Mi primer finc en esta sección y segundo en esta página o_o estoy emocionada xd. Como habrán leído en el resumen, esta es una colección de one shots de johnlock, aunque será muy ligero, como dice el título "meramente platónico" xd. Escribiré un capítulo por cada capítulo de Sherlock, desde A Study in Pink hasta Hist Las Vow y tal vez un poco más, quién sabe :)

Nada será muy serio. Lamento si los capítulos son muy largos para lo poco que pasa, soy susceptible a caer en descripciones extensas u_u.

Espero les guste :)


El Detective Inspector Lestrade estaba sentado en su oficina tomando una taza de café. Ese día había salido de su casa muy temprano en la mañana, su esposa e hija todavía dormían, pero por alguna razón se sentía muy despierto. La mayoría de sus compañeros de trabajo aún no había llegado a Scotland Yard, y todo parecía un poco desierto. Sally Donovan era su única compañía por el momento, estaba sentada frente a su computador, y también disfrutaba de un buen café mañanero. Al Inspector Lestrade le gustaba su trabajo, aún si a veces era abrumador y de horarios imprecisos; tenía profundos sentimientos acerca de la justicia, aunque ello no le impedía ser descarado y bromista con muchos de sus casos (a veces la gente no se lo tomaba muy bien, aunque la mayoría de sus compañeros ya habían aceptado los chistes malos que gustaba de contar en escenas del crimen). La semana pasada un caso de asesinato había llegado a las puertas de Scotland Yard, no era uno realmente complicado, el arma homicida, huellas dactilares y otras cuantas pistas habrían sido suficientes para resolverlo, de no ser por algo: no había un cuerpo. Había mucha sangre en la sala en donde se había hecho el asesinato, pero no había cuerpo, el cadáver del dueño de la casa había desaparecido y no podían encontrarlo. No era que Greg no pudiera resolver el caso, por supuesto que podía (estaba seguro de ello), pero tenía otros casos, bastantes la verdad, que le mantenían ocupado. No haría daño pedir una ayuda, pensó. Sorbió de su taza y tomó su teléfono esperando encontrar un mensaje, en efecto, allí estaba.

"Voy para allá." – SH.

Habían pasado más de diez minutos desde que le mandó un mensaje a Sherlock Holmes, pidiéndole que viniese a Scotland Yard a ayudarle con el caso. Lestrade sabía que en realidad lo resolvería él solo, probablemente en menos de quince minutos, para después dejar las oficinas gruñendo acerca de lo fácil que había sido, -y es que cuando era fácil no era divertido para Sherlock.- Pero en serio no estaba de humor para salir a cazar cadáveres, además, tenía que arrojarle un hueso a Sherlock de vez en cuando, para que no se aburriese demasiado. Sherlock aburrido no era algo bueno, tendía a caer en conductas extrañas –perjudiciales- cuando estaba aburrido. Lestrade casi sonrió al escuchar el clamor en los pasillos cercanos a la oficina, Sally Donovan puso los ojos en blanco, un policía pasó frente a la puerta notablemente molesto, con los puños apretados después de obviamente, sufrir un encuentro con la capacidad de deducción del Sr. Sherlock Holmes, quién no tardó en entrar en la oficina. Detrás de él, y viendo con ojos solo un poco asombrados los pasillos de Scotland Yard estaba el Dr. John Watson, el nuevo compañero de piso del Sr. Holmes. Eran un dúo un poco disparejo, pero parecían estar trabajando bien juntos.

Sherlock caminó directamente a la oficina de Lestrade, y poniendo sus manos de forma algo ruda en la mesa, e inclinándose hacía el Inspector, dijo, "¿Qué tienes para mí, Lestrade? Dime que es algo interesante."

"Podría serlo," contestó Lestrade, no queriendo mentirle del todo. "Un asesinato, no muy lejos de aquí."

"¿Quieres decir una serie de asesinatos?" preguntó Sherlock, levantándose del escritorio. Lestrade apretó ligeramente los labios, "Mmmm, no, solo uno. Algo doméstico al parecer." De pronto Sherlock pareció realmente decepcionado, lanzó una especie de alarido y miró hacía el techo, "¿Y me llamaste por eso? ¡Creí que sería algo interesante!"

"Vamos, Sherlock. Ayúdame, tengo un montón de casos pendientes," dijo el Inspector frunciendo el ceño. John Watson permanecía a un lado de la puerta, era la primera vez que estaba en Scotland Yard y en la oficina de Lestrade. "Sherlock, vamos" dijo el doctor, "¿y qué si es uno fácil? Resuélvelo al menos para matar el tiempo." Pero Sherlock seguía sin parecer muy feliz, dando vueltas en la oficina como un animal ansioso. Al parecer el aburrimiento estaba rondando y finalmente, miró a Lestrade molesto y dijo, "está bien, ¿qué saben del caso? ¿Saben algo al menos? Es usual en ustedes no saber nada." Lestrade abrió su boca para responder cuando algo voló a través de la habitación, pasando al lado de la nariz de Sherlock Holmes y golpeando la pared. Era una engrapadora. Los tres, Watson, Holmes y Lestrade miraron hacia afuera de la oficina. Sally Donovan parecía culpable, viendo fijamente la pantalla de su ordenador y fingiendo que mezclaba su café con crema. Tal vez Sherlock hubiera dicho algo, algún tipo de comentario desagradable acerca de donde había estado Donovan la noche anterior (y con quién), pero entonces Lestrade habló y explicó varias de las cosas que sus detectives habían encontrado en la escena del crimen. Sherlock se sentó frente a las sillas del escritorio, John Watson también lo hizo.

El Inspector Lestrade los observó con cuidado, sin prestar mucha atención a lo que el mismo estaba diciendo, y más que todo citando el archivo del caso. Habían pasado un par de semanas desde lo ocurrido con el taxista, cuando Sherlock había sido salvado por un tirador desconocido de morir a manos de un asesino serial. Claro que Lestrade sospechaba que el tirador había sido John, pero ninguna evidencia respaldaba la teoría. Desde entonces los dos hombres se habían mudado a Baker Street juntos, como compañeros de piso, aunque iba más allá de eso, desde entonces a dónde quiera que fuera Sherlock le seguía el Dr. Watson, que parecía ser su nuevo asistente forense. Bueno, Anderson, el asistente forense de Scotland Yard, y Sherlock jamás se habían llevado bien, tal vez era comprensible. Era solo que Lestrade simplemente no podía imaginar a alguien que pudiese pasar tanto tiempo con este "detective consultor" (como Sherlock se hacía llamar) sin enloquecer. Ya era difícil tratar con él un par de horas a la semana. Más que sorprendido, Lestrade estaba intrigado y sentía curiosidad. John siempre parecía preocupado por Sherlock, usualmente lo seguía a las escenas del crimen, se disculpaba con las personas con las que su amigo era grosero, las veces en que Lestrade había salido a cenar con ellos (usualmente para celebrar un caso bien hecho, a pesar de que Sherlock nunca estaba de acuerdo) siempre procuraba que comiese algo. Por otro lado, cada vez que lo veía John parecía tener una nueva novia, y a Sherlock no parecían agradarle mucho, de hecho, parecía esforzarse por espantarlas. Lestrade entre cerró los ojos, la verdad todo era un poco sospechoso. Recordó entonces el día en que había llegado de improviso a Baker Street por un caso y la Sra. Hudson le había abierto la puerta del 221B, adentro había encontrado a John y a Sherlock frente a frente mirándose a los ojos. Recordó la leve intensidad en sus miradas, y como al darse cuenta de que él y la Sra. Hudson habían entrado se habían apartado el uno del otro, notablemente incómodos. Lestrade abrió sus ojos sorprendido, ¿realmente estaba pensando lo que estaba pensando? No podía ser, bueno, jamás había conocido a ninguna novia de Sherlock (si las había tenido) pero suponer eso era un poco absurdo. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo crucial: Sherlock a veces se esforzaba por ser amable con John, no era todo el tiempo, pero de vez en cuando ocurría. Se esforzaba por ser amable. Sherlock. Amable.

No, no, eso no podía ser. Pero Lestrade sintió un tic en su labio y formó una media sonrisa, cuando como si el universo intentara contradecirlo, al Dr. Watson se le cayó su bolígrafo al suelo (tenía la costumbre de anotar todo lo referente a los casos) y Sherlock lo recogió por él. Al dárselo, sonrió levemente, y ambos se miraron fijamente por un segundo, como aquella vez en el apartamento, después voltearon a cualquier otro lado; de pronto parecían muy interesados en lo que les decía Lestrade. Pero a Lestrade no le importaba lo que el mismo decía, se encontraba un poco incómodo, no sabía porque de pronto sentía como si estuviera demás en su propia oficina. Tal vez solo se hacía ideas locas, veía cosas donde no estaban. Terminó su historia, esperando la respuesta de Sherlock, quién había empezado a mirar por la ventana.

"No pierdas tu tiempo buscando el cadáver en la casa," dijo, "no lo vas a encontrar." Allí venía, hora de presumir. "Si lo que dices es cierto lo más probable es que este oculto detrás de la casa, río abajo al sur de la carretera que bordea el bosque. Con su fuerza no podría arrastrar el cadáver de un hombre ella sola, seguramente lo dejó caer al agua para que se lo llevara la corriente del río (que como sabemos, termina muy cerca de la carretera de la que hablaba). Probablemente no saques mucho del cuerpo, ha estado en el agua por una semana al menos, estará húmedo y se habrán borrado muchas pistas. Mejor búscala a ella o a algún amante, podría haberle contado su plan, así son ese tipo de mujeres. Si es así hasta tienes un testimonio. Allí está tu caso, ahora adiós."

Como había esperado: menos de quince minutos. Sherlock se levantó de su asiento y empezó a caminar hacía la puerta. "Vámonos, John."

"Espera, Sherlock" llamó el Inspector, odiándose un poco por engrandecer el ego de Holmes. "¿Ella?"

"Por supuesto, fue su esposa," dijo Sherlock frunciendo el ceño, como si fuera lo más obvio del mundo. "Cliché. Aburrido. Adiós. Ven, John." El doctor se levantó de su asiento, mirando a Lestrade y después a su amigo. Al parecer aún después de un par de semanas con Sherlock Holmes seguía sorprendido por su capacidad de deducción; pero bueno, al menos ya no estaba todo el tiempo susurrando brillante, sorpréndete, increíble, cuando Sherlock lo hacía. Ambos hombres caminaron hacía la puerta y Lestrade tomó su teléfono para decirle a sus detectives en donde buscar. Normalmente no contradecía a Sherlock o preguntaba demás, cuando lo hacía solía equivocarse. "John, estás olvidando tu bolígrafo," mencionó, poniendo una mano en el auricular del teléfono antes de que el doctor se fuera.

"Oh, gracias" dijo John sonriendo ligeramente y tomando el bolígrafo de su asiento, pero inmediatamente borró su sonrisa. "Oh, genial," murmuró viendo la gran mancha en su mano. Al caerse, la fuente del bolígrafo se había roto sin que John se diese cuenta y ahora goteaba tinta negra. Lestrade estuvo a punto de pasarle algo para limpiarse, pero al parecer no era muy necesario.

Sherlock, casi inmediatamente dio un paso hacía John frunciendo el ceño. "Hoy has estado muy torpe, John. Eso no es bueno para el ayudante de un detective" dijo con tono amargado. Tomó la muñeca de John y sacó un pañuelo del bolsillo de su abrigo. Lo pasó por la mancha de tinta, casi con cuidado. Lestrade miró a los dos hombres con ojos sospechosos, ¿podría ser? "Am, sí, tal vez tengas razón…" murmuró John, tal vez incómodo. Cuando solo quedaba tinta seca, Sherlock soltó la muñeca de John y le dejó quedarse el pañuelo. "Voy a adelantarme, John. Pregúntale a Lestrade lo que quieras para tu pequeño blog" sentenció dando un paso hacía la puerta, no le gustaba perder el tiempo y eso era lo que estaba haciendo allí. Lestrade parpadeó, "¿Tienes un blog, John?"

"Am, si, bueno. Algo así," confesó el doctor. "Idea de mi terapeuta…"

"Oh" murmuró Lestrade. Había olvidado que John acababa de volver de Afganistán. Apenas recordaba que al conocerlo el doctor aún tenía problemas con su pierna. Psicosomático, o algo así. "¿Y quieres escribir sobre el caso?"

"Am, si, la verdad creo los casos de Sherlock son lo único interesante que puedo contar…" confesó John, parecía un poco inseguro aún con toda la idea del blog. Lestrade comprendió perfectamente. Le dejó hacerle algunas preguntas sobre el caso, fechas, personas, lugares. Lo típico. No tardaron más de cinco minutos, aunque Sherlock ya había empezado a gritar desde el pasillo, impaciente. John estaba a punto de irse, cuando el Inspector lo detuvo.

"John, ¿puedo preguntarte algo?" dijo.

"Claro, ¿qué pasa?" preguntó. "¿Es de nuevo sobre el taxista? Sabes que te lo conté todo."

"No, no, no es eso" rió Lestrade. "Bueno, la verdad es algo sin importancia, una pregunta tonta, am, que me llevo haciendo un tiempo." El Inspector tenía una sonrisa estúpida en la cara, John lo notó. Tal vez se estaba arrepintiendo de en serio preguntar.

"¡John, apresúrate! ¡Quiero ir a casa!" exclamó Sherlock desde el pasillo. Sally Donovan, mientras mascaba un chicle, puso los ojos en blanco desde su asiento en la computadora. Sherlock a veces era insoportable. Los dos hombres trataron de ignorarlo.

"¿Qué cosa?" dijo Watson, encogiéndose de hombros. Lestrade miró la mano manchada de tinta de John y después a John. "Bueno, has estado viviendo con Sherlock un tiempo y…, bueno, parecen llevarse bien, a pesar de todo" (a pesar de todo era más bien a pesar de que Sherlock es como es).

"Ajá" dijo John, sin entender a que venía eso. "Y bueno, yo, Sherlock nunca ha tenido una novia en todos los años que lo conozco y bueno. Tú y él… ¿ustedes son…?" Lestrade hizo una mueca parecida a una sonrisa. John parpadeó, empezando a comprender la pregunta, después imitó a Lestrade, haciendo algo parecido a una sonrisa, y después pareció molestarse. "¿Por qué es que la gente piensa que…dos hombres no pueden ser amigos y compartir un piso sin pensar eso?" preguntó. "Y no, no lo somos. No. Soy. Gay. ¡Es la tercera vez esta semana que me preguntan eso!"

"Tranquilo, John," dijo Lestrade, mordiéndose la lengua. Tal vez no había sido buena idea preguntar. "Era solo una pregunta." John suspiró. "Si, si, tienes, razón."

"¡John!" exclamó la voz de nuevo en el pasillo. El doctor cerró sus ojos con paciencia. "Creo que debo irme," dijo, "si no tal vez explote o algo." Se despidió de Lestrade y caminó rápidamente hacia afuera, solo para hacer que Sherlock parase de gritar. Lestrade se quedó en su escritorio, mirándolo irse, entrecerrando sus ojos. Esos dos eran algo, no importaba que John lo negase.

"No te sientas mal, Greg," dijo Sally Donovan entrando a la oficina. Era de las únicas personas que llamaban a Lestrade por su nombre de pila. "Tal vez es pronto para decirlo" dejó caer un expediente de un caso frente al Inspector, "pero lo de esos dos es meramente platónico," sonrió para luego volver a su puesto (en donde, por cierto, murmuró sobre la mala suerte de John, que parecía buen tipo, envuelto con aquel lunático). El Inspector Lestrade pareció pensarlo un momento: meramente platónico. Y pareció estar de acuerdo con Sally. "Tal vez tengas razón," le dijo, fuerte pare que oyera. Rió y volvió a darle un sorbo a su café. meramente platónico.


Y ese fue el final :) (lo que es obvio ._.)

Me gustó mucho contar todo a través de Lestrade, no sé, me gusta es un tipo adorable, simplemente no puedes odiarlo xd. Bueno, este apenas fue el principio, John lleva viviendo muy poco en Baker Street y este bromance solo acaba de comenzar xd. Pondré el siguiente pronto, creo, estoy de vacaciones c:

No estoy segura de si las personalidades de todos los personajes estaban bien, creanlo o no, me costó más John que Sherlock, no se porque xd. De nuevo, es mi primera vez en este fandom, (y no será la última tampoco, johnlock es mi otp, no me averguenzo ;-;) y soy un poco inexperta :s

Hasta la próxima actualización :D comenten, no sean malos, no sean tacaños con los reviews hacen feliz a la gente 3 3