Otonokizaka es una de las escuelas más prestigiosas del país, divide su plantel en dos sectores: el sector B y el A. En el sector B se encuentran aquellos estudiantes que por recomendaciones académicas han ingresado a los planteles educativos de Otonoki, y en el sector A, que es famoso por la gran calidad de sus estudiantes se encuentran aquellos alumnos de élite, gente de un rango prestigioso.

- Una razón, veamos… el amor es absurdo, por esa razón no puedo aceptar tus sentimientos.

- ¡¿Q-qué?!

- Además eres patético, mira que hacer todo este alboroto solo para decirme eso, no quiero seguir perdiendo el tiempo si me disculpas me voy.

Ese chico se quedó ahí parado mirando hacia el suelo, ja, patético, no tengo tiempo para sus cursilerías, oh, ¿quieren saber mi nombre?, cierto aún no me he presentado, mi nombre es Nishikino Maki así es como me pusieron mis padres, ellos son los dueños del Hospital General Nishikino y como única hija tengo que prepararme y estar a la 'altura' ya que un día yo seré la encargada del hospital, para mis padres estar a la altura significa que tengo que tener buen promedio , el mejor de la clase por cierto, que debo actuar como una señorita, y eso me lleva al hecho de que tengo que actuar tal como mis padres esperan aún si no estoy de acuerdo, no es como que les tenga miedo pero ellos solo buscan mi bienestar y todo eso, sinceramente no me agrada que este chico me haya llamado así de la nada y buscado confesarse para luego ser rechazado en público, vamos que con el tiempo y eso tal vez y te daría una oportunidad pero ese es el problema aquí, yo no tengo tiempo para el amor, no es que no quisiera enamorarme, hasta yo pensé en ello muchas veces pero la responsabilidad que conlleva haber nacido en esta familia no me deja, haa, como quisiera ser aunque fuese un poquitín normal, sentí que alguien me observaba así que me di la vuelta de prisa pero no vi a nadie, que extraño tal vez son los nervios, si eso debe ser aunque me siento mal por ese chico tal vez luego lo vuelva a ver o no, quien sabe hay un montón de cosas que pueden llegar a suceder, el día termino rápido y de la misma forma de siempre, llegue y no había nadie en casa ya ni me extrañaba que mis padres no me hubiesen llamado o algo pero no, y como siempre tengo que quedarme sola en esta gran mansión, aprendí a cocinar y a tocar el piano como pasatiempo después de todo me aburría, leí todos los libros que se encontraban en la biblioteca y hasta tenía una colección secreta de mangas, después de prepararme el desayuno fui a mi habitación a buscar algún tomo que leer del manga Bersek y volví a bajar, la noche llego tan silenciosa como siempre y con ello las ganas de dormir, tuve un sueño extraño, soñé que me encontraba en un cuarto oscuro, con cuidado empece a caminar tanteando entre la oscuridad para no chocar y afortunadamente no lo hice luego llegue a una puerta la cual abrí, al entrar por aquella puerta llegue a una habitación tapizada de rojo, allí había un gran espejo con cuidado me acerque y pude ver que tenía un par de orejas y una cola como de perro.

- ¿Pero que-?

Y sin embargo por alguna extraña razón todo se sentía muy familiar, como si hubiera existido siempre, di media vuelta para largarme de allí pero al voltearme me encontré con que la puerta por la cual había entrado ya no estaba, con un poco de miedo busque alguna otra salida pero nada dio resultado.

- Ven.

Escuche una voz decirme. Inmediatamente me negué, ni loca la voy a seguir, no soy tan idiota como para caer en eso.

- Vendrás, lo harás, yo lo sé.

Me desperté sudando, ese había sido un sueño extraño y me había causado escalofríos, rápidamente me dirigí hacia el espejo que se encontraba en mi habitación para comprobar que todo estuviera en su lugar, lentamente dirigí mis manos a mi cabeza, donde claramente no encontré nada fuera de lo normal, pero aun así la sensación había sido tan real que por un momento creí que no había sido parte del sueño.

No le di mucha importancia después de todo solo era un sueño, procure alistarme rápido para irme de allí, llegué temprano a la escuela lo cual ocurría siempre, abrí mi casillero para sacar mis libros como de costumbre y a diferencia de lo acostumbrado solo una carta cayo del libro, curiosa la abrí ya que era la primera vez que sucedía esto, la carta no contenía más de una línea y decía más o menos así:

"Por favor preséntate en la azotea de la escuela en cuanto leas esto y Maki, procura venir sola"

Ah, sí claro, y yo voy corriendo al leer el mensaje tan sospechoso ¿no?,…

- Que estupidez, no puedo creer que le haya hecho caso.

… Y de todas maneras había algo que me atraía al lugar donde me citaban, un extraño magnetismo se había hecho presente en mi después de leer aquella nota, abrí la puerta, ya no había marcha atrás, al asomarme del otro lado había una chica en medio del lugar que se encontraba de espaldas a mí y era un poco más baja que yo, traía su pelo amarrado en dos pequeñas colas a cada lado de su cabeza con listones de color rojo a rayas negras, una sudadera negra que estaba en lugar del saco, con una mini falda azul oscuro y unas medias negras con rayas grises, en resumen tenía que ser una estudiante del área A, ya que sin importar que otra ropa o atuendos extravagantes llevaran siempre debían traer puesta una pequeña rosa roja en el brazo izquierdo, si se preguntan en que sector me encuentro yo, pues la respuesta es sencilla: en el B. No sé porque pero así son las cosas.

- ¿Tú me citaste aquí?

Pregunte, aunque era más que obvio.

- Fuiste tan cruel al decirle eso de manera tan fría a aquel chico ayer.

Espera, ¿acaso me había citado para pelear por un chico?, vamos, yo no estoy interesada en esas cosas.

- Aunque ese idiota se lo merecía por andar detrás de alguien que ya le pertenece a alguien más.

Interrumpió mis pensamientos.

- Si nada más me citaste para decirme tontería y media será mejor que me dejes de hacer perder el tiempo.

Se dio media vuelta con los brazos abiertos, con una gran sonrisa me dijo.

- Y ahí esta ese tono indiferente de nuevo, tan característico de ti Maki, no me sorprende que todos los chicos estén enamorados de la "Princesa de Hielo, Nishikino-sama", aunque ya que ese chico tuvo el valor para confesarse frente a todos no me sorprendería que alguien más lo hiciera.

- Eso me molesta… Maki-chan, todo lo que paso ayer. -Continuo hablando.

Sus orbes rubí brillaban con molestia, no comprendía lo que me estaba diciendo pero de algo estaba segura tenía que marcharme de aquí cuanto antes. Me di la vuelta para abrir la puerta, la cual no se abrió, rayos tengo un mal presentimiento.

- Ayer dijiste que el amor era absurdo, ayer rechazaste a aquel chico y heriste a unos cuantos más, pero Maki, yo quiero saber tu respuesta de hoy.

Quería salir de aquí pero la puerta no se abría.

- Quiero saber… si me darías otra oportunidad… quiero que sepas que esta vez me quedare a tu lado… que estaré ahí para protegerte.

Sentí sus brazos rodearme por la espalda dejándolos descansar sobre mi estómago, ¿cómo había llegado a mí en tan poco tiempo?

- Porque si hay algo que sí sé… es que aún estoy en tu corazón.

Mi cabeza comenzó a doler de repente, no tenía fuerzas para sostenerme.

- Solo tienes que dejar tu mente en blanco, no te haré daño después de todo eres la persona a la que amo.

Su voz sonaba ya muy lejana como si me estuviera sumergiendo en un inmenso mar del cual no quería salir…

Lentamente abrí los ojos para encontrarme en mi cuarto, ¿acaso no había ido a la escuela?, ¿Qué había pasado?, no podía recordar nada, la puerta de mi cuarto se abrió de repente dejando ver a una extraña chica quien me sonreía, vamos la he visto antes de eso estoy segura pero entonces por qué no la recuerdo, porque no puedo recordarla.

- Vamos Maki-chan, no te sobreesfuerces.

- ¿Te… te conozco?

Me dedico una sonrisa triste.

- Perdón que maleducado de mi parte, mi nombre es Zoe, soy la encargada de hacer tu transferencia al área A, un gusto conocerte… Maki-san.

- El gusto es mío, Zoe-chan.

- Bueno me tengo que ir, no creo que a tus padres les agrade encontrar a una desconocida en su casa, nos vemos luego.

- P-puedes quedarte, n-no es como si q-quisiera que te quedaras o algo por el estilo.

Volvió a sonreir pero la sonrisa seguía sin tocar sus ojos.

- Me encantaría aceptar tu oferta pero está oscureciendo y tengo que cuidar a mis hermanos, espero que tú también te cuides, hasta pronto. ¡Ah! Y no olvides ir mañana a la oficina de la directora en cuanto llegues.

- Hasta pronto… ¡Espera!, ¡voy a ser transferida! -Reaccione ya que la chica se había ido.

La chica salió corriendo de aquella mansión y no se detuvo hasta haber recorrido una distancia considerable, ya allí se recargo en la pared y se podía notar lo agitada que estaba.

- Así que Zoecchi tiene problemas para controlarse.

Hablo una chica que repentinamente se había puesto a su lado.

- Cállate Sucuppai.

- Vamos, fue divertido, además que fue eso de hermanos, acaso piensas cuidarme.

- ¡Por supuesto que no!, quien querría cuidarte.

- Lo mismo digo.