La lluvia había comenzado a caer, minutos después de que Mai salió de la oficina. El estado de tiempo, le hizo recordar que se había olvidado su paraguas. Y como solo había caminado una cuadra desde que se marchó, decidió volver.

Al ya estar enfrente de la puerta, sin hacer ruido, la abrió para tomar su paraguas. Sin embargo antes de que se vaya unos sonidos provenientes de la oficina de Naru le impidieron realizar aquella acción.

Curiosa por saber que estaba sucediendo, se acercó de puntillas y apoyó su oreja en la puerta para oír más claramente. Para encontrarse -para su sorpresa- que esos ruidos, eran gemidos, unos que inmediatamente ocasionaron que las mejillas de Mai se colorearan y quemaran como fuego.

— Duele al comienzo, pero después se siente mejor.

Mai tenía los ojos tan abiertos que estaban a punto de salirse de sus cuencas. ¡Eso lo había dicho Lin! Tan tranquilamente ¿A quién se lo estaba diciendo? ¿A Naru? No, a Naru, no ¡No puede ser él! Aun si es su oficina...

— Espero que sepas que estás haciendo.

Eso dicho por su jefe, eliminó la probabilidad de que no fuera él.

— Déjamelo en mis manos.

Mai tenía su ceja temblando. Escuchando los leves gemidos.

— Trata de no moverte, si sigues haciéndolo, no encajara.

¿Eh?

Mai empezaba a hiperventilar. ¡Debía alejarse! ¡Debía! Pero sus pies no se movían.

"¡Esa vez, Madoka no estaba bromeando! ¡Naru y Lin son gays!"

Gritaba el inconsciente de Mai al escuchar lo que pasaba detrás de la puerta. Esa que pertenecía a la oficina de Naru, ya sin querer oír mas intentó alejarse.

Intentó.

Porque sin saber cómo, la torpeza de Mai ocasionó que se tropezara con el paraguas, sus pies se enredaran y abriera la puerta cayendo estrepitosamente en el suelo, quien al estar ahí, cerró los ojos para no ver lo que estaba haciendo Naru y Lin.

¡Qué vergüenza!

— Listo, ya está —Le dijo Lin a Naru, quien luego miro a Mai, viendo que tenía los ojos fuertemente cerrados— Tu hombro esta devuelta en su lugar —Añadió como dándolo por terminado.

¿Hombro?

— ¿Te vas a levantar? o ¿Piensas seguir en el suelo? —Preguntó Naru mientras se tocaba ese sector de su cuerpo.

Mai confusa, empezó a abrir los ojos con dificultad, roja por creer que los vería desnudo, pero estaban vestidos.

— ¿Hombro? —Repitió la joven con estupefacción— ¿Te acomodo el hombro? —Señalándolo.

Naru asintió.

— Así es...

— Se lastimo en el caso que tuvimos hoy —Añadió Lin.

Al segundo Naru entrecerró los ojos con sospecha y dijo: "¿En que estabas pensando?"

Mai sintiendo que volvía a sonrojarse, se paró como un resorte y comenzó a negar con la cabeza desesperadamente.

— Nada, nada —Espetó con las mejillas rojas como una manzana— Solo vine a buscar mi paraguas. Mostrándoselo— Solo eso, bueno me voy —Y despidiéndose corrió para salir desesperadamente del lugar sin poder mirarlo los ojos.

Y mientras se cubría de la lluvia con sus paraguas. Se decía a si misma que era una completa pervertida.