Disclaimer: Los personajes son de Mashashi Kishomoto, yo sólo los tomo prestados para una de mis tantas ideas raras.
Resumen: Sasuke ha decidio que no tiene caso seguir luchando contra el destino, se ha rendido ante un juicio que desconoce. Sin embargo hay personas que desean darle una segunda oportunidad. ¿Qué consecuencias tendrán sus acciones? ¿Cómo es posible que Naruto no tuviera nada que ver con su "rescate"? ¿Sasuke será capaz de encontrar a esa persona para restaurar su clan?
Las letras cursivas corresponden al pasado las letras negras a los diálogos y las letras normales a la narración
Creo que eso es todo
¿POR QUE?
El Inicio
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- ¡Esto es una locura! No entiendo porque deberíamos hacer algo por ese traidor
- Y-yo sie-siento que es lo m-menos q-que po-podemos hacer por él. T-todos no-nosotros, Ino, Shi-shikamaru, Ki-kiba, Shino, Ch-chouji y yo c-conocíamos a S-Sasuke, y no h-hicimos n-nada p-para ayudarlo c-cuando p-paso lo d-de su fa-familia. S-si lo h-hubiéramos apoyado, él p-podría no es-estar en e-esta situación – ella sabía que todo lo que decía no conllevaba más que riesgos, problemas. Pero si no lo decía, si no lo intentaba, ese sentimiento de culpa no se iría de su pecho
- Tú misma lo has dicho "podría", además él ha sido quien escogió su camino- él no brillaba por su paciencia o ser el más sereno en situaciones que lo superaban, lo que estaba viviendo lo rebasaba de manera abrumadora. Luchaba con alzar la voz, pero sus pies y manos eran incapaces de mantenerse quietos- él sabe a lo que se enfrenta, no es mi culpa que tantos crímenes pesen sobre su espalda.
- Al mismo tiempo, Kiba, ella ha mostrado un punto muy válido, nosotros como compañeros de clases, conocidos por ser parte de clanes importantes, debimos mostrar nuestro apoyo en esa situación tan crítica que estaba pasando, de esa manera no se habría sumergido en esa oscuridad que lo ha orillado al lugar donde se encuentra ahora mismo- y ahí estaba Shino, quería a su amigo, había aprendido a leer sus ligeros cambios de humor, a ignorarlo cuando no tenía importancia lo que decía, a escuchar sus muy sabias palabras, y ahora aprendía a no mandar a Akamaru a morderle ese... pedazo de carne que ocultaban sus bolsillos traseros
- Yo insisto en que él se lo ha buscado. –Había perdido, lo sabía con ver la mirada decidida de su tímida amiga y ese porte que no aceptaba replicas de su amigo, incluso Akamaru estaba sentado junto a ellos, se había quedado solo - Pero tienen razón, no podemos quedarnos de brazos por segunda vez. No será sencillo- claro que no lo era, enfrentarse a toda su aldea por... "ese", maldita consciencia.
- No podemos arriesgar a nuestros camaradas en una operación tan peligrosa, hemos sido nosotros quienes hemos dado con esta conclusión, involucrar a nuestros allegados no haría más que perjudicarlo de manera innecesaria.
- L-lo siento, e-esto h-ha s-sido mi i-idea y los e-estos involucrando, d-debí q-quedarme c-callada y no decir n-nada. S-sólo les c-causo p-problemas, l-lo siento.- ¿Por qué no podía mantenerse firme? ¿Por qué sus sentimientos eran tan débiles que se esfumaban ante la menor duda? Odiaba su forma de ser, su débil carácter, con su poca autoestima no hacía más que causar problemas a sus compañeros de equipo. En ocasiones en verdad se sentía un estorbo-y-yo sólo... p-perdón, l-lo siento
- No te disculpes Hinata. Todo lo que has dicho tiene su verdad. Nosotros hemos decidido apoyarte, además para este tipo de situaciones es para las que nos hemos entrenado. Veras que no necesitamos la ayuda de los demás, podremos hacer esto por nosotros mismos.- Sonrieron los tres, no, los cuatro, por alguna razón terminaban metiéndose en problemas de los que siempre esperaban salir ilesos. Ser ninja no era nada fácil
- Me gustaría decir que nos adelantamos a los hechos, pero que lo condenen a muerte es la opción más viable para la aldea, debemos mejorar nuestras habilidades si queremos ayudar al que consideramos un camarada en el pasado.- Una decisión apresurada los dejaba con menos tiempo para estar listos, hora de volver a acomodarse a esta nueva situación.
- S-shino, K-kiba, gracias –problemas era lo único que les esperaba y eso le causaba una extraña emoción, romper las leyes de esta forma era algo que nunca imagino hacer.
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Esa había sido la conversación que los había llevado a donde estaban, noqueando a los guardias de la prisión de Konoha para liberar a uno de sus prisioneros más peligrosos y letales, no sólo de su aldea sino de todo el mundo shinobi. "Rescatar" a Sasuke Uchiha no sería una "misión" sencilla, si los llegasen a atrapar se enfrentarían a un castigo que no habían querido imaginar, y aun así se amoldaba en sus mentes las noches que aparentaban nada sucedía, las horas donde pasaban preparándose para ese momento y viendo las celdas, habitaciones de tortura, no podían evitar imaginarse ahí si llegaban a fracasar.
Hacía más de un mes que Sasuke había regresado ¿Por qué? Después de desistir de su destrucción a la aldea, matar a su hermano y ayudar en la cuarta guerra ninja, no tenía nada más que hacer. En sus propias palabras "La única forma de restaurar mi clan es consiguiendo una esposa, y no quiero a una loca, así que lo mejor es esperar a que dejen de considerarme una amenaza para que pueda hacer mi vida"
La cosa no era tan sencilla, los cinco kages junto a sus consejeros eran quienes debatían el destino del renegado, este problema no concernía a Konoha después de todas las atrocidades, ofensas y daños que había causado a las demás aldeas de manera directa o indirecta. Ellos como herederos de sus clanes, estaban al tanto de las discusiones que se fomentaban, no había muchas personas que estuvieran a su favor, ni siquiera dentro del círculo de su aldea, se discutía entre mantenerlo vivo sellando sus habilidades ninja o ejecutarlo.
Aunque la primera opción le resultaría en una mayor tortura al afectado, eso podría traerle más problemas, como discípulo de Orochimaru y ayudante de Madara mantenerlo vivo por más restricciones que le pusiera siempre sería un riesgo, su deceso del deseo de destrucción podría no ser más que una treta para atacarlos desde adentro. Matarlo era la mejor opción para que pudieran vivir tranquilamente sin el sentimiento constante de sospecha, de cuidarse las espaldas, y estar seguros de la seguridad de sus aldeanos.
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- Necesitamos disfraces, no podemos arriesgarnos a que nos reconozcan, aprovechemos que estamos en una misión para comprar lo que necesitemos- no es que estuvieran de holgazanes, y habían terminado, sólo debían recorrer los límites de unas aldeas que estaban siendo atacadas por ladrones comunes y corriente y llevarlos antes las autoridades locales, dos días y habían terminado, ahora recorrían las calles antes de regresar.- Lo siento amigo, no podrás participar- Akamaru no se veía afectado por ser "abandonado" no haría más que levantar sospechas si los acompañaba
Nuestros rostros deben ser lo primordial
- ¿Q-qué les p-parece s-si u-usamos e-esos?- preguntó señalando unas gafas de esquiador con el visor negro
- Uniformes, dar la ilusión de una organización... necesitaremos maquillaje para cubrir otros rasgos- Kiba sabía que se estaban refiriendo a él- nuestro cabellos también podrían ser un problema, nuestro movimientos pueden ser fácilmente identificados y nuestras voces son particularidades que debemos ocultar- no sería nada sencillo ni fácil, pero era ahora que empezaban a planificar que veían todas las complicaciones que conllevaba.
- ¿Q-qué r-ropas podríamos u-usar?
- Aun tenemos tiempo para discutir ese asunto, por ahora esos visores, gafas o como se llamen son una buena opción vamos por ellos.
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Con todos sus sentidos tan dormidos por todo lo que le habían metido no pudo percibir lo que sucedía allá afuera, cuando tres figuras en gabardina se pusieron frente a él, sólo pudo suponer que eran los que lo llevarían hacia su verdugo. No había esperado que lo perdonaran, que lo dejaran en la cárcel por el resto de sus días fue una opción que descartó casi inmediatamente. No le sorprendía saber que decidieran darle pena de muerte, tampoco le importaba, no tenía nada más que hacer con su vida, todo lo que se había propuesto toda meta que había alcanzado o abandonado lo dejaba en ese cuerpo que ahora era inservible, inútil y sin ningún propósito, ¿Esposa, familia, hijos? Necesitaría entablar una relación con alguien que no lo viera con miedo, odio, repulsión o un fanatismo que rayase la locura ¿Encontraría a alguien así? Sería algo tan sencillo como encontrar la manera de escapar de ahí con todo su cuerpo entumecido por las drogas, falto de chakra por los supresores, encadenado de piernas y brazos que apenas le permitían movimiento, su estómago vacío por casi una semana, traspasando barrotes especiales que mandaban fuertes choques eléctricos a todo aquel que se atreviera a tocarlos sin haber desactivado el mecanismo que se encontraba en una ubicación desconocida para él. Sí, sería así de fácil.
Se sintió flotando, un instante, después lo cargaban como a un saco de papas, parecía ser la figura más pequeña, su abdomen estaba sobre un hombro pequeño y delgado, sabía que las apariencias engañaban, pero no se imaginaba que una persona de ese tamaño y complexión fuera capaz de cargarlo tan fácilmente... ¿cargarlo? ¿Por qué lo cargaría? ¿No deberían obligarlo a caminar y burlarse de él por su falta de movimiento o como mínimo arrastrarlo riéndose por sus gemidos ahogados –que obviamente no haría-? ¿Por qué tener esa consideración con él? Trató de regular su respiración, calmarse para recordar un poco de aquellos sujetos, cerró los ojos tratando de suprimir sus nauseas. Tres figuras vestidas con gabardinas, dos de ellas tenían casi la misma estatura, la otra era más pequeña, una capucha ocultaba su rostro, pero cuando se agacharon a su altura pudo ver que algo les cubría los ojos, algo negro, su vestimenta bajo esa gabardina... no la había visto, el protector ninja de su aldea tampoco lo había visto, ¿Estaría escondido entre sus ropas? El suave movimiento parecía arrullarlo, batallaba contra la inconsciencia, sería por eso que se imaginó un cuerpo tirado que tenía la misma cara que su carcelero antes de que todo se volviera de un negro agitado.
Entrar a la aldea fue sencillo, había entradas que eran poco vigiladas en el área este, su vigilante era un chunin que fue burlado sin mayor dificultad, sus ropas negras los ocultaban en las sombras nocturnas de cualquier par de ojos curiosos que sólo creyeron imaginar cosas al pasar a un lado suyo. Estuvieron vigilando por quince minutos la torre Hokage, era en sus pisos inferiores, después de pasar por unos túneles que parecían serpientes entrelazadas encontrarían su objetivo. Tenían tres minutos a partir de ese momento,. en el que producía el cambio de guardia, contaron veinte segundos desde que se fuera el vigilante, sus pies desnudos amortiguaban el sonido provocado por sus pasos rápidos, debían atravesar cinco pasillos sin llamar la atención. Su respiración levemente errática era la única muestra de su nerviosismo.
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- Shino, Kiba, Hinata, Akamaru les he llamado porque el señor feudal de la aldea de la luna ha solicitado un equipo de rastreo, últimamente se han visto a personas extrañas en los alrededores y cuando eso pasa los niños desaparecen. No quiere causar pánico, por eso quiere un equipo discreto, rápido, eficaz- Tsunade los miraba desde su escritorio, reprimió un suspiro al ver a esos jóvenes que había visto crecer, en ese tipo de situaciones en verdad se sentía un poco pasada de años- irán de incógnito, observen la situación, informen de todo al señor feudal, sólo de ser necesario o que él lo pida ayudarán en su captura. ¿Entendido?- sólo recibió un asentimiento como respuesta
- Tsunade-sama en cuanto al "hijo de la serpiente", eso quiere decir que nuestra presencia no será necesaria- era una afirmación ella lo sabía, Sasuke había sido un dolor de cabeza, no sólo para ella, también para los líderes de los clanes principales y sus herederos
- Es necesaria su ausencia. Parten a media noche, eso les dará tiempo para llegar en la tarde como turistas comunes
Salieron en silencio, si alguien estuviera estudiando sus movimientos para rescatar al Uchiha, estaría consciente de que toda reunión se hacía sólo hasta contar con todos sus consejeros y herederos al puesto, el que ellos salieran los despistaría en tanto los demás o quizá, sólo los altos mandatarios realizaban su ejecución. ¿El lugar? Se decidiría el mismo día para que fueran incapaces de descubrirlo a tiempo... también existía la posibilidad de que fuera esa razón de que dejaran afuera al único posible equipo de rastreo que, liderados por una cabeza hueca rubio de ojos azules, fuera capaz de ayudar en su liberación. ¿Qué ellos fueran a actuar sin ayuda de nadie? ¡Imposible!... grave error
- Será en tres días, entre las tres a las cinco de la noche, hasta entonces se quedará donde está.- era la primera vez que agradecía que su madre fuera una borracha parlanchina, no le costó llenarla con botellas de Sake mientras su hermana iba a una cita con su nuevo novio.
- Sus c-centinelas c-consistirán en d-dos hombres. L-los demás s-se encargarán d-de p-preparar e-el l-lugar- según su padre la desinformación era algo que nunca se podía permitir. Siempre le comentaba las "trivialidades" que no merecían mayor atención cuando el asunto debía de estar resuelto.
- A partir de la tarde se encargaran de... "tranquilizarlo" para que no sea capaz de oponer resistencia.- tenía derecho a saber sobre el destino del que una vez fue un buen camarada, su padre no le negaba esa información
- Esta misión nos favorece, no creí que en verdad nos fueran a dejar fuera. Tenemos la ventaja, los terrenos donde lo esconderemos sólo nosotros sabemos como avanzar por ellos.- habían discutido la posibilidad de que sólo a ellos los mandaran de misión, pero sólo había sido una hipótesis, un "posible" demasiado favorable
- D-debemos s-ser veloces, n-no p-podemos tardar m-mas que e-esa n-noche, A-Akamaru p-podrá dar l-la ilusión de q-que aun e-estamos e-en la a-aldea, pero si no llegamos a-antes del a-amanecer p-podría traer p-problemas- mas eso sólo les quitaba un peso de sus espaldas para poner otro un poco más liviano.
- Que nos hayan contratado no significa que podamos hacer nuestras actividades libremente, el contratista siempre envía un reporte de nuestro desempeño y una pequeña alteración puede hacernos el blanco de dudas.- ese era el nuevo peso
- La comunicación serán señales, no debemos hablar. Tampoco podemos realizar ningún ninjutsu, lamentablemente están enfocados en nuestras habilidades y relacionados a nuestro clanes, serán fáciles de identificar.- que se sumaba a los demás
Kiba suspiró, Hinata jugaba con sus manos y Shino miraba al cielo. Empezaba la cuenta contrarreloj.
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Noquear a los dos centinelas fue fácil, no esperaban ser atacado por alguien que no fuera su prisionero. Sasuke parecía un muñeco de trapo en el brazo de Hinata, alejaría toda su timidez y debilidad de lado por ese día, tomaría el valor y confianza que le tenían sus amigos y la gastaría toda ese día. Entrar fue sencillo, salir era lo complicado, habían tardado siete minutos, el nuevo guardia ya debía estar en su puesto, la pesada puerta de hierro haría un sonido que sin duda lo alertaría. Se miraron, asegurándose de estar preparados. Con los dedos en alto, Kiba contó hasta tres, abrió brusca y fuertemente la puerta, Shino salió corriendo arrojando bombas luminiscentes y de humo que produjeron un ruido casi inexistente, Hinata iba detrás de él seguida de Kiba.
Konoha era muy grande, y misteriosamente tranquila. Atentos a cualquier ataque, Hinata fue capaz de parar antes que una lluvia de objetos filosos diera contra su cuerpo, Kiba corrió hacia ella quitándole el cuerpo que cargaba. Hinata golpeó al chunin que trató de atacar a Kiba por su costado derecho. Kiba silbó, Shino volteó justo a tiempo para atrapar el cuerpo de Sasuke que volaba hacia él. Shino cargaría el cuerpo únicamente cuando Hinata y Kiba tuvieran que deshacerse de todo aquel que los persiguiera.
Sus manos temblaron, fue ligero, tuvo que reforzar su "abrazo" al Uchiha que colgaba sobre su hombro para que no cayera, él era el más veloz de los tres, si alguien tenía la oportunidad de esquivar a quien se le pusiera enfrente con el menor esfuerzo, era él. Como estratega del equipo comprendía eso, como camarada y amigo se sentía un tanto frustrado e inútil por dejarlos peleando mientras él, a su emotivo parecer, huía. Escuchó gritos, maldiciones, preguntas, choques metálicos y golpes secos. Llegó al bosque interno de Konoha, podía sentirlo, una trampa se extendía ante él.
- ¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí? ¿Para qué quieren a Sasuke?- dio media vuelta, Hinata había perdido la capucha que cubría su corto cabello blanco, Kiba tenía su gabardina tan rota que lograba ver su pantalón negro y las vendas que abarcaban todo su torso y brazos- rendirse es su mejor opción, dejen al chico y recen por que no los atrape- no imaginaba a Kakashi con esa aura tan sombría
- Ya sabía que ese Uchiha no era de fiar. Como no pudo engañarnos manda a sus aliados para que lo liberen- aun así se sorprendían del pequeño grupo de no más de seis personas que los habían seguido, Kakashi y Gai entre ellos.
- Me gustaría dar una última advertencia, pero no estoy de humor- Kakashi saltó hacia ellos, notando su error casi de inmediato, el agarre en el cuello de su chaleco fue lo único que lo salvó de enredarse en el mar de hilos por lo que ahora corría fuego.- son listos, no vi cuando los pusieron
- Me atrevo a decir que ya estaban aquí Kakashi, sólo que no fuimos capaces de verlos, sus movimientos fueron un poco extraños al adentrarse en esta zona, yo creí que fue por la pequeña trampa que pusimos en la zona- las sonoras explosiones que se generaban unos pocos más adelante le daban la razón- ahora me doy cuenta de que me equivoque.
- Son shinobis preparados y fuertes, hasta ahora no han hecho más que huir y pelear sólo de ser necesario, ¿Quiénes serán? No he escuchado de nadie con sus características- los dos iban a la cabeza de esa pequeña comitiva, sus presas eran veloces, unidas, un verdadero equipo. Eso le disgustó, unos criminales eran más unidos que el equipo entrenado por él hace años, seguía sin ser un buen maestro, seguía sin saber inculcar el trabajo en equipo.
Buscó en sus recuerdos, indagando en cada uno de ellos esperando encontrar algo que vinculara a esos tres de cabello blanco con alguna organización, aldea, o algún conocido... de nada le sirvió, era la primera vez que estaba en esa situación, generalmente sabía a quien se enfrentaba y su nivel de habilidades, ellos eran la excepción. Nunca los escuchó hablar, sus movimientos eran certeros, necesarios, planeados. Trabajaban sincronizadamente, cuando creían atrapar a uno de ellos se les escabullía, cuando iban por Sasuke, éste era arrojado sin la menor delicadeza hacia otro de ellos. Lo único que podía concluir era que uno de ellos era una mujer, su ropa no consistía en nada más que un pantalón negro, vendas que abarcaban su torso y brazos, y esa gabardina negra.
Casi la había atrapado, habían luchado mano a mano mientras los demás iban por sus compañeros, su Sharingan parecía inútil contra ella ¿Cómo era posible eso?, logró cortar esa gabardina a la mitad, no esperó que al hacerlo ésta explotaría, sus ojos se vieron afectados por la intensa luz, se frotó los ojos para evitar esa visión borrosa que lo molestaba, un color crema llamó su atención. Eran hojas con los bordes ligeramente ennegrecidos por ser casi quemados, carteles de criminales y el precio sobre ellos ¿Caza-recompensas?
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- Sin hablar, sin jutsus complejos, sólo podemos correr, hacer emboscadas con trampas, y pelear cuerpo a cuerpo-tenían que repasar lo que iban a hacer, esa era su última oportunidad, no podían ni debían discutir de ellos una vez llegada a la aldea de la luna
- L-las trampas se p-prepararan a-antes de llegar a K-Konoha, n-no usaremos las s-sandalias para r-recordar d-donde p-pusimos c-cada una y e-escapar de e-ellas- dudar, aunque fuera por un instante era algo que no se iba a permitir por nada del mundo
- No podemos tener delicadeza con Sasuke, según se vea la situación será quien lo lleve. Los carteles no serán más que una coartada para que no sospechen de él- ¿cuanto llevaban planeándolo? ¿El mes entero, tres semanas, quizás dos? Fuera como fuese debía salir perfecto.
- Deberemos llegar al claro que esta a quince minutos de la frontera del país de fuego, entrar en la entrada escondida de la cueva que descubrimos hace poco y será cuando casi hayamos terminado-
- L-la d-decisión de r-regresar o e-escapar la t-tomara Sasuke-san, n-nosotros y-ya le h-habremos dado l-la oportunidad d-de elegir.-
- Si quiere regresar y aun así lo sujetan a pena de muerte ya no lo volveremos a ayudar. Si decide huir para ser cazado, ayudaremos si así lo piden.
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El bosque no había sufrido mayor daño a unas cuantas ramas quebradas, troncos chamuscados y varias hojas caídas. Las constantes bombas luminosas los habían cegado y retrasado tanto que habían perdido su rastro desde hacia unos pocos minutos. El silencio inundaba el lugar sin dar indicios de dónde se encontraban, ellos eran los que habían logrado salir primero una vez descubrieron lo que pasaba, los refuerzos tardarían un poco más en llegar, si los esperaban se arriesgaban a perder definitivamente su rastro... necesitaban un grupo de búsqueda.
Caminaban protegidos en las sombras, el pasto se sentía más suave en las plantas de sus pies, estaban cerca de su destino. Podían escuchar las ramas siendo bruscamente agitadas, ver las hojas moviéndose frenéticamente por un movimiento ajeno al viento. Si los continuaban buscando sobre los árboles no los encontrarían, sus pies desnudos les daban la ventaja de conocer el terreno donde hubiese o no trampas, amortiguaban el sonido de sus pasos, las ramas, piedras o cualquier otra cosa que pudieran provocar un sonoro crujido o parecido era rápidamente identificado.
Con un avance lento, sigiloso, siempre vigilando los alrededores, Hinata cargaba a Sasuke, Kiba tanteaba el lugar con su olfato y Shino mandaba pequeñas cantidades de insectos para rodear posibles peligros, trampas, Hinata activaba su Byakugan paulatinamente para guiarlos hasta su destino. Cuando lograron poner un kilómetro de distancia se permitieron correr y desplazarse hasta un pequeño lago donde había una fosa que se encontraba un metro bajo el agua del lado este norte, las rocas abundaban ese pequeño lugar. Tenían de diez a quince minutos antes de que los encontraran, el problema sería Sasuke, esperaban que tres minutos sin respirar no le dañaran, aun más, esa cabeza tan extraña.
Kiba lo sujetó, él era el más rápido nadando, jugar con Akamaru casi todos los días en el agua tenía su ventaja. Fue cuando reparó que tenía el torso desnudo, había extrañas marcas que eran las que le impedían realizar cualquier jutsu, río para sus adentros, era una ventaja que tuviera el cabellos tan largo, muy seguramente terminaría con el cuero cabelludo y el cuello adoloridos, eso le daba una pizca de satisfacción, era justo que sintiera un poco de dolor por todo el riesgo que estaban corriendo.
- ¿Shino cuánto más tardaran tus insectos en quitarle la mayor cantidad de somníferos?
- Al menos otra media hora
- Perfecto- saltó al agua, Hinata sintió dolor en el cuello con sólo ver cómo el cuerpo de Sasuke se impactaba contra el agua de manera brusca. Ese lado impulsivo y malicioso de Kiba era lo único que, en ocasiones, le daba un poco de miedo.
- Hinata- se aseguró de guardar una buena cantidad de aire en sus pulmones, antes de sentir el agua tibia recorriendo su cuerpo, la pequeña cueva era más parecida a una gruta en la que entraban dos personas con bastante facilidad. La hacía sentir como si estuviera dentro de la boca del lobo, se sentía tragada dentro de la oscuridad, ella podía guiarse gracias a su Byakugan, Kiba había aprendido esa ruta de memoria con sólo haberlo recorrido una vez, era Shino quien parecía tener más problemas, tenía que guiarse con sus manos para saber donde dirigirse, yendo siempre detrás de ella estando seguro de no perderse. Desde que lo conocía recordaba que nadar no era una de sus actividades favoritas, siempre parecía mantener una estancia prudente de aguas profundas. Suponía, no tan erróneamente, que era debido a sus insectos, morirían fácilmente ahogados, estando más acostumbrado a trabajar en tierra firme. Cuando las rocas se pusieron enfrente, impidiéndoles avanzar significaba el fin del camino, sólo necesitaban subir y estarían afuera.
- ¿K-Kiba?- el lugar era igualmente oscuro (aun quitándose los visores), estarían cinco metros bajo tierra y la salida no acuática era mediante un túnel a más de ciento treinta metros desde donde estaban. El sonoro chapoteo casi le hizo brincar, sintiéndose tonta al saber que Shino era el único que podía hacer esos sonidos.
- Aquí estoy Hinata- la pequeña luz no fue suficiente pare cegarla, pero si le incomodó.- también debimos traer algo de comer, me muero de hambre- los tres se sentaron cerca de la fogata, Sasuke estaba recargado en la pared, un poco lejano a ellos
- De hecho hay bastantes peces en el agua, si tienes tanta hambre deberías...- ´se sintió levemente ignorado cuando su camarada saltaba al agua sin darle una mirada- como mínimo debería agradecer
- Sabes que K-Kiba no espera a n-nadie cuando s-se trata de comida- ella también tenía un enorme hueco en el estómago, en la tarde apenas había probado alimento, su estómago estaba cerrado debido a los nervios.- me pregunto s-si, habrá una f-forma de la que p-pueda salvarse
- Ahora todo dependerá de su suerte
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Sentía el cuerpo más pesado que nunca, cada una de sus extremidades se sentía entumida y ante el menor movimiento un molesto cosquilleo se instalaba en ellas, sus pulmones le ardían como si hubiera entrado agua en ellos, a su alrededor no había más que oscuridad y la cabeza le molestaba con una punzante y fría sensación. Sus piernas respondían lenta y torpemente a sus órdenes. ¿Qué era lo que estaba pasando? Trató de observar su alrededor... no veía nada, estaba en completa oscuridad, las corrientes de aires y el ligero sonido del agua le hicieron pensar... ¿Cómo había llegado a ese lugar? mejor dicho, ¿Qué era ese lugar? No podía permitirse volver a dormir, quién sabe en que otro lugar podría despertar.
El tiempo que le tomo levantarse y recuperar un poco de movilidad fue suficiente para iluminar ese espacio tan grande. Era una caverna, el pequeño chapoteo era una concavidad llena de agua que le recordó a su garganta seca cuánto necesitaba de un trago. El sonido metálico contra la roca le hizo mirar hacia abajo, las cadenas que lo aprisionaba se veían severamente dañadas, con un poco de fuerza se romperían sin dificultad, el polvo lo cubría y ¿su cabello estaba chamuscado?, miró una vez más a su alrededor, había varios signos de una batalla, una fogata apagada donde aun quedaban unos pescados que le hicieron rugir el estómago ¿Qué había pasado?
Se quedo quieto en busca de quienes habían causado ese seudo desastre, pero nada. Estaba completamente solo. Bufó, eso no era una novedad. Una sonrisa boba y una cabellera rosada aparecieron en su mente como flashes, tratando de desmentir sus pensamientos, gruñó irritado, no era momento ni lugar de pensar en sentimentalismos. Volvió a lo que estaba haciendo, cayendo pesadamente sobre sus rodillas, ignorando el dolor de su espalda por tan molesta posición en la que había dormido, sumergió su rostro en el agua. Fue refrescante, saciaba su sed y se quitaba el sudor y suciedad de su rostro. El molesto palpitar de su cabeza había disminuido hasta casi desaparecer al sentir un frío confortante recorrerla.
Los negros leños estaban fríos; los pescados, afortunadamente, sólo tenían la piel quemada. ¿Cómo era posible que un par de pescados y agua estancada fueran tan deliciosos?... ¿agua estancada?, no, esa fosa debía tener una afluente, el agua sucia que había dejado al lavarse el cuerpo desaparecía lentamente para dejar agua limpia, las dudas volvieron. La única manera de responderlas sería explorando el lugar, aun si esa agua no estuviera estancada, nadie le aseguraba que existiría un espacio lo suficientemente grande para poder nadar atreves de él, y aún si así fuera, volver a tomar una bocanada de aire podría estar a más minutos de su capacidad limite, morir ahogado por hacérselas de explorador no era una idea agradable.
Con el estómago lleno, sus músculos relajados y con la cabeza despejada, era libre de pensar en todo. Aquello no tenía nada que ver con su sentencia, si no se equivocaba esa luz que se filtraba era de un amanecer avanzado, para esa hora él ya debería estar muerto, no lo estaba. Seguramente estaba lejos de la aldea, algo que no haría felices a muchas personas, pero ese era tema aparte. Le quedaban dos opciones, alguien-es lo había-n- secuestrado o ese-os lo había-n rescatado... de haberlo "rescatado" le habrían dejado comida, agua –cosa que en teoría tenía-, un recado o al menos a una persona que lo cuidara, además que ya no tendría las cadenas, y lo hubieran tratado un poco mejor... ser secuestrado era más legible. De una u otra forma ahí había ocurrido una batalla, el por qué le era desconocido, su interminable ego decía que era por él, ¿En ese caso, por qué seguía ahí sin supervisión? Eso era lo único que lo confundía, rescatado o secuestrado, ¿Por qué lo dejarían solo?
Más importante que eso ¿Qué iba a hacer? Estaba por su cuenta, eso podía entenderlo, eso quería decir que podía decidir entre volver a Konoha o huir y vivir su vida como un renegado. Sinceramente, ninguna de las dos le atraía. Suspiró como nunca había hecho en su vida, deseo quedarse a vivir por siempre en ese lugar, instantáneamente se río de si mismo. Tanto tiempo encerrado si que le había afectado el cerebro. Él ya lo había dicho antes, no había nadie que no lo reconociera, que no supiera de él o sus acciones, sería siempre estar atento a sus espaldas, y vivir como un exiliado tampoco le llamaba la acción. Regresar a su aldea para que, al fin terminaran con su vida, podía soportar eso, sabía que era lo que terminaría pasando. Reduciría todos sus problemas en: "Volver a Konoha y que pase lo que tenga que pasar".
Su cuerpo, pesado y agotado le pedía un descanso. No se lo podía permitir, inseguro de los días que había permanecido inconsciente. Con el estómago lleno y saciado de agua, emprendió el camino hacia la salida, no sin antes tomar algunas de las armas abandonadas. Ignoró el ligero ardor que le provocaba la luz solar, desde que había sido encerrado lo único que iluminaba sus alrededores no eran más que antorchas encendidas. Sus piernas aun tenían ese molesto cosquilleo, por momentos le parecían trozos de carne gelatinosos incapaces de controlar. Cerca de la salida, se sentó en una gran roca, tratando de retomar el control absoluto sobre su cuerpo.
- Sasuke Uchiha, eres patético. Pensar que algo así te tendría tan aturdido... y ahora hablas solo
Podía deducir, por las sombras, que sería cerca del medio día. La salida estaba a un metro, tenía la pequeña forma de un rectángulo chueco de una altura poco mayor a cincuenta centímetros, tendría que arrastrarse por ahí si quería salir. ¡Qué ironías!
Estiró sus brazos y piernas, toda molestia se había dispersado, por alguna extraña razón pasó la mano por su barbilla, se notaba que no se había rasurado, una fina capa de vello le cubría, aun mojada. Saltó, sujetándose con una mano, resbaló y cayó, gruñó para si mismo por su torpeza, lo intentó una segunda vez, aferrándose con sus dos manos, creía ser capaz de superar cualquier situación, se creía invencible a casi todo, pero se daba cuenta de que no era así, sus brazos se vieron ligeramente cansados por ese pequeño esfuerzo. Los árboles frondosos daban una sensación de frío por las largas sombras y viento constante en un día ligeramente nublado.
Miró a sus alrededores, tratando de descubrir en qué lugar se encontraban. Un bosque frondoso, viento que se alzaba antes de una lluvia; muchos lugares le vinieron a la mente desde las fronteras del país del fuego a regiones centrales del país de la hierba, secciones poco conocidas del país de la roca. Le sería imposible descubrirlo con un vistazo. ¿Sería adecuado vagar hasta encontrar algún punto de referencia? También podría escalar un árbol y tener un mayor rango de visión.
Antes de poner un pie sobre el árbol miró su pecho, volvió a gruñir, su chackra seguía sellado, era imposible que tuviera tanta suerte para que los sellos hubiesen desaparecido; volvió a fijar su mirada en el árbol, específicamente en la rama más cercana a él, le sería imposible llegar a ella en su condición. Las rabietas que siempre reprimió le impulsaban a lanzar patadas, golpear el tronco o simplemente gritar por la frustración. Golpeó el árbol con todas sus fuerzas, su hombro y codo se vieron ligeramente adoloridos a comparación con sus nudillos sangrantes. Se tranquilizó, no había más remedio que caminar, de encontrarse con algún enemigo shinobi no tendría posibilidad de defenderse, con un animal salvaje sólo sus reflejos lo salvarían, encontrarse con un aliado… ¡Ja, como si eso fuese posible! Estaba perdido.
Hubo algo que le llamó la atención, podrían haberle quitado sus mejores talentos, su rapidez, fuerza y habilidad de hacer jutsus, pero no su experiencia, su instinto, eso que marcaba a los más grandes de cada época. No fueron más que unas ramas partidas y ligeras hendiduras en el pasto suave las que le motivaron a seguir caminando. Seguir el rastro no conllevaba ningún reto, el no saber lo que encontraría hacia galopar su corazón, su cuerpo se veía anhelante de alguna sorpresa. No le importó sudar sobre un cuerpo que llevaba días sin bañarse. Sus manos temblaban ligeramente, por la adrenalina impulsada velozmente. Encorvado, analítico, con las pupilas dilatadas, recordaba a un cazador en busca de su presa, una que podía matarlo.
¿Qué distancia debía recorrer hasta encontrar… cualquier cosa? El aire se vio enrarecido, pesado, sus pulmones en un trabajo lento, los sonidos llegaban a él en un suave mecido. Su garganta se vio ignorada ante el grito que clamaba por más líquido. Su estómago se vio empequeñecido y pesado. Cada paso era pausado, invisible, parecía camuflarse con el entorno de una manera bizarra. Había zumbidos intermitentes, ¿Su cabeza o una abeja? ¿Importaba realmente? Alcanzó a ver un espacio vacío natural, su aventura parecía terminar. Cinco respiraciones y ocho pasos, estaba vacío, al menos de seres vivos o rastro de alguno.
Tanteo el terreno, en busca de alguna trampa, no había pasto, no había crecido en años. Los árboles parecían doblarse ligeramente, observando el centro, esperando. El aire elevó ligeramente las hojas caídas, removiendo la arena suelta. Un extraño brillo oscuro llamó su atención, apoyado en las raíces de un árbol estaba lo que parecía un visor roto, le daba la impresión de haberlo visto en algún lado, pero sus recuerdos se veían borrosos, confusos. Miró más detalladamente, no encontró nada interesante, sin duda había sido una batalla reciente, sin embargo parecía la de personas normales, una pelea a puño limpio, de no ser así esa área debería verse destrozada, dañada, como mínimo, con árboles caídos y agujeros en el suelo.
Se sintió decepcionado, por extraña razón, abandonado y despechado. ¿No debería estar ya acostumbrado? ¿Por qué dolía el saber que quien lo hubiese llevado hasta allá lo tuviera abandonado? Vivir a base de fuerza bruta y el único apoyo de sus armas se veía desalentador, aburrido, innecesario ahora que era incapaz de vencer y burlar a casi cualquiera que lo buscara. Sonrío ante su descubrimiento, su meta, el ser el más fuerte, se convertía en una ilusión. Su muerte no sería más que la burla, el trágico desenlace que les espera a los idiotas que no saben hacer nada más que rendirse.
El sonido de las ramas agitarse sin viento fue la única advertencia que tuvo antes de verse rodeado. Kakashi y Gai estaban frente a él, los demás le eran shinobis desconocidos, algunos de otras aldeas. Dudaba que esa fuera su ejecución, su presentimiento de haber sido secuestrado no había sido tan erróneo. ¿Qué seguía? ¿Creerían que había escapado y lo matarían, lo devolverían a la aldea? Últimamente no sabía nada. Era frustrante.
- Kakashi
- Vaya sorpresa, ¿Qué haces por estos rumbos?- no lo preguntaba con su semblante despreocupado, estaba siendo serio
- También me gustaría saberlo, pero como ninguno de los dos lo vamos a descubrir, terminemos rápido con esto, hagan lo que quieran.- no levantaría las manos, tampoco se arrodillaría, el poco orgullo que le quedaba lo usaría.
- Maldito Uchiha, no eres más que un cobarde traicionero. Deberíamos matarte.- él también lo quería así. Kakashi se adelantó, poniéndose enfrente suya a no más de un metro.
- Muéstrame donde estabas
Lo hiciera o no nada cambiaría, no demostraría su inocencia, tampoco le darían un premio. Odiaba recibir órdenes sin sentido. Pensó en el suicidio, antes de poder tomar su arma ya estaría en el suelo, mala, cobarde y deshonrosa idea... ¿Importaba? más marchito no podría estar. Quedarse parado, arrogante y altivo, lo descartó casi tan inmediatamente como vio la cara desnuda de su antiguo maestro.
Atado, custodiado, hambriento y sediento era como se encontraba después de estar observando como los demás no hacían más que dar vueltas y especular de la caverna donde había despertado. Esa pequeña fosa con agua tenía, por lo que había escuchado, una conexión con un lago no lejos de ahí. Nadie le dirigió la palabra, lo veían, tratando de descifrar lo que significaba aquello, él mismo quería saberlo.
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Una semana desde que habían partido a su misión, desde ese entonces no habían tenido noticias de nada que no consistiera en encontrar a unos secuestradores realmente hábiles; no porque fueran fuertes o invencibles, simplemente sabían esconderse. Una vez encontraron su guarida no fueron necesarios, los guardias del señor feudal habían logrado capturarlos. Era lamentable para los niños que ya habían sido vendidos el no poder regresar a su hogar; ellos no podían hacer nada más.
La noche del rescate del Uchiha no había tenido mayor inconveniente a unos cuantos rasguños ya curados. Las vestimentas se encontraban enterradas bajo un árbol incinerado. La distancia entre ambos sectores no se podía recorrer en un tiempo menor a 5 horas, los clones de Shino resultaban una buena coartada para las poco más de diez horas que se vieron ausentes.
- ¿Qué creen que haya sucedido?- el silencio era incómodo, y pensar en un trabajo tan duro malogrado tampoco lo ponía de ánimo. Él había estado de acuerdo con el merecido castigo que había obtenido, al final se había sentido tan bien por darle otra oportunidad a un amigo de antaño, alguien por quien muchos habían sufrido y encontrado alivio en su regreso. Debía admitirlo, por más tipo rudo que quisiera parecer ante si mismo y los demás seguía siendo una persona gentil, igual que sus compañeros de equipo.
- Eso no lo sabremos hasta llegar a la aldea.- Shino, calmado como siempre, sabía que lo único que podían hacer era esperar. Una vez dado el mejor esfuerzo que uno puede dar, los resultados van de la mano con un destino que recae en los hombros de quien tome la siguiente desición.
- E-espero q-que todo s-salga bien - no podía permitir menos, desde que conocía a Naruto una gran admiración se había despertado. Deseaba parecerse un poco a él, fuerte, decidida, sin miedo a exprersarse y capaz de cumplir cada promesa. Aun si fuera la idea más loca, torpe, idiota y arriesgada que había tenido y realizado arrastrando a sus compañeros con ella, se sentía feliz, parecía haber encontrado un nuevo valor en su vida.
- Igual yo, sino habrá sido mucho esfuerzo por nada
- Debemos entender que es una gran posibilidad
- No es bueno ser tan pesimista, Shino. Igualmente tienes razón- aclaró antes de escuchar algún sermón.
Cada metro recorrido parcía más largo que el anterior. !Qué tontería! Se detuvieron, no podían seguir con ese molesto consquilleo, decididos a "sacudirse" esas emociones adrenalínicas fue que decidieron hacer una corta carrera. Liberar esa energía en vez de mantenerla reprimida les resultó mejor de lo que esperaban. Sus pensamiento se habían visto perdidos en todos los "posibles" respecto al futuro de Sasuke. Ya habían sido lo bastante impulsivos, como para haber hecho lo que hicieron, repetirlo no estaba dentro de sus planes si resultaba atrapado y nuevamente condenado. Sería imposible que lo hicieran una segunda ocasión, casi tanto como la primera.
La vida de un ninja podía definirse en dos cosas: lealtad y saber mentir, afortunadamente con el tiempo uno se volvía experto en lo último. no había forma en que pudieran resalcionarlos, habían sido muy meticulosos con el asunto, sin embargo que alguien fuera capaz de entrar a la aldea, el edificio del hokage, llevarse a un reo, sacarlo de la aldea y burlar a algunos de sus mejores elementos, no era algo que se pudiera conseguir sin ayuda, especialmente interna, especialmente los antiguos contactos de Sasuke, amigos y compañeros de la Academia, serían los blancos de sospecha, no debían permitirse el recargar las dudas. Naruto era uno de los pocos, o el único junto con Sakura, de su generación en desconocer el destino del Uchiha; su insistencia en saber acerca del asunto obligaba a tsunade a mandarlo a misiones largas, Sakura trataba de obtener información de manera már sutil, si lo había logrado no lo sabía. Esos dos serían a los que más vigilarían, no tenían ni pizca de culpa, eso confundiría el tema, esperando quedara en una historia de misterio sin resolver.
Los altos muros marcaban su cercanía, en principio siendo confundidos en color por el de las montañas. ¿Qué les espararía al llegar? era relatiamente temprano, por lo que estaban obligados a rendir su informe, ¿Les dirían o lo mantendrían como alto secreto?
Los aldeanos seguían en su rutina normal, sin ser afetados por lo sucedido, seguramente ignorantes a lo acontecido. De hecho la "captura" de Sasuke Uchiha se mantenía como una información clasificada, altamente secreta. Los habitantes de Konoha no eran la excepción, desconociendo el hecho de que mantenían o mantuvieron a uno de los criminales más peligrosos del mundo cerca de su hogar. Desde la ayuda que les había brindado para terminar la guerra todo lo que concernía a el nunca iba separado de los "tal vez"; sólo por ello había gente que había declarado abiertamente, ser capaz de tolerarlo y aceptarlo nuevamente, hubo quienes no dudaron ni un segundo de su "reformación", también aquellos disgustados porque lo "dejaran ir" para seguir haciendo de las suyas.
Los rumores, las teorías, iban y venian volando, para nadie era un secreto lo que la mayoría de las personas pensaban en relación al portador del Sharingan. Por más discretos que intentaron ser en cuanto al tema en frente de sus antiguos amigos, estaban conscientes de lo que sucedía, tampoco podían culparlos, ese hombre no era más que un camino de traición y odio.
Saludaron a los guardias, vieron disimuladamente la puerta que poseía sólo una pequeña abolladura, Kiba sonrió, esa maldita puerta casi le quebraba la pierna. llegados a su destino no se sintieron nerviosos, cansados, se sintieron extrañamente normales.
Golpes suaves, tres exactamente.
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- Sasuke Uchiha escapó o fue secuestrado. Fue encontrado sin oponer resistencia a su encuentro. Se ha decidido darle otro juicio, uno en el que estará presente, se hará en la cámara especial del estadio. Kages, consejeros y herederos se ven obligados a asistir. Afortunadamente las comitivas volvieron hace dos días, nadie se ha ido. El juicio se hará esta noche. Si tienen que descansar lo harán ahora o una vez terminemos.
Pensaron que saborearían cada palabra, sin importar que tan amarga resultara; el tiempo, las explicaciones se habían visto volando. Sasuke tenía la posibilidad, aunque mínima, de sobrevivir, el muy maldito era bastante afortunado, o demasiado desgraciado para que prolongaran su agonía.
Se retiraron. Se miraron. Se sonrieron.
Había esperanza.
Hola! Espero que lo hayan disfrutado, no ha sido más que una idea que me nació hace un par de meses pero es hasta ahora que está tomanbdo forma. Tengo planeado que sea un three-shot, no me adapto con historias demasiado largas (xD).
Cualquier comentario, duda sugerencia, no duden en escribirla.
