Notas Generales: Tras leer una vez más Another Note, me he dado cuenta que nadie en el fandom hizo nunca especulaciones sobre el caso que volvió reconocido a L como el mejor detective del mundo y quise aventurarme a experimentar con esos personajes de naturaleza incierta. X es mi inicial así que no pude simplemente volver a ignorarle.


Notas Iniciales: Hice mi mayor esfuerzo en plasmar personajes complejos con X y Z. Narro desde el punto de vista de Mello como en la novela así que se notará el cambio en mi modo de emplear la escritura. Me disculpo por eso. Por cierto, me guío en base a la novela LABB, así que no tendrá ninguna inclinación hacia L Change the World y asumiendo que el Alfabeto es un sistema retorcido que remonta mucho antes que existiera Wammy's House.


Primera Pagina.

Cuando alguien menciona la palabra Terrorismo usualmente se piensa en muerte, infestación, destrucción masiva, caos... el terrorismo es un hecho social que sólo a un desadaptado no le resultaría familiar o al menos identificable ya que todos, alguna vez, escuchamos hablar de ello entre las personas mayores; una cadena de sucesos que traen consigo dolor y desesperación. Por lo tanto, el término "bio-terrorismo" tiene que ver con el manejo de virus y bacterias infecciosas que pueden provocar epidemias o pandemias que para los hospitales más modernos y doctores más aptos son prácticamente incombatibles, pero cada enfermedad tiene un origen natural y existe una cura para contrarrestarla. En los laboratorios es donde suelen investigarse estos microorganismos y experimentar con ellos usándolos en insectos, animales y hasta humanos, muchas de estos afiliados a la trata de personas pero eso es otra historia, el caso es que los científicos suelen ser la causa y efecto de que los agentes de infección se vuelvan mortíferos si antes de mutar fueron inofensivos. Mientras no logren controlarlos, estos experimentos fallidos terminan archivados en una carpeta roja y escondidos del público entre una pila de otras tantas carpetas que quedarán en el olvido para aquellos ignorantes de investigaciones clasificadas.

Como ya he dicho, el Bio-terrorismo es una rama del Terrorismo, quizás el ámbito más letal existente en el mundo criminal. Nunca se debe jugar con fuerzas que terminen en una consecuencia irreversible. Ya muchas veces la naturaleza ha demostrado a la humanidad lo lejano que es para los hombres tener el control sobre ella y aún así continuamos oponiendonos a complacer sus sencillas reglas, muchas veces porque así nos ha criado nuestra sociedad y sería imposible hacer algo que va en contra de nuestros principios. Pero siempre habrá quien cuyas ambiciones y propósitos sean monstruosos e incomprensibles. Siempre habrá quienes, sin seguir leyes sociales o costumbres personales, se interponga un grado mayor a los limites que nos impone la naturaleza. El Bio-terrorismo es un tema delicado, quizás pienses que no es importante para ti y el que exista no afecta nada tu vida, pero te equivocas, no puedes simplemente ignorarlo, mucho menos si las decisiones sobre su gestación debe tomarlas alguien carente de amor a la humanidad y el llevarlo a cabo en el cuerpo de miles de personas —donde podrías estar incluido— está en manos de un desquiciado amante del caos. Ya antes he hablado sobre el caso del asesino B.B de Los Ángeles pero ahora vengo a hablarte de X. y Z. y su titanico enfrentamiento con L.

Creo que debo darte una explicación antes de dar inicio.

L no fue reconocido enseguida como una cerebro insuperable disfrazado de una letra gótica. Watari debía ocuparse de otras cosas antes de preocuparse por convencer a todos los medios de que el coeficiente intelectual de L reemplazaba a siete agentes de inteligencia y cinco investigadores ordinarios por sí mismo. En ese entonces tenía primero que asegurarse de su integridad como individuo y el Wammy's House sólo era un proyecto sin fondos con los cuales arrancar, no era más que un orfanato común que albergaba niños sin un objetivo explicito. Contrario a lo que ocurrió conmigo y Near que iniciamos nuestras vidas convencidos de dar seguimiento a convertirnos en sucesores de L. Nosotros recibimos un objetivo claro, L apenas comenzaba a familiarizarse con el suyo.

Hablando en connotaciones más simples: él era sólo un pre-puberto cuando iniciaban los conflictos entre el departamento de salud y los laboratorios farmacéuticos por la escases de antibióticos en Winchester. La ciudad entera parecía un reloj descompuesto. Se murmuraba sobre una guerra entre Inglaterra y un país vecino debido a peligrosos desacuerdos políticos entre ambas monarquías. Como sea, era el momento perfecto para que cierta entidad se moviera por las calles sin ser percibido, del mismo modo en que el cadete novato de las Fuerzas Militares transitaba entre las multitudes en busca de cumplir su reciente misión encomendada por sus superiores: patrullar.

Tal vez fue el destino o el hecho de que existía alguien en el mundo tan aburrido como él pero, precisamente cuando se detenía en un puesto para comprar una bebida, la radio que cargaba en su cinturón recibió una señal de origen desconocido que le llamaba con su nombre completo por medio de una voz sintetizada, desconocida para sus oídos acostumbrados a las voces ligeramente alteradas como efecto secundario del aparato.

"Cadete Allan Johnson responda"

Ciertamente el llamado no tardó en serle sospechoso por la manera poco familiar como era solicitado pero no indagó en pequeños detalles y tomó la radio con su mano derecha.

"Aquí el cadete Allan Johnson, cambio"

"Dirigase al callejón ubicado a tres cuadras de su posición en caso de estar de acuerdo en cooperar"

Inconscientemente miró el radio en su mano tras escuchar semejantes palabras, resultandole inusual enseguida. La orden había sido rara en extremo para él, sin embargo intentó llamar sin recibir una respuesta, él estaba a punto de dejar pasar tan vaga orden cuando optó por cumplir las indicaciones. Compró la bebida y avanzó entre la concurrencia. Aquellas últimas décadas habían sucedido errores con los transmisores, por lo que solían filtrarse conversaciones privadas por las radios militares y Allan pudo considerar el llamado un error sino fuera porque dijeron su nombre completo y correspondieron a su respuesta.

No le tomó demasiado tiempo llegar a la zona mencionada, y no le sorprendió que no hubiese más que basureros o edores diversos. Arrugó la nariz, esta vez cuestionándose la razón por la que fue enviado ahí, igual usó el transmisor de nuevo.

"Allan Johnson reportándose para el informe" comunicó a la radio.

"Recibido, cadete. Soy L"

El cadete se sintió contrariado al escuchar ese nombre, no le recordaba nada en absoluto, incluso pensó en que podría tratarse de una broma. No reconocía el origen de aquella clave bañada en arreglos digitales aunque tubo un choque superficial en su memoria cuando lo reflexionó más a fondo. En las bases militares se rumoreaba sobre algo o alguien que interfería con el sistema continuamente y robaba archivos altamente clasificados, un fugitivo, pero Allan no podía descartar que sólo se trataba de un rumor. Hubiese preguntado pero la intriga por escuchar a ese tal L carcomía su sentido de la obligación.

"¿L?"

"Si. Necesito saber si está dispuesto a prestar su colaboración. No como militar, sino como hombre de deber, sólo así sabré si sus servicios son confiables o no para hacerlo formar parte de la investigación que estoy llevando a cabo." El cadete Johonson se vio a si mismo entre dos caminos al escuchar aquello e inevitablemente recordó las reprimendas que había recibido de sus superiores a lo largo de su carrera como militar, por naturaleza él era curioso, no podía evitar meterse en cosas que no eran de su incumbencia y el llamado L le estaba solicitando total lealtad sin preocuparse por las consecuencias que tendría. No sabía que hacer. "No debe sentirse en peligro de ser extorsionado, mi único objetivo es detener a los malvados que planean dañar a las personas". El cadete se desentendió por las palabras que L elegía al hablar pues, de alguna manera, sus argumentos le recordaban los diálogos exactos de los héroes que solían presentarse en los comic's. "Pero, si requiere tiempo para pensarlo sólo debe prometer que no le dirá a nadie sobre mi contacto con usted, necesito que su mente esté despejada y no tema afrontar lo que podría avecinarse. El experimento de hoy podría suceder en la calle donde usted supervisa. Observe bien sus alrededores, podría ver algo interesante. Me comunicaré con usted en media hora."

Y la señal de la radio desapareció de forma repentina, sorprendiendo al cadete. Había sido una broma bastante retorcida, ¿lo era, cierto? De todos modos, ¿a qué pudo referirse ese tal L con "experimento"? Estas y muchas preguntas más aletearon en su cabeza pues como fuera L había dicho que llamaría dentro de treinta minutos, así quizás encontraría el sentido de esta broma tan extraña. Sin embargo el eco de un grito entre las multitudes hizo que su sangre se helara y, guiado por el arraigado instinto que lo acompañaba desde su entrenamiento en la milicia, echó a correr entre la aglomeración de personas encontrando una escena de lo más desagradable que hubo visto jamas. Un hombre, de aproximados 40 años, yacía desplomado en el pavimento decretando una sustancia viscosa color violeta de la boca. el color de sus irises ocultos tras sus parpados lo hacía ver como alguien que está sufriendo una posesión demoníaca, sin mencionar la rara estructura molecular de su piel que parecía volverse la corteza de un viejo árbol. Johnson no tuvo más opción que correr en su auxilio y ordenar a los curiosos mantener distancia de él pues aquello podría ser peligroso, nadie ni mucho menos él sabía lo que estaba ocurriendo.

"¡Oiga! ¡¿Se encuentra bien?!" el hombre se retorcía en su sitio gimiendo con inmenso dolor, no era capaz de responderle al cadete, suficiente malestar sufría para que su mente y razonamiento se encontraran muy lejos del mundo. "¡Alguien llame a una ambulancia, pronto!" exclamó el cadete desesperado, lo único que tenía a la mano eran los primeros auxilios pero no había forma de aplicarlos en un sujeto cuyos síntomas rebasaban sus reducidos conocimientos sobre medicina. "Resista."

Hundido en el estrés actual Johnson no prestó atención a el amontonamiento de personas formando un circulo a sus costados, por lo tanto no vio al hombre que miraba con remarcada indiferencia el suceso mientras otros ciudadanos de la ciudad se mostraban aterrados, ese individuo de cabello negro teñido ligeramente de purpura, discretas ojeras y atuendo casual, —playera semi-ajustada color marino con pantalones de mezclilla—, se giró sobre sus talones y se apartó de la zona con una fuerte mueca de enfado. Aún no era perfecto. La medicina todavía carecía de ese factor que él ansiosamente quería agudizar. No servía de nada si el huésped que la probaba se desmayaba mucho antes de comenzar a experimentar el verdadero dolor. No servía si lograba evadir su tortuoso destino.

"Más, más, más... necesito más sufrimiento, debe ser más letal. Debe haber más dolor. Mucho más. Más, más, más..." susurraba Z encaminándose de vuelta a su escondite.

Se alejó por completo mientras la conmoción se intensificaba, a lado derecho suyo cruzó una ambulancia que se abría camino entre los demás vehículos con ayuda de la sirena cuales colores rojos ahuyentaban a los estorbos conforme avanzaba y él se perdió sin que nadie se diera cuenta de lo que realmente sucedía. El pobre hombre infectado había servido como un cebo de experimento y para la distracción de la ciudadanía. El preludio del caos que X tanto ansiaba comenzaba a vibrar en los suelos de Inglaterra pero en ese momento todos eran ignorantes de ello.