuki - continuó Tsunade - Una de ellas es de tu hermano mayor: al parecer, Itachi quiere que vayas de excursión con él al parque de atracciones de Hoshigakure.

- Ni muerto - se negó en rotundo el moreno, dirigiéndole su famosa mirada helada Made in Uchiha... la cual no tenía ningún efecto en la rectora.

- Allá tú, es tu problema, pero sin trabajo no hay dinero. La segunda es para ti, Sakura. Sasori Akasuna te "invita" a cenar con él este domingo, aunque ha añadido que si no aceptas asaltará el balcón de nuestra casa. ¿Quieres explicarme por qué tu novio debe solicitarte para salir contigo?

- Es que... tuvimos una fuerte discusión - explicó la joven de cabello rosa con tristeza - Y no somos capaces de arreglarlo, porque como él trabaja en Suna y está tanto tiempo lejos... cada vez que nos vemos, en lugar de hablar nos demostramos cuánto nos hemos echado de menos. Ejem.

Y en caso de que sus palabras no hubieran sido suficientemente claras al respecto, el notable sonrojo que acompañó a su explicación disipó las dudas de cualquiera sobre el tipo de apasionados reencuentros que tenían ella y Sasori.

Durante un rato, Tsunade estuvo repartiendo el resto de peticiones personales a sus correspondientes alumnos, hasta llegar a aquellas que no solicitaban un estudiante concreto para ser cumplidas. Obviamente, de éstas siempre había más, aunque en esta ocasión había una en especial que la rectora no estaba segura de a quién adjudicar. Varios chicos daban el perfil, pero teniendo en cuenta la clase de petición de la que se trataba, se preguntaba quién sería el más adecuado.

- ¿Te ocurre algo, tía? - preguntó Sakura, revisando sus solicitudes de trabajo.

- No, nada. Estoy pensando acerca de la petición de tu amiga Ino, eso es todo. Por cierto, ¿dónde está Gaara Sabaku?

- ¿Gaara? A decir verdad, no lo sé. Se marchó después de cuarta hora.

- ¡¿Saltándose las clases otra vez?! - se exasperó Tsunade - ¡Me tiene harta! ¿Para qué demonios se apuntó al programa de intercambio con la Universidad de Suna si hace lo que le da la gana? ¡En cuanto aparezca por aquí...!

- Pues aquí estoy.

El silencio inundó el despacho inmediatamente. Las animadas charlas que habían flotado en el aire hasta ese momento desaparecieron de golpe. Todos se quedaron mirando al recién llegado... excepto uno que no entendería el concepto de silencio ni aunque le hicieran un croquis.

- ¡GAARA! - gritó Naruto - ¡Llegas tarde! ¿Dónde te habías metido? Te estuvimos esperando un buen rato.

- Ocupándome de mis asuntos.

- ¿Cuáles asuntos?

- Naruto, fuera - habló Tsunade mirando al pelirrojo con furia contenida - De hecho, fuera todo el mundo. Ya se os han repartido las tareas para esta semana, así que largo. El joven Sabaku y yo vamos a tener unas palabras.

Dicho y hecho, la sala quedó vacía en un instante mientras Tsunade se sentaba en su puesto y cruzaba las manos sobre la mesa, mirando severamente al muchacho.

- Gaara Sabaku - habló con seriedad - Estudiante de Ciencias Políticas, y uno bastante notable, cabe decir. Con una nota media más que alta... ¡y con un recuento de faltas de asistencia que apenas roza el mínimo indispensable para no ser expulsado!

- No veo el problema - contestó él tan tranquilo - Mientras siga superando los exámenes de las asignaturas, ¿para qué voy a ir a clase?

- No es por estar ocupado ni por asuntos personales, eso me consta, si tienes tiempo de reencontrarte con tus compañeros cuando te apetece. Pero si no asistes a clase, ¿quieres explicarme para qué demonios decidiste venir? Con tu actitud, pienso que tanto tu plaza como tu beca podrían ser mejor aprovechadas (y desde luego más agradecidas) por otras personas.

- ... ... ...

- Cada universidad posee algo que la hace destacar - prosiguió Tsunade - En Konoha, ese algo es la medicina y demás ramas biológicas. Pero para estudiar Ciencias Políticas, la mejor sin dudarlo es la Universidad de Ame. No que en Suna sea tampoco mala... pero me preguntó por qué preferiste venir aquí.

- Amegakure no tiene buenas relaciones con el País del Viento.

- Tampoco las tiene con el País del Fuego, sin embargo enviamos y aceptamos estudiantes de intercambio. ¿Cuál es la razón entonces?

- ... Aquí al menos está Naruto. Y Sakura. Y otros amigos - intentó explicarse - La razón es que aquí en Konohagakure soy simplemente Gaara.

Al escuchar esto, la rectora cerró los ojos y suspiró profundamente, apoyando la frente sobre una de sus manos para reflexionar. Kami-sama, qué bien le vendría un trago de sake ahora mismo.

- Gaara, provienes de una familia noble al igual que yo, por lo tanto me creo con el derecho de darte lecciones al respecto. Mi abuelo y su gran amigo, Madara-dono, fueron los fundadores de esta universidad, y yo también me negué durante muchos años a ocupar este puesto. Incluso a día de hoy, todavía me pregunto si la gente que se dirige a mí como Senju-sama lo hace por respeto a su memoria, o es un título ganado por mi propia capacidad.

- ... ... ...

- Escondiéndote aquí de la sombra de tu padre, el gobernante de Suna, no es como lograrás hallar tu propio lugar. Deberías hablar con Tadashi-sama y dejarle claro...

- ¿Tiene algún trabajo para mí? - preguntó Gaara de repente, mirándola fijamente e ignorando a propósito la discusión.

Tsunade frunció el ceño y gruñó por lo bajo, conteniendo las ganas de tirarle algo a la cabeza. Mocoso insolente, así eran los jóvenes hoy en día, creyéndose los únicos desafortunados del mundo. Si tan sólo se molestaran por una vez en mirar a su alrededor, verían las penurias que ahogaban diariamente a un sinfín de personas.

- No, no hay nada - dijo, pero súbitamente recordó algo - Espera, puede que sí. Queda una sola tarea sin adjudicar, puesto que estaba dudando quién sería el chico idóneo para cumplirla... pero ya que todos los demás se han marchado, te la asigno - y le entregó un sobre cerrado.

- ¿De qué se trata?

Pero no recibió respuesta, y al mirar a la rectora, un escalofrío le recorrió la espalda. Tsunade se había reclinado cómodamente en el sillón, con los codos en los reposabrazos, pero las yemas de los dedos juntos formando una especie de flor, y le miraba a través de ellos con un aura sombría. Sus ojos estaban parcialmente cubiertos por su cabello, y de repente la atmósfera se había vuelto... siniestra. Gaara hubiera jurado que había visto esa misma pose en alguna película de terror.

- Eso tienes que descubrirlo tú mismo, Gaara-kun.


¿Qué os parece? Tal vez sea un poco soso para un primer capítulo... lo siento, pero no quiero desvelar toda la trama ya desde el principio. ¡Me esforzaré para que los siguientes capítulos sean mejores, os lo prometo!

¡Feliz Navidad (o lo que celebréis) a todas! :D