DISCLAIMER: nada de House MD me pertenece. Esto es por puro entretenimiento.

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"La necesidad de ser necesitado"

Pasada la madrugada seguía imbuido en los informes de sus pacientes enfermos de cáncer. Por esas horas de la noche quedaban pocas enfermeras junto con algún otro médico de guardia en Princeton. Él no tenía necesidad de hacer horas extras o si quiera resignar tiempo de sueño para cumplir con sus tareas, porque cauteloso y responsable, al menos para con todos sus pacientes, cumplía a raja tabla sus consultas. El adjetivo de "brillan-boy" no devenía precisamente del hecho de que resplandeciera como una bombita de 100 watts. Nada más alejado de la realidad.

Cuddy no tenía de qué preocuparse, nunca rindió cuentas por su profesionalidad ni puso las mejillas ante las Autoridades del Hospital por alguna extrañeza o falla, tan comunes en la personalidad atronadora de cierto Jefe del Departamento en Diagnósticos, en su conducta; pero tampoco le preocupaba que no tuviere otra cosa mejor que hacer por las noches más que llenar papeles aburridos ingiriendo un sándwich paupérrimo, siempre dejado a medio consumir. Mientras que el oncólogo maravilla siguiera llegando a horario a su Clínica, cumpliera con sus rondas de pacientes terminales y se mantuviera dentro de los cánones de la conducta monótona que le conocía desde siempre, nada cambiaría en la rutina repetitiva de James. Absolutamente nada.

Respetado y respetable; tan cauteloso y responsable como para nunca llamar a atención de nadie, aunque más no sea provocar una reacción diferente a la de las enfermeras que desprevenidas caían atraídas por su andar pretencioso del "galán de bata blanca". Sin que lo mirasen o tomaran en cuenta sus diagnósticos "no tan brillantes como los del nefrólogo", sin preocupación aparente por lo que siente, por lo que hace afuera de su cubículo de cristal, por lo que lo plañe, por cómo lo torva la devastadora rutina del "hotel-hospital-hotel", Wilson seguirá paseando como un ente por medio de las personas que parecen mucho más vivas que él, continuará moviéndose entre miradas apáticas escondido tras la sombra de una mente brillante la cual si se lo propone puede opacar hasta al sol con su talento para la ciencias médicas.

A pesar de todo James Wilson espera por el llamado que todas las noches viaja a través de las líneas hasta su biper; bastará sentir la vibración del pequeño aparato para volver a respirar sin el nudo tensionando sus cuerdas vocales. Sabe que cuando vea la identificación del número que lo reclama saldrá pegando zancadas hasta llegar al punto de encuentro, y allí podrá olvidar que la miseria de su vida se desintegra en la indiferencia, que no interesa si come, si duerme, si respira o si llegase a pasearse desnudo por la Clínica. Nada de eso tendrá importancia al momento de encontrarse con quien espera por su ayuda porque cuando ésa llamada llegue hasta él habrá hecho algo realmente relevante: salvar a un hombre de un jodido dolor crónico y de los trucos mentales a través de los cuales no resiste la peligrosa tentación de las inyecciones de morfina.

Parece ser que Gregory House es el único que entiende su necesidad de ser necesitado.

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N/A: dedicado a todas/os las fans de esta preciosa amistad y a ustedes, lindas autoras-lectoras que siempre me acompañan en mis historias. Va dedicado a ustedes. Saluditos.