Disclaimer: El uso no licenciado de los personajes de la serie Naruto y Naruto Shippuden es únicamente con fines de entretenimiento. Ni Kaito ni Kaede usan los nombres, situaciones, historia o jutsus con fines de lucro.

Nota: Esta es la continuación inmediata del fic de mi autoría "La rubia que me ama". La sugerencia es leer la primera parte antes de este, pues pueden surgir dudas que se aclararían en el fic anterior. Si es así, dejen un comentario al final del primero. Se los agradecería.

-He vuelto para continuar este fic, originalmente NaruIno, ahora InoNaruSaku.

-La razón por la que hemos continuado esta vertiente de la historia es por que esta tiene más reacciones, más posibilidades de historia y una base más fuerte.

-Sin embargo, no por eso dejamos de lado la primera vertiente. Como habrán notado, quienes han seguido este fic, el primer capitulo es el final alternativo de la primera parte de la historia, publicando este con tiempo para permitirme escribir el siguiente.

Bigamia

–¡Maldito seas, Sasuke!

Las palabras en aquella junta de consejo aún resonaban en la cabeza del rubio. Era imposible que después de haberle perdonado la vida le metiera ahora en la situación en la que menos quería meterse. La orden de la asamblea había sido clara. Si el imperio quería mantener al margen al clan Uchiha, tenían que resucitar el clan desaparecido que se enraizaría en Naruto. Sin embargo, Sasuke aceptó en esa asamblea ramificar en una sola mujer con la condición de que Naruto lo hiciera con dos o más mujeres. Si Naruto aceptaba solo a una mujer, él tendría libertad de enraizar en cuanta mujer deseara. Esa idea se la había dado Karín cuando supo de la charla de Ino y Naruto a solas en el gran salón. Con el pretexto de hacerle pasar el último aprieto a Naruto por ser un Ninja terco cabeza hueca con demasiadas preocupaciones. Ahora el consejo de ancianos, los kages de la mayor cantidad de aldeas y la misma ley shinobi dictada a través del tiempo por kages y señores feudales estaban presionando a Naruto con desposar a dos mujeres. Incluso habían hecho viajar a varias candidatas ofrecidas a Konoha desde otras aldeas para que Naruto escogiera a la segunda, tercera o como él deseara, cosa que no agradó a nadie, ni a Naruto, ni a Ino, y sobre todo al clan Yamanaka. Naruto pasaba la mayor parte del día escondido en las oficinas del hokage, sumergido en un mar de presiones y estrés… al lado de su no tan leal libro de procedimientos civiles acerca de clanes, buscando la forma de escapar sin que el consejo le cortara la cabeza o se metiera en más problemas, pero la única solución que encontraba para escapar de esto era por autohomicidio… (Se que no existe esta palabra, es solo que soy un exagerado actor histriónico)

Escapar era imposible, pues en las puertas de las oficinas estaban centinelas de las demás aldeas con órdenes implícitas de acercar a Naruto a las demás damas enviadas para congeniar forzosamente con Naruto. Por lo mismo, cada que Tsunade se metía en la oficina con algo de comida para mantener con vida a Naruto tenía exactamente dos coma cinco segundos para hacerlo antes de que una avalancha de shinobis se adentraran de la misma forma dentro de la oficina. Como medida extra de seguridad se apostaron seis cazadores Anbu en los alrededores de las oficinas para evitar el secuestro, intromisión o incluso la seducción de Naruto… bueno, esto último era cosecha de Tsunade.

En dos coma tres segundos logró entrar Tsunade en la oficina acompañada de Ino, quienes al darse la vuelta atrancaron la puerta antes del impacto de seis shinobis de Ame, Suna, Kiri e Iwa.

–Bendito sea el que reforzó estas puertas para evitar que tomaran las oficinas fácilmente. –Dijo Tsunade, apoyándose de espalda en las puertas.

–¿Qué clase de locura es esta? –Dijo Ino recuperando el aliento. –Estamos sitiados en nuestra propia aldea. Esta táctica no la enseñan en la academia.

El roce del metal en las manos de Naruto alertó a las dos rubias.

–¿Contraseña?

–Espera, ni siquiera habíamos acordado una contraseña. –Dijo Tsunade dejando los platos en la mesa.

–Cierto, pero solo ustedes tendrían esa información. –Naruto bajó de un rincón, en el que se refugiaba escondido con un genjutsu de ilusión para que pareciera un trofeo de cacería, aunque disfrazarse de Yeti no era del todo un plan. –¿Qué noticias hay?

–El consejo de ancianos es definitivo con su decisión. Sasuke se ha convertido en aliado de la aldea, pero están muy interesados en tu decisión. Quieren que te decidas de una buena vez o simplemente dejarán su apoyo hacia el asunto de Hokage. El señor feudal se muestra neutral ante tu decisión, y te apoya en tu decisión. Pero pide que te decidas de una buena vez antes de que konoha se venga abajo.

–Dios bendito. –Ino se sentó abriendo uno de los platillos, ramen instantáneo al que agregó agua caliente de un calentador de agua en la oficina. –Desde que Sasuke te encerró en esta situación los problemas no cesan. Ya ni siquiera podemos estar juntos fuera de esta oficina.

–El señor Yamanaka muestra apoyo en mi decisión. –Naruto imitó a Ino preparándose un poco de ramen instantáneo. –Pero mi señora suegra parece ser la más molesta. Compartirte con otra… no me agrada la idea…

–Lo que más me molesta es la enorme cantidad de mujeres hospedadas en la aldea esperando una oportunidad de tomar un poco de tus genes. Te tratan como a una mercancía, como algo que hay que ganar.

–Silencio, Ino. Tú tienes tu lugar con él seguro.

–Nada es seguro. –Ino comenzó a alimentarse con la sopa instantánea. –¿Tal vez debamos abandonar esto de instaurar un clan casi desaparecido por el bien de la aldea, de Sasuke y el bien de nosotros dos.

–Ya no es posible. –Naruto aderezó su sopa un poco y comenzó a degustar. –El consejo de ancianos está empeñado en levantar mi clan, a como de lugar. Si tan solo desde un principio me hubiesen tratado como a Sasuke, siendo apoyado y respetado por ser el último Uchiha en Konoha con derecho a su propia villa, tal vez tomaría más en serio esto de levantar mi clan, y desde un principio ya habría elegido. Pero todos en esta aldea me odiaron durante la mitad de mi existencia.

–Incluida la señorita de rubio. –Dijo Tsunade.

–Ahora es diferente. Naruto es alguien por quien vale la pena creer. Si pudiera elegir, cambiaría mi forma de ser para…

–Elegir. Tal vez puedas.

–¿Qué?

–Esa es la solución para salir de aquí, dejar que tu elijas a la persona con la que compartiremos nuestras vidas.

–No, espera… ¿Por qué tengo que ser yo?

–Si la elijo yo, tal vez produzca problemas entre nosotros. Si tu elijes, estarás consciente de que no fui yo y estarás complacida de compartir…

–Naruto, si me dejarás escoger a mi, creo que ya conoces a la persona que podría compartir nuestras vidas. De hecho, quizás ella también quiera algo tan…

–Si están hablando de Sakura, les pido sean cautelosos. No ha estado muy consciente últimamente. Se la pasa encerrada en quirófanos y no quiere salir hasta que ya no puede operar. Trata de ocultarse de ustedes por alguna razón.

–No se siente con fuerzas para charlar con Naruto, por que podría confesarse y perder a Naruto.

–Motivemos la un poco. –Naruto se transformó en ese momento para poder salir de allí. –Vamos a visitarle.

Sakura estaba en calidad de cadáver. Recostada en un sillón de la sala de doctores dormitaba para recuperar un poco su energía. Las enfermeras la habían cubierto con su propia bata para evitarle un resfrio, y apagaron las luces colocando en la puerta un anuncio que decía "guardar silencio". Este era un anuncio que se ponía afuera de la oficina de Tsunade cuando estaba concentrada estudiando, por lo que se sabía que no debía hacerse ruido y mucho menos interrumpir su concentración so pena de perder la cabeza. Era un engaño que funcionaba para doctores y personal.

Entre sueños Sakura veía alejarse a Naruto, ahora para no volver. Esta era una pesadilla recurrente, la razón de que evitara dormir tanto. Ino, ella era su mejor amiga. Y la culpa de estar enamorada del novio de ella le carcomía espíritu y razón. Más que nada, era la culpa de haberse negado por años a darle una oportunidad por la estupidez de saber que Naruto era su amigo más leal, el mejor de todos, el único que le entendía y sacrificaba felicidad y salud con tal de cumplir esa estúpida promesa infantil, aquella que le quitó el corazón tiempo atrás. La culpa consumía energía que solo recuperaba con cafeína y pan. Ya no era la misma persona que se esforzaba por ser alguien útil para él. Ahora se había convertido en una especie de androide que trabajaba de sol a sol encerrada en el hospital. Solo en su día libre salía al sol para convivir con Ino, la amiga que podía darle un momento de paz a su rutinaria vida.

El accionar de una llave en la puerta y pasos adentrándose en la misma habitación despertó a Sakura serenamente, volviendo su atención a la puerta. Ino y Tsunade habían entrado dándose por fin cuenta del paradero de Sakura.

–Te dije que estaría aquí. –Dijo Tsunade. –Últimamente Sakura no puede descansar en paz.

–Maestra Tsunade. –Sakura intentó sentarse de inmediato al verla cerca.

–Tranquila, Sakura. Mereces descansar. –Tsunade colocó en una mesita un poco de comida. –Creo que lo mejor es que comas un poco antes de seguir durmiendo. Me sorprende que puedas seguir adelante después de varios días a pan y café.

–No importa mucho. Solo es para…

–Evitar quedarte dormida. ¿Qué más puede ser?

–Ino…

–Sakura, tal vez te has perdido estos últimos tres días. –Tsunade se sentó frente a Sakura, apoyando sus codos en sus piernas, mostrando una faceta seria que le arrebató la atención a Sakura. –Me pediste que te informara de cómo resultaron las negociaciones de la aldea que Sasuke está iniciando.

–Solo quiero saber que cambios habrá en la aldea.

–Bueno, entre otras cosas, La aldea de las cenizas ha pasado a ser uno de nuestros aliados. Hemos enviado ya mano de obra para construir y reparar los territorios de la aldea del sonido, el sitio donde se levantará esta aldea.

–Ame y Suna también pactaron alianza con Sasuke, pero todos pactaron un tratado de paz de al menos cinco años para evitar problemas entre aldeas.

–Bueno. Al menos por cinco años Konoha dejará de preocuparse por ello.

–Hay otras cosas. Como sabes, Sasuke es el último miembro del clan Uchiha, por lo que muchos se mostraron interesados en evitar que se propagara el clan rápidamente. Debes saber que cuando se trata de un…

–El último varón de un clan, dos mujeres, múltiples ganancias y apoyos… etcétera y shalala, shalala… Naruto me compartió un poco de información cuando lo visitaba… de vez en cuando.

–Deberías ser un poco más considerada con mi Naruto. –Ino se sentó tranquilamente al lado de Sakura. –Te extraña mucho.

–No debo acercarme mucho a él, y si lo hago…

–Lo amas demasiado. En fin, tu martirio fue negarlo. Como sea, los kages de las aldeas del imperio se mostraron interesados en restarle descendientes de Sasuke, para evitar un nuevo levantamiento civil Uchiha. Pronto el Raikage, recordando un clan anterior, pidió que se levantara de la extinción para detener el clan Uchiha en caso de que algo sucediera.

–¿Un clan Extinto?

–Sasuke propuso que él ramificaría su clan solo con Karin únicamente si el último varón de ese clan ramificaba en dos o más. Esto solo para hacerle mal a este sujeto.

–¿Eh? ¿Pero como se le ocurre que le va a hacer mal? Cualquier hombre promedio cumpliría una de sus fantasías más pervertidas casándose con dos o más. Más bien parece que le está haciendo el favor al pobre perdedor.

–Perdedor. –Tsunade bajó la cabeza y entró en un aura depresiva, algo no tan común en ella. –Sabes, esto se complica cada vez más.

–No sabes como le duele al pobre perdedor tener que casarse con dos por fuerza. El inútil piensa que lastima a la primera por verse involucrado con la segunda. No le parece justo. Honestamente me sentiría mal si eso me ocurriera a mi.

–Si, yo también. Compartir al mismo chico…

–Estar enamorada del mismo chico que otra chica no es tan raro, ¿cierto Sakura?

Sakura volvió a adentrarse en un aura seria y decaída. Vistas de frente, Sakura y Tsunade se veían muy similares, agachadas y en depresión crónica.

–Dios, que parecidas se ven frente a frente.

–No me recuerdes temas tristes. Jamás me perdonaré haberlo tratado tan mal durante tantos años, impidiéndole renunciar a su búsqueda por regresar a Sasuke a la aldea. Rechazando cualquier acercamiento hacia mi por mis motivos egoístas… Lo amo, pero ya no tengo derecho ni merezco estar cerca de él. No me había dado cuenta hasta que ya no podía tenerlo…

–Sakura, ¿lo amas tanto?

–No debo hacerlo, pero debo aceptarlo. Lo amo como jamás creí poder hacerlo. Perdóname, Ino. No debería…

–Suficiente castigo es saber que lo tuviste a tu lado y lo dejaste ir.

–¿Qué linda manera de decirlo. –Dijo Tsunade adentrándose aún más en su aura negra.

–Podrías recuperarlo, Sakura.

–No, ya no quiero que sufra más por mí.

–¿Quién dice que sufre? –Al fin Tsunade levantó la cabeza.

–Sakura, de verdad puedes recuperar un poco de Naruto. Solo que para eso te pongo una condición.

–Ino de verdad…

Ino se arrodilló frente a Sakura, quitándose un anillo de compromiso que Naruto le diera poco tiempo atrás. Ese anillo cambió de dueña ese día, al ser colocado por la rubia en uno de los dedos de Sakura. Era extraño verse en esa situación, ya que bien parecía que Ino le…

–Sakura, ¿te gustaría ser mi esposa?

Sakura cambio de un color pálido por malcomer y falta de sueño recurrente, a un rojo bastante intenso. Le arrebató la mano a Ino al instante en el que le puso el anillo al fondo.

–¡¿Pero que te pasa, Ino? ¡No es hora de bromas!

–Es en serio.

–¡No me hagas esto, que no es justo para ninguno de los tres. Yo amo a Naruto, Naruto te ama a ti y tu…

–Amo a los dos… pero más a Naruto. Bueno… espera, eso no salió como esperaba. Amo a Naruto, y Naruto nos ama a las dos… pero no sé si… Creo que me confundí demasiado, amor…

Tsunade se acercó a Sakura.

–Sakura, el caso es que el clan que está casi extinto es el Clan Uzumaki, y Naruto es el último de sus miembros. Sasuke ha obligado a Naruto a desposar a dos como mínimo.

–Y Naruto no puede elegir a nadie sin pensar en la injusticia que resulta ser todo esto.

–Al final decidí darle la decisión de la segunda mujer a Ino, para evitarme muchos problemas.

–¡Evitarme!

Tsunade desapareció en una nube de polvo, dejando en su lugar a Naruto, quien había encaminado a Sakura a la confusión debido al plan de Ino.

–Naruto no podía elegir, y dijo que yo la escogiera. Entonces, pensando en muchas candidatas que he conocido, y debido a que Hinata esta comprometida, Tsunade es una anciana y Tenten no le interesa… la vigésimo quinta en la lista eras tú.

–Espérame, espérame. –Sakura se levantó de golpe alejándose de los dos maniáticos que la atacaban de cerca con ideas extrañas que no cabían dentro de su propia psique. –No puedo creer que ustedes estén proponiéndome esta clase de estupideces libertinas. Creí que Naruto era más considerado, pero ahora veo que no eres más que un pervertido…

–La pervertida soy yo, Sakura. Naruto no quería…

–No me importa que es lo que ocurrió. No podría considerar compartir al novio de mi mejor amiga justo después de lo mucho que he pasado por dejar a Naruto de lado durante estos meses.

Sakura trataba de soportarse en pie después de todo lo ocurrido desde la noche en la que dejó libre a Naruto. Ino se acercó a ella tomándola con las manos de los hombros y acercándose un poco más a ella. Sabía lo tensa que se encontraba por la enorme carga continua de trabajo más la evidente razón de peso encontrada en la carga emocional del instante, pero había que calmarla.

–Sakura, honestamente esto apesta. Lo sé, tú lo sabes, Naruto hace oídos sordos tratando de dejarme esa difícil decisión a mí. Pero honestamente no me sentiría a gusto con una segunda mujer si no eres tú. Siendo shinobis las únicas candidatas a desposarnos (que onda con esta persona, ella se cree la que será desposada), me siento insegura de que en algún momento me envenenen o traten de deshacerse de mí de un momento a otro. Además, tal vez es la única forma de que las dos estemos tranquilas. Mirate, amiga. La tristeza consume el resto de tus sentidos. Si las dos estamos felices, que mejor.

–Pero Naruto… él…

–Sakura, siempre te ha amado. A mi me ama, te ama a ti, y las dos lo amamos a nuestra manera. Además, si no aceptas, Naruto terminará en manos de otra arrastrada de las candidatas que el resto de las aldeas han enviado para tomar sus genes y dale a la aldea vecina un buen shinobi del cual aprovecharse en un futuro.

–¿Cómo se atreven? –Ino había cambiado el ángulo de la charla, motivando algo que Sakura no podía controlar: su carácter. Incluso Naruto estaba sorprendido del rumbo que estaba tomando esto.

–No podemos permitir que nos quiten a Naruto, sobre todo cuando ninguna de esas arrastradas oportunistas siente nada por nuestro amado Naruto.

–No, claro que no. –El color y la energía regresó a Sakura. Había vuelto a ser la misma.

–Esas golfas solo buscan una aventura para tener los beneficios del clan, obtener el apellido más importante de Konoha y ser la mujer del futuro hokage de konoha.

–Malditas.

–No podemos permitir que se aprovechen de Naruto.

–Claro que no.

–Naruto no merece ser tan dañado emocionalmente por mujeres como ellas.

–No, no lo merece.

–Entonces hay que hacer lo que nos dicta el corazón.

–Exacto…

Sakura regresó sus pasos a donde Naruto y le acertó un mega puñetazo que hizo que atravesara la puerta, el muro siguiente y la ventana de la sala de enfermeras, cayendo entonces dos pisos sobre las escaleras del hospital. Ino estaba petrificada en su sitio asustada por lo que acababa de provocar. Apenas recuperó movilidad se dio cuenta que Naruto debía estar inconsciente, malherido y con serias complicaciones de salud. Sakura estaba apenas dándose en cuenta de lo que había hecho. De inmediato se puso en camino a donde habría caído Naruto de haber seguido una línea recta.

Abajo un alto número de médicos se apresuró a donde había caído Naruto, levantando en su lugar a una linda dama de cabellera larga agarrada en dos coletas. Aún en camino al vacío, Naruto planeó transformarse para evitar problemas con los espías de otras aldeas. Para cuando Ino y Sakura llegaron a la puerta, los médicos ya llevaban a la chica Naruko a emergencias. Al verlos pasar por un lado, las dos cambiaron dirección y se acercaron a Naruto.

–Deténganse, chicos.

Sakura e Ino comenzaron a analizarlo para saber qué era lo que había ocurrido pero no parecía gran cosa. Solo estaba seudo consciente y muy adolorido.

–Este chico tiene huesos de titanio.

–Si.

–¿Qué te pasa, Sakura? Se trataba de protegerlo, no de asesinarlo.

–Perdón. Me dejé llevar por eso de que te dejó a ti la carga de elegirle una… como decirlo… concubina más para adicionar a un harem. O al menos así lo vi.

–No importa. –Naruto comenzó a recuperar movilidad, sin deshacerse de la imagen de Naruko. –Sakura tiene razón, no debí dejarle el paquete completo a Ino. Debería ser un acuerdo de dos. Aunque, a decir verdad, también yo confiaría en ti, lamedor de mis amigas, para compartir mi vida al lado de Ino. Después de todo, jamás dejaré de amarte.

–Naruto. –Sakura volvió a tomar el color rojo.

–Es solo que ahora amo más a Ino, pero eso podríamos nivelarlo pronto.

–Insensible infeliz. –Sakura preparaba nuevamente su puño para mandarlo a volar por el hospital.

–Si aceptas compartir nuestras vidas, te permito besarlo ahora mismo. Espera, quizás no deba permitirlo tan fácilmente.

Sakura no esperó a que Ino reafirmara su propuesta anterior. Simplemente se subió a la camilla donde Naruto estaba recostado apoyado en sus codos. Se arrodilló a piernas abiertas a la altura de la cintura del rubio y tomó de sus labios todo cuanto ella quiso. Esta era la afirmación de que ella sería una esposa más para Naruto, quien por primera vez en su vida se sintió superado por haber recuperado lo que le había dejado parcialmente vacío. Cuando el beso hubo durado demasiado tiempo, ino comenzó a desesperarse, sabiendo que era Naruto, su prometido, quien se besaba con su mejor amiga. De pronto así resultaba ser una mala idea. Además, los doctores presentes se sentían nerviosos, pues lo que ellos veían era a su compañera Sakura Haruno besándose con una linda chica rubia de larga cabellera… entonces no se trataba de algo común en el hospital.

–¡Basta! –Ino separó a los dos para evitar que los celos la consumieran. Sin embargo fue atrapada por Naruku cuando apenas estaba tocándolas, empinando la botella romántica a su favor y bebiendo de los labios de la rubia un elixir erótico. Ahora los doctores tenían serios problemas, tales así que necesitaron abandonar el pasillo sabiendo que con Sakura e Ino podía atenderse la chica de… cualquier forma necesaria. Ninguno de los dos vio a Naruko perder el jutsu para volver a ser Naruto. En un declive celoso y cachondo, Ino debió finalizar su beso con Naruto, viéndolo como chico esta vez. –Aún siendo Sakura, no me convence del todo. Tengo que compartir… a… mi…

Sakura ahora hizo lo que nunca creyó haría. Tomó a Ino por la mejilla y comenzó a girarle el rostro dirigiendo la mirada a si misma. Acercó sus labios solo hasta rosar los de Ino, un pequeño juego que incluso la motivó a cerrar distancias. Era la infidelidad consentida perfecta, siempre que fuese en la pareja… perdón, trío. No hubo beso, ni nada subjetivo que motivara a Ino o a Naruto a iniciar nada. Solo era un pequeño motivante para compartir vidas juntos.

–Ino, no te pongas celosa. A partir de ahora, y hasta que la muerte haga su parte, los tres seremos marido, mujer y mujer.

–Me pregunto qué sucederá con las dos a partir de hoy, cuando tengamos que compartirlo en todos los aspectos…

–Compartiremos todo, Ino. Los tres juntos, o por separado. Tal como siempre fue en realidad.

El juego seductor de Sakura le hizo estremecer, tanto a Ino como a Naruto. La idea de compartir momentos así, en la cocina, en las tardes de lluvia… en intimidad… el objetivo era reencarnar un clan completo… pero por algún motivo resultaba ser un poco excitante, en el modo menos pervertido de hablar. Ino, Sakura y Naruto, desde ahora uno solo.

.

.

.

-Republicar este fic no es solo por amor al arte. El motivo es por que de verdad me agradó la relación NaruIno, tanto así que el NaruIno es mi segundo preferido, después del NaruSaku y poco arriba del NaruHina. Yo... en lo personal, prefiero lo que Naruto (y por ende Kishimoto) elige, que hasta el momento es el narusaku, pese a lo bien que se lleva con Hinata. Sin embargo, aqui en el papel (Y Word) soy dios, y yo decido con quien se queda.

-Cálmate, Kaito. Comienzas a comportarte raro. Mejor dale la noticia a la comunidad NaruIno que siguió tu historia.

-Si. Para Josébudokai, y quienes adoraron el primer fic, estaré trabajando al mismo tiempo en el hilo de la historia original. ¡Así es! Naruto e Ino solos, en la restauración del Clan uzumaki. Comenzando por borrar el final alternativo y dejando este fic como un Spin off. No sé aún si continuaré en el mismo fic, o si continuo en un fic de diferente nombre. Si alguno de los anteriores lectores que disfrutaron y comentaron "la rubia que me ama" ha llegado por algun motivo desconocido a este fic, les pido opinen del formato, si debe continuar o debe ser un fic diferente.

-Si alguno de los dos fics les agradó, si desean inspirar a este par de escritores, les pido un comentario, agreguen a favoritos y/o nos sogan como historia o escritor. Eso nos ayudaría a inspirarnos. Se despiden de ustedes Kaede, la hija de la espada de cristal

-Y Kaito J, el lobo mexicano. Nos leeremos más tarde