Esta historia ocurrió no hace mucho tiempo, en un internado masculino a las afueras de Tokio. Aquel internado tenía fama de ser uno de los mejores de Japón, aunque en este caso la fama era inmerecida, o al menos eso era lo que decían los estudiantes del centro, quienes se sentían explotados por todo el trabajo que tenían que hacer, sin disponer casi de tiempo libre. No todos los alumnos pensaban eso del internado, había un estudiante en particular que se sentía muy afortunado de estar ahí, y todo se lo debía a su hermano mayor.

Cuando Misaki Takahashi, el alumno en cuestión, cumplió los catorce años, recibió la noticia de que su hermano se iba a casar. Él se alegró mucho por su nii-chan, quien siempre había sacrificado todo para darle lo mejor a Misaki. El estudiante pasó unos meses viviendo con su hermano y su cuñada, pero un buen día le ofrecieron a Takahiro, su hermano, un puesto de trabajo en EEUU y Misaki se vio obligado a tomar una decisión; abandonar Japón e irse con su familia a otro país o quedarse en un internado en Japón. La decisión no fue fácil, por un lado no quería separarse de Takahiro y su mujer, a la que ya quería como a una hermana, pero por otro lado no se veía capaz de empezar una nueva vida en un país cuyo idioma estaba muy lejos de dominar. Al final optó por quedarse en un internado. Así fue como al poco de cumplir los quince años comenzó a estudiar en aquella institución.

Como cada verano, Misaki había pasado las vacaciones en Nueva York, donde vivía actualmente su hermano y había podido conocer por fin a Mahiro, su sobrino, que había nacido a principios de aquel año. Misaki estaba deseando que llegaran las vacaciones de navidad solo para volver a ver a su familia.

Misaki aterrizó en Tokio el día antes del comienzo del curso y se trasladó en metro hasta la estación más cercana al internado, después cogió un autobús que le dejó en la puerta. Tadao Kusama, el conserje, le recibió con su ya típica sonrisa y le indicó la habitación que le había tocado aquel año.

- Takahashi-kun, este curso compartirás habitación con el hijo del director.- Le informó el conserje.- Los docentes se reunieron al final del curso pasado y decidieron mezclar estudiantes de diferentes cursos, para ver si así los más mayores podéis guiar a los peques.- Tadao suspiró mientras le entregaba la llave de su habitación.- ¿Ya conoces a Takatsuki-kun? Es muy buen chico pero tiene un carácter difícil, es por eso que siempre le está dando dolores de cabeza al director.

- Hemos hablado un par de veces.- Se limitó a responder el menor.

- Seguro que acabáis siendo muy buenos amigos.- Tadao dudó un momento pero decidió hablar.- Verás, Takatsuki-kun no tiene muchos amigos, no debe ser fácil ser el hijo del director. Tiene mucha suerte de que os haya tocado de compañeros, no hay mejor sempai que tú, Takahashi-kun. Estoy seguro de que le vas a ser de mucha ayuda.

- Intentaré ayudarle en todo lo posible.

- Por supuesto que sí, eres muy buen chico.- El conserje sonrió y de repente pasó a estar serio.- Pero no por eso debes distraerte de tus responsabilidades, este es tu último curso y debes asegurarte el entrar a una buena universidad. Estoy seguro de que con mucho esfuerzo conseguirás estudiar en la universidad que te propongas.- Tadao volvió a sonreír y los ojos le empezaron a brillar.- Sino mira mi Nowaki, se esforzó mucho y ahora estudia medicina. Cuando tenía tu edad se sentía muy agobiado y estuvo a punto de tirar la toalla, menos mal que Kamijou-sensei supo guiarle. Es por eso que no debes dudar en pedir ayuda, Takatsuki-kun.

- Lo haré.- Dijo Misaki asintiendo y forzando una sonrisa. Adoraba al conserje, él y su hijo Nowaki eran de las personas más amables del internado, pero en ese momento lo único que deseaba era tumbarse a descansar después de tan largo viaje.

Misaki se alegró de que la habitación estuviera vacía, no tenía muchas ganas de socializar con su nuevo compañero. No había dejado las maletas en el suelo cuando escuchó una voz cantarina desde la puerta.

- Misa-chaaaaan.

- Kane.- Dijo Misaki alegre abrazando a su amigo.

- ¿Me has echado de menos?¿Qué tal por EEUU?¿Cómo está tu hermano?¿Y tu cuñada y sobrino?- Preguntó el joven de pelo largo y moreno.

- Bien, todo bien por allá. Mi sobrino es lo más mono que he visto jamás.- Respondió Misaki.- Oye, ¿qué tal tus vacaciones?

- Horrible, he estado todo el verano aquí.- Dijo Kane sorprendiendo al otro.- Mis padres se han ido de viaje por Europa y querían hacerlo en pareja, vamos, que yo sobraba. ¿Te lo puedes creer? Mis propios padres me marginan.

- Lo siento mucho, Kane. ¿Y qué has estado haciendo?

- Nada, ¿sabes cuántos estudiantes eramos? Tres contándome a mí.- Dijo Kane con cierto rencor en la voz.- Menos mal que Nowaki también ha estado mucho por aquí, aunque no sé, creo que le pasa algo.

- ¿Por qué lo dices?

- No sé, estaba como decaído.- Comentó Kane.- Bueno, tendrías que haber visto las cenas...eramos solo nosotros tres, Nowaki y Tadao.

- No suena tan mal, con Tadao siempre hay tema de conversación.

- Y aún no sabes lo mejor, tuve que aguantar tres semanas a Miyagi-sensei.- Resopló Kane rodando los ojos.- Que yo no tengo nada en contra de él, pero era muy incómodo…

- ¿Tres semanas?¿Por qué? Es decir, él también tenía vacaciones.- Dijo Misaki sorprendido.

- No sé por qué, pero los rumores dicen que tuvo una bronca muy fuerte con su mujer y vino aquí solo para no estar con ella.

- ¿Y quién ha esparcido esos rumores si solo erais tres estudiantes?

- Está bien, le escuché hablando con Tadao.- Kane puso su sonrisa de cotilleos y bajó la voz.- Sospecha que su mujer se está viendo con otro.

- ¿De verdad?- Preguntó Misaki sin poder creérselo.

- Te lo juro.- Afirmó Kane.- Lo de sospechar lo he dicho para suavizar el asunto, en verdad pilló a su mujer en la cama con otro. Muy fuerte. Me da un poco de pena, él es muy buena persona, con decirte que al final me aprobó…

- Su mujer es la hija del director, ¿no?

- Eso creo.

- ¿Crees que si se divorcian el director le echará?- Preguntó Misaki pensativo.

- Espero que no, no creo que haya muchos profesores que me aprueben por pena.


Akihiko Usami, un famoso historiador conocido por haber publicado más de diez novelas históricas, estaba atravesando un mal momento en su vida. Lleva ya casi dos años sin publicar nada, no sabía qué le pasaba, pero no conseguía concentrarse a la hora de escribir. Se sentía muy frustrado ante la situación, no podía continuar así, la editorial no paraba de acosarle y él se sentía un auténtico fracasado.

Su mejor amigo, Hiroki Kamijou, le había sugerido dejar de forzar las cosas y tomarse un año sabático, lejos de sus libros. Hiroki le había insistido en que buscara una forma de abstraerse pero Akihiko no estaba por la labor. Visto lo visto, Hiroki se tomó la libertad de hablar con el director del internado en el que él trabajaba y éste había estado encantado ante la idea de que el famoso Akihiko Usami impartiera clases de historia allí. El famoso escritor se quedaría todo un curso allí, buscando la inspiración que había perdido.

Akihiko no estuvo nada contento cuando se enteró de aquello pero al final cedió y firmó el contrato, la verdad era que no tenía nada que perder.

La mañana anterior al inicio del curso escolar, Hiroki le acompañó a la que sería su nueva habitación y después le hizo un breve tour por las instalaciones. Pasearon por las aulas, las cocinas, el salón de actos, los jardines, el gimnasio y por último el ala donde estaban las habitaciones de los estudiantes.

- Por aquí no vas a venir mucho.- Le dijo Hiroki mientras le enseñaba donde dormían los alumnos.- Pero está bien que lo conozcas.

- Aún no hay muchos estudiantes.- Comentó Akihiko ya que solo se habían cruzado con un par.

- Irán llegando a lo largo del día, para la cena ya estarán todos.- Dijo Kamijou y de repente paró en seco haciendo que el otro también parara. Le hizo un gesto para que callara y se escucharon unas voces que provenían de una habitación que estaba abierta.- Como no, siempre son ellos…- Murmuró Hiroki suspirando y sin moverse.

- Nada, ¿sabes cuántos estudiantes eramos? Tres contándome a mí.- Se escuchó la voz de un muchacho.- Menos mal que Nowaki también ha estado mucho por aquí, aunque no sé, creo que le pasa algo.- Hiroki arrugó el entrecejo y se acercó sigilosamente para escuchar mejor, bajo la atenta mirada del escritor.

- ¿Por qué lo dices?- Preguntó otra voz también juvenil.

- No sé, estaba como decaído. Bueno, tendrías que haber visto las cenas...eramos solo nosotros tres, Nowaki y Tadao.

- No suena tan mal, con Tadao siempre hay tema de conversación.

- Y aún no sabes lo mejor, tuve que aguantar tres semanas a Miyagi-sensei.- Hiroki puso cara de sorprendido y le indicó a Akihiko que se acercara más.- Que yo no tengo nada en contra de él, pero era muy incómodo…

- ¿Tres semanas?¿Por qué? Es decir, él también tenía vacaciones.- Dijo la segunda voz con tono de sorpresa.

- No sé por qué, pero los rumores dicen que tuvo una bronca muy fuerte con su mujer y vino aquí solo para no estar con ella.

- ¿Y quién ha esparcido esos rumores si solo erais tres estudiantes?

- Está bien, le escuché hablando con Tadao.- De repente se oyó un susurro lo que hizo que Hiroki arrugara el ceño, quería enterarse bien de aquel cotilleo ya que sabía que Miyagi no se lo iba a contar.

- ¿De verdad?

- Te lo juro. Lo de sospechar lo he dicho para suavizar el asunto, en verdad pilló a su mujer en la cama con otro.- Hiroki se giró a Akihiko con la boca abierta por la sorpresa, pero el otro no compartía la misma emoción por aquel descubrimiento.- Muy fuerte. Me da un poco de pena, él es muy buena persona, con decirte que al final me aprobó…- Ante eso Hiroki resopló.

- Su mujer es la hija del director, ¿no?

- Eso creo.

- ¿Crees que si se divorcian el director le echará?

- Espero que no, no creo que haya muchos profesores que me aprueben por pena.

Hiroki se cansó de estar escuchando, así que dio dos pasos pequeños y se puso justo en el marco de la puerta de aquella habitación.

- Uchima-kun, ¿no tienes nada mejor que hacer con tu vida que hablar de la vida privada de un profesor?- Dijo Hiroki con cara de enfado, sorprendiendo a los dos estudiantes que dieron un salto al verle.

- ¡El demonio!- Exclamó Kane sin poder contenerse.

- ¿Cómo me has llamado, niñato?

- No, sensei, no se refería a usted.- Dijo Misaki con nerviosismo.- Es solo una expresión que se lleva mucho ahora.

- Takahashi-kun, no intente salvar a su amigo.- Dijo Hiroki y luego se dirigió al escritor, quien se había quedado mirando la escena desde una distancia prudente.- Akihiko, estos dos te van a sorprender mucho, pero no en el buen sentido. Es sorprendente lo tontos que pueden llegar a ser.

- A ver, Kamijou-sensei, tampoco es cuestión de ponerse a faltar antes de comenzar las clases.- Dijo Kane haciendo que Misaki le diera un codazo para que se callara.

- Tontos y descarados.- Suspiró Hiroki.

- Bueno, descarado solo es uno, ¿no? El otro casi no ha abierto la boca.- Comentó Akihiko mirando a Misaki, quien se puso nervioso por ser el centro de atención.

- Son los dos iguales, no te dejes engañar.- Negó Hiroki con la cabeza.- Y aún falta el tercero para completar el famoso trío. ¿Dónde os habéis dejado a Fujimoto?

- Satoru aún no ha llegado.- Respondió Misaki.

- Pero descuide que yo soy el primero que tiene ganas de verle, que me debe dinero.- Comentó Kane.

- Entonces el verano bien, ¿no?- Preguntó Hiroki.

- Bueno, yo he estado aquí encerrado mientras Misaki perdía la virginidad con una americana.- Dijo Kane haciendo que su amigo se pusiera rojo y le mirara con reproche.

- Vaya, Takahashi-kun, igual no eres tan tonto como yo creía.- Comentó Hiroki intentando disimular una sonrisa para luego marcharse junto con Akihiko.

- ¿POR QUÉ HAS DICHO ESO SI NO ES CIERTO?- Le gritó Misaki golpeándole.

- ¡Qué más da! Lo importante es que he hecho reír a Kamijou.

- ¡No se ha reído!

- Se ha reído con los ojos.

- Como habrás podido comprobar, los estudiantes están en una edad muy mala.- Le dijo Hiroki a Akihiko mientras se alejaban por el pasillo.- Estos tienen diecisiete años, son de último curso y están hormonales perdidos. Solo piensan en sexo.

- Pues como nosotros.- Se limitó a decir Akihiko.

- No, nosotros pensamos en más cosas a parte de eso.

- Oye, el chico ese parece buena gente.- Comentó el escritor sorprendiendo al otro.

- ¿Quién?¿Uchima?

- No, Takahashi.

- Todos son buena gente. Esto que quede entre nosotros, pero esos tres son mis favoritos.- Dijo Hiroki.- Aquí la mayoría de estudiantes son de familias ricas y, sinceramente, son todos demasiado formales, da grima hasta mirarles, pero estos tres son tan normales… Descerebrados pero normales.

- Sí, se nota que les tienes aprecio…

- El más normal es Takahashi, pero porque viene de una familia normal.- Explicó Kamijou ignorando el comentario del otro.- Sus padres murieron cuando él tenía ocho años y desde entonces su hermano mayor se hizo cargo de él, pero años después le destinaron en el trabajo a Nueva York y metió a Takahashi en este internado. Takahashi adora a su hermano mayor, para él es como un héroe. Ahora pasa las vacaciones en Nueva York con la familia de su hermano, va en verano y en navidad. Es por eso que el burro de Uchima ha hecho la coña de la americana.

- ¿Y en las de primavera no?

- Como ya te he dicho, no son de familia rica, supongo que no va porque tres viajes al año serían demasiado gasto.- Dijo Hiroki pensativo.- Piensa que este internado le debe costar un ojo de la cara a su hermano.

- ¿Y por qué no se fue con…

- Dios, no.- Interrumpió Hiroki y le agarró del brazo para arrastrarlo hasta una habitación que estaba vacía.- Cállate, que he visto a alguien al que no quiero ver.

- ¿A quién?- Preguntó Akihiko en un susurro mientras escuchaban pasos fuera.

- A Nowaki, el hijo del conserje.

- ¿Por qué no quieres verle? ¿Desde cuando te escondes de alguien?

- ¡Shh! Es complicado.

- Bueno, tenemos tiempo.- Dijo Akihiko cruzándose de brazos.

- Está bien.- Suspiró Hiroki.- Nowaki y yo nos conocemos desde hace años, desde antes de que me hicieran fijos. Yo le ayudé con sus exámenes de acceso a la universidad y desde entonces, bueno, no diría que somos amigos pero nos llevamos bien. El caso es que a principios de verano me crucé con el en Tokio y decidimos ir a tomar algo. Bebimos demasiado y acabamos...acabamos en un hotel.

- ¿Te acostaste con él?- Preguntó Akihiko sonriendo.

- Sí.

- ¿Y qué pasó luego?

- Pues no lo sé porque me fui antes de que despertara y ahora me da mucho palo cruzarme con él.- Dijo Hiroki.- ¿Qué debería hacer?¿Hablo con él y hago las cosas más incómodas?¿O simplemente hago como que nada ha pasado?

- Actúa normal y si él dice algo pues lo habláis.- Dijo Akihiko.- Es así de sencillo.

- No es tan sencillo, Akihiko…


Shinobu Takatsuki era un joven de quince años pero sentía que su alma correspondía a la de una persona mayor, una persona mayor que había sufrido mucho a lo largo de su vida y que acumulaba mucho rencor. Shinobu no era feliz, sentía que estaba desperdiciando los que se suponía que debían ser los mejores años de su vida pero no podía hacer nada para evitarlo. Tan joven y al mismo tiempo tan amargado. Y el único culpable de eso era su cuñado y profesor, Miyagi.

Shinobu se enamoró de Miyagi a los doce años, cuando comenzó a asistir al internado. Desde ese momento Shinobu vivía por y para Miyagi, todo su mundo giraba entorno a él. Vivía con la esperanza de que al acabar el instituto, él dejaría de ser su profesor y podría confesarle su amor. Todo iba bien hasta un año atrás, cuando su hermana le había presentado a su futuro marido, que resultó ser el mismo Miyagi. Desde entonces Shinobu vivía en una espiral de dolor y autocompasión de la que no sabía como salir.

Shinobu se encontraba sentado en el asiento del copiloto, Miyagi había acordado con su padre que le llevaría al internado aquella tarde, ya que el director no vivía allí por lo que no acudiría hasta el día siguiente. El trayecto fue silencioso. Shinobu sabía que algo le pasaba a Miyagi, pues de normal intentaba sacar tema de conversación, pero aquella vez se había pasado todo el viaje sin decir palabra. El menor tampoco estaba por la labor de decir nada, cuanto menos tiempo pasara con Miyagi mejor le irían las cosas, tenía que desenamorarse como fuera.

- Shinobu, antes de que bajes me gustaría hablar contigo.- Dijo el profesor una vez hubo aparcado.- Tu hermana y yo nos vamos a divorciar.

- ¿Qué?

- No quiero que pienses que esto va a cambiar las cosas entre nosotros porque no va a ser así. Quiero que sigamos llevándonos bien, ya sabes que te tengo mucho cariño.- Confesó Miyagi haciendo que Shinobu se emocionara.- Para mí eres como un hermano pequeño.- Algo dentro del rubio comenzó a doler y los ojos se le llenaron de lágrimas.

- ¡Pues para mí no eres como mi hermano, viejo!- Le espetó Shinobu intentando no echarse a llorar, dejando muy sorprendido a Miyagi.

- Ya sé que la noticia es impactante, pero tampoco es para que me hables así.

- ¡Que te calles!- Gritó Shinobu antes de salir del coche y echar a correr, olvidando sus maletas. De malas formas cogió la llave de la habitación que le entregaba el conserje y se dirigió hacia los dormitorios. Entró sin decir palabra y se tiró sobre la cama que no estaba ocupada.

- Oye, ¿te encuentras bien?- Preguntó Misaki, también tumbado en su cama, cuando se hubo recuperado de la sorpresa.

- ¡Es evidente que no!- Dijo Shinobu rompiendo a llorar.

- Y...bueno, ¿quieres hablar?

- Lo que quiero es morirme.

- Venga, no dramatices.- Le dijo Misaki.- Seguro que no es para tanto.

- ¡Ha dicho que soy como su hermano!¡Hermano!- Gritó Shinobu.- ¡Tres años enamorado de él para nada!

- ¿Él?- Murmuró Misaki sorprendido.

- ¿ALGÚN PROBLEMA?

- No, no, ninguno…- Negó Misaki rápidamente.

- Oye, me apetece estar solo, ¿te puedes ir un rato?- Le preguntó Shinobu y en ese momento llamaron a la puerta.- Si es Miyagi dile que se vaya a la mierda.

- ¿Cómo le voy a decir eso a un profesor?- Dijo Misaki mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta.

- Vengo a dejar las maletas de Takatsuki-kun, se las había dejado en el coche del profesor Miyagi.- Dijo el conserje una vez hubo abierto la puerta.

- Muchas gracias.- Sonrió Misaki cogiendo las maletas y dejándolas a un lado de la cama de Shinobu.- Te voy a dejar un rato solo, pero no pienses que va a ser siempre así, tengo tanto derecho como tú a estar en esta habitación.

- ¿Ya tenéis problemas?- Preguntó el conserje preocupado.

- No, Tadao, son solo pequeños roces de convivencia.- Dijo Misaki para luego irse junto al conserje, dejando a Shinobu en la habitación.


Hola ^^

No esperaba comenzar un nuevo fic hasta acabar con el de Amistad porque no ando muy bien de tiempo, pero el insomnio me hizo escribir esto anoche y he decidido publicar el primer capítulo para ver si os gusta la idea.

Por cierto, sé que el curso académico en Japón comienza en abril (más o menos), pero a mí me resultaba más cómodo que empezara después de las vacaciones de verano.

Muchas gracias por leer y por vuestro tiempo.

Un saludo :)