Hado
Por irenadel
Costra del amor, quien lo dijera,
pasé cien días sin hablar, hablando sola
pagué puntualmente a la casera,
me sé callar cuando recuerdo, me controlo,
la memoria corta con tijera.
n Jaime Moreno Villareal, Costra del amor
Es mi hado. Mi destino, mi vida. Mi muerte. Es mi cazadora pasiva, infinitamente callada, infinitamente paciente; que espera, que observa y escucha, adorada Muerte que nos estudia. Es el recuerdo de la niña, con los ojos negros e intensos. Antes hablaban y ahora callan. Se niegan a reconocerme, como toda ella. Ya no me conoce, ya no me ama. Me deshecha al anonimato del odio. No, me lleva en su mente cada día; como la fanática que es. La que no olvida deudas.
Como arquea la estilizada ceja sobre la piel oscura, casi bronce como la mía, como te paras, alta e imponente, como jamás debió pararse una mujer. Los dejas a todos en silencio, amor mío, ya sea con brillante navaja o certera palabra. Saeta del corazón que gime, Zehir im- Baali. Te burlas de ellos; de los malditos, de los orgullosos, de los que amenazan a lo único que podrías amar. Sombra brillante que té ocultas entre los ingenuos. Con ellos si hablas,
los engañas. Los haces creer que eres como ellos. Los haces amarte como cuando eras niña. Extrañas y vives y miras aquella bullente metrópolis por la que paseamos ahora. Yo en mi camaleónica piel y tu como cualquier otra muchacha que ocupara el metro. Te sostienes de la barra con una mano mientras la otra sostiene un libro. Te arqueas, te retuerces; este día
ha sido caluroso. ¿Quién diría que eres mi hado? ¿Qué algún día moriré bajo tu mano,
como lo hacen periódicamente miles de desdichados? Quizás.
Tu que caminas con la tranquilidad de la ignorancia que no es tuya. Te fundes entre el ganado, vida mía, y le contemplas como si fuera tu zoológico particular.
No es verdad. Por que en realidad los amas como nunca me amarás. Como amas la muerte de aquellos que los cazan. Dulce entre tus dedos, respiro que escapa tus manos de artista. Zehir im-Baali. Hado de Baali. Hado de mi cordura. Sin sadismo alguno, corazón, me haces sufrir todas las noches en que estoy tan cerca de tu estrecha cadera. Aquella que cubres con la moda que se ha impuesto apenas hace algunos años. Diferente, de nuevo, de todo lo que has usado en tu andar por el tiempo. Esta es tu época, donde la ropa te deja ser libre de nuevo. ¿Cómo olvidarme de la boca que ahora cubres con una mano como escondiendo el bostezo que no esta ahí? Una actriz consumada, que imita la vida a su alrededor. "Ssshhh" me respondes por que me has visto. Ni el más leve cambio en tu indolente postura tan diferente de la habitual rigidez de tus miembros que aun así fluyen en la danza que ha acabado con miles de vidas.
iAh mi pequeña Santa Juana!
Desear el néctar de tu ira al maldecir al mundo y al Dios que lo creo. iJamás, jamás! Nunca volverá a ti la voz que te quite. Ahora sólo puedes callar pero jamás gritar de nuevo. Clamar por tu vida... antes verías tu propio cuerpo pudriéndose en mis brazos.
¿Cómo contener el dolor? ¿Cómo esperar a que vengas?
Si eres lo único que deseo.
Cada noche, observar. Cada noche anhelar.
Mi Diana. Mi Deméter. Mi Muerte.
Déjame ser la tuya, ya que no le temes. Déjame tomar tu delicada garganta y atraerte - forzarte- hacia mí.
Nota de la autora: ^^U Heh, antes que nada muchas gracias a malk-philia-metallium por ser mi única lectora hasta ahora. Ojála que tenga tiempo de escribir más. Pues esto tendría que ser un texto puramente descriptivo, así es como me lo pidieron en la escuela, ya ustedes dirán. Es uno de mis adorables personajes divagando sobre otro. Diganme si les gustaron... y si les gustaría verlos en otros textos.
