Desde mi punto de vista es correcto.

Era lo que me iba repitiendo constantemente mientras la admiraba jugar en aquel arbol.

Sus cabellos azulados parecían danzar en el viento, y de vez en cuando la veía sonreírme, tentándome con aquellos labios color durazno, llamándome a probarlos y perderme en el éxtasis que era más que seguro al que me conduciría.

Porque nuestro amor era éxtasis puro.

La había encontrado hace alrededor de un mes, sentada en la banca donde ahora yo me encuentro, nuestra banca.

Ella lloraba sujetando sus pequeñas piernas, pegándolas a su pequeño pecho.

Ah, ojala hubiese probado aquellas saladas lágrimas.

La había llamado suavemente intentando que mi rostro no la asustase; al parecer lo logre, ya que ella levanto la mirada acuosa, mirándome, hechizándome.

Ahora me pregunto si realmente lloraba o solo me seducía lentamente.

Tartamudeo graciosamente mientras intentaba explicarme el motivo por el cual lloraba; se había caído y su rodilla dolía. Tome su pequeña pierna, estirándola, analizando la pequeña raspadura que ahora contrastaba contra la nívea piel, no pude evitar que mis dedos trazaran un camino , subiendo de la punta de los pies a su rodilla, se removió ante las cosquillas que mis acciones le dieron logrando así que su vestido subiera un poco, dejando que sus muslos quedaran parcialmente expuestos.

Tentación divina.

No era mi culpa, ella me estaba provocando definitivamente.

Y no hablo solo de su actitud, voz y ropa, no.

Todo en ella era tentación.

Su rostro, dios, era perfecto; Tan pálido, con las mejillas sonrojadas por el llanto, sus ojos aceituna parecían que podían exponer mi alma solo con mirarme, sus labios llenos se antojaban como la fruta más dulce del mundo.

Revolví sus cabellos sorprendiéndome inmediatamente ante su suavidad. -Cuál es tu nombre, niña? - Pregunte intentando no sonar demasiado rudo.

-Levy. -Respondió en una voz baja y tan bella que haría palidecer a los canarios. -Y usted, señor?

-Gajeel. Gajeel Redfox. No tienes apellidos, enana? Levy inflo sus pequeños cachetes en señal de molestia. No pude evitar el pensar como seria pasar mi lengua por ellos. Serían tan suaves como se veían?

-No tengo, porque a mis papás los llamo Mavis* y tuvieron que irse con ella, la hermana Lucy me dijo que ella los necesitaba muy rápido así que tuvieron que irse y no pudieron darme uno.

Huérfana, eh?

Espera... Hermana Lucy?

-Lucy? Hablas de Lucy Heartfilia acaso?

-AH! Conoce a la Hermana Lucy, señor?!

-Algo así... -La rubia tetona de la cual Natsu juraba una y otra vez estar enamorado. Bastante conveniente...

-Son amigos? -Los ojos de Levy brillaban entusiastas, con aquella curiosidad infantil desbordándolos.

-Conocidos es más apropiado.

-Como se conocieron? Estudiaron juntos? Verdad que Lucy-san es muy guapa? Gajeel, a ti te gusta Lucy- san? Porque tu cabello es tan largo? Es casi tan largo como el de Lucy - san!

-Wow, wow. Más lento, enana.

-Lo... lo siento.

Hermosa.

Tome una de sus manos entre las mías y me la lleve a la boca, besándola lentamente.

-Debes ser bastante grande para estar jugando sola en el parque, Levy.

-Ya soy grande! Tengo 8 años.

-Wow, eres bastante grande. - Enrede uno de sus mechones entre mis dedos.

-Cuántos años tienes tú, Gajeel?

-Tengo 24.

-Eres casi un fósil! - No pude evitar el pequeño tic que se instaló en mi ojo derecho.

-Mejor ser un fósil que un duende.

-GAJEEL - SAN ES MUY MALO!

Deje sus mechones en paz y acaricie su pequeña pierna lastimada. -Te sientes mejor, enana?

-Ah! Ya no me duele!

-Es porque hago magia. -Solté su pierna a regañadientes mientras sonreía levemente para darle misterio a mis palabras.

-Magia? Qué tipo de magia?

-Magia que te hará sentir muy bien, Levy.

Un pequeño empujón me despertó de mis recuerdos.

-Gajeel! Natsu- san esta aquí, esta aquí! - Hablaba animadamente la enana mientras me zarandeaba con sus pequeñas manitas.

-Te vio?

-GAJEEEEEEEEL -Un peli rosa se tiro sobre mi saltando desde el arbol que estaba a mi espalda. -TE ATRAPE.

-SUELTAME, SALAMANDER HIJO DE PU- Buscaba zafarme del agarre, pero me habia agarrado desprevenido.

-No insultos, Gajeel! Son malos! - Levy me dio un golpe suave en la cabeza con su libro.

Suspire derrotado, dos contra uno es bajo.

-Si , Gajeel. Los insultos son malos! -Salamandra intentaba sonar como Levy.

Fallando obviamente.

Tome el libro de la pequeña y lo incruste en la cabeza de Natsu, liberándome al fin de sus garras, tome a Levy cargándola como a una princesa y emprendí el camino a su orfanato.

Después de todo Natsu venia para llevársela de vuelta y nadie es digno de tocarla.

Ella era demasiado pura, tentadora, perfecta.

Y era mía.

Solo mía.

Y lo seria de todas las maneras posibles, después de todo; Yo solo estaba respondiendo a sus tentaciones.

NOTAS

Si, la pedofilia esta mal, no busco justificarla o romantizarla.

Mavis* Aquí yo tomare a Mavis como una deidad.

No, no escribiré un encuentro sexual pedófilo.