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» No. No me canso de hacer historias. ¿Y qué con eso? No es tu maldito asunto (?)
» Yo también soy grosera :x Aunque no te interese. Date interesante.
» Oh, esto definitivamente no tiene argumento ni nada de eso. Sólo escenas muy, muy OoC donde dicen palabrotas y... ¿hablan de tonterías? :D ¿Por qué no?
Intoxicated
«Un poco sucio, un poco doloroso,
que fácil de definir»
I
«Coffee Cold»
—Jessica me dijo perra.
—¿Y?
—Le pegué, pero creo que me quebré el dedo o alguna mierda así. Es horrible —Murmuró Bella, tendiéndole la mano en cuestión. Era pálida, como toda ella, pero estaba un poco amoratada—. Duele un infierno.
Edward se rió.
—¡Eso dijo Emmett cuando Jasper le pegó en los cojones! —Respondió, pero tomó su mano. Bella sonrió también—. Fue gracioso —Añadió.
—Maldición, sí.
—Bien, ¿qué tal tu día?
Edward era un buen chico. Incluso iba a clases más de tres días a la semana, hacía sus tareas. Se murió Esme, Carlisle se suicidó y el alcohol y las drogas lo abrazaron fuerte. Pero aún le gustaba jugar a que era un caballero. No lo era, maldición. Pero qué divertido fingirlo.
—¡Jessica me dijo perra! —Repitió Bella, golpeándolo. Al menos fue con su mano buena.
—¿Por qué? —Edward rodó los ojos.
—Porque... le dije que era una tarada.
—Y le dijiste eso porque...
—Porque se comía con los ojos a ese imbécil de Newton, ¡pero nunca le dice nada! —Bella bufó—. Sé que él no es... ya sabes, como nosotros —Se rió—, pero aún así me mira. Joder que sí. Es un poco escalofriante.
—¿Te mira? —Edward alzó las cejas—. Ah, joder, tengo frío. Consigamos un café.
—Vale... Pero no quiero ir a esa cosa, cafetería, On the Rocks. No tengo idea de lo que le ponían, pero juraría que es LSD.
Edward se rió otra vez.
Consiguieron el sucio café, en un local ciertamente deprimente. Bella insultó a la vendedora menopáusica porque los vasos eran de plástico y se quemó. Edward se rió de ella, y le sopló en el oído. Bella lo empujó.
—No seas bastardo —Chilló con la voz aguda, y se llevó una mano al cuello. Salieron del local casi corriendo. La vendedora había llamado al gerente.
—Uh, uh, Bella me está coqueteando —Se burló Edward, jugueteando con su cabello.
Bella miró su café sin hacerle caso.
—Está frío —Murmuró—. Y dulce. Qué basura.
Lo tiró sin pensarlo dos veces.
—¡Oye, eso me costó dinero! —Edward la miró mal y le dio un trago a su vaso. Después imitó a su mejor amiga.
—No puedes tomar un café frío y dulce a la vez. Eso es... es... indecente.
—Ya lo creo. ¿Aún hablamos del café?
Bella lo golpeó.
—Tengamos una conversación rápida.
—¿Qué cosa?
—Ya sabes, esa en que hablamos tonterías y nos reímos y la gente nos mira.
—Pensé que eso sólo podía hacerlo Emmett.
El teléfono de Edward sonó y ambos se sentaron en la acera, justo al lado de una cabina telefónica y frente a una para de autobús. Habían tres chicas, de esas que usan chalecos rosas de punto atados en la espalda sobre esas blusas cutres.
—Es Emmett —Susurró Edward, y puso el altavoz mientras Bella soltaba una risita.
—¡Mierda, Edward! —Gritó su hermano. Incluso a través del aparato, sonó fuerte—. ¿Sabes francés? Porque no tengo una puta idea de francés, y tengo tarea.
—Emmett, ¿sabes lo que significa tarea? —Preguntó Bella, sorprendida.
—Claro. Esa cosa que dejan los profesores para fastidiar... Oh, mierda, no quiero suspender —Lloriqueó—. ¡Yo quiero ir a la Universidad!
—Emmett, somos tan asquerosamente ricos que podemos limpiarnos el culo con dinero y aún así tendremos para hacernos una casa con los billetitos —Edward se rió—, ¿para qué quieres ir a la Universidad?
—Bien, tienen Campos de Fútbol. Y hay máquinas de soda en las habitaciones.
—¡Qué mentira! —Bella casi rodó por la acerca.
Ella había querido ir a la Universidad hasta que quiso demasiado a Esme y a Carlisle, hasta que ellos la adoptaron. Y por eso se había informado. Claro que ya no era así. Claro que ya, de verdad, no importaba tanto.
No importaba nada.
—¿No es verdad? Oh. Oh, ¡JASPER! —Y cortó.
Edward y Bella se miraron.
—Quiero un cocodrilo de mascota —Dijo ella.
—¿Un cocodrilo? Te comería viva.
—No... No creo. Me amaría enfermizamente. Le llamaría... uh...
—¿Qué tal Kiki?
—Sí, sí, eso —Bella se rió—. Kiki el cocodrilo. Y Alice lo llevaría de compras.
—¿Pero qué le darías de comer? ¿La tarea de Emmett? Y entonces le diría a la maestra, «un cocodrilo se comió mi tarea».
—¿Sabes lo que es un hipocornio?
—¿Eso existe siquiera?
—Bueno, él dijo una vez que un hipocornio se la había robado para hacerle un nido a sus hijos. Estábamos en Historia.
—¿Y cómo fue que ella lo mandó a la oficina?
—Bueno, primero le preguntó a Emmett qué era un hipocornio. Y Emmett le dijo que, a pesar de ser un híbrido, cuando la carne llama te las arreglas. Y la maestra se enfadó. ¿La haz visto? Esos tics que le dan. Parece que tuviera ataques de epilepsia.
—Le pasó una vez, cuando Tyler le subió la falda a Lauren Mallory y le sacó una foto.
—Oh —Bella parpadeó—. ¿Lauren se quejó?
—¿Estás preguntando en serio?
—No. Sigo con la historia. Y la maestra le pidió una foto del cochino hipocornio.
—¿Y Emmett?
—Él le dijo que cómo demonios era tan estúpida para creerle algo así. Bien, la profesora se enfadó y lo mandó a Dirección, entonces Emmett le dijo al Sr. Greene que todo había sido un sueño.
—¿Eso es...? —Edward dejó de hablar. No es que tuviera algo que decir.
—¿Y sabes qué? ¡El Sr. Greene le felicitó por su buen conocimiento de lectura!
Se miraron.
Se rieron.
Estúpido, sin sentido, fácil de hacer.
—Sigo queriendo un café —Murmuró Bella, frotando sus manos rápidamente—. Hace un frío de cojones.
—¿Quieres ir a casa?
—¡No! Emmett nos preguntará sobre su tarea de francés.
—No sabía que Emmett tomara clases de francés.
—La cogió por los extras... Sigue diciéndole «Guten Morgen» a la maestra —Ella negó con la cabeza. (1)
—¿Alemán? ¡¿Emmett sabe alemán?! —Edward alzó las cejas.
Bella alzó las manos, como si se rindiera.
—Oye, hay cosas raras en el mundo. Emmett sabiendo cosas puede ser una de ellas.
Intercambiaron una mirada de complicidad.
—Nah.
—No creo.
—Tampoco.
Y el silencio.
—Aún quiero el maldito café —Bella se rió.
—Bueno, no conozco ninguna cafetería en la que nos dejen entrar y tenga un buen café a la vez. Sólo puedes pedir una cosa, ambiciosa —Edward le tocó la nariz.
—¿Estás tocando mi nariz?
—¿Estoy tocando tu nariz?
—No seas idiota, Edward, sólo...
—Sólo...
—Voy a preguntarte algo. No sé si debería hacerlo.
—Yo creo que deberías. Ya sabes, quedarte con la duda no está bien.
—Suenas como Jasper y su mierda psicológica.
—Uh. Lo sé.
—Eh... Esto...
—Adelante, Bella. Con confianza.
—Bien.
Ella dudó.
—¿Por qué demonios tocas mi nariz?
Edward dejó caer la mano. Bella intentó morderlo. Falló.
Ella tarareó un poco, cantó canciones infantiles y llamó a Emmett para ordenarle limpiar su habitación, fingiendo ser Dios.
(Claro que se lo creyó).
—Ahora quiero un pastel. De chocolate.
(1) «Guten Morgen»: Buenos días en, obviamente, alemán.
