La Última Rosa Azul
Capítulo 1: "Una nueva realidad"
Los personajes de Shaman King NO me pertenecen son de propiedad del GRAN Hiroyuki Takei.
"Mientras tocaba levemente aquellos colmillos afilados me di cuenta de todo lo que sucedía, sus actitudes extrañas, su falta de apetito, su raro tono de palidez y su piel fría como el hielo, él era una de esas criaturas de la noche, él era un vampiro…"
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Me encontraba en las afueras de Tokio cubierta por el manto de la luna y el frio que avisaba que pronto llovería.
Estaba cansada ya había perdido la noción de cuánto tiempo llevaba corriendo en una dirección sin rumbo en aquellas calles oscuras.
Sentí que ya no podía más así que me incliné levemente para tratar de calmar mi respiración la cual se encontraba muy agitada.
Levante mi vista y pude percatarme que había como una especie de cabaña toda de color marrón oscuro, casi negro.
No lo pensé dos veces y me refugié en ese lugar.
-Espero que no me encuentren en esta cabaña - me dije a mi misma mientras respiraba hondamente y me quitaba el sudor de mi frente aún asustada - ¿Quiénes eran esas personas? ¿Por qué me seguían?
Me preguntaba todavía todas aquellas cosas y es que no era para menos, estaba caminando rumbo a mi hogar después de salir de la Segundaria S.C.U.D y me topé con tres hombres… ellos… ellos…
-Están aquí – me dije con el miedo pintado en mi rostro.
Sentí como poco después la vieja y rascosa puerta de madera de aquella cabaña vieja se abrió de golpe dejando pasar a tres individuos… todos vestidos de negro.
Eran tres para ser exactos, los cuales no tardaron en colocarse frente a mí con una apariencia intimidante.
Silencio total.
Los tres hombres no tardaron en quitarse la capucha de aquella chaqueta negra dejando ver sus rostros que para mi sorpresa eran jóvenes… casi como yo.
-Con que aquí estabas pequeña- Mencionó uno de cabellos azulados con una cinta negra en la frente, sus ojos negros como la noche parecían pasivos pero aún no me quitaban el miedo. Vestía un pantalón negro al igual que su camisa la cual estaba cubierta por una chaqueta del mismo color manga larga; A pesar de la poca luz pude darme cuenta de que era pálido y parecía ser el mas alto de los tres. Se encontraba en el medio mirándome fijamente mientras daba tres pasos hasta quedar completamente frente a mí. – Estuvimos a punto de perderte de no ser porque tu rastro es inconfundible.
Truenos y relámpagos comenzaron a sonar por todo el lugar, definitivamente afuera debía estar lloviendo en exceso.
-Señorita Tamamura necesito que venga con nosotros cuando antes – sonrió – no es nada malo… no por ahora…
- ¿Qué… que… como dicen? ¡Yo no iré a ningún lado! – Exclame angustiada mientras en mi cabeza daba vueltas, en verdad estaba muy asustada.
-Ya esta bien Horokeu – Comento el de la derecha, su tez era igualmente pálida, mas que la del chico de cabellos azulados, su cabellos eran castaño oscuro y poseía unos intimidantes ojos gatunos de color grises. Se encontraba muy cerca de nosotros, tanto que podía sentir como caminaba atrás de mí con pasos firmes y ligeros- Hay que actuar antes que haga un escándalo y nos descubran.
Al escuchar decir esas palabras supe que algo malo me ocurriría y mis suposiciones fueron ciertas cuando pude ver como el chico de cabellos castaños toco mis hombros aunque me tocara por sobre las ropas sentí un ligero escalofrío al sentir su tacto tan frío ¡Por Kami cualquiera que tuviera esa temperatura tendría que estar muerto!
Y fue en ese momento que supe que estos chicos no eran normales, piel tan pálida, ojos profundos y penetrantes y una descomunal piel fría, si definitivamente ellos eran diferentes.
-Lyserg, has tu trabajo- sentenció el de cabellos castaños.
A continuación otro joven se acerco a mi lentamente, aún nerviosa claro pude apreciar como éste parecía más joven que los otros dos, sus facciones eran delicadas, poseía una piel pálida igual que la de sus acompañantes, unos ojos increíblemente hermosos color verdes agua y tenía una mirada muy serena, todo en el parecía un ángel y definitivamente eso de alguna extraña forma me tranquilizaba.
Sentí el impulso de tocar su rostro y sin darme cuenta mi mano derecha se encontraba en su frente, eran tan suave, sentí mas curiosidad y no me limite en ello, pase levemente mis dedos por su mejilla pero sentí que su mano fría como el hielo me detuvo.
-No hagas eso pequeña, no todos respondemos de buena manera antes esos actos, pero tranquila no te haremos daño aunque si necesitamos que duermas por unas horas…
Lo último que pude ver fue como mi cuerpo se volvió pesado, trate de hablar, no, de gritar pero la voz no me salía… estaba cansada solo quería ir a mi casa a dormir… yo solo…
-Lo mejor es que nos demos prisa y la llevemos a la Fortaleza- concluyó el de cabellos azulados mientras que cargaba a una pelirosa profundamente dormida.
-Sí- dijeron los otros dos casi en coro.
La "Cazada" era una casa blanca de gran amplitud, situada en un lugar estratégico sumando sus hermosos patios llenos de bosques y lagos donde predomina un clima húmedo y nubloso.
Por afuera era todo un buen resultado de belleza digna de admirar, producto de un buen trabajo de arquitectura realizada en años; aunque era conocida por pocos era envidiada por muchos…
-…Algunos habitantes vecinos comentaban que aquella gran casa solo era un disfraz que ocultaba aquella fortaleza interna que poseía, donde sus dueños nunca eran vistos, y los que decían haberlos visto eran de apariencia pálida.- Le escuche decir a mi amiga Pilika.
Pilika y yo nos dirigíamos a la Segundaria S.C.U.D cuando nos topamos con una marcha que al parecer era en protesta por los repentinos asesinatos en las últimas semanas que amenazaba la seguridad de los ciudadanos de Tokio, obviamente tuvimos que agarrar otra ruta pues estaba tan congestionado el paso que seguro llegaríamos tarde a clases.
Era de mi edad tenía unos 17 años, de cabello azulado y ojos azules mar, le deban un aspecto casi tierno, aunque cuando abría la boca todo encanto se dispersaba, si era mucho más arriesgada, pero yo prefería ser siempre la más discreta, ser tímida estaba en mi naturaleza adolescente.
-Pilika te apuesto mi desayuno a que esas cosas que dices las estas inventado, te conozco- Le dije mientras la miraba de reojo, Pilika le gustaba inventar historias y que la gente se las creyera.
-No Tamao te lo que te digo están cierto como El profesor Ryu nos regañara si llegamos otra vez tarde- se río, eso era típico en ella, que se burlara de nuestra cruel realidad.
-Mejor nos damos prisa, o tendremos que ordenar los libros viejos otra vez de la señorita Maru- le contesté algo nerviosa.
Si… era otro día común, donde siempre llegábamos tarde por culpa de Pilika y terminábamos ordenando libros viejos en la biblioteca de la escuela perdiéndonos gran parte de nuestra clases.
Comencé abrir lentamente mis ojos, por Kami sea lo que sea que este iluminándome era cegador.
Trate de incorpórame, pues un dolor agudo comenzó asomarse en mi cabeza. Qué habría estado haciendo para sentirme tan mal.
Sólo bastó unos segundos para recordar la noche anterior, la escuela, la cabaña, los tres hombres…
-Qué bueno que despertaste chiquita, nos tenías muy preocupados- Comento una señora que a simple vista debía tener unos 50 años.
Levante mi rostro y pude apreciar que estaba en una habitación muy grande, demasiado para mi gusto, decorada con colores blancos y azulejos claros que daban un aspecto agradable a la vista.
-Definitivamente no estoy en mi habitación- Me dije mientras tocaba mi cabeza con mi mano derecha.
-Seguro chiquita estas en la "Cazada", un lugar donde muchos quisieran entrar y donde pocos logran hacerlo-
La miré con curiosidad, ¿esa casa no era la blanca que vimos ayer antes de ir a la escuela Pilika y yo? No, demasiada casualidad.
-No entiendo lo que me está hablando, ¿quién es usted? ¿Por qué estoy aquí?-
- Mi nombre es Kino, soy la encargada de velar las necesidades de los que viven en este lugar, y tú eres…
-Tamao, Tamao Tamamura señora pero…
-Ah con que tú eres Tamao, te han estado esperando, tienes suerte al parecer eres la gran invitada de esta casa-
Aunque parecía ser amable, no entendía ni papa de lo que estaba diciendo, ni quería entender me dolía demasiado la cabeza.
-Ya veo que no estás del todo bien, creo que esta vez el joven Lyserg se le pasó un poco la mano.
-¿Cómo dice? Ayer tres hombres me estaban siguiendo y uno de ellos pareció dormirme, lo digo porque no me acuerdo de mas nada y ¡ y si me hicieron algo malo!
-Claro, el joven Lyserg la durmió para que no fuera un inconveniente en traerla, no se preocupe no le hicieron nada malo, por lo menos no tenían intenciones de violarla- respondió con un deje de malicia.- Ahora la dejo señorita tengo que atender a los otros invitados… mm hoy será un día muy ocupado, a los nuevos les cuenta adaptarse a este sitio, ¡ha se me olvidaba! Le aconsejo que se vaya arreglando y desayune pronto lo más seguro es que la quieran ver cuando antes, y por favor cuando se vista trate de taparse el cuello, su olor es insoportable.
No dijo nada más y la vi salir, me ruboricé un poco y trate de olerme, no me sentía apestosa, aunque lo mejor sería que me diera un buen baño, al parecer hoy sería un día muy largo y tendría que investigar por qué me trajeron aquí.
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Me encontraba con lo que al parecer era la sala principal, después de media hora de estar dando vueltas buscando la cocina había terminado en ese sitio.
Ya no llevaba el uniforme de la noche anterior, esta vez llevaba vestido color azul pálido con un suéter de un color más oscuro y una bandana negra, esto último por la indicación de la señora Kino.
Suspire.
Hoy debía ser jueves, la prueba vocacional para elegir mi carrera universitaria, me la había perdido y seguro ya no tendré otra oportunidad para presentarla, como estaría mis amigos, Pilika, seguro estaría muy preocupada por mí.
Suspiro nuevamente.
-Señorita Tamamura, me alegro de verla- Escuche como una voz melodiosa interrumpía mis pensamientos.
Levante mi vista y pude apreciar al mismo joven de la noche anterior de ojos verdes, pero esta vez no llevaba aquellas ropas oscuras, contaba con un pantalón color crema y una camisa blanca la cual sus mangas estaban dobladas hasta sus codos, definitivamente se veía muy bien.
-Eh hola – conteste un poco ruborizada, ese chico sí que era apuesto.- ¿Cómo sabe mi nombre?
-Conocemos mucho sobre usted, y créame la estábamos esperando hace mucho, ¡pero qué maravilla tenerla aquí! Jeje disculpe, no eh sido concreto, mi nombre es Lyserg señorita Tamamura, un placer conocerla –Me dijo sonrientemente mientras se inclinaba levemente y besaba mi mano izquierda, ¡qué joven tan educado!
-El gusto también es mío joven Lyserg, eh pero no entiendo nada, ¿Por qué estoy en este lugar? ¿Quién desea hablar conmigo? No conozco a nadie y no sé que deba…
Me calle de repente, al parecer todas mis preguntas lo molestado, pues cerró sus ojos por largo rato para luego dejar escapar un largo suspiro.
-Usted huele bien…
-¿Qué?-
-Tiene un olor… demasiado dulce, adictivo pero altamente peligroso-
Parpadeé varias veces sin comprender, ahora sí que no entendía nada, primero la señora Kino dice que tengo un olor insoportable y ahora este joven dice que huelo dulce, que rayos pasaba aquí.
Al ver que no me daría una respuesta lógica me moleste y decidí marcharme, ya estoy harta de no saber donde estoy, harta de esta gente rara y más aún que nadie quisiera decirme para que me trajeron.
Caminé tratando de pasar de largo pero un brazo me detuvo.
-Disculpe mi torpeza, tiene derecho a molestarse no hemos sido muy honesto con usted-
Me miró fijamente sus ojos parecían los de un niño apenado o arrepentido por haber hecho alguna travesura, me hipnotice al verlos, tanto que sentí un ligero mareo.
-Por lo que veo todavía no se ha recuperado del todo, creo que me he descontrolado – Susurro cerca de mi oído ni me había dado cuenta de lo cerca que estábamos hasta ahora al sentir su cuerpo muy cerca del mío.
-Usted… está siendo muy atrevido- murmure muy sonrojada.
-Tal vez…sólo tal vez, digamos que quiero descubrir por qué el líder está tan interesado en tí- Su voz resonaba suavemente en mis oídos mientras rozaba su nariz levemente por mi rostro y parte de mi cuello, debía hacer algo y rápido.
Estaba impresionada, me sentía tan indefensa, pero no quería luchar, no podía, este chico tiene algo, sus ojos… ya no eran del mismo color verdes de antes… ahora eran unos grises gatunos, y sus cabellos no eran verdes ahora eran de un castaño oscuro.
"No es Lyserg"
-Nicrhome suéltala o yo misma te acabo- Se escucho una voz femenina.
Aquel chico pareció reaccionar y se alejó rápidamente, no era el mismo joven de rostro angelical y ojos verdes de ayer, era otro, me estaba volviendo loca, si eso seguro era.
Aquella mujer hiso su aparición en las escaleras, era alta, rubia y de unos ojos imponentes de color negro, su piel era pálida pero no una tan siniestra como la de el chico de ojos grises. Bajaba aquellas escaleras con movimientos grácil, ligeros y firmes, poseía una mirada inexpresiva pero indudablemente era una joven hermosa, le calculaba como unos 18 19.
-Anna… no le iba hacer nada, sólo quería probar la teoría- Comentó despreocupado mientras colocaba sus brazos detrás de su nuca- No volvería caer, no después de tanto lo que me costó soportar…
-Mmm espero que sea así o si no ya sabes que te pasara, y por cierto ¿Dónde están tus "hermanos"?-
-Horokeu creo que está de caza, como siempre y Lyserg está meditando-
-Y tú estás de vago, no puedo creer que pierdas el tiempo de esta manera cuando hay tanto que hacer.
Aquel joven suspiro, parecía que ese siempre era el trato entre ellos.
-Sigues tan hermosa como siempre, pero tu carácter es un problema, así nunca te casaras-
-El consejo va para ti igualmente, tu comportamiento en definitiva es un problema así nunca lograras conseguirte siguiera una novia – sonrío con malicia.
Aquel si había sido un golpe bajo, no pude evitar reírme internamente aquella escena me recordaba a Pilika y su hermano discutiendo todos las noches mientras cenábamos… aquellos recuerdos.
-Tú- Escuche decir a la rubia- Ven conmigo.
Trague saliva, algo me decía que iba a pasar algo malo.
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-Bien, aquí no nos escucharan-
Nos encontrábamos como una especie de estudio, había muchos muebles sillones y sobre todo libros, parecía ser un lugar para leer y meditar, aunque eh de admitir que todo estaba bellamente decorado de unos colores vinotinto y madera.
-¿Sorprendida por la decoración?-
Volité a verla estaba frente a la ventana aunque no pudiera verle el rostro porque estaba de espalda, podía sentir cierta presión en el ambiente.
-Sí, nunca había estado en un lugar así, todo está muy bien decorado – admití
-Este estudio sólo es una pequeña parte de toda la "casa" si se le puede decir así claro, ese no es el punto, verás Tamao quiero que te familiarices con todo esto lo más rápido posible-
La miré seriamente quería que continuara.
-En las últimas tres décadas, en Tokio han habido muertes, muertes muy misteriosas, y no sólo eso mucha gente ha desaparecido sin dejar rastro… ante tal situación un hombre… llamado Mikijisa ha creado como una especie de fundación… la cual se encargaba de estos extraños casos…
Hubo un largo silencio.
-Alguna vez no te has preguntado, ¿por qué la gente de Tokio desaparece así como si se la tragara la tierra?
-Emm la verdad es que no jeje pero si estoy enterada de las muertes misteriosas que han ocurrido en la capital-
-Esas personas no mueren, no todas, Tamao alguna de ellas se encuentran aquí, como tú-
Sentí como la sangre bajaba de mi rostro, ¿Qué quiso decir con eso? Sera… ¿será que estoy muerta? No.
-¡No! - grite mientras tomaba mi cabeza entre mis manos, negándome ante tal suposición, no era posible, no obvio no, seguro había una equivocación o algo parecido.
-Tamao- escuche de cerca como la mujer rubia se me acercaba – sé que esto es muy confuso para ti, pero tienes que darte cuenta, has muerto para toda aquellas personas que conoces, no volverás a la vida de antes, te aseguro que con el tiempo lo asimilaras, no es tan malo aquí conocerás nuevas personas, este lugar es muy grande y…
-¡Cállese! Usted no puede venir y decir que me calme, no puede exigirlo, tampoco puede pretender quitarme MI vida y alejarme de la gente que quiero, ustedes se han equivocado de persona, yo no soy lo que pretenden ¡así que déjenme en paz!- Grité con todas mis fuerzas.
Después de haber dicho esas palabras no aguanté y salí corriendo como alma que lleva al diablo hacia el único lugar que conocía, la habitación donde había despertado.
Cuando llegue me tiré en la cama sabía que era imposible escapar ahora, y ahora sin darle mas tregua a mis sentimientos, comencé a dejar escapar lágrimas, por primera vez en mi vida me sentía sola, sola en un lugar que no conocía.
Lugar donde me imponía, "Una nueva realidad".
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-Insisto creo que te pasaste de la raya- Comentó una voz masculina- Lyserg se va a molestar contigo cuando sepa que te hiciste pasar por él.
-Horokeu sólo tenía curiosidad, nada más, esa chica se comporto en un modo muy extraño, Lyserg tuvo que usar más sus poderes para dormirla, eso no le había pasado con nadie.
-Si eso es cierto, además huele delicioso- admitió el de cabellos azulados mientras bebía de una botella que al parecer tenía un líquido especial.
Ambos se encontraban en una especie de bar, ya que los huéspedes siempre solían estar allí cuando no había una "tarea" importante que hacer. El castaño se encontraba sentado con los ojos cerrados mientras que el de cabellos azulados estaba de pie bebiendo.
-¡Sí! Y creo que no podré contenerme mucho- cerró sus ojos con cansancio- estar en esta situación se me está haciendo insoportable. Mírate no puedes beber sangre de verdad.
-Para eso esta nuestra doncella, para calmar nuestra sed – concluyó el de cabellos azulados mientras bebía nuevamente de aquel recipiente.
-Jeanne…- dejo escapar en un susurro el castaño.
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Bien tanto tiempo sin subir un fic XD!! Bueno como podrán ver ésta historia será principalmente un Ren Tamao aunque si habrá otras parejassss, además creo que también habrá personajes de otros animes como Soul Eater, Tsubasa y Naruto. Si les gusta la idea de los otros personajes también en mi fic háganmelo saber en sus comentarios x).
Por si a las dudas sii Hao va a parecer, también Yoh y Ren, paciencia por favor u.u
Espero que este capítulo les haya gustado!
