Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
Nota: Este fic participa en el minirreto de octubre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. El reto de este mes consiste en escribir sobre el asunto pendiente de un personaje que volviera en forma de fantasma, y a mí me ha tocado Amelia Bones. La verdad es que me ha resultado un poco complicado porque mi personaje no es un fantasma, pero bueno, he hecho lo que he podido. No estoy convencida del resultado (menuda novedad, ¿verdad?) y sé que no es que sea muy original, pero ahí esta.
El brillo de la esperanza
Tic, tac, tic, tac.
El reloj de la Sala de los Menesteres marca las doce de la noche, y Amelia entra deslizándose por la habitación en busca de Susan. Si tuviera corazón, ahora mismo estaría palpitando con violencia en su pecho, pero como no lo tiene, solo su rostro y sus ojos, buscando rápidamente con la mirada una mata de pelo rojo entre una veintena de niños, hacen notar su desenfrenado estado.
Después de esquivar a un grupo de Ravenclaws, la encuentra en una de las hamacas que comparte junto a otra chica de Hufflepuff, y suelta un pequeño suspiro de alivio al ver que la única herida visible es un corte en una de las mejillas. No sabe exactamente qué ha ocurrido con Alecto, pero se alegra de que esté bien.
Extiende el brazo para apartarle un mechón de pelo que tapa su redonda cara, pero vuelve a retirarlo cuando recuerda que ya no puede hacerlo, al igual que tantas cosas.
Le hubiera gustado vivir durante más tiempo. Ser capaz de estar junto a ella hasta que las cosas vuelvan a la normalidad (porque confía en que así sea), y no cuando más la necesita. Porque sabe que Susan, a pesar de tener diecisiete años, todavía es esa niña asustada que se metía en su cama por las noches cuando soñaba con el grito desgarrador de su madre bajo la cruciatus. Cuando nació prometió que la cuidaría, y no quería faltar a su palabra, sobre todo en los tiempos tan difíciles que están viviendo.
Al notar movimiento en el cuerpo de al lado, Amelia se alegra de haberse hecho invisible por precaución, y ve cómo la chica sacude ligeramente a su sobrina.
—Su, ¿estás dormida? —susurra.
Ella abre los ojos con rapidez, como si no hubiese sido capaz de conciliar el sueño.
—¿Qué ocurre, Hannah? —pregunta Susan—. ¿Ha pasado algo?
—No, no es eso —responde Hannah. Baja un poco la mirada y se muerde brevemente el labio inferior antes de hablar—. ¿Crees que Harry será capaz de ganar a Quien-Tú-Sabes? A fin de cuentas, solo tiene nuestra edad. ¿Y si los Carrow nunca se van de la escuela y siguen haciendo daño a la gente? Tengo miedo, Su. —Tras pronunciar esas palabras, un par de lágrimas silenciosas se deslizan por sus mejillas. Susan se las quita delicadamente con la mano.
—¿Sabes? —empieza a decir Susan—. Mi tía me dijo una vez que la esperanza es lo último que se pierde. Si Harry no gana esta batalla, nosotros seremos quienes echen a esas personas. Te lo prometo. —Y da un abrazo a su amiga para consolarla.
Amelia sonríe orgullosa por sus palabras. Y se da cuenta de que esa chica temerosa ya se ha esfumado, dando paso a una joven fuerte y valiente que siempre contará con el apoyo de sus amigos.
De esa forma, desaparece poco a poco de la sala. Sin que nadie se percatase de ello.
Aclaración: En el primer libro, Harry se hace pasar por el Barón Sanguinario cuando está bajo la capa de invisibilidad para burlar a Peeves, por lo que, tras consultarlo, he supuesto que es algo normal que los fantasmas se hagan invisibles.
