El fantasma que buscas

Personajes: Tezuka Kunimitsu, Momoshiro Takeshi, Momoshiro Shuuko (Oishi Shuuichiroh)
Parejas: Oishi/Momoshiro, Tezuka/Oishi

Notas/advertencias: Transexual!Oishi, transfobia, homofobia.


Saludas por cortesía, pero tus ojos pasan de largo sobre mí. Yo me limito a servir el té y a evitar tus ojos que no me conciernen, aunque nunca he sabido que mirases a una mujer dos veces. Qué sé yo, sin embargo, si hace media vida que no te veo. Tomo una revista, de esas que compro junto a los tampones que termino vendiendo a nuestra vecina y el litro de helado de galleta que sabes es mi favorito. Nunca las ojeo y en cambio acaban en el suelo cuando Takeshi llega a nuestro diminuto departamento (pero nuestro, y eso es más de lo que tú y yo podremos decir), con besos cayendo en mis mejillas como aquella lluvia bajo la que me enamoré de ti cuando eramos niños.

Cuando fui niño. Antes de darme cuenta de que no lo era.

Preguntas por "Oishi" a Takeshi y no puedo evitar del todo el crispar de mis dedos. Miente, sabes que lo hace porque no deja de mirarte a los ojos, pero reconoces también que dice la verdad cuando confiesa que hace años que no ve rastro de tu mejor amigo. Nadie lo ha hecho, pero ahora sabes que está vivo, que es más de lo que sus padres estuvieron dispuestos a decir antes de echarte de su vieja casa.

Probablemente no entiendas la negativa de Takeshi a pasarme un mensaje, y creo que quieres defender la imagen del niño que solía esconderse tras los pilares del edificio en los que pasé mis años más felices, sólo para observarte; pero él se inclina hacia ti y te prohibe verme. Me conoce bien. Si me encontraras, no sabría decirte no; y me duele que después de tanto tiempo tratanto de olvidarte, seas aún lo que nos separa, aunque esta noche duerma en los brazos de él. Existes en el espacio que une cuello y hombro, donde un día dejaste un beso para mí; en mi color favorito que son tus ojos, y nunca uso porque estoy con él; en las películas que no veo; en la marca de té que nunca compro. Eres ausencia.

"Sólo lo confundirás. Está bien. Oishi-senpai está bien. No necesita- ya ha pasado suficiente."

-de ti; puedes escuchar que lo piensa, y yo sin poder desearte que encuentres a tu mejor amigo, te digo buena suerte; mientras que bajo el largo cabello ondulado, el maquillaje, el vestido y el barniz de uñas despostillado que se ha vuelto parte de mí -la clave está en la imperfección, he descubierto-, el (la) que solía ser tu mejor amigo está atrapado, y patalea cuando agradeces el doble juego del que es mi esposo porque llevo su nombre y te pones de pie tras dos sorbos de mi mejor té. Shuuichiroh quiere ir hacia ti, acurrucarse en tu costado, leer bajo la copa de nuestro árbol con los pies cruzados sobre tu tobillo, ocultarse de Shuuko y vivir con papá y mamá que no lo odian, volver a un futuro en que podíamos ser doctores y tú nos amabas; quiere pensar que no te irás esta vez.

Pero sé bien cómo termina esa historia, y sé que no puede ni él ni yo, volver a ti. Necesito la falda amplia, el engaño que es verdad, la sonrisa de mi vecina, las mujeres en la fila del supermercado con las que hablo de hombres con un suspiro cansado y cosas que aún no comprendo. Takeshi, que puede amarme por los dos cuando no tolero la imagen en el espejo. Más que nada necesito los días que cada vez son más frecuentes, en los que susurro "Momoshiro Shuuko" y me creo.

Me quedo aquí, aferrada al hombre al que amo y te dejo ir.