Hace poco terminé este manga y lloré de felicidad cuando escogió a Mamura. Así que esta es mi contribución a este pequeño fandom. A quien sea lo lea, espero y les guste.
¡Besos!
||| Red |||
A Suzume le gusta mucho el color rojo. Porque el rojo representaba el color de la blusa que usó en su primera (y oficial) cita con Mamura. El color rojo era el de los camarones bien cocinados en su puesto de comida favorito. Rojos eran los cascos que él siempre usaba para escuchar música (y que algunas veces, la comparte con ella).
Pero más importante, el color rojo era siempre el color que adornaban las mejillas de Mamura cada vez que ella le daba la mano; O le daba un abrazo, quizás también un beso. Porque Suzume nunca se cansa de ver lo colorado que su novio se pone a causa de ella (aun después de seis años de relación). Ya que eso siempre le trae recuerdos de la primera vez que se conocieron. La primera vez que él se resignó a decirle más de cinco palabras, y cuando ella se tomó el atrevimiento de convertirlo en su amigo. Le recuerda a aquella vez también, cuando se había lastimado el tobillo y se había quedado con ella en el fiasco de día de campo de la clase.
Ya que esa era la primera vez que tenían una conversación decente, y él no había huido cuando hubo contacto accidental. Más las mejillas coloradas sí estaban ahí, como a Suzume siempre le ha gustado. Más luego de años Mamura le confesaría cual molesto había estado de que sensei haya llegado interrumpiéndolos (que si vaya, apenas y eran considerados conocidos, el sujeto jamás le cayó bien del todo).
Hablando de sensei, rojo también es el color de las mejillas de Mamura cuando se lo encontraban en algún lugar, ya que Shishio aún era un desvergonzado que jamás se le escapaba darle un cumplimiento a Suzume (como diciendo lo bien que le queda el corte, o lo linda que se ve con su ropa), ganándose una mirada molesta por parte de Mamura; y sus mejillas siempre dice lo molesto que sensei aún lo hace sentir, pero eso ya es cosa del pasado. Pues Suzume a quien quiere es a él.
Y justo ahora que cumplen seis años de relación, el rojo en el rostro de Mamura sigue ahí, como la primera vez que lo vio, que lo conoció. Porque jamás se cansaría de verlo así, avergonzado y nervioso. ¿Acaso dejaría de ser Mamura Daiki si sus mejillas se drenaban?
Pero entonces Suzume parpadea confundida cuando lo ve levantarse del sofá para ir a la habitación, más en unos pocos minutos regresa con algo en las manos. Es demasiado pequeño para saber que es, pero debe ser importante por la fuerza en que Mamura lo está sosteniendo. Y quiere preguntar que es, quiere saber que lo tiene de ese modo (pero más importante, porque las mejillas que tanto le gustan, ya no tienen ese teñir rojo).
Mamura entonces abre la mano. Una cajita roja está en ella. Suzume siente sus ojos arder cuando lo ve ponerse sobre una rodilla. Y su voz se ahoga cuando ve un anillo con una piedra pequeña en él. La pregunta quedó en el aire, pues no necesita hacerse.
Entonces Mamura Daiki sonríe, porque las mejillas rojas en el rostro de Suzume mientras le coloca el anillo en el dedo indicado, eran la cosa más adorable en el mundo.
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||| Looop |||
