Disclaimer: El universo de Crepúsculo no me pertenece, ya que es propiedad de Sthepanie Meyer. La trama es mía al igual que algunos personajes creados por mi. Y el fic es sin ánimo de lucro, sólo para entretener a los lectores.

Angeles y demonios.

Cap. 1 JUSTICIA DIVINA

-¡No, no es cierto, no es cierto! Es mentira…-un sollozo ahogado de parte de él. Mientras el doctor miraba a sus padres con tristeza.

-Lo siento mucho, con su permiso.-Salió de ahí dejando abatidos a todos los ahí presentes.

-¡Hijo mío!-murmuró la dulce mujer entre los brazos de su esposo, quien seguía impactado por la noticia. Sus hermanos lo miraban entre lagrimas. Mientras él se negaba a aceptar la verdad.

Miró todos los aparatos a los que estaba conectado y no podía creer que él Edward Cullen, quien era famoso por su galanura en todos lados, desde ahora estaría en …

Una silla de ruedas. Era un golpe del destino, uno muy cruel, porque él solo tenia 17 años y no era justo. Sin embargo en el fondo de su ser, sabia que eso no era más que un justo castigo por lo que había hecho.

Sumido en sus pensamientos, toda la familia decidió dejarlo descansar y salieron a la sala de espera. Pensando que estaba durmiendo, después de pasar tanto tiempo llorando.

Ahí en ese inmaculado cuarto de hospital, pudo recrear la escena que apenas horas antes había pasado.

-Vamos Jessica, ¿a quien le quieres ver la cara? Sé perfectamente que no soy el único con quien te has acostado-sonrió malévolo al ver la cara de furia y luego de decepción de ella. Se tapó con la sabana ocultando su cuerpo desnudo de la vista de él.

-Sabes perfectamente que tú has sido el primero, nunca pensé que fueras un bastardo infeliz. Pero no te preocupes, no te pienso volver a ver, y mi hijo será solo mío.-se levantó indignada y comenzó a vestirse, mientras él sonreía para si, no era la primera vez que alguna chica quería algo más, sólo por haberse acostado por primera vez con él. Edward era diestro en el amor, para sus 17 años, muchas chicas habían pasado por sus brazos, al igual que algunas maestras y mujeres algo mayores, quien podia resistirse a semejante perfección de hombre.

-Llévame a mi casa.-le espetó molesta Jessica.

-Claro entre mas pronto me deshaga de ti mejor, Hay otras chicas esperando su turno-contestó hiriente mientras tomaba las llaves de su auto, un hermoso ferrari rojo. Ambos subieron al coche, ella iba preocupada pues él había bebido más de la cuenta, y con dolor Jessica comprobó que no le importó en absoluto saber que esperaba un hijo de él. Y sus ojos se llenaron de lagrimas, él iba a prisa, de pronto otro auto se atravesó y él no pudo frenar, sus reflejos estaban muy lentos por el alcohol. Y todo pasó en un segundo. Su grito, el choque, la sangre… y luego la oscuridad.

Cuando despertó no sabia bien que había sucedido. Ya estaba en ese cuarto, sólo recordaba vagamente voces:

-Pobre chica, tan joven y ahora quien le dará la noticia a sus padres.

-Que suerte tienen algunos, el otro auto, lo manejaba un anciano esta enfermo, pero salió ileso del accidente, y esta pobre chiquilla… que tristeza, morir tan joven…

Y otros comentarios más, él pensó que era una pesadilla, que cuando se despertara estaría en su cama, en su casa, de vuelta en su vida, pero no fue así. Lo que lo salvó fue que el anciano iba a as velocidad que él y se culpó del accidente, dejándolo libre de cualquier cargo.

-¡Maldita sea! No puede pasarme a mi, no a mi.-golpeó el colchón impotente, sabiendo que nada se podia hacer, sus vértebras habían quedado hechas puré y no había nada que hacer. Seria invalido por el resto de su vida.

Esto sucedía un sábado en la ciudad de Nueva York.

Sus padres platicaban en la sala:

-Creo que lo mejor es alejarlo de aquí, lo que dijo el doctor es muy cierto, él sufrirá si seguimos aquí. Debemos irnos, los muchachos se quedan aquí mientras estén en clases y en vacaciones pueden ir con nosotros. Creo que no estaría por demás amor, que nos fuéramos a Forks, a la casa de tus padres. Conseguiré trabajo allá, es lo mejor…-Y su esposa Esme acepto. Así que la mudanza era definitiva. Se irian de ahí, por el bien de su hijo menor.


Como siempre otro fic salido de mi loca imaginación, espero les guste y ya sabesn, dejen comentarios para ver si les gusta, porque se pondrá candente, habrá muchas cosas, secretos, amores, odios y mucho mas. Saben que sus comentarios me animan a seguir escribiendo y no les quita mucho tiempo.

besos

Bella Cullen H.