Disclaimer:Los personajes de Free! Son propiedad de Kōji Oji, Hiroko Utsumi y KyoAni y Aviso: Este fanfiction participa en el Reto: "Recuerdos de la Niñez" perteneciente al Foro Iwatobi swim Club.
¿Cómo te conocí?
Palabras: 500
Una mañana en Iwatobi, un niño de ojos violetas acomodaba sus lentes mientras miraba aquel paisaje que le brindaba la ciudad, para el todo era simple, un mundo, sin ningún sentido más que el de brindar alojo a seres orgánicos que en algún momento desaparecerían. Así pensaba Rei Ryugazaki.
Ahora desde un balcón, miraba a los niños mientras jugaban, como experimento del cual necesitara una hipótesis, no entendía por qué todos corrían de un lado a otro, bajo un objetivo inútil de seguir corriendo.
Estaba somnoliento, pasar todo el día observando le era agotador, con el ultimo parpadeo posible, una voz a la lejanía se escucho.
— Hey — una piedrecilla le toco
— Auch!
— Hey, Meganebu-chan — una niña de tez blanca y pelo rubio le llamo desde su jardín, moviendo sus manos indicándole que era a él a quien le hablaba.
— ¿Meganebu-Chan? — Estaba confundido — ¿Q-que quieres?
— Si — dijo corrigiendo algunos tachones de su vestido — ¿podrías bajar a jugar?, haces falta para mi equipo y no quiero perder de mis hermanas, estamos visitando unos familiares, podrías bajar — puso esa carita de pingüino tierno, a la cual nadie podría negarse.
— Etto — sus mejillas se pusieron rojas — D-debo pedirle permiso a mi mama, pero enseguida bajo — salió corriendo. Era la primera vez que le invitaban a jugar, estaba nervioso.
Tras recibir el permiso, Rei se dirigió al jardín, donde se encontraría con aquella niña.
Ambos llegaron al lugar donde jugarían, Rei, imagino que siendo juegos de equipo se trataba de las escondidas, tratándose de una niña, pero para su sorpresa no fue nada de lo que imagino.
En el jardín, estaban las hermanas de su nueva amiga, tenían todo una escena con juegos de té y jardinería, jugarían a las familias y Rei sería el novio de aquella niña.
Sus mejillas se volvieron a sonrojar. Rei nunca había tenido un día tan especial, había observado aquella niña toda la tarde, era hermosa, nunca había utilizado esa palabra con nadie, pero ella era distinta, el paisaje que le adornaba, las cosas que tocaba, su sonrisa, todo se volvía hermoso.
Al llegar la noche y despedirse de su amiga, el peliazul saco valor para preguntarle su nombre.
— D-disculpa, ¿cómo te llamas? — movía sus dedos en círculos.
— Nagi-chan — tomo las manos del peliazul — eres bueno jugando, mis hermanas decían que no jugarías a ser mi novio por ser un niño, pero ganamos — dio una sonrisa muy tierna para el peliazul, quien tuvo que aceptar que se había enamorado, ni siquiera le importo la parte de que se trataba de un niño.
Se despidió de su amigo quien desde su auto le decía adiós
Regreso a casa, se coloco en el mismo balcón, pero esta vez no veía seres orgánicos, esta vez veía cosas hermosas, desde ese momento, no dejo de ver lo hermoso que todo puede tener.
En el club de natación, Rei observaba a un chico rubio que hacia sus ejercicios
— Puedes que te hayas olvidado de mi Nagi-chan, pero yo Jamás me he olvidado de ti.
