《Esto es Dunbroch.
Realmente no tengo mucho que contar sobre este lugar, prácticamente por que solo he visto el bosque, un par de islas cercanas, y he estado en el mar. Sin embargo, puedo decir que este lugar es genial. La gente es amable y los niños curiosos; la comida es deliciosa y los bosques son tan espesos que debes fijarte bien por donde caminas si no quieres caerte de cara.
Dunbroch esta conformada por cuatro clanes: Dunbroch, McGoffin, Macintosh y Dingwal. Esta mal que lo diga, pero los líderes de los clanes son lo único malo de Dunbroch, son maleducados, groseros, irritables y... Temperamentales.
En si, esa es la razón por la cual, mi futura esposa, Astrid, esta en el bosque montada sobre un Furia nocturna, que bien podría ser mi dragón, Chimuelo, huyendo de una horda enfurecida de guerreros que solo quieren asesinar al dragón.
¿El problema?
Yo soy el dragón.
¡Pero tranquilos! ¡Todo va a salir bien! O por lo menos eso me digo a mi mismo. Es una historia bastante peculiar, en la cual hay una princesa pelirroja, una bruja, pasteles, encantamientos, reyes y reinas, vikingos y... ¡Dragones!
...Pero empecemos desde el principio. Más específicamente, a hace dos días.
Esto es Berk. El mejor secreto guardado de... bueno, ninguna parte, aunque ya deben conocernos, somos famosos por inventar las empanadas de yak, los deportes recreativos con ovejas, nuestras hermosas puestas de sol, la tradicional regata...
Ah, y los dragones.
Como saben, hemos adaptado la isla para vivir en paz con ellos, ayudarlos y crear un espacio donde todo el mundo se sienta cómodo. En realidad, el "hemos" se cae últimamente más en mi. Ya saben, con lo de ser jefe, uno debe preocuparse más por diversas cosas que pueden ser banales, como por ejemplo...》
--Recuerden que el comedero debe estar para medio día, chicos.
--¡Ya te dijimos que nosotros no fuimos!
--¿Entonces que pasó? ¿Pasaron volando y el comedero solo explotó de la nada?
--Mira, Hiccup, se que suena bastante increíble, créeme, yo tampoco lo creo... ¡pero de verdad pasó! No fue culpa nuestra.
--Ay por favor, como si eso fuera posible.
--Snotlout tiene razón, chicos.
--¡Lo fue!
--No importa de quien fue la culpa. El comedero debe estar listo para el medio día y estoy hablando en serio.
--¡Desde que eres el jefe te has vuelto insoportable!-- se quejó Ruffnut cruzándose de brazos y haciendo una mueca.
--No, desde que subió de peso se ha vuelto insoportable-- la corrigió su hermano. Su hermana volvió a sonreír.
--¡Ya basta!-- se quejó Hiccup, ya un tanto molesto; luego pareció darse cuenta de algo-- Alto, ¿subí de peso? ¿Cuando? ¿Se... se nota mucho?-- añadió un poco dudoso y avergonzado. No sabía por que de pronto le importaba tanto.
--Ya sabes, los efectos de la depresión, Hiccup-- se burló Snotlout.
--Y el hecho de que ahora eres nuestro jefe. Ruff, ¿recuerdas por que a Estoico le decían "El Vasto"?-- añadió Tuffnut con algo de inocencia.
Hiccup sintió la incómoda sensación de la sangre cuando sube precipitadamente a tu rostro, picandole las mejillas y las orejas. Se sentía extrañamente expuesto... vale, si, estaba comiendo un poco de más por el estrés que le causaba el ser jefe... y tal vez, solo tal vez... estaba comiendo cosas un poco menos sanas por que no tenía tiempo para...
--¿De verdad me veo más gordo?-- preguntó, sintiendo como el sudor que salía de su frente también picaba.
--¿Gordo? Estas a un sándwich de reventar-- Snotlout soltó una carcajada tras decir aquéllo y Hiccup le miró con furia y vergüenza. 《Viendo el lado bueno, pensó, por fin sería el vikingo grande y robusto que todo el mundo pensaba que sería cuando nací.》
Se estremeció ante el pensamiento. Ser "Hiccup el Vasto" no estaba en sus planes cercanos... ni a futuro.
--¡No estoy a un sándwich de reventar!-- respondió Hiccup, aún sin sacarse la idea de la cabeza y sintiendo que le estaba dando demasiada importancia. Buscó el consuelo en su novia, que estaba a su lado, divirtiéndose con la situación-- ¿Tu lo crees?
Astrid le miró y simuló analizarle a fondo, ladeado la cabeza, entrecerrando los ojos y sonriendo divertida.
--Pues, he visto nuestro plato lleno de comida que no es para mi, babe-- respondió ella, siguiendo el juego.
Hiccup sintió que el rostro le iba a reventar. No podía ser cierto.
--¿¡QUÉ!?
Los gemelos, junto con Snotlout soltaron una carcajada, mientras que Astrid amplió su sonrisa.
--¿En serio crees que estoy gordo?-- preguntó Hiccup medio haciéndose el ofendido y medio sintiéndolo de verdad. Ya estaba captando de que era una broma... o algo parecido.
--Yo... no diría gordo-- repusó la rubia, con un tono juguetón. Los gemelos, así como Snotlout y Fishlegs, quien estaba llegando para revisar el comedero de dragones destruido, se dieron cuenta de que la broma ya no estaba siendo "de todos", ahora había pasado a una especie de divertida y hasta cierto punto incómoda disputa matrimonial. Por ello, Fishlegs retrocedió un par de pasos, dispuesto a alejarse para evitar incómodas (y tiernas) escenas de besos y los demás regresaron a su trabajo.
Astrid hizo como que dudaba y coloco uno de sus dedos en la barbilla, simulando pensar un poco. Hiccup se sintió aliviado, si era una broma todo aquello después de todo... aún así, Hiccup se prometió a si mismo que dejaría de comer a todas horas esos pastelillos que se horneaban en el Gran Salón. No mas dulce por toda esta semana.
--... yo diría...-- prosiguió ella, alargando la "a" de la última palabra, casi casi en un canturreo-- Qué te ves rellenito.
--¿Rellenito?
--Chonchito.
--¿Qué?-- Hiccup estaba medio riéndose cuando lo dijo, por ende, su voz sonó más aguda cuando preguntó aquello.
--Vasto es la palabra correcta-- finalizó Astrid, orgullosa de sí y riéndose al final. Era un tema absurdo.
--¿Ah si?-- Hiccup fingió incredulidad, caminando hacía ella y ella, al darse cuenta empezó a retroceder lentamente en un acto de reflejo-- Uhhh, mi lady... No debiste mencionar eso.
--Espero que no hagan eso otra vez con nosotros aquí-- susurró Ruffnut a los chicos, pero ni Hiccup o Astrid le escucharon. Los demás asintieron.
--¿Ah no?-- Astrid estaba fingiendo confusión, y aún sonreía divertida. Su corazón iba cada vez más rápido, al tiempo que sentía como la adrenalina le corría por las venas, sintiéndose como azúcar en estás-- ¿Que acaso no le gusta que lo llamen así, jefe?
--Si lo van a hacer, acaba de usar ese tono-- susurró Snotlout rodando los ojos y sintiéndose ya incomodo.
--¡Pero por supuesto...!-- Hiccup se lanzó contra ella, apresadola en sus brazos y levantandola del suelo. Ella explotó en risas, como una niña pequeña; trató de alejarle para que la soltará, sin ningún resultado--¡... que no!-- completó para empezar a besarle las mejillas y bajar por el cuello, depositando besos rápidos y ruidosos mientras ella seguía retorciéndose.
--¡Para, para!-- chilló ella entre carcajadas y perdiendo totalmente la compostura-- ¡Me haces cosquillas... ah...! ¡Yaaaaaahh! ¡Hiccuuuup!
--¿No son la pareja más adorable del mundo?-- preguntó Fishlegs al aire. Ruffnut y Snotlout les miraron.
Tuffnut los miraba con ojos de cordero degollado al igual que Fishlegs. Los restantes les miraron con una mueca de confusión.
--No hasta que te disculpes-- respondió Hiccup entre sonidos de chasqueo que producían sus labios. Él también estaba riendo como un niño.
--¡V-vale! ¡Me r-rindooooohh!-- k la rubia-- Lo... lo, ¡Ah, paraaa!-- fue interrumpida por una trompetilla hecha por su prometido en el hueco de su cuello. Acto que arrancó una carcajada por parte de este, quien se dispuso a hacer otra-- No, no, eso es traaaa... ¡ah!
--¡Aún no he escuchado mi disculpa!-- canturreo el castaño.
Eret llego en el momento, llevaba algo en la mano y al contemplar la escena dio dos pasos atrás, incomodo y con una punzada de celos en su estómago, bastante débil, por cierto. Se detuvo junto a los chicos al ver los restos del comedero.
--¿Qué...?
--El comedero explotó y lo demás es una larga historia--Explicó Snotlout, Ruffnut corrió a abrazar el brazo de Eret de forma posesiva y este en respuesta solo rodó los ojos.
--No quiero detalles de eso último. -- repusó Eret.
--¡Lo siento, lo siento!-- exclamó Astrid. Hiccup dejó de hacer lo que estaba haciendo y le miró a los ojos con una sonrisa divertida. Astrid le golpeó un tanto fuerte en el brazo y le besó.
--Uno de nosotros debe romper el momento, creo que esto es importante-- murmuró Eret señalando el objeto que llevaba. Una carta. Al ver que nadie se movía suspiro pesadamente-- ¿¡Por qué siempre debo ser yo!? ¡Rayos!-- dio unos pasos al frente; miró fugazmente a la pareja, apartando la mirada rápidamente al ver lo que parecía ser la lengua del jefe de Berk entre el beso. Carraspeo, pero no funcionó.-- Eh... Hiccup-- nada--Este... oigan... er... Este...--nada de nada-- ¡Oigan!--nada-- ¡¿Podrían dejar de hacer...?! ¡OIGAN!
La pareja se separó abtuptamente, ambos sumamente sonrojados por la llamada de atención. Eret se rascó la nuca con la mano que le quedaba libre mientras Ruffnut balbuceaba algo.
--Yo...-- Eret se veía bastante apenado-- Llegó esta carta por barco-- tuvo que tomarla de la mano incapacitada para dársela a Hiccup. Este la tomó con firmeza y sintiendo confusión.
--¿Barco? Ya no nos llegan cartas por barco-- respondió Hiccup, analizando la carta.
--Tal vez sea de un lugar donde no haya dragones o algo así-- Astrid también miraba con curiosidad la carta. Los demás se acercaron.
--¡Eso es fuera del Archipiélago!-- dijo Fishlegs maravillado.-- ¡Leela, Hiccup!
--Uuuuuuuuuhhhhh-- exclamó Tuffnut, sin caber de la emoción-- Yo la quiero leer. Soy el lector oficial del jefe de Berk.
--No es cierto-- chilló Fishlegs.
--Claro que si.
--Es de Dunbroch-- informó Hiccup.
--¿Y eso donde queda?-- preguntó Astrid.
--No tengo ni la menor idea. -- respondió el castaño. La carta venía en un sobre perfectamente doblado, con bordes dorados y un suave papel; las letras venían escritas con un extraño carbón. Aunque, viéndolo mejor, parecía tinta; Hiccup recordó cuando Johann (maldito traidor) traía tinta, cosa que rara vez pasaba por que, según el traidor, era bastante difícil de conseguir y muy, muy cara. Todavía tenía el frasco de tinta que le compró su padre cuando era niño, casi lleno en su escritorio, por que solo servía para escribir cosas muy importantes y desgraciadamente, no servía para dibujar, ya que arruinaba los dibujos completamente.
No terminó de recordar eso, cuando alguien le arrebató la carta de las manos. Tuffnut y Ruffnut estaban peleando por quien podía leerla primero, claro, Ruffnut no estaba dispuesta a soltar el brazo de Eret durante la disputa.
O a Eret le esta gustando o es denasiado paciente.
--Ambos pueden leer la carta-- concedió Hiccup, a sabiendas de que ninguno de los gemelos estaría tranquilo si no los dejaba leer. Contempló como Tuffnut intentaba abrirla a punto de romperla por la mitad; al parecer también tenía algo de pegamento.
--Dame eso-- Fishlegs se la quitó y con ayuda de un cuchillo pequeño que saco de la bolsa que se encontraba en su pecho, rasgó la parte superior del sobre. De este, sacó dos folios perfectamente doblados. Uno más grande que otro, Fishlegs reconoció el que tenía la carta y el otro se lo dio a Hiccup. Tuffnut empezó a leer.
--Dice: "Querido Jefe y Orgullo de Berk"-- leyó fluidamente Tuffnut, para sorpresa de todos-- "Antes que nada, de parte de mi esposa e hijos, le ofrecemos nuestro pésame ante la tragedia de perder a Estoico el Vasto, a pesar de que lo conocimos fugazmente, sabíamos que era un buen hombre, un gran jefe, admirable esposo y un orgulloso padre..."
Hiccup sintió un nudo en la garganta. Astrid, al ver que pasaba saliva con dificultad y que la mirada de su prometido se ensombrecía, colocó su cabeza en su hombro, demostramdole que estaba ahí para él. Hiccup ladeo su cabeza junto con la de ella y le tomó la mano, apretandola fuerte.
Los demás también mostraron apoyo, Snotlout bajando la cabeza y Eret dándole palmadas en el hombro a el castaño. Tuffnut dejó de leer por unos instantes y Ruffnut le miró con una sonrisa de compasión.
--Continua-- suspiró Hiccup, sintiéndose mejor ante el apoyo de sus amigos.
--Er... ¿donde me quede? ¡Ah si! "... Así como también felicitar al nuevo Jefe de Berk, Hiccup Horrendous; de quien nos llegaron noticias de que es el más grande orgullo de Berk por su desempeño..."-- leyó Tuffnut hasta que su hermana le quitó la hoja, convencida de que era su turno.
--"... en la cacería de... ¿dragones?"-- completó Ruffnut, confundida al igual que todos.
--Mi padre debió de haberlos conocido mucho antes de la paz con los dragones-- comentó Hiccup.
--Y están muy lejos como para haberse dado cuenta-- añadió Eret.
Hiccup hizo una seña a Ruffnut para que continuara leyendo.
--Ah, bueno, "Por ende, tiene todo el respeto de nuestras tribus."
"Después de expresar nuestros deseos, queremos expresarles el verdadero objetivo de nuestra carta. Como sabe, su tribu es increíblemente buena en el arte de cazar bestias tales como los dragones y ustedes han logrado defender su aldea de dicha plaga."
--Auch-- comentó Snotlout.
--"Es muy de nuestro pesar informarles que requerimos su ayuda para tratar un asunto un tanto peculiar. En nuestras tierras, se ha alojado una banda de dragones salvajes que han causado destrozos tanto en los bosques del reino, como en el reino mismo. Hemos intentado de todo; ya se ha mandado a nuestros guerreros más valientes, nuestras armas más innovadoras, pero nada da resultado."-- finalizó Ruffnut, para pasarle la carta a Tuffnut y acurrucarse junto al brazo de Eret.
--"Estamos sumamente preocupados por este hecho e incluso tememos por el provenir, así que recurrimos a usted, Hiccup Horrendous. Estamos seguros de que usted y sus valientes guerreros vikingos podrán poner fin a las bestias que nos atacan..."
--Doble auch.
--"Por ende, están cordialmente invitados a nuestra celebración anual de las Tierras Altas. Que a diferencia de el año pasado, ya no se busca pareja para la princesa..." ¿Tienen una princesa?
--Dejame ver-- Fishlegs les quitó la carta-- "...Los esperamos ansiosos en los muelles del reino. Anexamos un mapa para que no se pierdan en el camino."-- acto seguido Hiccup desdoblo el otro folio, observando un mapa a tinta-- "Les deseamos un excelente viaje y nuestros mejores deseos. Con sinceridad, El rey Fergus y la Reina Elinor de Dunbroch."
Todos se quedaron en silencio.
--¿Ellos...?-- empezó Astrid vacilante, apartándose de Hiccup, pero sin soltar su mano.-- ¿Ellos todavía creen que nosotros aquí matamos...?
--Dragones-- Completó Hiccup, se colocó de rodillas en el suelo para poder analizar el mapa. Y lo colocó en el suelo, para poder compararlo con el suyo. Estaba tan concentrado que no se percató en que los demás ya estaban hablando del tema.
--¡Vaya! Debe ser un reino muy lejano o algo así-- comentó Eret, sintiendo su brazo acalambrado.
--Y con princesas-- añadió Snotlout con tono pícaro-- Princesas que buscan hombres grandes, fuertes y varoniles para desposarlas.
--¿No oíste, cabeza de troll? La princesa ya no busca un esposo-- le rependio Ruffnut, sintiendo celos, ya que los chicos que la cortejaban ya no lo hacían tanto últimamente-- Seguramente ya esta casada.
--O no.
--¡Eso significa que habrá más dragones! ¿No les emociona saber que posiblemente veremos especies nuevas?-- replicó emocionado Fishlegs.
--Jamás había escuchado que mi padre fuera a Dunbroch-- murmuró Hiccup, casi para si, Astrid se acercó y se sentó junto a él-- Y si él no pudo decirle sobre la paz con los dragones, entonces fue cuando yo era un niño.
--¿Crees que tu madre sepa de algo al respecto?-- preguntó Astrid, sugiriendo que la mujer podía ser de ayuda.
--No lo se-- respondió él, dudoso-- Incluso Gobber debe saber de este reino. Según el mapa, esta muy al sureste de aquí, calculo que a muchas semanas en barco.
--¿Y en dragón?-- contestó ella, sonriendole. Hiccup le correspondió.--Debes preguntarle a tu madre. Debe saber algo.
.
Valka reeleyó la carta en silencio, sentándose en el comedor de la casa Haddock. Gobber ya la había leído y parloteaba sobre cuanto tiempo había pasado de que no escuchaba "reino Dunbroch" en una frase. Según palabras del hombre, al rededor de veinte años... incluso veintiuno.
La mujer terminó de leer la carta y contempló como su hijo junto a sus amigos le miraban con interés. La verdad es que el nombre del reino si le sonaba un poco.
--Fue de nuestros primeros viajes como Jefe y esposa del jefe-- relató Valka, con la vista fija en la carta y alternandola con el mapa.-- Estoico y yo llegamos a Dunbroch cuando yo estaba embarazada de ti-- la mujer sonrió con nostalgia-- Estoico no paraba de presumir que ibas a ser un gran guerrero algún día. Y el rey Fergus, estaba a punto de contraer nupcias con una muchacha, una princesa, me parece. Se llamaba Elinor y era muy adorable.
--¿Por qué papá nunca lo mencionó?-- cuestionó su hijo.
--No somos islas muy cercanas. Ellos viven en Escocia, bastante lejos, pero se tenía que asegurar tener aliados ahí--Explicó Valka.
--Ya sabes como son los europeos-- añadió Gobber.
--Y tu padre hablaba demasiado de nuestra isla. Tal vez le pareció adecuado hablar sobre lo rudos que éramos con los dragones-- conjeturo la mujer, recordando viejos tiempos.
--Pero nosotros ya no matamos dragones-- respondió Hiccup, sintiendo que aquella era la frase que le decía a toda la gente que empezaba a conocer y que hacía referencia a su isla.
--Y no podemos ir sin más y matar a los que se alojan ahí-- completó Astrid.
--En Dunbroch no hay dragones-- susurró Valka-- No que yo recuerde, solo había una extraña cantidad de osos negros.
--Tal vez sean dragones que estén huyendo-- sugirió Fishlegs, juntando las puntas de sus dedos índice.
--Puede que haya cazadores de por medio-- dijo Eret.
--En todo caso, debemos averiguar lo que pasa y reeubicarlos--dijo Hiccup, muy seguro de sí-- Tendremos que hablar con los reyes. Estoy seguro de que entenderán.
--Bueno, los europeos se enfadan si les dices que no tienen razón. Algo parecido a lo que hacemos nosotros, solo que ellos son más... bárbaros-- comentó Gobber con simpleza-- El reino de Dunbroch si no mal recuerdo esta formado por tres clanes, lo cual lo hace más grande que el nuestro. Todos son unos bárbaros, matan osos por diversión, comen demasiadas proteínas para la salud y hacen diversos desafíos para demostrar quien es el más fuerte. No tengo idea de por qué Estoico los vio parecidos a nosotros-- añadió el hombre con aire indignado.
Los presentes le miraron, ¿estaba seguros de que aquella no era una tribu vikinga?
Mira que, matar dragones, comer demasiada carne y tratar de demostrar quien es más fuerte, se parece demasiado a lo que hacíamos aquí.
--De igual forma, debemos intentarlo-- aventuró Hiccup.
--No te ofendas, pero estoy con el anciano de una pierna-- lo contradijo Eret.
--¿A quien le dijiste anciano de una pierna? Hijo de...
--Quiero decir-- interrumpió Eret antes de que Gobber continuará con la frase-- Los "reyes y reinas" no son la gente más accesible que digamos. Están acostumbrados a vivir bien, que la gente les sirva y prácticamente no hacer nada en todo el día. No son como aquí, en el que tu ayudas a todo mundo y conoces los problemas de todos; ellos a duras penas se enteran de los problemas-- explicó, tratando de quitar a Ruffnut de su pierna con una sacudida para dar énfasis.
--Nunca voy a soltar tu pierna-- exclamó Ruffnut aferrándose con más fuerza.
--A lo que quiero llegar-- continuó Eret, dejando de sentir la circulación en su pierna-- Es que si intentas decirles no sabes como van a reaccionar, ¿que nunca se han topado con una reina o rey antes?
--La tribu de Mala ama a los dragones-- respondió Fishlegs.
--E intentó matarnos y matar a Hiccup solo por montar dragones-- añadió Tuffnut-- Muchas veces, ahora que lo pienso.
--¿Piensas?-- preguntó sarcásticamente Snotlout.
--De hecho, cada persona que conocí y que quiso matarme, lo hizo por...
--¡Por qué llevabas a Chimuelo!-- interrumpió Valka, dándose cuenta de la similitud entre las historias. Se volvieron hacia ella confundidos-- Todo el mundo entra en pánico cuando los ve en dragones. Ya sea por su adoración o por que no los tolera-- añadió-- tal vez si esta vez explicaras tu punto, y luego les das el ejemplo, tengas un resultado diferente.
--¿Se refiere a ir a un lugar a kilómetros del archipiélago sin los dragones en un barco?-- Snotlout no parecía alegre con la sugerencia-- Se nos caerán los brazos a medio camino.
--Por mucho que odie admitirlo, Snotlout tiene algo de razón-- respondió Hiccup.
--¿La tengo? ¡Ja! ¡Claro que la tengo!
--No podemos ir en barco hasta allá-- continuó Hiccup-- Y no podemos dejar a los dragones aquí, Chimuelo me necesita.
--¿Y si no necesariamente van en barco?-- vaciló Gobber-- ¿Y si tampoco ven a los dragones inmediatamente?
Hiccup se volvió, confundido. No entendía como eso podía ser posible.
--Me refiero a que se lleven un barco. Los dragones lo arrastran hasta llegar cerca de Dunbroch. Los dejan en un lugar seguro y listo.-- explicó.
--Una vez que llegues a un acuerdo con ellos, les enseñas lo que puedes hacer-- dijo Astrid.
Sonaba bien, si lo pensaba con calma podría funcionar. La verdad era que no sabia que esperar de ese reino, nunca se había desviado tanto al sur. Ni siquiera en alguno de los viajes que llegaba a hacer con su padre.
--Y no nos asesinaran-- celebró Eret-- Eh, ¿quieres soltar mi pierna? No quiero usar una de metal o madera después de esto-- murmuró hacía Ruffnut.
--¿Qué trataste de decir?-- preguntaron con molestia Hiccup y Gobber al mismo tiempo.
--Eh... yo...
--¡Adooooooro tu pierna!
--En todo caso debemos preparar todo para irnos-- Fishlegs estaba revisando el mapa, junto a Valka. Eso hizo que Hiccup olvidará el asunto con Eret.--Hay unas pequeñas islas cerca.
--Necesitamos una que este demasiado cerca. Por si las cosas se ponen feas-- respondió Valka.
--¿Vas a ir, mamá?
--¡Claro que si!--respondió Valka, viéndose emocionada. Hiccup sonrió con ternura-- Será divertido, saldremos todos juntos como familia, haremos un campamento a medio camino, contaremos historias, ¡podría cocinarles!
--Por favor no-- susurró Gobber.
--¡Y... y...! ¡Volaremos en nuestros dragones, y podemos hablar de nuestros sentimientos!
--Por favor no-- murmuró Snoutlout.
--Mamá...
--Será tan lindo... Podre darle consejos a Astrid y decirle como ser una buena esposa, bueno, lo poco que se...
--Por favor no-- siseo Astrid, incomoda sobre el tema.
--...porque estoy segura que se casarán pronto, ¿no?
--No tan pronto-- canturreo Hiccup entre dientes, igual de incomodo.
--¿¡No les emociona la idea!?-- preguntó Valka a todos los presentes, se veía demasiado emocionada, aunque también algo nerviosa.
--El caso es, mamá, que si vas, no habría nadie que ayudará a Gobber para cubrirme-- explicó Hiccup, sintiéndose mal consigo mismo. No quería ser duro con su madre.
La sonrisa de Valka cayó.
--Entiendo.-- murmuró ella, volviéndose a sentar frente a los mapas. Todos sintieron un vacío en el estómago.
--¡Yo lo haré!-- exclamó Eret de la nada. Todos le miraron confundidos-- Yo ayúdare a Gobber a gobernar la aldea en lo que no estás. Así la señora Haddock podrá ir con ustedes y yo por fin tendré un descanso de ella-- señaló a Ruffnut, quien empezaba a querer lamer la bota de Eret-- ¡Eh! ¡Ya te dije que no me lamas!
--No lo se-- contesto el jefe-- No es que no confíe en ti, Eret es solo que...
--¡Bah! Déjalo aquí-- exclamó Gobber, dándole un agresivo achuchon a Eret-- Si se mete en problemas yo mismo me haré cargo-- le giño el ojo.
--Entonces ya esta-- finalizó Fishlegs.
--Partimos mañana temprano.
.
Astrid se hallaba viendo su reflejo en el barril lleno de agua de su habitación. Estaba pensando en como se peinaría después de lavarse el cabello como cada tercer día; había decidido después de casi un año cambiar su peinado. Sentía el picor de la vanidad en sus estómago y tenía la extraña necesidad de cambiarlo sin saber exactamente el porque.
Tenía el cabello suelto y húmedo. Ya le caía a media espalda y se ondulaba por el hecho de estar siempre atado. Se mordió el labio mientras volvía a cepillarse el cabello con los dedos y procuraba deshacer cada nudo, pensando.
Hoy a medio día se irían de camino a un reino que jamás habían visto, tal vez su subconsciente había mandado tan molesto picor en el estómago por el hecho de que posiblemente había una princesa. Lo cual era absurdo, por que no tenía ningún fundamento para tenerle celos o algo así, nunca la habían visto, o hablado con ella, o algo así... Entonces, ¿cual era el problema?
Apretó los labios. Le gustaba el aspecto de su cabello suelto, pero no podía dejarlo así, era sumamente molesto que el cabello se le juntara en la cara cada que ella realizaba alguna actividad o que se moviera por todos lados cuando salía a volar junto con Stormfly.
Toc, toc, grrrff.
Se volvió hacia la ventana, donde Stormfly le miraba impaciente, casi casi suplicandole salir a volar un rato antes de dirigirse rigurosamente fuera del archipiélago. Astrid sonrió, enternecida.
--Dame un minuto, nena-- dijo para volverse a dirigirse al barril y mirarse. Todavía no sabia como trenzarlo... Y no iba a hacerse una cebolla como una anticuada esposa.
Esposa.
Esposa.
Voy a...
Suspiró con pesadez. Era una palabra extraña. Esposa. No se sentía cómoda al pensarla, pronunciarla o lo que fuera. Hasta cierto punto, entendía lo que Hiccup sentía cada que alguien lo llamaba jefe.
Extraño.
En cambio, la palabra prometida le gustaba más. Era un punto medio agradable y cómodo donde le gustaba estar.
--Punto medio-- se dijo, dándose cuenta de que tal vez si tenía alguna idea de como peinarse.-- Punto medio-- repitió, trenzadose el cabello.
Se hizo una trenza a la mitad de la cabeza, que recogía el cabello justo para que no volara tanto. Dejo algunos mechones fuera y el resto lo dejó suelto. Se miró nuevamente en el barril, contenta de su trabajo; procedió a colocarse las hombreras cuando se fijó en el fondo de su baúl, justo donde estaba el medallon de compromiso que Hiccup le había dado hacía casi tres años.
Se mordió los labios, con un extraño brillo en sus ojos, honestamente quería llevarlo, aunque Hiccup no lo notara a la primera. Alternó una mirada hacía Stormfly y luego hacía el medallon, que seguía brillando tentativamente en el interior del baúl.
Decidió ponérselo, cociente de que no lo perdería por nada del mundo.
Después de comprobar que el peinado era aprueba de Stormfly y sus pronunciadas piruetas, volvió a su casa. Llevo algunos cambios de ropa, aguja e hilo, rocas para afilar su hacha, y el jabón que usaba para lavarse el cabello. Se giro por la habitación, repasando en su mente si se había olvidado de algo.
--¡Astrid...!-- la llamó su madre desde el primer piso. Astrid se volvió hacia la puerta, tal vez se le estaba haciendo algo tarde-- ¡...Hiccup esta aquí!-- seguido de eso, escucho como una bota y un sonido metálico subían las escaleras, así como la voz de su prometido agradeciendole a su madre.
Punto medio.
Le hecho una ojeada a su habitación. Todo estaba en orden. No sabia por que estaba tan nerviosa; Hiccup ya había subido a su habitación algunas veces y que viniera sin avisar no era nada nuevo. Stormfly había desaparecido; tal vez estaba jugando con Chimuelo.
--Toc toc-- escuchó la voz del castaño, ahogada por la puerta. La rubia aferró sus dedos a el medallon que tenia sobre el pecho y rozandole el principio del estómago.-- ¿Puedo pasar?
Se sentía tan tonta estando ahí parada, en medio de su habitación y sin poder moverse.
¿Va a notar que yo...?
--Claro-- respondió ella, no sin antes titubear patéticamente, como una adolescente boba. Respiró hondo y lo soltó casi de golpe cuando vio como la puerta se abría y daba paso a su futuro esposo, entrando despacio y con cautela, como si esperará encontrarse con algo...
Con algo extraño. O incómodo. Como esa vez en la que casi la ve...
--Hol...-- Hiccup se quedo parado donde estaba, con los ojos casi como platos. Soltó un jadeo. Astrid sintió sus mejillas arder fuertemente; se miro la ropa, por si se había olvidado de un elemento importante, como la falda o la blusa. Todo estaba en orden.
Cayó en la cuenta: su cabello.
--¿Tan mal está?-- preguntó con timidez y cierta desconfianza. Se sentía avergonzada-- Sabía que no debía soltarlo...
--Dioses...-- siseo él, aún sorprendido, cosa que no dejaba a Astrid tranquila.
--¿No te gusta?
--¿¡Gustarme!?-- exclamó Hiccup de una forma que hizo que el estomago de la rubia se le fuese a los pies-- ¡Me encanta! ¡Jamás había visto tu cabello suelto! ¡Se ve suave y muy, muy lindo!-- grito en una voz demasiado chillona y graciosa.
El entusiasmo viene de familia.
--¿Eh?-- dijo ella, medio riendo de alivio.
--Es muy bonito, digo...-- Hiccup se aclaró la garganta, haciendo que su voz volviera a la normalidad-- Tú... er... creo que... te ves muy bonita, más que bonita. Bueno, tu ya eras bonita, no digo que ahora seas menos bonita, siento que te ves más bonita ahora y yo...
--Lo captó, gracias-- lo interrumpió ella, acercándose y dándole un beso en la mejilla. Al parecer, aun le costaba trabajo hacerle un cumplido.
--Pero en serio te ves preciosa...Eh.. ¡hey! ¡Llevas el medallon de mamá!-- se fijó. Al menos se había vuelto un poco más observador estos últimos años.
--Creí que sería bueno empezar a llevarlo más seguido-- contestó en voz baja y mirando hacia la joya.
--Lo es-- dijo y la abrazó con fuerza. Ella le correspondió con igual de fuerza y recargando su cabeza en el hombro de Hiccup.--¿Ya estas lista?
--Sí, repasaba que me faltaba.
--Yo se que es-- se separó de ella y dio una vuelta, buscando algo. Cuando lo encontró, lo tomó de encima de un baúl y lo mostró: era la banda que ella siempre usaba en la cabeza. Eso era-- Dejame ponértela-- murmuró mientras la colocaba en la cabeza de su prometida.
--¿Como van los preparativos?
--La aldea esta enterada y todos seguirán a Gobber y a Eret. Ruffnut tiene que venir con nosotros, necesito vigilar a ambos gemelos de cerca-- Hiccup terminó de ajustarla y admiró su trabajo-- Lo logré.-- sonrió con triunfo-- Ah, y encontramos una isla que parece ser perfecta para los dragones-- añadió, pareciendo recordarlo de la nada-- Todo va a salir bien.
El barco era pequeño, tenía una zona de carga abajo y arriba era exclusivamente para remar. Cuando Hiccup lo vio, lo asoció rápidamente con el que Gobber uso cuando fueron a buscar al Rompehuesos; las velas tenían el logo de los Gamberros peludos y varios escudos en los laterales. Los chicos y su madre cargaron la parte de abajo, así como también ataron algunas cuerdas a los lomos de los dragones, cuidando no hacerles daño.
--Sí todo sale bien, estaremos aquí en cuatro días-- avisó Hiccup a Gobber y a Eret, quienes escuchaban atentamente. Ruffnut estaba abrazando por la espalda a Eret y sentía sus brazos, Tuffnut estaba cerca, mostrándose indiferente-- Sí tardamos más, no duden en enviar un correo de Terror y si no hay respuesta, envíen al equipo A.
--¿Qué podría salir mal?-- cuestionó Eret, con indiferencia.
--El rey Fergus podría unirse a la lista de "Queremos matar a Hiccup"-- respondió Tuffnut-- La cual, ya sobrepasa las cien personas.
--Creí que eran siete-- lo contradijo su hermana, saliendo de su ensoñación.
--No, no, no, no estas contando a los sirvientes de cada uno de los villanos principales...
--El punto es-- Hiccup cortó la conversación, alzando una octava más el tono de su voz-- Sí hay problemas o no llegamos en cuatro días, envíen un correo de terror-- repitió-- Puede ser cualquier situación de carácter importante-- puntuó esa palabra e hizo énfasis con las manos y separando las sílabas.-- Nosotros estaremos de regreso lo más rápido posible.
--Todo estará bajo control-- lo tranquilizó Gobber, dándole una palmada en el hombro-- Necesitas unas vacaciones.
--Estas no son unas vacaciones.
--Lo que tu digas-- canturreo Gobber, divertido-- Cuando regreses, no verás ni una sola manzana fuera de su lugar.
--Eso espero-- Hiccup se montó en Chimuelo, quien parecía listo para salir volando. Su hermano le dio una caricia afectuosa en la cabeza.--Te veremos en cuatro días.
--¡Tendremos una aventura!-- gritó Fishlegs, emocionado de sobremanera; Meatlug parecía en las mismas condiciones mientas sacaba la lengua.
--¡Te voy a extrañar, mi amor!-- gritó Ruffnut, siendo cargada como un saco de papas por Snotlout. Eret sólo hizo una mueca de desagrado y un escalofrío recorrió su espalda. Cuando estuvo en la cabeza de Barf, hizo como que se limpiaba las lágrimas-- ¡Volveré pronto!
--Tómate tu tiempo-- respondió Eret.
--Lo haremos, ¿no es así, Ruff?-- respondió Tuffnut, inocentemente.
--¿Emocionados?-- pregunto Valka a Hiccup y a Astrid, quienes estaban volando cerca del otro.
--Tal vez sea divertido-- Hiccup se encogió de hombros e hizo una relajada sonrisa de lado.
--Será genial-- coincidió Astrid.
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¡BUUUUUEEEEENAAAAAAAS TARDES ORILLA DEL DRAGÓN!Vale, no xDY con la novedad, he vuelto a ; esta vez con un fanfic más revisado, un poco menos extraño y ya terminado, para variar. Es un crossover entre Brave y HTTYD, pero he querido publicarlo aqui.Les explico: un dia baje a desayunar y noté que mis hermanas estaban viendo Brave en Disney Channel, me vino la idea, y dije: "A ver que sale". Cabe recalcar que esta historia NO ES MERICCUP. NO. NO. Y NO.Eso, y que, como dije mas arriba, ya lo termine. Falta publicarlos y editar, dependiendo del recibimiento de esta historia los iré publicando 7u7.¡Gracias totales si llegaste hasta acá!
