Malentendidos

Capítulo 1: Noche complicada

Ciudad Engobe, una hermosa localidad que desprende una inmensa tranquilidad y alegría, desde sus invernaderos, tiendas, miradores o solo paseando por las calles, ya sea de día o de noche… Aunque también puedes haber uno que otro día de excepción.

La paz que concebía la ciudad con la reciente llegada de la noche fue completamente interrumpida por el ruido de música y gritos eufóricos proveniente de las habitaciones de la famosa Escuela de Entrenadores

- Yuki ¿No crees que la música está muy alta? – pregunta una joven de cabello verde a su amiga

- Para nada Yuuko – la rubia acaricia la cabeza de la peliverde - Además pude oír que Cheren-sensei tuvo una inesperada salida nocturna con Bianca-san –

- Es verdad, yo vi cuando salieron – una entrenadora castaña entra a la habitación con varias bolsas de bocadillos – No hay de qué preocuparnos -

- ¡Increíble Mayu! Pudiste conseguir muchos bocadillos – Yuuko agarra con rapidez una de las bolsas, la abre y la vierte en su tazón.

- Tranquila Yuuko, traje para todas – Mayu se ríe al ver como su amiga ya estaba devorando como si no hubiese un mañana los dulces.

- Por cierto – Yuki giro su mirada a la entrenadora castaña – Pudiste traerla? –

- Claro, aquí es… - Mayu se gira con dirección a la entrada y no observa a nadie ahí – ¿Ehhhhh? Se supone que estaba detrás mío.

La joven rubia toma su gorra y la acomoda con una mirada decidida – Yo la traigo, no debe estar lejos de aquí –

- ¡Tú puedes Yuki! – mencionó animada la entrenadora con el extraño peinado en forma de hojitas mientras continuaba comiendo.

- Whi-two ¡Voy a por ti! – grita con energía Yuki - Quiero esas malteadas frías y lista para cuando la traiga, ¿Entendido? - y como si fuese alma que llevara Giratina salió a toda velocidad en busca de su amiga.

Plantas más debajo de aquella enorme edificación, se escuchaban por todo el pasillo unos pasos torpes y algo acelerados junto a una respiración agitada, nuestra fugitiva que sostenía a un pequeño pokemon con forma de hongo que sostenía con su otra mano la veía preocupada.

- Ya les había dicho que no soy de ir a pijamadas, no es mi estilo… – Con una toalla la entrenadora con curioso peinado de donitas se quejaba internamente – Foongy, solo quiero llegar a mi habitación a dormir… -

De repente, escucha el estruendoso grito de la entrenadora de Wingull retumbando su nombre por todo el edificio

- ¡Whi-two voy a encontrarte! ¡Puedes correr, pero no esconderte! – inmediatamente toma una Pokeball y la lanza materializándose su compañero emplumado – Wingull, busca a Whi-two en los pisos superiores, yo buscaré en los inferiores- dicho esto su Pokemon asiente feliz.

Los fuertes pasos y escandalosas patadas a las puertas de las demás habitaciones se escuchaban tan solo en el piso encima de ella. Whi-two tembló del terror porque pronto sería encontrada sino actuaba rápido.

- Yuki como siempre es tan veloz, no puedo quedarme aquí – Whi-two miraba a todos lados con desesperación buscando donde ocultarse - ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? -

En su mente maldecía el estar en la Escuela de Entrenadores justo en ese momento, maldice el hecho de que fue convencida de ir a esa pijamada por culpa de perder una batalla, la pobre chica solo quería descansar luego un largo día. A pesar de que en el poco tiempo de estadía ya había aprendido a evitar personas de forma sigilosa y rapidez, en especial a un chico castaño que no le despegaba la vista desde que entró a estudiar.

- Si puedo arreglármelas de esconderme de Lack-two la mayoría de días definitivamente puedo con Yuki – Whi-two susurraba para sí misma y como obra divina su mente se iluminó – ¡Ya sé! Si voy por aquí no me….

Antes de terminar su oración observa como de una de las habitaciones sale una entrenadora frotándose los ojos con una expresión de molestia total, por breves segundos sus miradas se cruzaron con asombro. Whi-two se voltea sin frenar su paso haciéndole señas para que no dijera nada.

Repentinamente aquella chica solo le sonrió con dulzura - Tranquila –

- Que alivio…- suspira la castaña donitas, pero su paz no duro mucho tiempo porque en segundos aquella chica tomó mucho aire a punto de gritar.

- ¡Yuki! ¡Aquí esta Whi-two! ¡Ahora déjanos dormir en paz! – grita la entrenadora furiosa alertando a la captadora de la donitas para luego cerrar su puerta y volver a la tranquilidad de sus sueños.

- ¡No puede ser! – Whi-two exclama asustada, pero se da cuenta que ese fuerte grito confirmo lo dicho por la entrenadora

- Ya te oi Whi-two, vas a venir a nuestra fiesta de chicas, me diste tu palabra – los pasos de Yuki se aceleran provocando que Whi-two se petrifique aún más del miedo.

- ¡N-No…! – Ya no sabía dónde moverse, estaba tan cerca de ser atrapada y la iluminación que tuvo hace minutos se esfumo por completo, ¿Dónde quedaba el escondite perfecto que había pensado? Ni siquiera con Lack-two tuvo un terror así y eso que tenerlo a su lado ya le daba mucho miedo.

Su compañero Foongy solo podía saltar en su manito intentando librarla de su trance, pero era muy complicado, conocía a su cuidadora y su debilidad con los bloqueos mentales, así que tuvo que pensar en cómo salvarla de su perdición de cabello rubio.

No pasó ni un minuto hasta que pudo divisar una pequeña compuerta por donde se arrojaba la ropa sucia, tal vez ese era el denominado escondite perfecto de su cuidadora castaña, no lo sabía a la perfección, pero el escuchar como unos veloces pasos se acercaban a ellos no tenían más opción que ir a ese lugar.

El pokemon hongo le hizo pequeños ruidos alertándola e intentando señalarle el lugar con movimientos de su cabeza, hasta que, por gracia de Arceus la joven de peinado de donitas salió de su breve bloqueo y vio a su compañero asustado haciéndole las señas.

Whi-two volteo a ver dicho lugar y en ese momento sus pensamientos de escape volvieron a ella - Es verdad, gracias Foongy - aún no se había rendido.

- ¡Yuki no me atrapará! – Whi-two miro decidida su objetivo, y con todas sus fuerzas corrió lo más rápido que pudo y sin ponerse a pensar si su cuerpo cabía por esa pequeña abertura se lanzó y como si de una película de acción se tratara a los segundos bajo su captora de un salto.

- Ya te atra… ¿Eh? – Yuki miraba confundida a todos lados – Pero si la escuché ahorita… -

La determinada y enérgica entrenadora cruzo sus brazos y miró por cada milímetro del lugar en un escaneo rápido por encontrar a su escondidiza y tímida amiga.

- Eres muy buena escondiéndote Whi-two, me gustan los retos – En ese momento baja su Wingull notificándole que no la había encontrado – No te preocupes Wingull, esto será un reto, y ya sabes qué hacemos con los retos… ¡Los superamos! – Su pokemon volador aletea muy emocionado más que decidido a ayudar a su entrenadora.

Ambas partes no van a retroceder en su objetivo: Whi-two, huyendo de la noche de chicas por su timidez y ganas de descansar tranquila y Yuki, buscando a la castaña para llevarla a la pijamada que había organizado y había ganado la asistencia de su amiga de forma legal ¿La cazadora rubia llegará a su "presa tímida" primero? ¿O la castaña podrá liberarse de la aterradora "fiesta de chicas" esa noche?

La noche era muy joven aún para saber respuesta alguna, la brillante luna era despejada por las oscuras nubes pintando un ambiente muy tranquilo y soñador, bajo este encantador manto nocturno muchas parejas paseaban por la ciudad y, especialmente una linda parejita de… ¿amigos? cenaban felizmente en un restaurante elegante.

- No te hubieras molestado Cheren, seguramente este lugar es muy caro – una linda chica de tez blanca y cabello rubio corto se acomodaba los lentes algo apenada, pero feliz de su reunión con el joven muchacho.

- Ni lo menciones Bianca – el chico de cabello y ojos negros se reía por lo bajo – Ha pasado mucho tiempo desde que tuvimos una reunión fuera de la escuela, es lo menos que puedo hacer – sonreía con tranquilidad.

- Te ves tan lindo cuando sonríes Cheren – la tierna rubia menciono ese comentario muy alegre provocando un leve sonrojo y mucha timidez en el joven profesor, al ver esto lo miró más curioso – ¿Qué ocurre? –

- N-Nada – la mirada del pelinegro se había desviado a causa de los nervios, aunque sabía que Bianca era algo ingenua en ocasión, decirle eso en una noche cenando en un restaurante rodeado de varias parejas… Su corazón se aceleró un poco ¿Cómo una frase podía causarle algo así? No lo entendía.

Bianca lo seguía observando con curiosidad, pero como su amigo no le respondía algo más decidió cambiar de tema para ver si captaba su atención - ¿Estás seguro de que no habrá problemas por haber dejado esta noche la Escuela de Entrenadores? – le preguntó con más curiosidad.

- ¿Ah? – Cheren volvió en sí – No, para nada, como sabes tenemos reglas muy estrictas en la Escuela de Entrenadores tanto de día como de noche, y mis estudiantes son muy obedientes la mayoría de veces – sonríe recordando veces cuando desobedecen – Además, nadie nos vio salir, así que todos pensarán que sigo ahí vigilando –

- Mmmmm… - la dulce rubia hace una pose pensativa dejando al joven líder confundido.

- ¿Qué pasa? – Cheren pregunta ante el silencio de su amiga, pero el grito de emoción que soltó casi logra que él se cayera de su asiento.

- ¡Tienes razón Cheren, eres muy listo! – Su amiga rubia sonreía feliz causándole de nuevo al pelinegro un nuevo acelerón en su corazón sonrojándose más.

- ¿Cheren? – la rubia se acerca más a su amigo – Estas muy raro, respóndeme – le hace puchero mientras mira su cara muy cerca – ¡Dime algo Cheren! – lo sostiene de los brazos y lo sacude cómicamente para obtener alguna respuesta - ¡Chereeeeeen! -

La hermosa ciudad Engobe en su mayoría de veces ha tenido muchos momentos tranquilos y hasta románticos, pero sin duda esta noche es muy… ¿especial? ¿inusual? Un joven profesor cuya timidez le gana a la razón y una hermosa rubia cuya ingenuidad es superior a su belleza. Pero no es lo único que mantiene esta noche muy agitada.

De vuelta en la Escuela de Entrenadores donde la ferviente persecución entre dos estudiantes continuaba al rojo vivo, en el campo donde se libran las batallas, un serio y muy enojado chico de cabello azul y mirada carmesí como la ira que contiene camina firmemente del dormitorio de chicos al de chicas.

- Tsch, este inútil de Leo – Hugh aprieta sus puños furioso - ¿Cómo se atreve a confundir mi ropa dejándola en la lavandería de chicas? – mira a los alrededores verificando que no hubiera nadie – ¡Agh! ¡Cómo se atreve a confundir mi camisa favorita con ropa de niña! ¡Es un inútil! –

Sus pasos son cada vez más fuertes pensando en cómo le iba a gritar cuando regresara y como posiblemente le haría lavar toda su ropa al menos un mes o más, aunque su enojo no era tan grande como la que tiene por el Team Plasma, igualmente era consideraba hasta el punto de pensar que sus pasos podrían dejar huellas de lava ardiente.

- Si me ven entrando a la lavandería de chicas tendré serios problemas – sus puños se cerraron con más fuerza viendo que podría golpear - ¡Ese enano bastardo me las va a pagar! –

A pesar de su gran furia, se detuvo y pensó en algo que al analizarlo más era obvio – Veamos… ese enano dejo la ropa ayer, pero no la recogen hasta 2 días después… – su mirada cambia de dirección, ahora buscando un objeto en específico – como solo pasó un día aún debe estar en ese apestoso contenedor – lo señala y sonríe victorioso.

- ¡Nadie puede vencerme! – su sonrisa se vuelve más grande en lo que va corriendo hacía el contenedor. Todo era perfecto, iría sigiloso y rápido cual, si fuese un ninja, recogería su ropa y regresaría a su dormitorio sin que nadie lo vea, no tendría ningún problema con su profesor y no sería expulsado, además como bonus en la mañana le daría su merecido a Leo.

- Mi plan es perfecto – se ríe en voz baja imaginándose todo, después de todo, tenía la ayuda de la oscuridad de la noche y confiaba en sus habilidades, sin mencionar que la diosa de la suerte lo acompañaba… O eso es lo que pensaba.

Ya de frente al contenedor Hugh estira sus manos haciendo movimientos previos para recoger su ahora considerado "premio", pero al abrir el enorme recipiente de ropa ve como una cae una linda muchacha de pelo castaño y peinado con forma de donitas.

- ¡Ahhhhhhhhhh! – el peliazul grita asustado al ver a Whi-two cayendo inesperadamente al montón de ropa sucia.

- ¡Ahhhhhhhhhh! – la donitas también grita aún más aterrada viendo como Hugh estaba ahí de frente viéndolo con una expresión de sorpresa total.

- ¿¡Pero qué diablos estas ha….!? – el chico de peinado de Qwilfish grita por inercia sin entender que pasaba, aunque justo antes de que terminará el Foongy de Whi-two también aterrado le lanza esporas que lo paralizan, y como si fuese una secuestradora profesional, en segundos Whi-two jala a Hugh al contenedor cerrándose de golpe.

Las cosas se le van complicando a la linda Whi-two, definitivamente la diosa de la suerte la abandono - ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? – suspiró.

¿Serán atrapados juntos por Yuki? ¿Hugh se imaginó que algo así le podría pasar? ¿Cómo diablos Leo pudo confundir su clásica camisa roja con blanca con ropa de chica?

¡Esto y más en el próximo episodio!