Disclaimer: No, ni Naruto ni ninguno de sus personajes me pertenece, todo es propiedad de Masashi Kishimoto.
Era Extraño.
Debía de ser extraño, me hablabas a mí, a través de un cuerpo que no es mío, debe de ser extraño para ti Konan, vez a Yahiko pero hablas con Nagato, conmigo.
En un principio: ¿Qué era eso que sentías? Al ver su cuerpo moverse, hablarte y verte, verte con unos ojos que no eran los de él, sin su típica sonrisa, sin hablar sobre sus sueños, una voz monótona, sin expresiones y a la vez tan llena de odio, no podría decir lo que sientes, ocultas muy bien tus emociones.
Debe de haberte cambiado, ver como se convertía en lo que él mismo quería erradicar del mundo, el dolor, debe haberte cambiado ver como el cuerpo de Yahiko se convertía en Pain.
Te conozco, así como tú me conoces a mí, se que debajo de todo aun esta allí esa niña que conocí, amable, alegre y tu sabes que aún queda en mi rastros de ese niño que solo quería protegerte a ti y a Yahiko.
Sin embargo, se que no puedes seguir siendo de esa manera, eres el Ángel de Dios, una hermosa mujer fría, sin emociones y aun así, hay días extraños donde vuelves a ser ella, la pequeña Konan, llena de nostalgia viendo la lluvia, con una mirada distante y triste, recordando el pasado.
Era solo en esos días extraños en los que acudías a mí, no al cuerpo de Yahiko, me visitabas en mi habitación, llamándome por mi nombre:
– Nagato – Susurrabas al entrar.
– Konan – Era mi respuesta, siempre igual, observándote mientras te acercabas a mí, quitándote la capa de nuestra organización.
Eran esos días en que te quedabas sentada mi lado, huyendo del mundo podrido que había fuera, volviendo a ser Konan por tan solo unas horas, me mostrabas tus emociones, tu tristeza, tus preocupaciones y me hacías darme cuenta que no deseaba crear un mundo mejor solo porque era el sueño de Yahiko, no era porque había heredado sus ideales y él había puesto sus últimas palabras y pensamientos en mí, no era solo por eso, era también por ti, deseaba crear un mundo mejor para ti, para que pudieras vivir en él, no pude proteger a Yahiko, pero aun podía protegerte a ti.
Después de pocas horas te marchabas de nuevo, volviendo a tu papel de Ángel, cuando la lluvia paraba y dejabas de recordar, al salir siempre dirigías tu mirada a Pain, sentado bajo las ultimas gotas de la lluvia y le dabas las mismas palabras, tal vez pensando que Yahiko podría oírte o realmente dirigidas a mí:
– Saldré un momento, no tardaré demasiado – Y con eso te marchabas, sin escuchar una respuesta que nunca llegaba, siempre era igual, cada vez que me mostrabas ese lado lleno de inseguridades, tu lado más humano.
El Dios lleno de dolor y el Ángel sin emociones, eso era lo que el mundo veía de nosotros, pero solo yo te conocía y solo tú me conocías a mí, era entraño cuán bien podíamos entendernos y aun así, era extraño lo alejados que estábamos.
Muchas Gracias por leer, TheBlanck.
