N.A.: Mi segunda participación esta vez la palabra es canguelo. Me ha traído un poco por el camino de la amargura, pero gracia a Nasuasda conseguí salvarlo. ¡Gracias!

"Este fic participa en el minireto de octubre para La Copa de las Casas 2017-18 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black".


Solo quiero volver a casa


—…y como vea un solo gatito fuera de su jaula, me encargaré de jugar personalmente con él.

Las palabras de Alecto Carrow produjeron un gran escalofrío en la espalda de los alumnos. Nadie era tan estúpido como para arriesgarse a eso.

El brazo de Demelza empezó a palpitar de dolor ante el recuerdo. Aunque había pasado cerca de una semana, todavía podía recordar la sensación con bastante facilidad.

—Y esto nos pasa por confiar en los grandes líderes del ED .—La voz de Coote resonó por sala—. Un cobarde, eso es lo que es.

—Cállate, Ritchie —murmuró Jimmy al lado de éste.

—No pienso hacerlo —replicó Coote—. Primero Lovegood fue secuestrada, después Weasley desaparece en vacaciones y, ahora, Longbottom se larga con el rabo entre las piernas a Merlín sabe dónde. ¿Y éstas son las personas que decían que confiásemos en Potter? ¿Qué todo mejorará dentro de poco? ¡Son unos malditos embusteros!

Natalie se echó a llorar. Parvati y Lavender intentaron consolarla, pero lo único que consiguieron fue que llorara más desconsoladamente.

Enfadada como estaba, Demelza no pudo contenerse más.

—Tu amigo te dijo que te callases, Coote. ¿O es que no escuchas? Confío en Harry. Sé que vendrá. En cuanto a Longbottom y Ginny, ¿qué más da que no estén? Eres un idiota si piensas que con ellos desaparecidos el ED no seguirá ayudándonos. Lo único que estás consiguiendo es asustar más a la gente.

—Pero tiene un buen punto —intervino McLaggen—. Es cierto que no son los únicos miembros, pero no ha habido señales de los demás desde hace varias semanas.

—Bueno, si tanto te quejas, Cormac, siempre puedes echarles una mano —comentó Seamus Finnigan, fulminándole con la mirada—. Se están jugando el pellejo, es normal que no puedan actuar siempre.

Y todos empezaron a discutir.

—¿Queréis callaros? —gritó Natalie, sobresaltando a Demelza, todavía en brazos de Parvati, muerta de canguelo—. Me importa una mierda que sean unos cobardes o si al final Potter decide ayudarnos. Yo lo único que quiero es volver a casa.

Entonces, la habitación se sumió en silencio.

Ella sabía cómo se sentían todos en este momento. Incluso Coote, quien hasta ahora no había parado de discutir, miraba al suelo con los puños encrespados. Natalie tenía razón. Daba igual las distintas opiniones que tuvieran, todos querían lo mismo: volver a casa.