Episodio 1. Cada quien por su lado
Asi, como el sol y los astros mayores le dan luz a todos los demas pequeños astros, y estos dependen de cada movimiento de los grandes, en este colegio habian dos astros que eran equivalentes al sol y la luna, cada uno durante su periodo de reino.
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El primero, estrella del equipo de soccer y responsable de haber llevado a la escuela desde que entro en primer año al trofeo y por ende a las finales nacionales de secundarias japonesas. En los estudios ... habia que ser sinceros, no era precisamente un as, pero recompesaba esto al destacarse en todos y cada uno de los deportes que se le antojaban, un dia basketbal, al otro polo, natacion, esgrima, beisball y hasta ajedrez; los maestros cohincidian que si no rendia en clases era porque justamente no asistia a ellas, solo iba las veces necesarias para no reprobar por inasistencia, y aunque ya habia rechazado una beca a Londres, estaba conciente que cualquier beca que deseara solo tenia que llegar a una confianzuda conversacion con el director, porque gracias a la relacion de camaraderia que sostenian el padre y la mayor autoridad del colegio, tenian una confianza casi familiar; y claro ademas de ser el Adonis de la escuela, todas lo querian a el, chicas de grados tanto mayores como menores babeaban por este especimen de hombre, los chicos tambien querian imitarle pero el era unico y totalmente inimitable, cuerpo perfecto, cara de Dios griego y hasta el trasero lo tenia perfecto. El lobo alfa de la manada.
La otra era el orgullo academico de la escuela, tenia las notas mas altas de la institucion a pesar de que se encontraba en tercer año, sobrepasaba a las de 4to en cuanto a intelecto se referia, participaba en todas y cada una de las competencias, obteniendo victorias absolutas e inapelables, pero no era la clasica nerd, todo lo contrario, era la lider de las porristas, tenia una condicion fisica perfecta y todas deseaban ser sus amigas, pero solo el selecto grupo de porristas era su medio ambiente. Todos comentaban en la escuela que era una especie de fenomeno, nadie sabia como se las arreglaba para asistir a todas las practicas de porristas y tener siempre todos los trabajos al dia, pero era un misterio que no se iba a develar y aunque la envidia hacia ella rondaba por todas partes de la escuela, eso solo la hacia crecer, la critica... la mantenia en el lugar donde estaba. La abeja reina del panal.
Juntos eran la pareja perfecta, o por lo menos lo serian si se soportasen. Como el sol y la luna eran dos opuestos naturales, el escuchar la respiracion de el otro cerca ya era una alergia para ambos, Hao Asakura y Anna Kyoyama eran todo, absolutamente todo, menos amigos, pero para desgracia de ambos, no podian evitar las circunstancias que los unian.
El colegio, era una de esas instituciones para jovenes promesas, o en otras palabras para los hijos de gente podrida en dinero sin tiempo para prestarles a sus retoños. El lugar poseia todo tipo de actividades extracurriculares para que los "bebes de mami y papi" encontraran que hacer despues de clases, y que asi no les estuvieran siendo un estorbo en casa. Algunas como natacion, danza, canto y cocina eran normales, pero habia otras que sencillamente eran ridiculas, ¿cómo era posible que en una escuela hubiera un estanque artificial para el equipo de pesca? Pero si los hombres y mujeres de negocios pagaban, esto era lo de menos.
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Anna y Hao, eran los lideres de dos de las actividades mas concurridas del colegio y cada vez que era temporada de soccer, todos podian esperar los choques entre los magnates de la escuela.
Anna entraba con dos miembros de su sequito al campo techado de futbol del colegio, donde practicaban los jugadores, entro con vestida con su atuendo de
Porrista, una falda de tachones azules oscuros con una blusa sin mangas que le hacian juego, unos zapatos deportivos blancos y unas medias del mismo color y con el cabello atado en una coleta de caballo que le llegaba un poco mas debajo de los hombros.
—¡Asakura bestia del infierno!—dijo azotando la puerta del lugar mientras Hao estaba en una de las gradas tomandose un break mientras los demas praticaban, al escuchar la voz de Anna solo cerro los ojos y sonrio con escepticismo.
—tambien es un fastidio oirte, Kyoyama—dijo levantando la cabeza para mirar a la recien llegada que en cuestion de segundos se puso se pie a su lado con una cara de los mil demonios, mientras la otras dos imitaban la mirada de molestia de la rubia—¿porque siempre tienes que aparerte con dos perros guardianes y un escandalo? ¿no es sufiente con tus ladridos?... a ver... ¿qué te hice hoy? —dijo con cara de sarcasmo
—¡tu sabes perfectamente que hicieron tu y tus bestias con ropa! —Hao iba a hablar y ella no se lo permitio—sabes muy bien que las porristas entrenan aquí a esta hora precisamente, pero como a ti se te ocurrio cambiar el horario de practicas de tus monigotes, nosotras no tenemos en donde entrenar— todo lo anterior lo dijo a gran velocidad, y haciendo enfasis en palabras como: aquí, ti y nosotras.
—a mi me tiene sin cuidado donde practiquen tu y tus descerebradas, eso te concierne a ti y a nadie mas— se puso de pies dejando a la rubia hablando sola y bajando a donde estaban el resto del equipo de soccer— tengo un torneo que ganar y no las necesito a ustedes para eso— tomo un balon y lo pateo con fuerza— ¡tras el Kamiya! ¡baja a la realidad! —y se fue corriendo tras el balon.
Kyoyama respiro con fuerza y salio como alma que lleva el diablo con sus dos servidoras, gritando frases como "calmate Annita te va a hacer mal"
—no debia hablarle asi capitan, ellas tambien son parte importante del equipo
cuando ella aprenda a respetarme Fujioka, entonces empezare a hablarle como la gente.
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La direccion de la escuela parecia mas una suite de lujo de un hotel excesivamente costoso, con pinturas caras, esculturas grandes y fantasticas y una que otra cabeza de animal disecado, luego un fino escritorio donde descansaba de frente al gran ventanal el director, un viejo de unos 60 años, cabello negro enblanquecido por los años, un bigote muy simpatico y ojos caidos. Parecia un anciano muy simpatico. La capitana de las porristas entro sin tocar al despacho y el señor en el gran asiento ya sabia de quien se trataba.
—¿paso algo malo Annie? — dijo sonriendo y poniendose de frente a la rubia.
—¿por qué lo permites padrino, porque dejas que Asakura me pisotee? — el hombre borro su sonrisa y le dedico una mirada tierna a la chica que se sentaba con cara de inocencia.
—Anna, no me vengas con tu cara de martir, porque se que eres una persona muy fuerte y antes de venir a darme a mi la queja, ya le dijiste varias cosas a Hao, porque te conozco.
—¡Padrino, ese sujeto parece disfrutar el hacerme rabiar! —djo levantandose y apoyando las manos en el escritorio liberando su caracter real
—puede ser que a el como a mi le guste verte molesta, te ves tan linda— dijo con un gesto invitandola a tomar asiento denuevo, la chica se sento de golpe en el comodo asiento— ya se porque estas aquí, por el cambio de horario en el uso del campo techado—dijo juntando las manos y apoyando la barbilla en ellas, la chica asintio ante la afirmacion— Annie, querida, ahora empieza la temporada, y los chicos necesitan mas tiempo para sus practicas... —la chica suspiro.
—siempre les das a ellos la prioridad... — dijo bajando la vista, el hombre se puso de pies y se hubico detrás del asiento colocando las manos en los hombros de la chica.
—tenemos 4 años participando en las nacionales y estamos invictos, un año mas nos dara mucha mas fama de la que tenemos— la rubia se dispuso a levantarse pero con suavidad el viejo la volvio a sentar— escucha, tu y tus muchachas pueden disponer del lugar que quieran, cualquier cancha de cualquier deporte que quieran, solo dime cual quieres y sera tuya— la chica abrio los ojos y se volvio un poco para mirar la cara de complice del viejo canoso
—¿la que yo quiera?
—piensalo bien y pide por tu boca— la chica se puso de pie y le dio un beso en la mejilla al anciano, abrio la puerta y la cerro a sus espaldas, pero no sin antes elegir.
—Quiero la de baloncesto— el viejo asintio ya estando solo en el despacho.
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El profesorado de la institucion era de primera, cada uno de los maestros estaban altamente capacitados en todas sus areas, todos graduados con honores de sus respectivas universidades, unas en Tokyo, EU, Londres, Francia, Alemania y un sin numero de paises grandes con universidades costosisimas. Cada profesor era respetado por el alumnado puesto que eran muy serios ademas de estrictos, pero a un profesor en particular era a quien mas respetaban puesto que a diferencia de algunos otros, no se vendia a ningun postor, a pesar de sus cortos 25 años estaba altamente capacidado en mas de un area, impartia clases de historia, civismo y musica, ademas de una que hacia unas pocas semanas habia empezado la docencia de la misma: Convivencia; no era una materia comun pero se aseguro de que los estudiantes que a su vista lo necesitaban asistieran a ella. Los estudiantes que jerarquicamente estaban mas altos, eran quienes estaban en ella, porque sin importar cual era la actividad siempre habia una especie de rivalidad en cuanto atencion del publico de refiere.
Esta era la tercera semana que se impartia, era una clase corta de 45 minutos que solo se daba 2 veces a la semana en dos grupos de 20 alumnos cada uno, ya daba inicio una de ellas, eran las 11:15 de la mañana y los alumnos inscritos estaban entrando ya al salon, se veian caras muy conocidas para el publico estudiantil, como Ryoma Echizen: capitan del equipo de tennis; Kazuhiko Aikawa: capitan del casi extinto equipo de baloncesto; Tomoyo Daidouji: voz principal del coro; Edward Elric: presidente del consejo estudiantil; Anna Kyouyama: capitana de las porristas y muchas otras personalidades escolares. El maestro Hatji entro, era un hombre alto de cabellos negros y de ojos estrechos y azules; de inmediato un pequeño murmullo de criticas entre los presentes se volvio nulo, todavia habian dos butacas vacias, que unos 2 minutos despues de entrado el maestro se llenaron, los que faltaban eran Eriol Hiraguizawa: el mejor pianista de la escuela; y Hao Asakura: el capitan del equipo de futbol soccer, estando todos ahí, nadie se maravillaba de la presencia de nadie, y muy pocos hablaban entre ellos, el fastidio de algunos se veia al ver que sus rivales en popularidad estaban presentes pero a otros simplemente les importaba un pomelo quien estuviera a su lado y solo estaban ahí para llenar la casilla de asistencia, ese era el caso de Asakura, mientras que Kyoyama apuntaba algo en su palm.
El maestro se aclaro la garganta en mas que un gesto de que le prestaran atencion, todos los estudiantes lo hicieron en el acto y el silencio absoluto volvio a reinar, el susodicho cerro la puerta y volvio a su asiento abriendo un cuaderno.
—les ruego a todos que guarden silencio mientras reviso la asistencia. Aikawa...
—presente— se escucho decir al nombrado, seguidos por el profesor y varios alumnos los cuales sus apellidos empezaban con A.
—Asakura...
—presente— y al aludido responder el maestro por primera vez levanto la vista del cuadernillo y la centro en el lugar desde donde provino la voz.
—señor Asakura, veo que despues de su ausencia en tres de mis clases, finalmente nos honra con su presencia— dijo con sarcasmo, pero nadie se atrevio a decir nada, solo algunos esbozaron sonrisas leves— ¿tiene algo que decir en su defensa?
—creo que ya sabe que la temporada de soccer esta por comenzar, y el equipo necesita de su capitan— dijo con mucha altura y mirando fijamente a los ojos al maestro y sin dejarse intimidar ni un momento por la fija vista del mayor, el cual solo sonrio y continuo con la lista y tras terminar cerro el cuaderno y se puso de pie.
—como ya hemos hablado en clases anteriores, la convivencia es un mal necesario que tenemos en la sociedad y como saben aunque nos desagraden algunas personas, nos vemos obligados a cruzarnos en caminos de entes que nos encantaria no hacerlo, pero como los gustos en este mundo no es algo que a todos se nos complace.
El maestro continuo con una larga cantaleta hasta que solo faltaban unos 15 minutos para terminar.
—sabiendo todos que esta es la tercera semana de clases—dijo observando a quemaropa a Asakura que ni siquiera se dio por aludido— les asignare un trabajo practico que de el dependera el 75 de calificacion final del curso —algunos se interesaron en esta parte y pusieron mas atencion, mientras que otros, miraban por la ventana o simplemente tenian la vista perdida en algun objeto del salon— y si este trabajo vale un 75 como dije, esta de mas decir que de ahí depende, si aprueban o no la asignatura, la cual es indispensable para que tengan un verano sin ver estas cuatro paredes... — el maestro iba a continuar con su perorata cuando una mano se alzo, era la joven Kyoyama la autentica dueña de la extremidad, inmediatamente capto la atencion de todo el salon, primero por la impertinencia de la interrupcion y segundo porque era "ella".
—Señor Hatji, ¿de que tratara exactamente este trabajo practico? —dijo adelantandose a todos los rodeos que el pelinegro estaba acostumbrado a someterlos cada vez, y sin siquiera mirarlo a la cara, se concentraba en leer algo que tenia en frente, para luego de acabada la interrogante mirarlo con una mirada de: ¿qué diablos espera para contestar?
—a... —el hombre titubeo algo ante la rectitud y autoridad de la chica, esto siempre lo sorprendia en ella— a eso iba, Señorita Kyoyama, es un trabajo en pares, que yo mismo elegire para que aprendan a que cada uno aquí vale exactamente lo mismo, y son absolutamente iguales— y por fin en toda la clase todo mundo se concentro en el ¿iguales? ¿qué demonios significaba eso?, el hombre sonrio triunfante, esperaba esa reaccion— Señorita Kyoyama, puede hacerme el favor— dijo alargandole un marcador a la chica en la primera fila, que ella tomo con desgano poniendose de pies—¿puede copiarme esto en el pizarron? —la chica empezo a escribir los apellidos de cada uno de los presentes en el salon, cuando sono la campana que indicaba el cambio de aulas.
—me temo que tendremos que dejar esto para la proxima clase, ah! Y señor Asakura, asegurese de estar aquí—el muchacho ni lo miro y gran parte del salon salio, dejando solo al profesor, recojiendo unos papeles listo para marchar, Kyoyama por el mismo camino y Asakura como hechizado aun sentado en su pupitre, cuando el peli negro salio, el peli largo se paro detrás de Kyoyama.
—te ves mas tranquila que esta mañana—dijo sonriendo y sentandose en una silla al lado de la chica
—consegui un lugar mejor donde entrenar con mis porristas—dijo colgandose del hombro una mochila negra con el logo del colegio impreso
¿a si? ¿donde? —dijo interesado, ella sonrio con ironia y salio del salon dejandole con la palabra en la boca, y mientras ella salia otro sujeto alto con ojos lila entraba.
—Hao ¿que haces aquí todavia? Tenemos clase de anatomia, nuestra favorita— dijo con cara de morbo, el Asakura lo miro
—No, Killua, tu estas tres veces peor que yo, vamos—se paro del asiento se dirigio al que estaba supuesto a ocupar recojiendo su mochila y empujo hacia fuera al albino—oye, y ya que estas metido en la vida de todos, como vieja chismosa... —el aludido lo miro con reproche y el le sonrio— averiguame donde practican las porristas.
—te encanta molestar a Kyoyama— le dijo con cara de complice mientras se dirijian al salon de anatomia.
—si tan solo la hubieras visto esta mañana— sonrio de solo acordarse— los ojos le sentelleaban de la rabia— y asi entraron al salon perdiendose entre la multitud.
