Hola espero que les guste; primera nota, lo que esta en cursivas es el pasado.

Segundo, es una historia universo alterno, es como una época moderna con grandes ciudades, la villa es como una ciudad oculta, eso mas adelante lo voy a explicar mas a fondo okis, espero que disfruten esta historia tanto como yo la disfrute y espero que con el paso de los capis logre mi meta juntar 100 comentarios, yo creo que cuando lo logre haré una gran fiesta y estarán invitados o al menos actualizare aun mas rápido okis, entonces a leer.

tercero, los personajes de naruto no me pertenecen y esto no lo hago con fines de lucro.


CAPITULO PRIMERO "LLUVIA DE SANGRE"


La noche era oscura y silenciosa, la luna estaba en el firmamento grande blanquecina y acompañada por su sequito de estrellas.

El viento traía consigo el aroma de cerezos y la brisa hacía bailar las flores que caían lentamente de los árboles. Una noche hermosa para los enamorados, pero esa noche no había enamorados en las tristes calles de la villa de la ola, solo había la soledad y el terror.

Los guardias de la organización "serpientes" habían tomado la ciudad hacía meses y nadie había podido detener su tráfico tanto de personas como de drogas y armas.

Esa pobre ciudad estaba viviendo en carne propia los estragos de la pobreza extrema. No había esperanza en las miradas de su habitantes, no había amor en las palabras de los padres, no había nada ya.

La misión de recuperación era una misión de clase "S", no cualquier ninja podía realizarla; sólo aquellos que fueran de la elite de ANBU podrían siquiera entrar en la fortaleza de los "Serpientes" cuando estaba su líder Orochimaru. Pero esa noche no estaba el ni su elite principal, por lo que un ninja se introdujo con toda cautela en la ciudad dando muestras de sus habilidades casi mágicas.

En la elite de la Villa de la Hoja la encargada de llevar el orden en las naciones y la encargada de controlar a los ninjas era Tsunade, una mujer legendaria. Se corría el rumor de un ninja con habilidades especiales, un ninja que bien se podría definir como mágico pero nadie, sólo la Hokage lo conocía.

El ninja se introdujo hasta estar en la plaza principal donde los malhechores se encontraban reunidos, salió de las sombras y caminó lentamente hacia ellos con su espada desenfundada. Los villanos le vieron y se rieron. Nadie era tan osado. Sacaron sus shurikens y apuntaron, soltaron sus armas sobre el ninja, "grave error".

Una burbuja de luz le rodeó y las estrellas de metal cayeron al suelo. Sonrió y con el viento meciendo sus largos cabellos negros, blandió su espada. En cuestión de segundos había limpiado la primera parte de la ciudad, pero aún quedaba trabajo por realizar. Sin duda sus compañeros ANBU entrarían a la mañana siguiente sin nada de trabajo pesado.


Sasuke miraba molesto el cielo. Él era el líder del grupo ANBU que escoltaba a Hinata, pero él era el único que sabía el verdadero plan de la Hokage; desde hacía tres años él y Hinata eran buenos amigos, pasaban las tardes entrenando y él trataba de que ella aprendiera a disparar bien la pistola ligera que su padre le había regalado, pero no lo conseguía por más que se esforzaba.

Suspiró al escuchar unos disparos a la lejanía, seguramente la cosa se había puesto un poco difícil, pero sabía que Hinata era capaza de salir sin ningún rasguño, y si tenía problemas para eso estaba su comunicador personal.

Suspiró otra vez al pensar en las grandiosas habilidades de la heredera Hyuuga, y saber que su familia no sabía nada de eso.

Hiashi la había corrido de su casa hacía dos meses por que decía que era una desgracia para su clan, pero lo que no sabía es que Hinata era "el demonio de ojos blancos".

En el clan Hyuuga al igual que en algunos otros clanes, entre ellos el Uchiha, se encontraban habilidades especiales entre descendientes, habilidades que sólo lo heredaba uno por generación. Pero para desgracia del clan Hyuuga, a pesar de ser unos de los más fuertes (actualmente el más fuerte), hacía tres generaciones atrás que la línea sucesora se había roto.

Su habilidad, "El Byakugan (白眼, "Ojo Blanco", "visión pura" u "Ojo Maldito")" se caracteriza porque el que lo tiene, al usarlo aparecen venas alrededor de los ojos (además todo el clan se caracteriza por tener los ojos blancos), esta habilidad permite ver en un radio de 360 grados, excepto justo detrás de la primera vértebra, ahí su vista es nula. Los pertenecientes al Clan Hyuuga lo mezclan con su taijutsu especial, esta mezcla es una gran combinación, ya que el Byakugan revela los puntos por donde corre el flujo de chakra de su enemigo (361 puntos, de ellos 64 principales), permitiendo al usuario saber donde se ubican y golpearlos con las palmas de las manos (o cualquier otra parte del cuerpo, pero ello conlleva una mayor dificultad) mediante un taijutsu llamado "Juuken" ('Golpe Apacible' o 'Golpe Suave'), que al ser golpeado tus puntos vitales van flaqueando y mientras más eres golpeado, menos chakra puedes controlar y al final es casi imposible ejecutar ningún Jutsu ('técnica'). En resumen obstruye los flujos de chakra del oponente para que no pueda manipular su chakra correctamente. Además de que permite crear con la energía de su entorno una gran barrera circular de protección que es impenetrable, también dependiendo del usuario pueden lograr desarrollar otras habilidades, por ejemplo el poder adivinar los movimientos de los adversarios o ver el pasado y el futuro a voluntad o simplemente sumergirlo en ilusión que crea en su sistema nervioso reacciones como si fueran verdaderas causando la muerte.

Pero hace tres generaciones que esta habilidad ha desaparecido, por lo que Hinata en lugar de tener ojos blancos como los demás, los tiene grises con toques morados. Al nacer y ver ese defecto Hiashi-sama comenzó a despreciar a su hija.

O eso es lo que se cuenta, pero la realidad sólo la conocen Sasuke Uchiha y la Hokage. Era una verdad que podría destrozar para siempre a Hinata, la cual no ha comentado nada de sus habilidades especiales con su padre, por que cuando ella contaba con 6 años, su madre le enseño a controlar su habilidad y le hizo jurar que jamás le diría a su padre lo que podía hacer con ésta.

Esa promesa le había costado cara a la joven, ya que recibió los maltratos de su padre y los desprecios de su clan por creerla inútil.

Pero ella tiene buenos amigos, como Sasuke, Kiba, Shino y jamás se ha sentido sola, y lo mejor es que le gusta ver a Naruto, su gran amor y se esfuerza día a día para llamar su atención sin conseguirlo por que el joven Uzumaki es muy despistado.

Desde que tenia seis años ella había entrado a la escuela de habilidades especiales de konoha, donde había conocido a sus actuales amigos, ellos se desarrollaban ahí para llegar a ser el arma secreta de konoha "Ninjas", todos tenían habilidades especiales, desde la curación asta la fortaleza.

Pero ella era diferente a todos, desde el primer día se noto que ella era débil, su cuerpo era débil en cuanto a fuerza se refiere, pero su agilidad junto su reflejos le daban una ventaja contra sus compañeros.

Pero no era lo suficiente mente buena para darle renombre a su clan, por lo que su padre la despreciaba.

Pero ella cuando tenia ganas de llorar siempre se resguardaba en el bosque, lloraba sola y practicaba sola, asta que una tarde de invierno, sus sollozos fueron escuchados por Naruto, el chico hiperactivo de la clase, el chico que no se dejaba vencer por nada y que creía que su destino cada quien lo forja, el chico que era su ejemplo a seguir.

Ese día había sido diferente, ella lloraba por que su padre la había puesto a pelear contra su hermana que era tres años menor, y mas sin embargo la había derrotado fácilmente.

Ella poseía su Byakugan, pero no podía utilizarlo, si lo utilizaba seria fuerte si, pero rompería la promesa que le había hecho a su madre.

Desde esa tarde Naruto siempre la ayudaba a entrenar, aun cuando no mejoraba mucho, pero así se fue haciendo amiga de los demás chicos del instituto, por desgracia cuando se graduaron a los quince, ella paso a formar parte del equipo especial de Sasuke, lo que aparte de alejarla de sus compañeros de equipo habitual (Shino y Kiba), provoco los celos de algunas de sus amigas, por verla tanto tiempo junto con el chico genio.

Pero eso paso a segundo plano cuando comenzó a realizar misiones de alto riesgo, por que si le preocupaba la relación con sus amigas, pero sabia que primero era terminar las misiones con éxito.

Hinata se recargo en la pared del edificio principal, ya había limpiado casi toda la ciudad, estaba cansada y miro a la luna, estaba en cuarto creciente, casi apunto de desaparecer por unos días, recargo su espada en la pared mientras se dejaba resbalar por esta cerro los ojos y suspiro, preguntándose internamente que pensaría Naruto si supiera la verdad.

Ella simplemente no quería pensar en eso, sentía que le mentía al chico de ojos azules, sentía que lo estaba defraudando de cierta manera.

Estaba tan metida en sus pensamientos que no vio los ojos rojos que la observaban desde la oscuridad de la calle.

Los primeros rayos del sol nacieron al igual que la esperanza para las personas, Hinata sonrió sin duda se había ganado un rico baño en su jacuzzi, al llegar al hotel seria lo primero que haría.

Saco un pañuelo y limpio su espada, esa espada que daba un brillo azulado la hoja al contacto con los rayos de la luna, una espada que apareció un día en su ventana, solo con un listón rojo y un colar de cadenas unidas por tres dijes en distintas secciones, los dijes eran de plata opaca y en el centro tenían una piedra morada, un dije que siempre traía consigo, al igual que aquel que se lo había regalado, aun cuando ella no lo conocía.


Se escuchaba a través del bosque los pasos presurosos de alguien que corría por su vida, tras ella un hombre lleno de ira de resentimiento de frustración y dolor.

Ella corría a todo lo que sus piernas le permitían. Debía salir viva de ahí, debía avisarle a él, debía llegar hasta su meta, pero tras pasar por una piedra sus pasos se trastabillaron y cayó irremediablemente al suelo.

La sangre corría por su fina piel blanca, sus ojos blancos miraban al cielo. Ya había llegado la hora de su juicio, la hora de su muerte. Miró al cielo e intento no llorar. Después de todo, ese destino se le había trazado desde el momento en que dio el primer paso en la mansión principal Hyuuga.

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Desde el día en que conoció a su prometido Hiashi Hyuuga, su vida se vio marcada por un lazo de infelicidad y dolor. Y es que al principio ella pensó que con el tiempo la llegaría a amar tanto como ella se lo había propuesto pero, no ocurrió así. Ella sólo era una muñeca que adornaba las habitaciones de la mansión Hyuuga, sólo era un adorno más; majestuoso, hermoso… pero vacío y sin vida.

Ella era la hija primogénita de una de las familias que comprendían la rama principal Hyuuga. Desde pequeña fue comprometida a Hiashi, pero jamás había intercambiado palabras con ella, incluso las pocas veces que se encontraban en la misma habitación en la evitaba en todo lo posible.

Y cuando llegó su feliz matrimonio ella estaba tan ilusionada con que las cosas cambiaran, pero no pasó nada. Sólo las noches cuando se encontraban en el dormitorio principal pasaban a formar parte el uno del otro, pero hasta en esos momentos ella lo sentía frío, distante y seco.

Pasado el primer año, ella ya se había resignado a ser sólo un fantasma en la casa, pero ese año tuvo que ir de misión. Su trabajo como ninja elite era lo único que la mantenía con vida, y esa misión a Suna fue su salvación y también su perdición.

Ahí conoció a Mamoru Uchiha, un chico de su misma edad, 19 años, divertido, simpático y guapo.

Él se la pasaba hablando, bromeando y mirando el mundo desde otra perspectiva.

Su misión era llevar a una gran general de Suna junto con su familia de incógnito hasta Suna. Ella iba atenta a todo y él parecía tan despreocupado, siempre haciendo chistes y bromas, ella envidió muy internamente la luz de él.

Al llegar a Suna les dieron órdenes de estar ahí por tres semanas.

Ella pasaba la mayor parte del día encerrada en la biblioteca leyendo, tal como lo hacía en su casa, pero algo pasó; una noche mientras se preparaba para dormir, algo tocó a su ventana, inquietada ya que se encontraba el balcón a una muy considerable altura. Se acercó y cual fue su sorpresa al ver al joven Uchiha ahí parado con una gran sonrisa, la luna estaba a su espalda y las estrellas brillaban como jamás las había visto.

El no esperó respuesta y la jaló, haciendo caer a los dos, pero el evitó el golpe con ella en brazos. La llevo hasta el centro del pueblo, ella se sentía avergonzada por que vestía un lindo fondo de dormir, delgado de color azul claro y de tirantes, pero parecía un vestido como el que usaban las demás jóvenes de la aldea.

Él le enseñó el festival; fueron juntos a los juegos de destreza aunque ella no pronunciaba palabra alguna. Le regaló un oso de peluche y un pez dorado, al igual que muchos dulces, ya para terminar la velada se sentaron a ver los fuegos artificiales.

- ¿Por qué haces esto?- dijo ella con un deje de tristeza en su palabras.

- Por un momento llegue a creer que eras muda- el miró a la joven y soltó un tenue suspiro- es que no puedo soportar que una hermosa mariposa como tu muera encerrada en una burbuja de tristeza y soledad- ante tales palabras Jessa comenzó a llorar. Él la abrazo trasmitiéndole todo su cariño y ella desahogó sobre su pecho todo su dolor, hasta que se quedo dormida.

A la mañana siguiente recibió una carta de Hiashi, decía que regresara lo antes posible pero ella rompió el papel.

Vio las hermosas flores sobre su cama y decidió por una vez en su vida tentar al destino, enfrentarlo de cara.

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La primera semana ella salía a conocer la ciudad de la mano de Mamoru, era un mundo totalmente distinto al que ella conocía, era un mundo en donde la luz brillaba a diario guiada por la alegría. Él le enseñaba que la soledad en una fría casa sólo provocaba dolor. Le mostró que de la mano de un amigo el sol sale más temprano y no se oculta, sólo se transforma en luna.

Esas tres semanas fueron las más hermosas de su vida; jamás se había sentido tan querida y protegida, pero sabía que eso terminaría pronto. Mamoru la cuidaba, la alentaba a seguir adelante, era la luz en su camino, el sol en la noche, agua dulce en el mar. Cuando estaban de camino de regreso aún les faltaba un día andando, ella vio que Mamoru se puso serio, habían caminado tres horas y él no había dicho nada. Se comenzó a preocupar y se acerco a él. Lo vio y se puso frente a él.

- ¿Te ocurre algo?, estás muy callado- Mamoru la miró a los ojos y suspiró. después la tomó de los hombros mirándola fijamente.

- ¿Preferirías ser un traidor a tu aldea o a tu corazón? - Jessa no sabía que responder, sólo cerró los ojos. Sintió que él la jalaba hacia sí.

- A mi aldea - fue el susurro que dijo antes de que sus labios se unieran.

Fue un beso tierno, lento y suave, demostrando todo lo que era el amor en su expresión más sublime. Ella jamás se sintió tan amada nunca, ni siquiera por sus padres, y él no quería que ella se separara jamás de su lado.

Desde el primer momento en que la vio se enamoró de ella. Sabía que estaba atrapada y deseo con todo su ser el poder salvarla, una solitaria lagrima rodó por la mejilla de ella, y después permanecieron momentos abrazados. Los dos se amaban y eso les provocaba un dulce dolor.

Cuando llegaron a la villa ella se dirigió a su casa mientras que él entregó el reporte. Yondaime, un amigo de la infancia vio algo diferente en su cara; se veía el rastro del amor, un amor que era muy peligroso, pero que es una rosa sin espinas.

La discusión no se hizo esperar, todo el clan Hyuuga la retó por no haber regresado cuando se le ordenó, pero ella soportó todo de pie, firme y con la cabeza en alto. Sólo teniendo en su pensamiento a aquel hombre que le había enseñado que era una mariposa libre.

Hiashi la miraba perplejo, ella que siempre era sumisa y jamás levantaba la voz, ni daba opinión, siquiera parecía al fin haberse librado del hechizo de control que el clan ejercía sobre ella, para enojo de él y para alegría de su hermano.

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Jessa se escapaba por las noches de la estricta vigilancia Hyuuga y corría a los brazos de Mamoru quien siempre le tenía un lugar nuevo lleno de sorpresas. Algunas noches las compartía con sus amigos, con Yondaime y compañía, incluso se alegró más que nadie cuando se entero que Yondaime tenia novia, cosa que sorprendió a Mamoru.

Ella jamás había sido así de libre; jamás se había sentido tan feliz, aunque muy a menudo le había advertido Yondaime acerca de las represalias que tendría cuando se enteraran de su amor oculto.

Pero a ella ya no le importaba siempre le decía que de todos modos algún día iba a morir.

Pero para los ojos blancos de algunos Hyuuga su aventura no pasó desapercibida y llegó a los oídos de Hiashi quien ignoró los comentarios sintiéndose seguro de que aún tenía a su esposa bajo control. Pero eso no evitaba que de vez en cuando desquitara su coraje contra ella, era más una muñeca que recibía todo su odio a su esposa amada.

Pero los golpes, los castigo y todo el odio no atenuaba ni un poco el amor que sentía por Mamoru.

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Ella escapaba las noches por amor, por ese amor tan puro y extasiante que le daba el Uchiha, incluso se volvió una experta burlando la más alta seguridad de Konoha. No importaba ya nada.

Siempre por las mañanas pensaba en el porqué Hiashi la odiaba tanto, por que no simplemente la dejaba irse, por que no la daba por muerta, por que insistía en cortar sus alas.

Una noche dejó que su amor los consumiera por completo, dando el inicio de incontables noches llenas de entrega y pasión entre el Uchiha y la Hyuuga.

Pero con lo que ninguno de los dos contaba era con que al consumarse una relación entre un Uchiha y un Hyuuga el Byakugan pasase de ser "ojos blanco" a ser "ojos maldito". El primer cambio se vio a la mañana siguiente, sus ojos habían adquirido un tono grisáceo, oscureciéndose de apoco.

Antes de que alguien la mirase, ella decidió ir a buscar información sobre ese cambio, para horror suyo encontró que seria su delator.

Con cada caricia, con cada beso, sus ojos se oscurecían llegando a casi tonos violáceos. El simple roce de sus manos la conducía a ser descubierta pero no le importaba ella, pero a él si.

Por lo que fue tomando el solo misiones de clase "S", por que no podía soportar la idea de ser el causante de la muerte de la mujer que amaba.

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Hiashi vio el cambio en su esposa y sus sospechas se vieron consumadas, un castigo ejemplar para la adultera, pero no lo llevó acabo. Le dio una última oportunidad.

Los dos primeros meses pasaron lejos de Mamoru, pero una noticia alegró su corazón, pronto sería madre.

Esa noticia alegró a todo el clan Hyuuga. Pronto nacería el heredero o heredera, y Hiashi se tragó su coraje por saber que ese hijo no era suyo.

A los nueve meses nació una linda niña de cabellos iguales a los de su padre negros azulados y ojos grisáceas con toques lilas como los de su madre blancos para alivio de Hiashi y de la misma Jessa.

La noticia le alegró a Mamoru aún cuando no podía tener a su hija en sus brazos. Sabía que su madre la cuidaría con amor, y sería un regalo para evitar la soledad a la mujer que amaba.

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Una noche mientras Jessa dormía a su bebe, entró Hiashi a su recamara y la tomó como suya. Reclamó lo que era suyo por derecho mas no por amor.

Ella quedó embarazada de nueva cuenta, y sus lágrimas se hacían cada día más grandes. Una noche, aprovechando la ausencia de Hiashi Mamoru entró en la mansión Hyuuga y consoló a su otra mitad de alma.

Ellos se amaban tanto mas sin embargo no podían irse. Cada uno tenía grandes responsabilidades y no querían arriesgar a las pequeñas Hyuuga.

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Cuando Hinata cumplió tres años, su madre se dio cuenta que ella había heredado el "ojo puro". Las habilidades casi desaparecidas del clan, ella se dedicó a mostrarle a su pequeña sus habilidades sin que nadie las descubriera y haciéndole jurar a Hinata que jamás le diría a su padre sobre su don.

A veces se veían a escondidas Mamoru y Jessa, las noches eran largas cuando estaban separados, pero muy cortas cuando las compartían.

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Una noche mientras Jessa intentaba escapar de su prisión llamada "Hogar", escuchó una conversación donde se decía que le darían muerte al Uchiha que se había atrevido a manchar el honor de Hiashi, así que se arriesgo y salió aun perseguida por miembros del clan Hyuuga. No le importaba el dolor de las heridas, no le importaba nada, debía encontrar a Mamoru y evitar que le hicieran daño.

Pero el tiempo no fue su aliado y cayó en el camino. Vio a lo lejos el cuerpo sin vida de su amor, lo vio ahí muerto sin duda por un Hyuuga, cerró los ojos y las lágrimas rodaron por sus mejillas.

Hiashi la veía desde las sombras y notó como lentamente ella moría a causa de sus heridas, de la pérdida de sangre. Lo que no sabía es que ella ya estaba muerta desde el momento en que vio a Mamoru a lo lejos.

Hiashi crió a sus dos hijas; siempre haciendo la diferencia entre Hinata y Hanabi; Hinata siempre era la inútil, aunque en el fondo esa tierna niña se estaba ganando un espacio muy pequeño dentro de su corazón, pero no era capaz de perdonar el que su madre lo hubiese engañado.

Hinata jamás dejó de entrenar lo que su madre le había enseñado, jamás rompió su promesa, y los únicos que sabían sobre su don eran Sasuke y la Hokage. Ella era la mejor ninja por sus habilidades, era fuerte aunque para los ojos de su padre era una inútil.

En el clan Hyuuga había una regla donde exigía que la heredera o heredero debiera tener un guardián. En el caso de Hinata es Neji, y si la heredera desarrolla el Byakugan comparte esta habilidad con su guardián, pero Neji jamás a sentido nada extraño, por que se dice que Hinata no nació con esa habilidad, sólo había debilitando aún más la sangre.


Hinata miraba las estrellas mientras intentaba tranquilizarse. Ella no sabía la verdad sobre su pasado y el único que la conocía era Jiraiya-San que durante una borrachera le contó a Sasuke.

Sasuke siempre velaba por su amiga, después de la matanza de su clan, con la única persona que se sentía a gusto era esa joven callada que sólo lo escuchaba o sólo lo acompañaba en sus tardes de soledad.

Ambos compartían juntos muchas cosas; entre eso su soledad, siempre unidos, siempre amigos.

Sasuke sabía que Hinata estaba enamorada de Naruto pero el tonto jamás le hacia caso, siempre veía por Sakura, y aun que la pelirosa era buena chica, a Sasuke jamás le llamo la atención. Incluso en algunos casos se le hacia odiosa.

Ino y la pelirosa siempre discutían sobre a quien le pertenecía, y eso lo molestaba de sobre manera, por que el no era un objeto.

Odiaba cuando Sakura molestaba a Hinata por sus tonterías sobre que pasaban muchos tiempos juntos, y la forma de sacar la frustración de la pelirosa era acercándose a Naruto, a veces los hombres son tan tontos.


Un joven de unos 23 años caminaba silenciosamente por el bosque que rodeaba a Konoha, vestía una capa negra con nubes rojas (por que carajo el akatsuki viste una capa tan gay), sus ojos rojos con tres aspas delataban su línea sucesoria. Veía desde lo lejos las murallas de la ciudad que pronto caería a los pies de su equipo.

Unos cuantos ruidos lo sacaron de sus cavilaciones y camino un poco más.

Sobre una laguna una joven de espectacular belleza danzaba dando saltos y vueltas, se veía que su don era uno de los más fuertes entre los clanes. Sin duda era un Hyuuga, pero sus movimientos eran aún burdos y sin fuerza. Le faltaba entrenamiento, sin duda en un principio el mover el elemento agua era lo mejor para desarrollar control sobre su habilidad pero aun le faltaba mucho. Su percepción de su entorno era terrible y que decir del desperdicio de su energía, a pesar de tener la habilidad de conjugar su entorno sólo lo desperdiciaba.

Se dio la vuelta y con la imagen de esa hermosa joven en sus pupilas se retiro.

A la noche siguiente Hinata se dirigía a su rutinario entrenamiento. Cuando estaba apunto de quitarse la ropa, notó que alguien estaba frente a ella; un joven de semejanza a sasuke pero distinto. Él estaba guapísimo. Era más grande que Sasuke, de cabello negro y largo, ojos rojos con tres aspas en su iris, de no estar tocando el agua fría, habría jurado que era un sueño hermoso.

- Te he estado observando y he notado tu habilidad especial, eres fuerte- Hinata se sonrojó ante el cumplido, cuando reaccionó de pronto.

- Me viste desnuda- Hinata estaba sonrojadísima, quería que el lago se la tragara y si era un violador.

- Eso fue inevitable, pero tu cuerpo escuálido no me llamo la atención- Hinata de pronto se sintió muy ofendida.- Eres fuerte, pero no tanto como lo podrías ser. Te falta disciplina y entrenamiento duro, sólo ocupas tu habilidad especial y desperdicias tus habilidades propias… yo te voy a enseñar lo que es ser fuerte.

Hinata sintió de pronto admiración por el joven que tenía enfrente, era muy directo y sin miramientos. Era un demonio disfrazado de ángel, sin duda.

El joven de ojos rojos se acercó a Hinata y le tocó un punto justo al principio de su primera vértebra, ella se sintió de pronto mareada por un momento. Intento activar su Byakugan pero no lo consiguió.

- Lo primero será desarrollar tu condición física sin ayuda externa - Hinata miró al desconocido

- Si, Sensei- Dijo Hinata, jamás creyó que alguien la pudiera ayudar a desarrollar su Byakugan.

- No soy tu sensei, soy tu Senpai, así que primero ponte a correr veinte vueltas alrededor del lago, por la orilla tratando de no mojarte.

- Hinata obedeció sin chistear preguntándose internamente el por qué seguía las ordenes sin titubear, las ordenes de un extraño, guapo pero extraño.


A la mañana siguiente sino fuera por que Neji la tiro de la cama juraría que estaba muerta; sentía dolor en todo su cuerpo, sentía como si hubiera pasado una semana corriendo sin parar. Sin duda el entrenamiento era excesivo, pero no importaba ella debía ser fuerte.

La primera semana fue de lo más pesado, pero pronto se fueron dando los cambios; corría más aprisa, podía esquivar con más facilidad casi todos los golpes de Neji y de sus compañeros, y siempre que alguien le preguntaba que qué había hecho para mejorar ella sonreía y les decía "madrugar".

Sasuke había salido de misión, a Hinata le hubiese encantado contarle sobre su nuevo Senpai pero debía esperar.


La tarde en que regresaba Sasuke de misión Hinata lo esperaba parada en la puerta. Por un momento le pareció ver a su Senpai a lo lejos pero al enfocar mejor no lo encontró.

A Sasuke lo recibieron con una gran fiesta por parte de las chicas mientras que Hinata cocinaba en la casa de Sakura, miraba por la ventana pensando que tendría que salir temprano de la reunión para ir a entrenar. De pronto una voz masculina la sacó de sus pensamientos.

- Hinata-chan que alegría tenerte aquí - Naruto se acercó a la Hyuuga produciendo un lindo sonrojo.

- Naruto-Kun…

Naruto tomó un poco de la mezcla dulce y suave que Hinata estaba preparando como relleno del pastel, tomó un poco con sus dedos y le puso en la nariz de la Hyuuga con una sonrisa traviesa, después se acercó a ella y lo probó. Hinata casi se desmaya.

- Está delicioso.- Naruto salio de la cocina dejando en las nubes a Hinata.

- Arigato.

Hinata siguió cocinando, olvidándose de momento de su duro entrenamiento.


La noche cayó entre risas, comida y chistes. De pronto comenzó la música en la casa de la pelirosa y Naruto sacó a bailar a Hinata. Era una pieza suave y sencilla, lenta y tierna.

A Hinata le hubiera encantada seguir ahí junto a Naruto pero tenía una responsabilidad y excusándose diciendo que tenía que llegar temprano a casa, salió corriendo para llegar a tiempo. Se sentía en las nubes.


Neji miraba molesto el cuarto vacío de Hinata cuando pasaban de las tres de la mañana y ella no había regresado. Hiashi lo encomendó a ir por ella, y traerla a rastras si era necesario, se escuchaba fatal. Sin tomar en cuenta que para realizar eso debía primero librarse de Shino y Akamaru, después, sin duda seguirían Sasuke y Naruto, y es que no era que les tuviera miedo o algo así, pero sin duda sería una pelea muy dura y él estaba cansado de esperar todas las noches hasta las tres de la mañana a su primita que llegaba de dios sabe donde.

Salio en dirección a la casa de Sakura Haruno, donde se sabía era la fiesta de Sasuke, con un suspiro de frustración salio de la mansión en busca de su primita.


Hinata estaba tirada en el suelo tratando de normalizar su respiración cansada mientras Itachi la veía, el avance de su pupila era asombroso pero sabía que ella podía dar aún más.

- Mañana nos veremos a la misma hora- dio media vuelta y estaba enfocado en ir, cuando la voz entre cortada de Hinata lo detuvo.

- Senpai¿Cómo le puedo agradecer por esto?- Itachi la vio sonriendo cínicamente.

- Entrenando frente a mí como lo hacías antes- Las mejillas de Hinata ardieron de vergüenza.

- Senpai yoooo, ussstee- Itachi levanto una ceja y suspiro.

- Me gustan las chicas con cabello largo- después de eso dio media vuelta y se fue.

Hinata jamás se había sentido bonita, usaba el cabello corto y nunca se maquillaba, su ropa era holgada, sin colores vivos. Una solitaria lágrima rodó por su mejilla, y el sentimiento de querer ser más linda se plantó en su corazón.

Quería demostrarle a su senpai que ella mejoraría en todos sus aspectos.


Neji llegó a la casa de Sakura y buscó a Hinata pero encontró a todos jugando Ps2, Soul Calibur II (si me encanta ese juego), Sasuke se extraño de verlo ahí, y salio a la puerta sin que nadie lo notase. Ni siquiera Naruto que estaba embobado mirando como Sakura golpeaba a Ino con Talim.

- ¿Que haces aquí amargado?- dijo Sasuke

- Cuida tus palabras Uchiha- Neji miraba molesto a ese tipo por el cual sentía celos cada vez que Hinata estaba junto a él, de Naruto no se preocupaba por que ese dobe era demasiado tonto para hacerle caso a Hinata.

- Me estabas respondiendo ¿no?- a Sasuke lo sacaba de quicio, ese patán.

- Estoy buscando a Hinata-sama- Sasuke lo miró detenidamente y sintió una punzada.

- Ella se fue hace más de cinco Horas- ambos jóvenes se vieron y salieron en busca de Hinata.


Hinata caminaba lentamente asía su casa, se sentía cansada pero en sus pensamientos solo existían las palabras de Itachi "me gustan las chicas con cabello largo."

Hinata suspiro, debía pedir un consejo pero no sabia a quien, Kurenai era una belleza por naturaleza, además de que le daba mucha pena, así que solo le quedaban tres persona, Ino, Tenten y Sakura.

Hinata por un momento se quedo mirando asía la laguna, suspiro y se quito su ropa, quedando solo en ropa interior que verdaderamente no dejaba mucho a la imaginación ya que era de encaje.

Debía desahogarse de laguna manera y sabia que con sus "Ojos blanco" podría caminar sobre el agua sin ningún problema.


Notas de la autora: bueno aqui esta la introduccion es por eso que no hubo muchos dialogos asi que espero sus comentarios okis cuide todos los detalles, de hecho el capi original tenia trozos de una cansion pero como me dijeron que eso no se puede hacer (y se los agradesco por que la inculta de mi no lo sabia), lo corregi y aqui esta espero que les haga gustado cuidensen y dejenme su mensajito.

17-nov-2007 Mexico, D.F.

TAIA HIMURA