Cortitos cortitos, de los que me gusta a mí escribir.
Serán dos ultraminioneshots sin ningún contexto entre ellos. El primero situado en la quinta temporada. El segundo situado en la primera temporada. Ambos Cuddy POV.
1. Al otro lado.
Fandom: House M.D.
Pairing: Huddy.
Spoilers: hasta el 5x07 incluido.
Resumen: Pensamientos de Cuddy sentada en su sofá.
Dedicatorias: a Toc, porque... Porque es Toc. Te prometo que para la próxima vez que lo escriba, mirará (y ambas sabemos que no habrá próxima vez... xDDDDDDDD)
NatY
o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0
Se sentó en el sofá con la taza de té en una mano. Tenía que reconocer que todo el asunto de Joy había hecho que se le acumularan más papeles de los necesarios y ahora tocaba solucionarlo. El asunto de Joy… Y el de House.
Negó con la cabeza para ver si así se dispersaban esas locas ideas y cogió el primer expediente del montón que se había llevado a casa. No se los había llevado para terminarlos. En realidad, lo había hecho para mantener la cabeza ocupada. Casi se sintió mal al pensar en ello, pero no se lo permitió. Abrió la carpeta y empezó a leer.
En algún momento del informe –séptima línea, décima palabra-, se acordó de House. Nada tenía que ver uno con otro, pero le vino a la cabeza. Luego se acordó de Wilson y de su discurso en la cafetería. Se obligó a sí misma a beber pero aquello no le sirvió de nada. Sólo para recordar que todo el mundo bebía. Y volvió a pensar en House, porque formaba parte del mundo.
Wilson tenía razón y lo odiaba por ello. Había pensado en House de esa forma. Un par de veces. En la última media hora. Y llevaba quince minutos con el expediente…
No podía ser, se repetía intentando convencerse. Y cada vez que lo hacía, la voz de su amigo retumbaba en su mente: "Quizás la novedad, la hostilidad y lo prohibido no tienen porque acabar mal…" Pero, ¿cómo podía decir aquello? ¿Cómo podía creer que una relación entre ellos dos podía terminar bien? ¡Era imposible! Era imposible que no acabasen matándose el uno al otro. "Matándonos a besos", resonó en su malograda cabeza haciendo que arrugase la nariz para sacarse aquellos pensamientos.
No. Ya habían pasado por eso una vez. Ya habían tenido su momento de novedad, de hostilidad y de lo prohibido, y había acabado mal. Muy mal. Con ambos ignorándose durante meses. Con cambios de rutas para no encontrarse. Con demasiados gritos y muchas cosas que echarse en cara. Y ahora había veinte años más que sumar en el saco de años juntos… Sin posibilidad de ignorarse, con pocas rutas posibles, con una voz más fuerte y más cosas que reprocharse. Los dos. Ya habían pasado por eso una vez, y no se veía capaz de volver a soportarlo. No tal y como estaban ahora las cosas. No cuando estaban en un momento tan dulce de su relación y los períodos más difíciles parecían olvidados. No ahora que estaba…
No. Céntrate, Lisa… Céntrate, céntrate, céntrate… Cambió de papel, cogió el bolígrafo y empezó a escribir.
"El siete de Noviembre de 2008 hubo un total de 83 pacientes en la clínica y una media de tres médicos atendiendo las consultas. Hubo diecisiete casos de gripe, ocho de ETS, seis de…"
House. ¿Por qué había ido allí? ¿Por qué le había dicho que sería una buena madre? ¿Por qué la había besado? ¿Por qué se había ido? ¿Se había enfadado porque ella se había apartado? Necesitaba respirar, ¡joder! ¿Acaso él no respiraba? "Claro que respira Lisa", se recriminó mentalmente. Entonces, ¿qué había pasado? ¿Por qué sintió mil mariposas en su estómago al ver que él se acercaba? ¿Por qué sus labios la sacaron de aquella realidad tan angustiosa para llevarla durante unos segundos al paraíso? ¿Por qué al separarse sintió aquel golpe en el pecho? ¿Por qué al irse a dormir una hora después sintió su cama más vacía que nunca? ¿Por qué seguía sintiendo en los dedos el cosquilleo causado por su barba? ¿Por qué a Wilson le gustaba tanto hacer de Cupido? ¿Y por qué se le daba bien? ¿Por qué no…? ¿Por qué no?
"Porque no…", se dijo bebiendo otro trago de té.
Como si el líquido la devolviese a la realidad, miró la hoja y vio que las últimas palabras escritas eran en realidad sólo una pregunta repetida varias veces: "¿Por qué no?" Suspiró resignada a cargar con aquellos pensamientos, maldijo mentalmente a Wilson, y mientras tachaba relajadamente y volvía a seguir con el informe de las clínicas, se preguntó que estaría haciendo House en ese mismo momento.
Qué pena que no girase la vista a la derecha… Qué pena que no lo viese al otro lado de la ventana.
