Cap. 1 Figlio del Diavolo
Skull vio su vida pasar frente a sus ojos – la primera vez que montó una moto, y también cuando la estrello contra los pasillos de su escuela. Los rostros borrosos de su familia y cada competencia ganada-. Todos los recuerdos, tanto buenos como malos, en casi 5 segundos.
Y el niño es sus maltratados brazos seguía llorando. Pese a que el pequeño parecía un ángel, nolo era. Mucho menos mentía al decir que el inocente bebé era el hijo del mismísimo Satán encarnado.
Es que no solo había rechazado cada uno de sus intentos por persuadirlo del Oh tan melodiosos llanto - esos agudos chillidos que amenazaban con destrozar sus tímpanos y dejarle desangrarse hasta morir en una esquina del lugar - , sino también descubrió que él, Skull, no le caía del todo bien.
"Mierda." Sonrió entrecortadamente. Su imagen dejando mucho que desear – más de lo normal – y el pobre infeliz ya no sabía que hacer.
Apoyado sobre la cuna de marfil, el casco en paradero desconocido y su ropa caída en combate. El enterizo de cuero desgarrado en varias partes, vómito en sus hombros y el cabello índigo húmedo. El esperaba fervientemente que aquello fuese chocolate. – el intento de cambiar pañales era algo de lo que no quería volver a hablar. Nunca-.Ni que decir sobre el estado de la habitación.
El niño intentaba alejarlo de su cuerpo con una mano regordeta, mientras con la otra se le aferraba con una fuerza inhumana, casi arrancándole los aretes que traía. Y Skull realmente no podía convencerse de que el mocoso tenía solo 8 meses.
Entonces, cuando la desesperación - por parte igualitaria de ambos- llegó a niveles insospechables, el infante decidió que era hora de decir sus primeras palabras. Las que también mandarían por la borda todos sus - inútiles- intentos por sobrevivir un día más, o quizás salir con el daño mínimo posible de la mansión.
"¡P-paa… paa.. Re- re… Rebodn! ". Sentenció.
Y pues como dice el refrán: "Habla del Diablo, y el Diablo aparecerá"
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Reborn tskeó mirando el cuerpo de la niñera desparramado grotescamente en el suelo. Ni siquiera había asestado el tercer golpe cuando Skull - soltando el grito más varonil que pudo – cayó desmayado frente a él.
Con su hijo aún en brazos. El hitman se preguntó si ese inútil realmente quería morir.
"Tsunayoshi". Llamó con una sonrisa imperceptible en los labios. El niño continuó riendo de forma inocente hacia Skull.
"¡Papa, Papa!" Canturreó alegremente en respuesta, volviéndose hacia él. "¡Papa Rebodn!" .Volvió a decir señalándole con las manos, antes de acercarse a su cuello, rodeándolo con sus pequeños brazos.
Y sin que nadie pudiese verlo, Reborn sonrió.
Words 447-
OMAKE
En el momento en que abrió los ojos, notó que había algo mal en esa imagen, y se preguntó que podía ser. Y también por que no podía moverse.
Casi quiso chillar al descubrir que sus brazos y piernas se encontraban atados contra una silla. La habitación era completamente blanca, desprovista de muebles y lo único que podía hacer era preguntarse "¿Y ahora?"
Fue entonces cuando Skull descubrió una carta en su regazo, la leyó y sintió pánico. Había llegado la hora de los lamentos, y él lo lamentó. Realmente ya ni siquiera recordaba el por que decidió querer destruir media mansión de cierto Hitman - Y descubrir de paso que Satanás tubo un hijo- . para matar el tiempo.
Estimado Zombie Inútil:
Se agradece por su voluntaria disposición para cuidar de mi hijo. Es por eso que he decidido no volarte los sesos, aún. Recuerda avisar previamente su próxima visita y disfruta de tu estadía en el "cuarto blanco" hasta que alguien venga por ti.
ATT. El mejor Padre y Hitman del mundo.
