Not So Yaoi.

.

.

.

*Los amores imposibles, serán siempre los más románticos.

.

.

Quién podría culparme ? Si tan sólo lo conocieran, entenderían el por qué de lo que hice. Me enamoré de él desde el primer instante, de su forma de ser, de su mirar tan indiferente, de esa amabilidad que intentaba esconder. Su espíritu fue lo que más me cautivó, su esencia, su fortaleza, todo en él era simplemente...perfecto. Bueno, casi todo, pero sus...incompatibilidades, por decirles de algún modo, no las descubrí sino tiempo después. Nuestra relación hubiera sido hermosa, si en algún lugar de su mente hubiese notado mi existencia, claro. Una mañana estaba llegando tarde a mi primer día de clases en la Universidad, y debido a mi torpeza, tropecé cayendo al piso, pero ahí estaba ese extraño ejemplar de belleza, hermoso como pocos, extendiendo su mano para ayudarme. Es hoy en día que aún no encuentro palabras para describir los sentimientos que invadieron mi mente al rozar su piel. Me levantó quedando así enfrentados, "estás bien ?", fueron sus primeras palabras para conmigo. Pero yo no pude contestar, estaba sin habla, así que me limité a mover mi cabeza de forma ascendente y descendente, mi rostro estaba invadido por un delator color carmesí. Dí gracias a Kamisama que sus ojos no estuviesen dirigidos a mis mejillas, como bien dije, era demasiado indiferente como para tener ese tipo de contacto tan directo, y mucho menos conmigo, después supe el motivo.

Permítanme presentarme como es debido, así podré contar mi historia desde el comienzo.

Mi nombre es Tendo Akane. Actualmente tengo 24 años de edad. Nací en la ciudad de Nerima. Mi familia está compuesta por mi padre, Soun Tendo, mi hermana mayor, Nabiki Tendo, y la mayor de todas, Kasumi Tendo. Mi madre, Ikkiko, falleció pocos años después de mi nacimiento. Somos propietarios de un Dojo, en el que solía impartir clases a alumnos de hasta 20 años de edad. Eso ahora forma parte de mi pasado, ya que cuando cumplí 18 años decidí inscribirme en la Universidad de Okayama para estudiar Ciencias. Siempre fui algo nerd, me gusta estudiar, soy una persona responsable y por sobre todo amo aprender cosas nuevas. Soy de quienes creen que en la variedad está el gusto.

Si diez años atrás me hubiesen dicho que pasaría por todas las cosas que voy a contarles, probablemente hubiera pensado que se trataba de una broma.

Viernes 1 de Febrero, día de mi mudanza a Okayama. Era la primera vez que viviría sola, sin mi padre o mis hermanas. El departamento no era muy amplio, pero sí bonito. Si de algo me sirvió dar clases de Kempo durante dos años en el Dojo, fue para reunir la suficiente cantidad de dinero para costear tanto mis gastos universitarios como los básicos para vivir, pero sabía que ese dinero no duraría para siempre. Debía conseguir un trabajo. Llegué y desempaqué rápidamente. Mi guardarropas no era extenso, llevaba conmigo lo esencial, productos de higiene, algo de ropa, dinero y por supuesto, mis libros. Amo leer, es mi fascinación. Desde pequeña, mi hermana Nabiki se encargó de propinarme los textos adecuados para mi edad, desde entonces no hubo día de mi vida que no leyera.

La ciudad resultó más tranquila de lo que suponía. Nerima era un lugar muy calmado, pensé que un cambio tan drástico iba a ser algo negativo, pero me acostumbré fácil. Ese fin de semana me la pasé limpiando el que sería mi hogar por 6 años al menos, lo que duraría mi carrera. Llegada la noche del domingo, decidí acostarme temprano para no mostrar una mala presencia al día siguiente en la Universidad. Para mi desgracia, mi despertador no sonó, pero mi reloj biológico se encargó de despertarme, aún así ya era tarde. Salí a los apurones, con la vestimenta del día anterior, mi largo cabello alborotado y mis pulsaciones al máximo. Una hora de retraso. Por apurarme me resbalé en la entrada, ese comienzo significaba algo, problemas. Levanté mi mirada del suelo para toparme con una masculina mano que llegaba casi a tocar mi frente.

"Estás bien ?", llegué a escuchar. Mis ojos ahora dejaron de mirar esos finos dedos para recorrer el brazo, y así llegar hasta ese rostro. El más hermoso que vi jamás. Quijada ligeramente cuadrada, delgados labios con un tono pálido, nariz sugerentemente respingada, y unos ojos color tormenta que inundaron mi alma. Esa glacial pero extrañamente cálida mirada, estaba cercada por unos juguetones mechones negros, los que acababan en una trenza perfectamente bien amarrada.

No le respondí, sólo asentí exageradamente, creo que pudo escuchar mi corazón latir desde su posición de caballero en armadura. Nunca me había enamorado, hasta ese día, tenía razón después de todo, iba a tener problemas. Supuse que sería 3 años mayor que yo. Después lo confirmé, estaba en su tercer año de carrera, no sabía mucho de él, era muy reservado.

A la semana de comenzar las clases, había hecho amistad con dos chicas muy simpáticas. Sus nombres eran Yuca y Sahori. Ellas hablaban de todo tipo de cosas, desde las más triviales, hasta de política y arte. Me encariñé rápido, eran buenas chicas. Una mañana estábamos en la cafetería de la Uni, cuando lo vi. Había pasado una semana sin verlo. Codeé a mis nuevas amigas y sutilmente señalé la figura de ese joven encantador que tan loca me traía. Ambas giraron sin disimulo alguno, cosa que me molestó, y volvieron rápido para quedar en la posición anterior y sonrieron con connivencia.

-De qué tanto se ríen ?- Pregunté algo indignada. Es que no les parecía atractivo ? O tal vez tenía novia. O tal vez era un playboy. Que estaba fuera de mi alcance...eso ya lo sabía, pero reírse en mi cara por ello, me resultaba simplemente tedioso.

-Akane.- Yuca fue quien decidió hablar.-Créeme, ése chico no es para ti. No pierdas tu tiempo, desde ya te lo advierto.- Su tono parecía amigable, pero estaba siendo un tanto severa con esas palabras, por qué ?!

-Sí, Kane.- "Kane", así había decidido llamarme Sahori, me resultaba adorable esa chica.-No es por malas que te lo decimos, más bien tómalo como un consejo. Saldrás perjudicada si te enamoras de Ranma.

Ranma. Ranma, Ranma, Ranma. Ese nombre tan peculiar le pertenecía al dueño de mí corazón ? Pero si le iba a la perfección ! Claro que ése era su nombre ! No hubiese esperado menos que algo así ! Tan varonil, tan cálido, tan...él.

-Ranma ?- Pregunté fingiendo poco interés.

-Saotome Ranma.- Yuca se incorporó en su silla quedando perfectamente bien sentada, su espalda yacía recta en un perfecto ángulo de 90 grados, como si tratase de imitar a un robot, su cara se había convertido en una graciosa mueca seria, con el fin de actuar como ese inalcanzable caballo salvaje.-21 años de edad. Ayudante principal del rector. Lector VIP de la biblioteca universitaria. Sabe inglés, alemán y chino. Deportista por excelencia. Experto en el campo de las artes marciales. Y ! 3 años seguidos coronado Rey del Cinismo y la Egolatría.- Terminado su monólogo de descripción, dio un largo suspiro luego de haber inhalado una gran cantidad de oxígeno. Sahori y yo reímos notoriamente. Pero, después de la risa, vinieron las preguntas. Había algo de todo lo mencionado por Yuca que me llamó la atención. Dos cosas, para ser exacta.

-Artes marciales ?

-Así es, Akane ! Es el mejor en vale todo ! Nadie lo supera !

-Verdad, verdad. Ha ganado múltiples trofeos por participar en torneos de vale todo. Es sin dudas el mejor.- Agregó Yuca.

Vaya, con razón su cuerpo lucía tan exquisito. Lo que me extrañó fue notar que su rostro carecía de golpes, moretones o rasguños. Seguro era sumamente cuidadoso. La otra cosa que me encantó fue eso de ser un lector VIP.

-Sabía de la biblioteca, pero nunca me molesté en averiguar dónde estaba, ahora que me pongo a pensar...- Comenté en voz alta con mi grupo.

-Te llevaremos !- Dijeron al unísono.

Nunca esperé que se tratase de un lugar tan grande. Era muy acogedor a pesar del toque moderno que lo ambientaba. Una larga hilera de enormes ventanales, y enfrentadas a estos, rectangulares mesas que no cabían más de seis personas en ellas. En total habría veinte mesas, y casi el doble de ventanales. El otro apartado, que estaba muy junto a decir verdad, estaba repleto de muros con repisas en los que se encontraban libros de todo tipo. Ciencia ficción, romance, terror, suspenso, historia, poesía, psicología, etc. Había gustos para todos. Quedé encantada.

Desde esa visita guiada, que la biblioteca se convirtió en mi santuario. Pasaba casi todas las tardes en aquel lugar. Era tranquilo, hermoso, interesante. Cuando podía me quedaba alrededor de 3 horas. A veces estudiaba para los exámenes futuros, otras hacía mis deberes, y de vez en cuando iba tan sólo para leer algún libro por gusto propio. Pero había un motivo inamovible por el que dedicaba mi tiempo sentada en esas sillas, Senpai Saotome. Senpai Saotome iba todas las tardes de 14:00 a 18:00 hs, a veces se quedaba hasta el horario de cierre, ya que le confiaban la llave por ser amigo del bibliotecario y por supuesto, ayudante del rector. Siempre estaban juntos, de hecho, noté que Senpai Saotome no tenía muchos amigos. Yahitsua Touma era el único que conocía, a decir verdad. Seguramente se habían conocido gracias a la biblioteca. Touma era un buen empleado, a veces me recomendaba libros, pero eso lo hacía con todos los alumnos. Aunque con Ranma tenía otro trato, uno muy íntimo.

Una mañana estaba arreglando mi coleta en el baño, cuando entraron dos compañeras, a penas sí sabía sus nombres, y el trato era casi nulo. Una de ellas parecía ser bastante agradable, sin embargo la otra, a juzgar por su semblante, cualquiera hubiese notado que era algo manipuladora, por no decir arpía. Ambas carecían de imperfectos físicos, Afrodita las había tocado, dado que su belleza era bastante descomunal. Kuonji Ukyo era una bellísima morena de ojos azules, pero la que en verdad sobresalía de manera exuberante, era Sian Pu. Su mirada tenía un llamativo e inigualable color vino, y su melena era una mezcla de púrpura y azul. Me sentía intimidada por esta última, llevaba consigo una personalidad avasallante. Cualquier chico moriría por alguien como ella, sin dudas. Algo de su charla logró captar mi atención. Las dos iban a segundo año, parecía que hablaban de una clase en particular, algo que realmente no me interesaba, hasta que oí ése nombre.

-Linda, creo que es hora de que te rindas. Ranma ya te ha rechazado múltiples veces.

-Puedes creerlo ? Tengo a toda esa pila de babosos haciendo fila por una insignificante salida conmigo, y el único que me interesa, no me acepta.

Vi que la china delineaba sus delicados labios con un labial rosado mientras le respondía a su amiga. Senpai Saotome rechazaba a Sian Pu ? Ok, era mi fin entonces. Si a un sujeto como Ranma no le gustaba una belleza como Sian Pu, podía descartar algún tipo de futuro juntos. No que yo fuera fea, de hecho, tanto en la primaria como en el secundario debía rechazar a una cantidad ridícula de pretendientes. Mi problema no eran mis dotes físicos, solamente que no los sacaba a relucir como cualquier chica de mi edad lo hacía. Era tímida, me ponía nerviosa si un chico me hablaba, Torpeza era mi segundo nombre, y para colmo, me vestía como una monja. Nadie en su sano juicio podría encontrarme atractiva. Y menos Senpai Saotome. Sólo de recordar nuestro primer encuentro me empieza a doler el estómago. Yo estaba vestida como una pordiosera, mal peinada, y despatarrada en el suelo, a quién quería engañar ? Nunca tuve oportunidad con nadie que me gustase, por qué la iba a tener con él ?

Salí del baño sintiéndome mal. Noté en mi reloj que era horario de clases, pero no me sentía con ánimos de ir. Tampoco me estaba perdiendo de mucho, Anatomía era una materia que dominaba fácilmente, así que decidí saltarme esa clase e ir a la biblioteca, aprovecharía que Senpai Saotome no estaba a la mañana y leería mis libros prestados para a la tarde no tener que ir y verlo, no quería, me sentía muy desanimada. Como mi suerte es una de las más burlonas y kármicas, no hice más que entrar a la biblioteca y ver algo que me dejó muda. Literalmente no abrí mi boca por varios días. La escena fue esperable, pero por otro lado me sorprendió. Supongo que en el fondo siempre supe la verdad, o al menos la verdad que yo creía saber.

Touma estaba por abrir, era temprano, nadie iba a esa hora por lo general. Supuse que mi visita iba a ser la primera del día, necesitaba de mis amigos los libros. Abrí la puerta aventurando el paso, logrando que dos figuras se separaran de lo que yo juré que había sido un beso. No un simple beso, un BESO. Un apasionado y sensual beso. Un beso que no se dan entre amigos. Un beso que sólo se le podría dar a una pareja. Senpai Saotome se quedó mirándome fijamente, mientras Touma se tapaba la mitad del rostro para cubrir su vergüenza. Me limité a amortiguar el paso hasta quedarme quieta. Me volteé por inercia y salí por donde entré, como si nada hubiese visto.

Creo que ése día escuché a mi corazón romperse. No por haber visto a Senpai Saotome besar a otra persona, sino por verlo besar a otro hombre. No soy homofóbica ni mucho menos, pero si Senpai se estaba besando con otro hombre, sólo significaba que no le atraían las mujeres, de ahí supe que jamás tendría la oportunidad de estar con él. También entendí por qué había rechazado a Sian Pu. Todo cerraba, las piezas encajaban a la perfección. Mi primer amor era totalmente inalcanzable. Genial.

Adentrándonos en Marzo, yo ya había conseguido trabajo de medio tiempo en una tienda de disfraces. La paga no era de lo mejor, pero me alcanzaba bien, no podía quejarme, me daba tiempo para leer y dormir al menos 5 horas, además la dueña del local era una muy agradable mujer. Los primeros exámenes se acercaban, y yo debía dedicar mi tiempo a estudiar, no más. Mis tardes en la biblioteca habían acabado, cabe destacar, y a Senpai Saotome no volví a verlo desde lo sucedido con Touma. Pero al estar con el dinero justo, no podía darme el lujo de comprar libros nuevos, y menos los libros de clases, que valían una fortuna. Por algo habían creado la biblioteca. Allí se encontraban cientos de ejemplares de cada libro universitario, por lo que no dejaba casi nunca a nadie sin material de estudio. Yo sabía que contaba con esa facilidad, pero allí estaba Touma, y no sólo él, sabía que si volvía me encontraría a Senpai. Mi horario laboral era de 14:00 a 20:00 hs, iba los lunes, miércoles y viernes, por lo que me dejaba los martes y jueves libres, así que decidí ir a la biblioteca en esos dos días. Tenía que volver, no tenía otra forma de estudiar sino.

Me extrañó ver que había un empleado nuevo. Después me enteré que Touma había renunciado porque había encontrado trabajo como editor en una revista cultural de renombre.

Era martes a la tarde y la biblioteca estaba vacía, si no hubiera sido por ese ladrón de suspiros. Me era difícil concentrarme con él leyendo como si nada. Poco a poco, semana tras semana, me acostumbré a su dolorosa presencia. Había pasado los primeros exámenes con notas muy altas. Estaba realmente feliz y orgullosa a pesar de mi desencanto amoroso. Senpai Ranma no saldría tan fácilmente de mi corazón, ya lo tenía muy claro, pero a pesar de todo, tenía esperanzas de olvidarlo algún día. Mas esas esperanzas fueron derrumbadas como cuando una bola de demolición derrumba a una pared. Esa tarde estaba particularmente concentrada leyendo a uno de mis autores favoritos, C. Bukowsky, hasta que decidí levantar mi mirada... Ahí estaba, esa tormenta de la que me enamoré el primer día que pisé este lugar, ese brillo tan peculiar y atractivo...mirándome fijamente. A mí. No a Touma. No a Sian Pu. A mí. Por inercia bajé rápidamente la vista y la concentré en vano en el libro que tenía en frente. Me llevó diez segundos subir nuevamente mi rostro para ver que seguían mirándome sin pudor alguno. Esta vez le mantuve la mirada y él la bajó de forma indiferente. Tal vez estaba demasiado ilusionada, era seguro que estaba mirando algo más, probablemente a alguna de las personas que pasaba atrás mío. Pero después pensé, y si estaba viendo algo en mi rostro ? Y si tenía alguna mancha ?! Oh por Kami ! Eso NO podía pasar ! Me levanté con una velocidad envidiable de mi asiento y le dejé el libro al nuevo bibliotecario. Prácticamente huí de allí para dirigirme al baño a chequear mi rostro en el espejo. Me aseguré de no tener nada raro y así salir de la Uni para ir hasta mi hogar. Cuánto me había pasado en el baño ? Si mi reloj no mentía, casi media hora. Estaba cruzando las puertas de salida y vi algo que creí no volver a ver. Touma y Ranma juntos. Esta vez no se estaban besando, pero sus espacios personales eran violados por el otro. Los miré irse juntos. Al parecer Touma lo había ido a buscar. Quería seguirlos, pero...y si me descubrían ? Sería lo peor, así que opté por ir a mi departamento. Descansaría, repasaría de mis apuntes para la clase del día siguiente y me dormiría para estar activa. Esa noche, nada de lo que esperaba hacer sucedió. A penas sí pude conciliar el sueño, pero eso no fue hasta las 3 am, luego de horas de quemarme el cerebro pensando en Senpai y Touma juntos.

Todo estaba oscuro, era raro porque juraba que ya era de día. Amagué a chequear la hora en mi celular y advertí que aún quedaba un buen rato para seguir descansando. Retomé mi lugar cuando esa voz me imploró volver a apoyarme en sus brazos. Lo obedecí y acurruqué mi cabeza en su cuello. Su fragancia tan seductora era como un somnífero, y su voz me calmaba. Besé su mejilla derecha y con mi mano corrí su trenza para tener más espacio a su hombro. Lo amaba, y lo mejor de todo...era que él me amaba a mí.

Nuevamente llegaba tarde por culpa de esos estúpidos sueños ! Ya se habían hecho costumbre a principio de año, estuve casi un mes sin soñarlos, pero me lo tenía que volver a encontrar ! Maldición, Saotome ! Corrí y segundos antes de que cerraran las puertas del aula, logré entrar. Me pregunté si hoy lo tórtolos se verían. Era raro que desee ver nuevamente esa escena ? Supongo que tenía una necesidad imperiosa en ver a Senpai, así sea en brazos de alguien más. Se había transformado en mi amor imposible y yo en su stalker personal. Me odiaba por ello, pero tenía que verlo. Era mi adicción, no importaba nada ya, yo ya me había resignado a tener su amor y de todos modos ahí estaba con esa actitud tan masoquista de querer verlo sin importarme que quien esté a su lado no sea yo. Esta vez había decidido seguirlos. Estaban platicando en la entrada luego de una cálida bienvenida por parte de Senpai. Vaya que lo quería ! Y vaya que yo parecía una pervertida ! Quien me hubiera visto diría que estaba loca, espiando a una pareja de dos hombres, suspirando por uno de ellos, torturándome por no poder conseguir que se fije en mí...era tan patética ? Tal vez. Se subieron al auto de Senpai Saotome. Yo estaba ocultando mi cara detrás de un libro, sentada en una banca, supuestamente esperando el autobús. Sutilmente corrí a mi amigo de tapa dura para tener una mejor vista. Por qué había hecho eso ?! Para luego arrepentirme, claro. Pero no podía hacer otra cosa que seguir mirando, era impulsiva y estaba enamorada, mala combinación. Para mayor desgracia, los vidrios eran polarizados, pero aún se distinguían dos figuras unidas por un beso. Supe que no tenía que mirar más, era demasiada tortura, inclusive para mí. Me fui a casa y traté de comer algo antes de salir para la tienda.

Era como si mi vida se hubiese vuelto aburrida, más de lo usual. Conocer alguien que te quita el aliento para después mentalizarse que NO te pertenece y que ni siquiera intercambia palabras para con uno, es lo peor. Senpai y Touma estaban saliendo y yo sentía que nada de lo que hiciera tendría un verdadero sentido.

Todo iba mal hasta que una tarde, como por arte de magia, un chico se me acercó. Por culpa de mi fascinación por Saotome y los libros, no había notado nunca a ese apuesto muchacho. Su nombre era Shinnosuke, era agradable, algo callado, pero así y todo se podía hablar con él. En poco tiempo nos hicimos muy amigos. Nuestro primer encuentro había sido en la cafetería, yo estaba tomando un café con Yuca y Sahori. Me había levantado para recoger más sobres de azúcar, cuando sentí que alguien me miraba fijamente. Mis instintos de artista marcial no me habían fallado nunca, así que decidí alzar mi cabeza para verlo a él. Un exageradamente guapo muchacho, considerablemente más grande que yo, y con unos ojos que nunca pude definir si eran azules o violetas. Se acercó a mí con familiaridad y extendió su mano como dándome algo. Abrí la mía para aceptar aquello, y cuando lo depositó en mi mano, noté que se trataba de un labial rojo. Lo miré confundida, nunca un chico me había obsequiado nada, menos uno tan hermoso como aquél. Me dijo "úsalo" y se fue rápidamente.

Sinceramente aquella escena fue una de las más extrañas que había presenciado. Mis amigas no habían advertido lo sucedido, y preferí no contarles, como tampoco les había contado lo de Saotome y Touma. Ese día tenía la tarde libre. Llegué al departamento y corrí a darme un baño. Había tardado más de lo normal, estaba tan relajada ahí dentro, sentí que el agua se había llevado consigo un problema. Finalizada mi larga ducha me enfrenté al espejo para mirarme por un largo rato. No sabía por qué, pero me veía más bonita. Llegué a pensar que era debido a ese extraño pero apuesto muchacho que había conocido en la cafetería, y ahí recordé el labial ! Fui a paso veloz hasta mi bolso y de allí saqué el pequeño envase con un rojo contenido cremoso. Coloqué bastante en mis labios y me percaté de que ninguna mancha sobresalga del contorno. Aunque nunca me maquillaba, sabía colocarme un poco de labial. Me observé detenidamente en el espejo. Había algo que todavía faltaba...pero ya era suficiente por ese día.

A la mañana siguiente, decidí usar nuevamente ese tono carmesí en mis labios. No recibí mucha atención. a quién quería engañar ? Mi semblante dejaba mucho que desear. Vi al muchacho del día anterior en los pasillos y decidí acercarme a él. No sé de dónde había sacado esa repentina confianza. Lo saludé respetuosamente y él respondió del mismo modo. Notó mi maquillaje, regalo de él, y le agradecí por tan generoso gesto. Desde ese día nos convertimos en dos personas inseparables. Éramos buenos amigos de la mañana a la noche. Solía aconsejarme con respecto a mí apariencia y yo le hacía caso.

A Senpai Saotome lo cruzaba casi todos los días, y no sólo en la biblioteca ahora, sino en la cafetería, por los pasillos, a la salida, hasta pude jurar que una vez lo vi espiando desde el corredor por una ventana que daba a mi aula. Y lo raro era que me miraba a mí. Tuve miedo al pensar que tal vez estaba enojado conmigo, que muy probablemente se había dado cuenta de cómo lo seguía y eso lo había enfurecido. Pero yo ya había dejado de hacerlo. Ahora tenía una figura masculina a mi lado, que si bien era sólo mi amigo, me ayudaba mucho a olvidar a Senpai Saotome.

Una noche de las tantas que Shinnosuke se quedaba en mi apartamento a dormir, decidimos quedarnos despiertos hasta tarde, total al día siguiente era sábado. Miramos una película de esas de terror que parecen más bien cómicas, tomamos algo de cerveza que había traído amablemente él, y después, algo un tanto loco se cruzó por su cabeza. Quería cortarme el cabello ! Yo me negué rotundamente, pero como buen negociador, me convenció. Al día siguiente nos despertamos a eso de las 10 am, habíamos dormido como bebés. Desayunamos tirados él en su futón, que dejaba en mi departamento, y yo en mi cama. Nos levantamos y fuimos de compras, otra de sus locas ideas...quería renovar mi vestuario. Yo me sentí siempre cómoda con mis ropas, no me interesaba verme atractiva o sexy, sólo quería estar cómoda, pero Shinnosuke no lo entendía, o sí lo entendía, pero no le importaba. Decía que yo era "un diamante en bruto, pero que ahora sólo tenía lo bruto". Adorable, no creen ? Mi primer salida de compras con alguien más, fue mejor de lo que esperaba, nunca me había divertido tanto en mi vida ! Compramos de todo ! Claro, dentro de lo accesible, yo no era de las personas que disfrutaban de gastar dinero en cosas tan triviales como ropa cara, zapatos y maquillaje, pero por una vez que lo hiciera...nunca me daba esos lujos. Shinnosuke se convirtió en mi compañero, mi único amigo varón, el mejor, sin duda alguna.

Ese lunes me sentía completamente renovada. Me veía muy bien y el hecho de que mi confianza aumentara, hacía que las miradas de todos se dirijan a mí. Shinnosuke me fue a buscar al departamento, dijo que no quería perderse la entrada triunfal de la nueva Akane Tendo. Llevaba puesta una camisa blanca de mangas largas, ni muy suelta, ni muy ajustada, un chaleco gris topo con corbata negra y un jean, negro también, al cuerpo. Mis zapatos eran simples, con algo de tacón, charolados y abiertos en el empeine, por supuesto negros. Mi cabello ahora corto, estaba suelto y prolijamente peinado. En cuanto llegué, noté que todos me veían, algunos no sabían que se trataba de mí, creyeron que era una estudiante de traslado. Shinnosuke reía y yo estaba en un sueño. Entramos y me topé con Yuca, la saludé pero me miró raro, me preguntó quién era, y cuando por fin se dio cuenta, tuve que escuchar una montaña de halagos.

-Ese chico sí que logró cambiarte, Akane !-Horas más tarde nos encontrábamos las tres de siempre reunidas en la cafetería.

-Gracias, lo adoro.- Toqué mi cabello al decir aquello, pero no era de eso a lo que me refería, sino a Shinnosuke.

-Cuándo nos lo vas a decir por fin ?- Espetó Yuca algo curiosa.

-A decir ? Qué cosa ?

-Ay Akane ! Por favor ! Tú y Shinnosuke, es obvio que son novios ! Se la pasan juntos !

Todos llegaron a pensar ello, pero lo cierto era que lo consideraba mi hermano, y lo mejor era que él sentía ese mismo amor filial por mí. Nunca tuvo segundas intenciones conmigo, y se sentía hermoso poder confiar tan ciegamente en alguien. En la Uni no nos creían, pero no importaba, no teníamos que rendirle cuentas a nadie, ninguno estaba en pareja, y si todos pensaban que entre nosotros pasaba algo más, nos era indiferente.

Comencé a ver a Saotome cada vez más seguido. "Suke" conocía perfectamente la situación, sin embargo, insistía en que Senpai Saotome estaba enamorado de mí. Decía que jugaba su cabeza a que estaba en lo cierto. Que no importaba que esté con ese tal Touma, que en sus ojos, al mirarme, se reflejaba la impotencia de no poder estar conmigo. Yo le aseguraba que no era así, aunque me hubiese gustado. Era lindo pensar que ese hombre celaba a Shinnosuke, porque...eso decía Suke también, que tenía celos de él por creer que estábamos juntos. Qué ocurrencias las suyas ! Siempre creí que decía ese tipo de cosas para hacerme sentir bien. Recordé que el día que entré con mi cabello corto, lo encontré viéndome fijamente, y esa vez le mantuve la mirada hasta notar que sus mejillas se tornaron de un color rosado, pero me repito día a día que eso era tan sólo mi imaginación jugándome sucios trucos. Luego me enteré que Touma y Senpai Saotome no estaban más juntos. Bueno, lo supuse hasta que lo confirmé. Una noche salía de mi trabajo, cuando me crucé al ex bibliotecario de la mano de un apuesto joven, lo que me había sorprendido era que ese muchacho no era Senpai Saotome, no lo conocía. Ahora entendía por qué había dejado de ir a la Uni a buscar a Senpai.

Shinnosuke decía que debía encararle ahora que estaba soltero, y yo me negaba. A él no le gustaban las mujeres, por qué habría de gustarle yo entonces ?

No estaba segura de muchas cosas, pero sí de que Saotome Ranma había causado un revuelo en todo mí ser en lo que llevaba del año educativo. Estábamos adentrándonos en Julio, por lo que nuestras vacaciones de verano estaban llegando. Si bien no tenía mucho planeado, seguro iría a visitar a mi familia por unos días, los extrañaba muchísimo ! Quería llevar a Suke conmigo, pero lo más probable es que pensaran que era mi novio, así que lo mejor era ir sola.

Era un miércoles un tanto aburrido, Suke no había ido por quedarse dormido y mis amigas estaban las dos con gripe. Salida de clases fui a comprarme un café para llevar a la biblioteca. No sabía aún qué leer. Los exámenes no llegarían hasta dentro de dos o tres meses, tenía tiempo para dedicarme a mis héroes imaginarios. Me senté luego de palpar varios tapas duras. Había escogido uno pequeño con todos los poemas de Edgar Allan Poe. Me dispuse a beber mi café al compás de que las hojas paseaban por mis manos tratando de elegir uno que llamase mi atención. Pasando las finas capas de papel, leí algo que me cautivó, "La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia." Me sorprendió porque esta frase la había escrito alguien EN el libro con tinta azul. Quién osaba dañar un libro de tal modo ? Si algo aprendí, fue a nunca hacer anotaciones sobre los libros, era un sacrilegio. Aunque esas palabras le pertenecieran al mismo Poe. Después releí la oración y la medité.

Alguna vez una idea resonó tan fuerte en su mente, que no importaba qué tan ridícula y loca fuera, sentían que TENÍAN que hacerla ? Bueno, algo así me pasó a mí. No sé cómo ni por qué, pero de pronto me encontraba ideando el plan más bizarro que jamás se me hubiera ocurrido.

.

.

.

*Y ? Qué tal les parece hasta ahora ?

*Esta historia espero que sea más larga de lo que pienso, aún no tengo el final perfecto, pero sí muuuchas ideas !

*Cuál creen que es el plan de Akane ? Involucrará a Ranma ? Sigan leyendo y lo sabrán !

*Prometo actualizar mínimo una vez a la semana ! Lo prometo.

*Gracias por leerme, es muy importante para mí escribir y compartir mis historias con ustedes !

*Ojalá dejen sus review.

*PD 1: Esta historia la voy a escribir paralelamente a la otra que vengo escribiendo, "Amores Correspondidos".

*PD 2: Los personajes no me pertenecen, sólo se los tomaré prestados a la grandiosa Rumiko Takahashi :3

.

.

.

*Saludos a todos n_n