HELLO! Como sabrán los que están leyendo mi fic "Juego Peligroso…" en estos días estuve mudándome de casa. Pues bien, entre todas mis curiosidades me encontré con un relato que escribí entre Junio del 2001 y Febrero del 2002. Al leerlo nuevamente decidí compartirlo con ustedes haciéndole algunas modificaciones ya que antes no se me daba muy bien la escritura (bueno, todavía no se me da bien pero el cambio es notable jejeje!) y convertirlo en un fanfic de nuestra serie predilecta. Es un relato corto a diferencia de JP pero espero de todo corazón que sea de su agrado. Como siempre, sigan escribiendo sus comentarios, sugerencias, dudas, anécdotas, amenazas, alabanzas, jitomatazos, etc. sobre este cap. Les mando muchísimos saludos desde una muy calurosa Ciudad de México. Bye!
.
.
DISCLAMER: La serie de televisión Bones y sus respectivos personajes pertenecen a Hart Hanson, Stephen Nathan, Kathy Reichs y la cadena televisora Fox.
.
.
REPORTAJE PERIODÍSTICO: TRÁFICO DE AMOR
.
Algunas veces no te das cuenta que esa persona que buscas se encuentra frente a tus ojos. Crees que todo eso es imposible, que aquel amigo de la juventud no puede ser lo que tú esperas. Yo también pensaba lo mismo pero estaba equivocada. Lo malo de todo es que me di cuenta demasiado tarde.
Mi nombre es Temperance Brennan y soy alguien bastante especial. Durante la adolescencia era una persona a la que catalogaban como nerd. Pero también fui una joven que sabía cuando divertirse y cuando hacer las cosas con responsabilidad. La verdad es que no me interesaba mucho el reventarme, asistir a los antros, etc., prefería quedarme en casa navegando por distintos sitios en Internet, leyendo diversos libros, viendo videos de documentales, etc. Eso era para mí el divertirme. Amaba lo que hacía. En ese tiempo, mis amigos eran diferentes ya que eran totalmente lo opuesto a mí. Uno de ellos era Seeley Booth, un joven bastante atractivo que era perseguido por todas las mujeres que lo veían. Lo curioso del caso es que él era un cuate reventado y poco a poco se convirtió en una persona como yo. Algunos dirían ¿Cómo eres tú? Yo contestaría que me considero una persona intelectual. Pero bueno, el caso es que conforme pasaba el tiempo Booth y yo pasábamos más tiempo juntos, más tiempo solos. No sé cómo pasó pero jamás pude comprender cómo había cambiado su actitud ante la vida. Todas las noches solíamos reflexionar sobre cualquier cosa. Para mí, Seeley era una persona a la que consideraba como un hermano, ese alguien que siempre estaría a mi lado para consolarme, aconsejarme, apoyarme, qué se yo. Al terminar la preparatoria obtuve una beca para estudiar comunicación en Inglaterra. Supe que era una oportunidad que no debía desaprovechar. Pero, por otro lado… no quería dejar a Booth. Fue en ese momento que descubrí que a pesar de que me había enamorado de ese amigo y hermano, él jamás correspondería a mis sentimientos. Ese fue el factor principal para marcharme a Londres. De repente llegó el día de la despedida, de huir para no enfrentar mi realidad. A nadie le dije que me marcharía. Ni siquiera a él. No soportaría despedirme de él. Salí de mi hogar muy temprano con rumbo al aeropuerto. Me sentí triste porque nadie me había despedido y a la vez aliviada porque nadie interferiría en ese viaje.
Pasaron los años y conseguí graduarme como periodista con mención honorífica. Pensé regresar a Washington pero una gran oportunidad se presentó ante mí: obtuve trabajo como editora general en un periódico de gran renombre. Este acontecimiento me permitió viajar a muchos lugares para conseguir mis reportajes pero no volví a pisar tierra americana. En una ocasión me involucré demasiado en un reportaje, tanto así que mi vida corrió grave peligro.
.
.
Sucedió que investigaba un caso de tráfico de órganos. Mientras indagaba sobre alguna pista o indicio, escuché por casualidad una conversación entre varios hombres que se encontraban reunidos en un callejón. Además de que grabé la plática, descubrí la identidad de uno de ellos. Se trataba de Francesco Schiavone, embajador de Italia en Londres. Después de oír todos sus planes, intenté salir corriendo del lugar pero desafortunadamente tropecé con unas varillas de cobre. Dadas las circunstancias me descubrieron pero afortunadamente logré escapar. Al día siguiente, al llegar a mi oficina, descubrí un pequeño mensaje que decía: "Tu carrera ha ascendido como la espuma. Lástima que no tengas el tiempo suficiente para disfrutarla". Fue entonces cuando supe que mi vida estaba en peligro.
Esa noche, mientras caminaba rumbo a mi casa recibí un pequeño susto. Cuando salí del restaurante donde acostumbraba comprar mi cena dispararon contra mi persona. Pude correr lo más rápido que pude. De repente choqué con una persona. Al momento del choque cerré los ojos así que supuse que mi vida había terminado. Afortunadamente esa persona me salvó la vida. Cuando abrí los ojos vi que era él, el gran amor de mi vida. En ese instante me abrazó pero una segunda detonación provocó que me alejara corriendo del lugar. Seeley me siguió hasta el lugar donde vivía. Traté de cerrarle la puerta para no dejarlo entrar y no tener que hablar con él. Sin embargo, su fuerza era más grande que la mía y nada pudo evitar que entrara a mi departamento. Al estar frente a frente nos miramos a los ojos sin decir una sola palabra. Algunos segundos después me preguntó qué era lo que pasaba por principio de cuentas. No le quise contestar nada. Pero eso no evitó que me regañara:
-Por qué te marchaste sin despedirte? –Me dijo mientras tomábamos asiento en el sillón.
-Es una larga historia de la que prefiero no hablar. Pero, qué haces aquí en Londres? –No podía decirle que me había marchado por dos sencillas razones: por superación personal y por una desilusión amorosa.
-Estoy trabajando en un caso de tráfico de órganos. Soy agente especial del FBI y no me iré de aquí hasta detener a los culpables y hasta ponerme al corriente de todo lo que has hecho. –Una encantadora sonrisa apareció en su rostro mientras yo me derretía por completo al verlo sentado a mi lado.
-Hhmm! Creo que… mejor te vas… digo tienes… tienes donde… -Los nervios me traicionaban.
-Por qué estás nerviosa? –Se acercó hasta colocarse a milímetros de distancia de mí mientras me tomaba de las manos.
-Por nada, no es nada. –De inmediato retiré mis manos y traté de tranquilizarme un poco -Es que no puedo creer que estés aquí! Sabes una cosa? Quédate aquí. Es muy noche para que te vayas.
-Si no te incomoda… -Booth sospechaba que su presencia no era bien recibida.
-Para nada. Y sabes? Me alegra haberte visto de nuevo.
A pesar de mis preocupaciones, me sentí tranquila y feliz de haber vuelto a ver al encantador Seeley Booth.
A la mañana siguiente, al llegar a mi oficina me encontré con una sorpresa. Schiavone estaba sentado frente a mi escritorio mirando hacia el ventanal que se encontraba frente a él. Cuando tomé asiento, me miró fijamente a los ojos. Simplemente me dijo:
-Nombre: Temperance Brennan. Edad: 25 años. Creo que eres aún muy joven para morir.
-Qué quiere? Por qué me persigue? –En ese momento no estaba dispuesta a escuchar tales amenazas.
-Tú lo sabes bien. Quiero el cassette. –Respondió sin hacer ningún gesto y solemnemente.
-Se lo daré si así lo desea pero por favor déjeme en paz. Yo…
En ese momento llegó Booth, a quien había dejado en mi casa. Sin saberlo, había salvado mi vida nuevamente.
-Buenos días! Oh… siento interrumpirlos. No sabía que estabas ocupada.
-No se preocupe. Ya me retiraba. Hasta luego mi estimada Temperance –dijo Schiavone en un tono seco. Yo traté de disimular el miedo que le tenía a ese hombre mientras él salía de la oficina.
Booth y yo nos quedamos solos. Él tomó asiento para mirarme fijamente en silencio. Mientras me dedicaba a escribir un artículo, finalmente rompió el silencio y me dijo:
-Como tú no vas a decir nada acerca de tu vida, te cuento que me sentí muy mal cuando te fuiste. Me enteré ese día por la noche de tu partida. Traté de seguir con mi vida pero añoraba repetir aquellas noches en que nos quedábamos hasta la madrugada conversando. Si te soy sincero, pensé que tal vez no nos volveríamos a ver. Después decidí enrolarme en la policía y fue tal mi notable y excepcional esfuerzo que en poco tiempo me ascendieron a agente secreto. Cuando me ofrecieron este caso pensé en declinarlo pero cuando me informaron que era en Londres acepté de inmediato con la esperanza de volver a verte. Y gracias a Dios, así fue.
Yo seguía intentando concentrarme para redactar pero lo sucedido con Schiavone y la presencia de Booth hacían que escribir fuera una tarea titánica sin ningún resultado. Entonces me di por vencida: -Booth, es hora del almuerzo. Te invito a algún lado para que conozcas un poco más la ciudad y sus costumbres culinarias.
Disfrutamos del almuerzo como dos adolescentes recordando todo lo que hicimos juntos. Así se nos pasó el tiempo. Cuando nos dimos cuenta ya eran las 18:00 pm. Tenía que regresar a la oficina a terminar mi reportaje. Cuando salimos él se atoró en la puerta y yo me había detenido afuera. De repente escuché una detonación y sentí ardor en el brazo…
.
.
.
Bueno, espero que les haya gustado. Tendré 4 días de descanso así que espero actualizar muy pronto Juego Peligroso. Mientras tanto, no olviden presionar el botoncito de abajo para decirme si les gustó! Y si no, pues también oprímanlo! Bye!
