Code For Survival

por Quiet Hamony-chan

Traducción por TheTranslator001

Código 1:

Música inundó el vehículo, rebotando en las ventanas y llegando a los oídos de la chica. Era una canción pop que la mayoría consideraría molesta pero la joven estaba contenta con cabecear a la par del ritmo y de vez en cuando susurrar la letra en un japonés mal pronunciado. A pesar de estar escuchando la canción, sus pensamientos parecían estar en otra parte mientras jugueteaba con el pedazo de papel que tenía en la mano. Estaba un poco arrugado y la tinta azul se había corrido a causa de que había quedado en su bolsillo por dos vuelos enteros, aunque todavía se podía distinguir claramente el nombre de la familia con la que se estaría quedado.

Sus padres le habían asegurado que sus futuros compañeros de hogar eran amigos de la familia y que por lo tanto disfrutaría su estadía allí pero, habiendo crecido en una iglesia, los únicos "amigos" que creía que sus padres podían llegar a tener eran personas vetustas que hablaban en versos.

Aquel pensamiento le dio gracia, aunque su alegría fue corta ya que el coche se había estacionado en frente de unos portones de hierro negro que parecían sacados de una película de terror de clase B— Hora de bajar, señorita Owari.

La joven le otorgó una mirada al aspecto soso del conductor que se reflejaba por el espejo retrovisor— ¿Está seguro que es aquí? Pensé que quedaría en el pueblo, no a los límites de este ¿Esto sigue siendo parte del pueblo o estamos en el otro condado, o lo que sea el equivalente en Japón?

El conductor soltó una breve risa que sonó como hojas secas raspando contra el asfalto— Sí, es aquí, ¿qué estaba esperando?

Ojeó la gran estructura que se erguía frente ella. La mansión estaba construida con una roca de color cálido y tenía ventanales hermosamente diseñados. Había varios gabletes en el tejado y cada uno estaba pintado con un marrón oscuro que al atardecer podría haber sido confundido con negro. La mansión en sí poseía muchos pisos y se veía bastante antigua, como si generaciones hubiesen vivido allí. Incluso las plantas que crecían a los costados de las paredes piedra podían comprobarlo— Creo que nada tan… lujoso.

Ella provenía de una familia modesta, el dinero nunca había sido demasiado abundante. Incluso las personas que frecuentaban la iglesia de sus padres vivían humildemente, no como aquellos que iban a la iglesia en la ciudad. Nunca se le había ocurrido que sus padres conocieran a alguien que viviera en alrededores tan lujosos. Ellos eran el tipo de personas calladas que nunca cuestionaban lo que decía la biblia y que creían que aquel tipo de vida simple era mucho menos pecaminosa.

¿Así que por qué conocían a esta gente? Tal vez eran personas que habían ido en busca de perdón después de haber apostado demasiado dinero en un casino de Las Vegas y haberse casado con una prostituta, ¿ahora eran cristianos hechos y derechos que tenían una fortuna?

Repasando en su cabeza las innumerables posibilidades, la chica se bajó del taxi y sacó sus bolsos del baúl del auto para después pagarle al conductor con el dinero que sus padres le habían dado. Una sensación de soledad comenzó a hacerse presente para cuando el taxista desapareció por la calle angosta. Volvió su atención al portón delante suyo y lo empujó con una mano temblorosa... pero no abrió.

...

Diez minutos después, se oyó un sonido metálico cuando la joven se las arregló para abrir la cerradura y finalmente abrir las grandes puertas. Agradeciéndole a su hermano por enseñarle a forzar cerraduras, empujó el metal y se adentró al patio de su nuevo hogar. Era un área expansiva, circular y pavimentada. En el medio había una fuente gigantesca que estaba adornada con una gárgola agachada, la cual parecía vigilar todo lo que pasaba por aquellos portones.

Pasó de largo todo eso y finalmente llegó a los escalones que daban a la mansión. Había varios, así que terminó con los músculos doloridos y lista para derrumbarse en la cama, o el suelo, después de subirlos a todos. Después de poner su bolso y mochila en el piso, se masajeó los hombros antes de asegurarse de que estuviese presentable. Miró aquel pedazo de papel arrugado— Espero que no se hayan equivocado porque si no voy a quedar como una estúpida...

Tomó un respiro hondo y sostuvo la aldaba fría, el sonido profundo resonó por todo el patio. Esperó por un momento mientras movía el pie impacientemente para después levantar la aldaba otra vez, pero un sonido bajo se oyó cuando la puerta se abrió. Pestañeó perpleja por unos momentos antes de tomar unos pasos hacia atrás y comenzó a envolver un mechón de su cabello verde azulado alrededor de un dedo, estirándolo un poco.

"Espera, ¡quizás sabían que iba a venir y dejaron la puerta media abierta! Sí, tiene que ser eso ¡y no que la puerta se haya abierto por si sola!"

Cuando se adentró a la casa, estaba oscuro y hacía frío. La alfombra violeta literalmente se tragó sus pies pequeños mientras pasaba las cortinas blancas que bloqueaban toda clase de luz. La gran escalera estaba muy bien hecha y tenía un barandal de una madera de color claro que era increíble. El edificio entero le hacía recordar a un viejo museo que estaba bien mantenido y que solo contenía ornamentos.

"Todo menos yo..."

Cuando entró en una sala estar de pequeño tamaño se encontró con... una persona que la miró con irritación en sus ojos rojos. Él era más alto que ella y tenía una melena blanca que le ocultaba una parte del rostro— ¿Qué demonios haces aquí?

La chica lo miró por un segundo con los ojos bien abiertos antes de negar con la cabeza y suspirar con decepción— No sería raro que mis padres se olvidaran de llamar o algo —le dio una reverencia—. Me llamo Owari Tsuna y me informaron que me estaría quedando con ustedes por un tiempo.

—No me han avisado nada de eso.

Ella se encogió de hombros un poco— ¿Lo siento?

—Lárgate ahora mismo.

Un suspiró resonó por el cuarto— Subaru, tu falta de modales es desagradable —Tsuna se volteó para ver a un joven descendiendo por las escaleras—. Si se molestó en presentarse formalmente y explicar la razón de su presencia, al menos deberías investigar la razón por la que no estabas enterado sobre su visita.

—Tch —el joven de cabello blanco se cruzó de brazos y desvió la mirada—, no necesito saber por qué está aquí, la idiota entró por sí misma sin permiso.

El otro joven negó con la cabeza para después reverenciarse educadamente— Me llamo Reiji Sakamaki y la hemos estado esperando.

Tsuna dejó escapar un suspiró y se relajó de inmediato— Ah, ¡qué bueno! Creí que mis padres se habían olvidado de avisarles que iba a venir, y no pretendo ofender, pero ese chico de pelo blanco se ve un poco aterrador por cómo te mira así que me iba a ir, pero tú técnicamente me has salvado.

—¿Salvado? —Una breve risa rebotó por las paredes— Lo dudo mucho, Bitch-chan.

—Eh, ¿por qué me estas llamando zorra, ¡apenas acabo de llegar! —Miró a sus alrededores de manera agitada antes de sentir a alguien tocándole el hombro. Se dio la vuelta para luego tomar una bocanada de aire y trastabillar hacia atrás cuando vio quien era.

Poseía un cabello rojizo y unos ojos verde claro, una sonrisa de suficiencia se le había formado en sus labios— Te estoy llamando zorra porque eso es lo que eres —se inclinó hacia delante, aparentemente olfateándola—, y una que huele muy dulce, me pregunto si sabes así de bien.

Abrió la boca para decir algo, pero la cerró cuando alguien se le adelantó— No te pongas tan cómodo Laito, yo la probaré primero.

Laito revoleó los ojos— Estoy seguro que podrás soportar ser el último, después de todo eres el más joven.

Se encogió cuando unas manos frías la agarraron de la cintura y la voltearon para ver otro pelirrojo de ojos verde ácido que le hacían recordar a los de un gato— Deberías estar agradecida que Ore-sama sea tu primero, Chichinashi.

—¿Chichinashi? —La palabra de le escapó de los labios— Espera... ¿¡me estás diciendo plana!?

—Je, ¿qué esperabas? —Dijo, agarrándole su pequeño pecho— No hay nada.

Abrió la boca para protestar, pero se detuvo cuando algo húmedo y frío le recorrió la mejilla— Tiene un sabor dulce en verdad, me pregunto si su sangre será igual.

La joven se limpió la mejilla con el pulgar y fulminó con la mirada al vampiro pelilila que parecía ser al menos un año más joven que ella. Se acomodó las tiras de los bolsos que colgaban de su hombro e hizo lo mejor que pudo por mantener su tono cortés— Um, ¿está bien si voy a mi cuarto? Estoy cansada después del viaje en avión y estoy un poco extrañada por las introducciones repentinas.

El chico con ojos granate la miró impasible y parecía estar poco impresionado por lo que había dicho— ¿Así que nos dieron otra estúpida? —Se acomodó los lentes— Si piensas que eso es una "introducción adecuada" entonces supongo que esto no durará mucho.

—¿Eh?

Este movió la cabeza de lado a lado— De todas formas, tus padres nos informaron, tarde, que vendrías, aunque eso se lo puedes agradecer a Shu. —Desvió la mirada hacia el sillón que estaba posicionado en la esquina del cuarto, justo en frente de una ventana.

Tsuna siguió la mirada del chico hasta el sillón y notó a un joven que parecía estar dormido, su cabello anaranjado estaba un poco despeinado gracias a que yacía en un ángulo extraño en el lugar que había elegido para descansar— Ponte contento de que te haya avisado... pude que no suceda otra vez.

El joven rodó sus ojos bordó— En todo caso, introduzcámonos apropiadamente. El mayor es Sakamaki Shu, luego vengo yo, Reiji —su mirada se posó más allá de ella, a sus espaldas—, luego vendría Laito, Kanato, al que luego sigue Ayato y finalmente Subaru.

Tsuna se inclinó hacia delante con respeto y trató de organizar sus nombres en la cabeza— Eh, de acuerdo. Por favor cuiden de mí.

—Eso lo podemos hacer, Bitch-chan~. —Tsuna miró a Laito pero no dijo nada, no quería hacer enojar a las nuevas personas con las que estaría viviendo.

—¿Está bien si me voy a mi cuarto ahora? —Chirrió cuando un hombre de avanzada edad tomó sus bolsos y desapareció por el pasillo con pasos igual de sigilosos— Yo misma podría haber hecho eso...

—Sigue al mayordomo —dijo Reiji con un tono sombrío—, él te guiará.

Tsuna se reverenció agradecidamente y siguió al hombre en silencio, eventualmente pasando por todos los corredores para llegar hasta una puerta. El hombre dejó sus pertenencias en el piso y desapareció nuevamente por el corredor con pasos que repentinamente se habían tornado largos y apresurados. Sin estar muy segura de qué hacer, la chica abrió la puerta y se adentró en su nuevo cuarto sin molestarse en prestarle atención a sus alrededores. Dejando sus bolsos en el primer lugar que encontró, se arrojó a la cama y se acurrucó hasta no ser más que una bola pequeña, dejando escapar un sonido de aprobación mientras su cuerpo se hundía en el material suave.

Aquella comodidad no duró mucho, el aburrimiento había comenzado a apoderarse de ella. Se escurrió de la cama y se agachó frente uno de los bolsos y lo abrió, revolviendo entre sus cosas en busca de su PSP. Mientras estaba haciendo esto, alguien tocó la puerta— ¡Un minu- auch!

Un cúter le había cortado el dedo, el rojo vívido había comenzado a emerger de la herida y a caerle entre las ropas. Lo que sucedió después fue todo borroso, todo lo que recordaba era la oscuridad que le siguió.

...

Nota de Autora: ¿Soy la única que se pregunta cómo hizo Yui para pasar las rejas? En fin, ¡espero que hayan disfrutado este capítulo!