DISCLAIMER: Todo Todo de ella, ya saben… no necesita presentación.

CUANDO TE SUEÑO

"Prólogo"

- Caerás suave como una pluma

Él se sobresaltó ante el aterciopelado sonido de una voz femenina. Giró su rostro, y encontró a Hermione Granger parada a su lado. Su semblante mostraba una serenidad que jamás había conocido en ella. Después de todo, eran pocas las facetas que alguna vez le mostró su juvenil rostro. Y así, mientras la detallaba con inusitada curiosidad, así encontró que esa misma pasividad impresa en el terso semblante de Hermione Granger estaba albergada en su propio corazón.

Reservó un sitio especial para ese cúmulo de energía positiva que pocas veces sentía.

Y lo repitió como un mantra. Debía retener aquel momento para recordarlo como un instante de plena libertad.

Si, libertad. La palabra más acertada para describir aquella sensación de llenura.

Ambos estaban en una planicie, quizás en un punto al sur de Inglaterra al juzgar por sus rededores. Los colores del pasto y del cielo eran tan refulgentes que parecían sacados del óleo de alguna estrambótica pintura. El viento soplaba, fuerte y cálido. Era extraño no ver a ningún ave sobrevolando aquel cielo azul, ni escuchar el cantar de algún insecto. Pero sin duda, aquel era un paisaje que exhumaba un aire de dicha incomparable.

La facilidad con la que inhalaba el aire, sin sentir ninguna pesadez ni obstáculo en su pecho, fue suficiente para darle autenticidad a esa sensación de completo equilibrio con su entorno. Sus pies descalzos acariciaban el borde de un precipicio que parecía infinito. Y él aire seguía soplando por todos lados, y él se sentía tan a gusto…

Cerró los ojos y estiró los brazos, como queriendo abrazar al viento.

Cuando volvió a abrirlos, encontró a Hermione Granger imitando su acción. Él aprovechó la intimidad del silencio, y se dedicó a examinarla con sus juzgadores ojos grises. Contemplarla era extraño, porque parecía que iba desnuda, y ese detalle no podía tener sentido del todo. Aun así, el sol iluminaba con extrema fuerza aquellos puntos en donde su mirada estaba prohibida, y su cabello castaño adquiría un ligero tinte amarillo bajo su cálida luz. Ella abrió los ojos, atrapándolo en su acción de espiarla. Quizás debía sonrojarse, pero por algún motivo, sentía que no había nada de malo con el hecho de admirarla.

- Hemos hecho esto varias veces, ¿Cómo es que siempre tienes miedo de caer?

Draco Malfoy sopesó la respuesta. La verdad, es que no recordaba cuantas veces se había lanzado hacia aquella estranguladora oscuridad. Pero no tendría ningún sentido dar esa respuesta. Como muchas cosas en ese espacio que compartían; muchas cosas sin sentido y fuera de lugar. Cómo el hecho de que ella le sonriera con distintiva calidez, a pesar de él ser quien era.

Su corazón comenzó a latir desbocado ante el ritmo que estaban tomando sus pensamientos. De pronto se encontró azotado por una espeluznante sensación de vértigo, y las náuseas aparecieron incontrolables en su interior.

- Lánzate

Draco volteó a verla. Otra sonrisa volvía a sus juveniles facciones. Parecía un gesto menos sincero, y un poco más triste. Ella se volteó, dándole la espalda al engullidor precipicio.

Él, repentinamente nervioso, dio un tembloroso paso hacia atrás, preocupado por la intrepidez de la muchacha. De pronto, las pupilas de ella se dilataron, cubriendo casi en totalidad el iris castaño de sus ojos. Y fue cuando su rostro adquirió la más pura expresión de terror. Ella dio varios pasos hacia atrás, caminando hacia una oscuridad que no conocía fin. Él escuchó el movimiento de las piedras, justo cuando sus pies descalzos rozaron el borde rocoso del abismo. Era el final de la tierra.

Era el final, y sus ojos miraban a la nada.

- Ayúdame- susurró con miedo.

Draco estiró el brazo, angustiado por verla caer. Pero ya era muy tarde. Siempre era muy tarde…

Sin pensarlo más, se lanzó detrás de ella.

Y el suelo sucio y raído de Azkaban lo recibió, justo cuando había estado a punto de salvarla.

Respingó frustrado, y golpeó el suelo pedregoso, con tanta fuerza, que se le durmieron los dedos y una ola de dolor le recorrió la muñeca.

Nunca podría salvarla, era una completa idiotez pensar aquello. Ese era su terrible e inmortal destino. Ver cada día, una y otra vez, como ella se dejaba caer hacia la oscuridad. Como pedía ayuda, y él seguía dudando en rescatarle.

Y al final, el precipicio los devoraba a ambos. O quizás solo a ella, y él se salvaba al despertar.

Era solo a ella a quien se llevaba.

Justo como la muerte lo había hecho.

Esa era su carga. Su diaria tortura. Y sin embargo, su único escape de esa húmeda y poca aseada celda número 54. Decían que tus fantasmas te perseguían durante toda tu vida. Y el comprobaba esa realidad cada vez que cerraba los ojos y caía en un profundo y extenuante sueño.

Era completamente justo que Hermione Granger lo torturara de aquella forma. Siguiéndolo día y noche.

Después de todo, habían sido sus manos las que la habían asesinado.

-CTS-

HOLA!

Bueno, esto es una idea muy muy loca que se me ha venido ocurriendo. Y no pude parar, y me gustó mucho. Y quise publicarla. Quizás pueda tener el primer capítulo listo para tres o cuatro días. Todo depende de mí grado de inspiración, y de cuanto reviews de aceptación reciba (Soy una chantajista de primera jajaja)

Esta es mi primera vez escribiendo un Dramione. Jamás me imaginé escribiendo uno, no sé porque si amo los Dramione y a Harry Potter. Pero desde el momento en que imaginé esto, no he parado de pensar que debía intentar publicarlo. Y para continuar, necesito sus comentarios! :D (Sean tomatazos, o críticas, o lo que sea)

Espero verlo en tres o cuatro días con mi siguiente capítulo! Me obligaré a hacerlo. Claro, si recibo reviews, capaz me emocioné y lo haga más rápido. Quien sabe… -Silbido inocente-

BESOOS!

Smile for me : )