Sé que no debería decir esto, pero... serie nueva! :D

Ya que las eliminatorias me proporcionan enorma cantidad de inspiración, decidí escribir un Ecuador/Perú siguiendo los resultados de los partidos que se van dando. O sea que actualizaré cuando Perú o Ecuador juegen, ganen o pierdan

Random: Y me dije, "si los condenados Europeos se la están pasando de lo lindo con millones de momento Hetalianos gracias a la Euro2012, por qué yo no puedo fangirlear con las eliminatorias?" 8D Todavía no pierdo las esperanzas de ver a Perú por lo menos JUGAR (ganar creo que ya sería mucho pedir n_nU) en el mundial :3

Como sea, ni Hetalia, ni LatinHetalia, ni mucho menos los resultados de los partidos me pertenecen. Desearía que el equipo nacional me pertenecieran, de seguro que sé como hacerles perder las ganas de perder *risa macabra*


Notas: empezaré a partir de los últimos partidos de estos dos países, es decir el de Perú contra Uruguay y Ecuador contra Colombia (aunque de este último ni se habla mucho xD)

1. SUSPIRO AMARGO

El silencio reinaba en aquel comedor, pesado y tortuoso. Lo único que tenía la osadía de oponerse a la muda atmósfera era el ruido que producían los cubiertos y los platos, sonando indiferentemente a la depresión de los dos presentes. En realidad era una lástima, puesto que era una cena espléndida, del calibre de las que se empeña Miguel en preparar siempre que Ecuador lo visitaba. En realidad siempre se afanaba en preparar algo delicioso, independientemente quién lo visitaba, incluso si era Chile, se esforzaría por el simple hecho de que era demasiado orgulloso como para cocinar algo mediocre. Pero si era para Ecuador, siempre le ponía algo más de sí, y sí, sonaba cursi y todo, pero era un detalle y punto.

Pero ahora ni la papa a la huancaína, ni el lomo saltado ayudaron. Tal vez lo haría el postre… Quién sabe…

Ecuador alzó con cuidado la mirada, viendo a Perú remover su comida con el tenedor, picando pero sin comer. Apático, sin ganas de comer siquiera, y eso era mucho decir. Presionó los labios, sabiendo que debía decir algo para aliviar (o tratar de) la situación. Abrió la boca, pero aún no había pensado en qué decir. La volvió a cerrar, cuando Miguel alzó la mirada.

-¿Francisco?

El aludido le devolvió la mirada, sonriéndole con sinceridad.

-Dime.

-Estás muy callado.

Silencio de nuevo. No se había esperado aquello, no realmente, y su mente quedó en blanco. Se relamió, solo por hacer algo, y bajó el tenedor y el cuchillo. ¿Qué le decía? No le habría extrañado si de pronto comenzaba a salirle humo de la cabeza de lo mucho que estaba craneando una respuesta.

-Ah -fue finalmente lo único que logró articular.

Perú se removió, murmurando que iba por el postre. Ecuador, sin idea de qué mejor hacer, permaneció sentado, haciendo un esfuerzo por pasar la comida. No era que estuviese fea, para nada, ni tampoco que no le gustara lo preparado. Era simplemente esa lúgubre atmósfera que pesaba en el ambiente. Se sentía oprimido, como si lo estuviesen estrangulando de a pocos con manos invisibles que gritaban llenas de rencor dirigido a... ¿a quién? ¿Quién tenía la culpa? En serio, ¿a quién culparía Miguel de su propia desgracia?

Miguel volvió con suspiro a la limeña y Ecuador no pudo evitar pensar lo irónico que era aquello: tan amarga situación, acompañada de tan empalagoso postre. Realmente...

Tuvo que tragar al verlo entrar, pensando que su postura, sus hombros descolgados al igual que sus labios, no podía significar otra cosa que la resignación de un sueño que databa desde el final de Sudamérica. Se sentía algo culpable estando ahí en ese momento, aunque en sí no era para nada su culpa.

"Oe, Pancho, ¿vas a venir el domingo en la noche, no?" le había dicho Miguel el miércoles.

-¿El domingo?

Recordaba que Perú había puesto los ojos en blanco.

-No seas, ¡el domingo voy a ganarle a Uruguay y tú y yo vamos a celebrarlo! ¡Te voy a cocinar lo que quieras y después nos lanzamos una juergaza de las buenas!

Francisco se había reído, y por un momento realmente había parecido que iba a ganar. Pero no fue así.

Perú estaba último en la tabla, mientras que él, el mismo al que Miguel había tenido que ir a consolar luego de su desastroso partido contra Argentina, estaba ahora cuarto. Y Perú cumplió su promesa de cocinarle lo que quisiera. Del fútbol y de la juerga ni se habló. Le ayudó a despejar la mesa y a lavar los platos. Estaba empachado y lo único que quería era caerse en el sofá y no hacer nada.

-¿Ya quieres ir a jatear? -preguntó Perú al verlo tan parsimonioso en todos sus movimientos.

-¿Ah? -se rió Ecuador-. Pero si recién son las...

-Nueve, lo sé -suspiró Perú-. Tengo sueño y mañana tengo que ir al Palacio de Gobierno y... pucha, la cagada, eso me desgasta por completo.

Sin agregar más, se secó las manos y guardó los platos ahora limpios, dirigiéndose hacia la puerta. Ecuador reaccionó, siguiéndolo por el pasillo hasta su habitación. Pensó en su propia habitación. Era gracioso como Miguel siempre le preparaba una cuando venía, pero al final siempre terminaba sin tocar su cama y los dos dormían juntos, compartiendo la de Miguel. Una vez se lo dijo. "¿¡Pero qué clase de anfitrión sería si no te prepara de todas maneras tu cuarto!" había protestado Perú y Ecuador suspiró. Olvidaba que en sus venas fluía tanto sangre de cocinero como de hotelero. Peruanos... Bueno, en sí esa era una de las tantas cosas que le agradaba de Perú, su manera tan hospitalaria, su forma de tratar a la gente, sin importar de dónde viniese, su amabilidad... Su resignación ya era otro tema. Perú podía ser tan bipolar a veces, henchido de orgullo y al segundo con la autoestima por los suelos. En serio...

Bueno, al menos lo podría tener algo más cerca, creyó, pero antes de percatarse, Miguel ya se había cambiado, y se echó en un lado de la cama, dándole la espalda.

-Buenas noches.

Ecuador estaba atónito.

Las luces ya estaban apagadas, por lo que se alistó en la oscuridad. Se puso el pijama, acercándose a la cama que compartirían, y se metió bajo la delgada sábana que abrigaba a Miguel lo suficiente, incluso en los días más fríos. Miguel no pareció ni inmutarse cuando se acomodó, y Francisco creyó ver en aquello una actitud fría y de apariencia indiferente, pero rencorosa en el fondo, y no podía evitar odiar aquello. ¿Pero qué culpa tenía él? ¡No era para que Perú se pusiese así con él, quien no le hizo nada!

Se envolvió en la sábana, sintiendo como esta se tensaba entre ellos. Sabía que Miguel siempre se enrollaba en ella. Esperó en vano dormirse rápido. De seguro que Perú se había dormido rápidamente (y para colmo que tenía el sueño pesado), mientras que él ahora se mataría con sus sentimientos de culpa, sin atreverse a abrazarlo siquiera.

Mierda, su vida era una… mierda.

O no, en realidad no, solo que tenía una pareja que sabía muy bien cómo piconearse y hacerse el ofendido todo el tiempo que le diese la gana. Una pareja que además amaba el fútbol , pero que nunca lograba llegar lejos.

En serio, todo sería mejor si pudiera abrazarlo…

Sentía y oía cómo se removía a su lado, inquieto. ¿Estaría sin poder dormir o teniendo un mal sueño? Ecuador no lo sabía. Se volvió, ya no soportando estar dándole la espalda, y lo rodeó, apoyando el mentón en su hombro. Oyó a Miguel suspirar.

-¿Estás despierto?

-Sí...

-Yo... creo que en el fondo sabía que no clasificaría y... y espero que te vaya bien.

-Todavía falta -replicó Ecuador-. Ni siquiera yo sé si voy a pasar las eliminatorias y…

-Todavía falta para que me saquen definitivamente -masculló Perú por lo bajo y Ecuador tuvo que poner los ojos en blanco.

-No digas estupideces, te quedan un montón de partidos, idiota.

Perú se rió.

-Igual…

-¿Igual qué? Si sigues diciendo esas cosas es obvio que no llegarás a ningún lado –gruñó Ecuador, impacientándose.

Tener un novio con baja autoestima podía llegar a ser agotador…

-No es que tú hayas ayudado –murmuró Perú picón y Ecuador se rió entre entretenido y nervioso.

-Eh… ¿En la guerra y el fútbol todo se vale?

-No seas –murmuró Perú.

-No seas tú, Miguel -bufó Francisco y el aludido se tensó.

-Lo siento.

-¿Qué cosa?

Silencio. Francisco se maldijo a sí mismo por haber sonado tan exasperado, mientras que Miguel estaba más nervioso de lo que debería haber estado en esa posición con Ecuador. Se suponía que Pancho, su Panchito, lo relajaba, era aquel, con el que podía bajar las defensas sin temor alguno. Y ahora estaba ahí, como si en cualquier momento Ecuador le fuese a hacer algo. Se rió.

-Oye, mono.

-Dime.

-Lo siento –repitió.

-¿Qué cosa?

-Que el suspiro no haya estado lo suficientemente dulce hoy.


Yyyy... qué les pareció? :) Hasta donde tengo entendido la próxima fecha es el siete de septiembre, así que esperarán mucho hasta la próxima actualización XD (lol) ojojo, y Ecuador jugará contra Bolivia 8D a ver qué sale de ahí...