Hola, bienvenidos a este nuevo fic.

ADEVERTENCIAS
1. Por obvias razones ninguno de los personajes aqui mencionados me pertenecen, todos son de Disney y Pixar.
2. No soy muy romantica al escribir historias, asi que no esperen un yuri muy alto :P (De hecho, muy, muy bajo ¬¬)

Solo puedo decir, disfruten la historia y cualquier queja para eso estan los revews y asi me tiren todos los tomates que puedan :D


Capitulo 1

-¡Anna cuidado! –La reina creo una muralla de hielo frente a su hermana, dándole el tiempo necesario para huir del gigante de hielo.

-¿Elsa estas segura que no puedes derretirlo? –Pregunto su hermana quien llegaba corriendo a su lado.

-Ya lo intente. Esa creatura no es mía.

-¿Entonces de quién es? –pregunto Kristoff mientras observaba como la creatura corría hacia ellos -¡CUIDADO!

Antes de que el coloso los alcanzara una extraña flecha quedo incrustado en el hombro de la creatura. Una pequeña cuerda en él se quemaba rápidamente avanzando hasta la punta de la flecha, al finalizar exploto arrancándole un brazo. Cuando se volteó hacia donde esa flecha había salido tres más se incrustaron en su cuerpo, haciéndolo explotar por completo y cubriendo de nieve a Anna y Kristoff; la reina, por supuesto, disperso la nieve antes que callera sobre ella.

-¡Elsa! –Le reprocho la menor

-Lo siento Anna –Con un movimiento elegante de la mano derritió toda la nieve sobre los dos.

-Gracias –Dijo el rubio sin mucho ánimo.

Todos miraron hacia el lugar donde provenían las flechas y para su sorpresa divisaron un grupo de guerreros completamente cubiertos en pieles y nieve producto de la ventisca, montados en corceles y cargando una carreta cubierta. Uno de los guerreros estaba al frente de todos, se acercó montado en su caballo negro; los apuntaba con una flecha, específicamente, apuntaba a la reina.

-¿Quiénes son ustedes? –Pregunto una voz gruesa y apenas entendible por la cantidad de pieles que le cubrían la totalidad del rostro, excepto sus ojos azules que veían fijamente a Elsa.

Con mucha elegancia, característica de la reina, se acercó lentamente sin quitar la vista a ese par de ojos azules que le atravesaban el alma con la mirada. Si era temor a esos irises o no, no lo sabía, pero su corazón latía con fuerza ante abrumadora aura de aquel guerrero. –Soy Elsa –Hizo una pausa, pensando si lo siguiente era correcto decirlo o no, pero tomo un respiro profundo– Reina de Arendelle. –Dijo en un tono de seguridad y casi soberbio.

-¡La bruja del invierno! –Grito uno de los guerreros al mismo tiempo que todos levantaban sus arcos en dirección a ella -¡Es ella quien ataca nuestro reino! –Grito otro, junto con otras acusaciones hacia ella –Este invierno es culpa de ella –Seguían las acusaciones – ¡Quiere invadir nuestras tierras!

-¡Que! ¡NO! Eso no es cierto, mi hermana no es causante de todo esto –Grito Anna intentando detener el pánico que aumentaba entre los hombres.

-Es cierto, estamos aquí para detener esto –Secundo Kristoff

-¡Silencio! – Sentencio el guerrero sin apartar la vista de la reina ni bajar su arco. Los demás acataron inmediatamente su orden y callaron, demostrando un gran poder de liderazgo en sus hombres. –Nuestras tierras ha sido atacados por estos gigantes de hielo ¿Cómo no pensar que es hechicería de la Bruja del invierno?

-Nuestras tierras también han sido atacadas por estos colosos. ¿Cómo podría yo atacar a mi propia gente? –Se excusó Elsa imponiendo su presencia como Reina, pero dentro de ella estaba preocupada por la situación y su temor logro aumentar levemente la ventisca, agitando los corceles y a los hombres que apuntaban hacia ella.

-¡Eres la reina que sepulto a su pueblo en nieve! ¿Por qué no lo harías? –Grito nuevamente uno de los soldados al atemorizarse por los extraños poderes de Elsa.

-¡No! Fue un accidente –Dijo con desesperación, su intento por permanecer tranquila se había quebrantado. Recordar todo el daño que provoco y pudo haber hecho la lastimaba. Pensar en perder nuevamente el control la aterraba y hacia que una parte muy dentro de ella dudara que todo lo que está pasando no fuese su culpa.

La ventisca empezó a correr con más fuerza causando que los caballos se agitaran. Por accidente uno de los guerreros soltó una de las flechas disparándola erradamente hacia Elsa. Esta reacciono enviando un estallido gélido hacia los soldados. Kristoff aprovechó la distracción para tomar a las chicas y huir en el trineo tirado por Sven. Tras esquivar una pequeña lluvia de flechas que unos pocos lograron lanzar llegaron a un bosque completamente blanco, donde fueron golpeados sorpresivamente por una ola de nieve que los tiro del vehículo.

-¡Elsa! –Grito Anna al ver a su hermana a punto de ser aplastada por otro gigante de nieve.

El coloso levanto sus manos dando otro golpe al suelo, que levanto una ola de nieve que nublo la visión de Anna y Kristoff. Antes que se disipara toda la niebla, tres explosiones se escucharon fuertemente lanzando a ambos al suelo. Al ver nuevamente lo que sucedía, el coloso caída desecho por las mismas flechas que habían destruido al anterior.

-¡ELSA! –Volvo a llamar Anna, aterrada por lo que le pudo haber pasado.

-Anna, por allá –Le dijo Kristoff señalando a unos cuantos metros de donde se encontraba el monstruo blanco. Anna miro un par de figuras sobre un caballo, era Elsa sostenida en brazos del guerrero ojiazul; quien la había salvado de ser aplastada.

Mientras la reina se bajaba lenta y grácil del enorme caballo los demás guerreros llegaron y nuevamente apuntaron sus armas hacia ella –Se encuentra bien princesa. –Dijo uno de los soldados.

-¿Princesa? –Dijo Elsa impresionada mientras miraba a su salvador

Con un acto brusco quito las pieles que cubrían su rostro, revelando una frondosa y salvaje melena pelirroja. –Princesa Mérida de Dunbrogh. –Nuevamente dirigió su penetrante mirada hacia Elsa por unos segundos para luego dirigirla hacia sus hombres –Bajen las armas. Está claro que ell… -Hizo una pausa recordando las enseñanzas de protocolo de su madre, lo que la hizo gruñir en su interior -su majestad no es culpable de esto.

-Pero ¿Qué está diciendo princesa? Todo es obra de la bruja –Replico uno de los soldados.

-Dudo mucho que una bruja se ataque a ella misma buscando morir –Bajo de Angus enérgicamente, sacudió la escarcha que tenía producto del contacto con la reina. La miró de reojo; algo en ella la hacía sentir incomoda.

-¡Elsa! –Corrió Anna hacia ella y la abrazó fuertemente. –Pensé que…

-Estoy bien Anna –Dijo con vos reconfortante mientras devolvía el abrazo. Miro a Mérida y sonrió con calidez –Gracias.

Mérida sintió un pequeño sonrojo en sus mejillas –N-no te preocupes. –Contesto apartando bruscamente la mirada. Había visto a la reina actuar de manera fría, hasta ahora "¿Quién diría que podía tener tal calidez?" pensó.

-Bien, ahora que sabemos que todos estamos tras el mismo misterio ¿Por qué no nos unimos para averiguar quién está enviando estos monstruos de nieve a ambos reinos? –Dijo Kristoff llegando a la escena junto con Sven.

-He de suponer que ustedes también iban hacia la montaña nevada –Comento Mérida mientras observaba la cima del empinado monte, de donde venía el gélido aire y una extraña tormenta de nieve había aparecido hace unos meses atrás.

-También notamos ese extraño clima en la montaña y como ya hemos visto, puede que de ahí vengan los gigantes –Dijo Kristoff acompañando la mirada hacia el insólito paisaje.

-¿Ya han visto? –Interrogo Mérida, sospechando en el significado de esas palabras.

-Es-es decir, cuando su majestad ACCIDENTALMENTE des-descontrolo el clima –Intentaba justificar el joven nerviosamente.

Mérida solo lo miro con fastidio y se dirigió a sus hombres –Macitosh, dile a un par de tus hombres que regresen al castillo y le informe a mis padres lo que sucede, iremos a averiguar que sucede en esa montaña –Hablaba la pelirroja a un chico alto de cabello negro.

-Pero princesa, la Reina nos envió a averiguar si Arendelle nos atacaba, no estamos armados en caso de encontrar un ejército de gigantes –Dijo el joven preocupado –Además –Dijo más preocupado aun –Dudo que la reina le permita ir a un lugar peligroso –Esto último lo dijo en vos baja.

Mérida tomo al chico de la cabellera y coloco su cabeza a la altura de ella para poder hablar entre ellos –Ya lo sé, mi madre me matará con sus manos antes de permitirme ir a un lugar peligroso, pero – Miro hacia las Arendelle –No puedo acobardarme teniendo un grupo de guerreros a mi mando mientras ellas van solo con un chico y un reno. –Efectivamente el orgullo de Mérida era el que hablaba. –Además, parece buena oportunidad para unir lazos con La Bruja Invernal, ¿no? –Ambos compartieron una risa de complicidad.

Si bien a Mérida no le importaba las relaciones diplomáticas, si era una buena excusa para lanzarse a una nueva aventura. Además recordó una conversación que tuvo con los jefes de las tribus y sus padres. Después de los rumores sobre la reina de Arendelle, muchos reinos le tenían mucho temor y Dunbrogh no era la excepción a pesar de ser militarmente más poderosos. Una de las estrategias a seguir era aliarse a la reina y evitar conflictos con una bruja. Sin embargo poco tiempo después las criaturas de hielo empezaron a atacar. Temiendo que Arendelle había empezado por algún movimiento de conquista y después de suplicar mucho a su madre, Mérida emprendió un viaje junto con los hijos de los jefes de las tribus para averiguar lo que estaba pasando.

El chico se irguió y ondeo su melena; luego miro a Anna y le guiño un ojo coquetamente. Lo que provocó la molestia de Kristoff –Como diga princesa –Camino hacia dos hombres y les dio las indicaciones para que regresaran a informar a los reyes.

-Le agradezco la ayuda princesa –Dijo Elsa con gratitud –Pero no es necesario que nos acompañe –Agrego nuevamente con ese tono frio característico de ella.

-¡¿Qué?! –Mérida estaba completamente sorprendida por las palabras de la reina

-¡Espera Elsa! –Le dijo Anna al oído –Es muy peligroso como para ir solo nosotros tres. Su ayuda nos vendría bien.

-No estoy dispuesta a poner más vidas en riesgo por esto, suficiente permito que tú y Kristoff me acompañen. –Decía Elsa con tono autoritario, sin embargo el aumento en la ventisca hacía notar su preocupación.

-Pero… -Intento razonar Anna.

-¡No me importa en lo absoluto si quieres que te acompañe o no! –Contesto Mérida evidentemente molesta por la actitud de Elsa. –De todas formas iremos a averiguar que sucede en la montaña –Se acercó intimidante hacia la Reina y utilizo toda la arrogancia que pudo –Ustedes son los que deben decidir si ir con nosotros o no. –Luego dio media vuelta y se dirigió hacia su caballo.

Elsa y Anna no podía creer la actitud tan salvaje de la princesa, es más, cuando supieron que lo era, no lo creyeron. ¿Desde cuándo las princesas comandan ejércitos y lanzan flechas? Elsa en especial estaba impresionada, ya que en todos, incluso en Anna, podía ver el temor en sus ojos cuando estaban con ella; pero en Mérida jamás vio ese temor, de hecho era al contrario, Elsa le temía a la mirada de la princesa de Dunbrogh.

Mérida subió en Angus y dirigió esa mirada que hacia incomodar a la reina –Les recomiendo que nos sigan, pero queda a su decisión –Tomo las riendas y empezó a avanzar lentamente junto con los demás guerreros.

Elsa solo suspiro –De que sirve ser reina si nadie te escucha –y resignada subió al trineo junto con Anna quien estaba emocionada y Kristoff quien estaba sorprendido por lo sucedido.

Rápidamente se posicionaron junto a Mérida –Nos conviene ir con ustedes, ya que no piensan devolverse –Comento Kristoff

Mérida sonrió altivamente ante su logro –Me parece bien. –Elsa solo suspiro en resignación, definitivamente la actitud infantil de Mérida le molestaba mucho.

Mérida por su parte la observo nuevamente de reojo, algo en ella le molestaba mucho; tal vez era desconfianza, pero sabía que ella no era la culpable de estos acontecimientos. Tal vez se debía al su temperamento ya que el poco tiempo que llevaba de conocerla había notado que a su alrededor la temperatura cambiaba dependiendo de su estado de ánimo. Temía al poco control de la reina, aunque, ¿era temor?, si de algo Mérida estaba segura era de su valentía ante los peligros, así que una reina descontrolada no iba a ser gran problema. Con lo buena arquera que es, seguramente clavaria una flecha en su frente antes que congelara algo, entonces ¿Qué era ese horrible sentimiento? "Es arrogante" pensó "orgullosa y siempre esta tan…tan… ¡ni siquiera se despeina con todo esto!" Se decía en la mente, realmente ¿Qué era lo que le molestaba? "Me recuerda a mi madre" Ese pensamiento fue casi revelador, ese era su molestia, o eso es lo que ella pensaba. Por eso le molestaba mucho, le recordaba a su madre y aunque ella la amaba, tal tipo de persona le sacaba de sus cabales. "¡Por los espíritus! Me toca ir de viaje con mi madre" Pensó desganadamente.


Ay por Odin! no sé cuanta espectativas cree con este capitulo xD solo espero que no se desepcionen luego n.n'. Espero que lo hayan disfrutado y no se olviden de comentar para ayudarme a mejorar XP