LOS PERSONAJES DE SOUL EATER NO ME PERTENECEN, SON CREACIÓN ÚNICA DEL MAESTRO ATSUSHI OHKUBO
01. LIFE EATER
Asco. Su día era un verdadero asco.
No aburrido, no malo, no bueno, sólo… desagradable. Y la razón tenía nombre: Mike Albarn.
Ah, pero lo curioso del asunto es que el chico ni siquiera estaba ahí, no, claro que no. Él seguía ausente, recuperándose de las heridas de aquella loca situación en la que se vieron metidos el primer día de clases, entonces, si él no estaba cerca ¿Cuál era el problema? Fácil: el tiempo de elegir compañeros llegaba a su fin y las solicitudes de chicos desconocidos no se hacían esperar para pedirle una oportunidad.
Y es que el primer día pasó tan inadvertida que estaba segura que nadie se acordaría de su breve aparición, pero las noticias de un par de novatos en pleno campo de batalla contra uno de ésos demonios corrió como pólvora; Shibusen se encendió, quemándola.
No había minuto sin que algún chico galante se acercara a ella halagando su sobrevivencia o su "encantadora belleza"; no había minuto sin que una chica comenzara a hablarle en pos de ser "amigas" con temas de moda o grupos musicales en los que no estaba interesada. Apenas eran contados los que mantenían la distancia. Y a todos tenía que darles la misma respuesta con la mejor cara que podía:
—Lo siento, ya tengo compañero.
Entonces comenzaba el motivo de su desagrado: la mirada poco crédula.
No les culpaba, ella no hablaba con nadie ni mucho menos con el dichoso compañero que decía tener. Incluso un par se atrevió a insultarla argumentando que se daba demasiados aires de grandeza como para despreciar su amable oferta. Cómo si el chico que también estuvo en el incidente no existiera.
Más de una vez se mordió la lengua acallando los insultos que bien tenía para ellos, pero repitiéndose que no valían la pena, se daba media vuelta alejándose de todos y atrayendo la soledad como su fiel compañera. Y por si fuera poco, incluso el mismo profesor se cansó de lo infructíferos intentos de sus compañeros, mandándola llamar para una segura reprimenda.
Si tan sólo él estuviera ahí.
—Bien, supongo que ya sabes por qué estás aquí —La mirada severa e intimidante del profesor Sid la mantuvo en silencio. Sentada frente a él en su oficina, el nerviosismo le impedía hablar hasta que el propio profesor se lo indicara; vio cómo él deslizaba una hoja de papel hacia ella con la intención de que pudiera apreciar su contenido claramente—. Es la ficha de registro de alumnos que entregaste; hay dos datos que me llaman la atención.
El silencio que continuó a sus palabras fueron el indicativo de que debía preguntar aunque ya tenía idea de por dónde iba el asunto.
—Y… ¿Se puede saber cuáles son?
El profesor dejó la hoja en el escritorio sin que ésta se moviera de su lugar.
—Tu nombre y tu compañero —Sid se recostó en el asiento con una expresión que distaba mucho de la preocupación y sin quitarle la vista de encima continuó:— Es mi deber como instructor corroborar la información que nuestros alumnos quieren tener en Shibusen, y honestamente en tantos años, nunca había visto un cambio tan radical de nombre. Por lo que estoy obligado a preguntar ¿Estás segura?
Ella también quería saberlo.
No era un genio musical como su hermana, no era un prodigio tocando ni tenía la increíble habilidad de componer hermosas melodías que hicieran bailar el alma. Lo suyo era otro tipo de encanto, sólo que no lograba ponerle nombre.
Lo único seguro es que su música no era del agrado de su familia y dudaba que lo fuera de alguien aparte suyo, la única razón por la que continuaba ahí era porque seguían siendo sus padres, pagaban sus estudios y la mantenían literalmente con vida. En sus planes siempre estuvo salir de ése asfixiante lugar y el que un tipo rudo de lentes con traje negro, exceso de gel y testosterona apareciera frente a su casa con una identificación de Shibusen con la orden de llevarla a la escuela cubriendo gastos de transporte, vivienda, educación y hasta sueldo… fue su salvación. Poco le faltó para no echarse a llorar en los brazos del tipo.
Hubo discusiones y mucha desconfianza con la idea de su partida, sobre todo de su abuela quien llevaba el mando del apellido como la gran trompetista que es. Para su fortuna, una explicación a fondo de los riesgos de tener sangre de arma sin entrenamiento que podría resultar en una catástrofe que arruinara a la familia fue el último recurso para firmar los papeles de transferencia. En otras circunstancias le habría molestado el hecho de que preferían pensar en no arruinar la imagen y no en su propia vida.
Sólo que si ése amargo sentimiento era el pago para estar lejos de sus miradas acusadoras… lo pagaría y con intereses.
—No has respondido —La rudeza del tono arrastró su mente al presente, regañándose interiormente por haberse perdido en tonterías, algo que pareció hacer enfadar al profesor quien la miraba con sumo fastidio— ¿Quieres tener por los próximos años el nombre de Life Eater?
—¿Y por qué no? —contestó seca, enseguida se llevó las manos a la boca como si intentara evitar soltar algo más, lo cual ya era tarde obviamente—. Lo siento, no era mi intención…
Contrario a alguna reprimenda, el maestro sonrió con gracia, encantado de su altivez.
—Supongo que te pega bien, de alguna forma. También es mi deber advertirte que cuando la ficha sea sellada por Shinigami-sama y comiencen las clases oficiales después de las clasificatorias para E.A.T, no estarás exenta de burlas.
—Cómo si me importara lo que pensaran los demás —mencionó bajando las manos para cruzarse de brazos. En realidad sólo había una persona de la que si estaría interesada oír opinión—. Sigue siendo un nombre por ridículo que suene.
—Al menos eres consciente. Como sea, entonces el apellido Evans será sustituido por Eater… —Sid tomó la hoja de regreso, escribiendo algo sobre la casilla correspondiente—, espero no ser demasiado curioso pero ¿Por qué Eater?
La respuesta salió sola sin que se diera cuenta.
—Conocí a alguien que se tragó mi orgullo y elegancia —resaltó la última palabra con sarcasmo—. Podría decir que es una forma de ponerme en tierra y saber en dónde estoy.
«Y a quien pertenezco»
—Oh… ya veo. Entonces creo que eso responde la siguiente cuestión por la que te he llamado. Ésa persona ¿Es la que será tu técnico? Mike Albarn.
Por primera vez en la mañana, sonrió alegre.
—¿También es ridículo tenerlo a él de compañero?
Sid rió un poco, para después suspirar lentamente casi como si fuera a dar una trágica noticia.
—Ridículo no es la palabra, problemático lo es. Tengo entendido que no estás familiarizada con Shibusen y su trabajo, pero tampoco creo que sea el indicado para hablar del tema cuando se trata de Albarn, así que en éste caso, como profesor y mentor suyo, te recomiendo que hables con él antes de dar el visto bueno a la solicitud.
—Si lo dice por el problema de la sincronización, tiene que saber que estoy dispuesta a entrenar cuanto antes para evitar…
—No es eso —Le interrumpió el profesor—. Si de sincronización se trata siempre que ambos quieran intentarlo se pueden hacer terapias y tácticas para lograrlo, más bien, es sobre asuntos familiares lo que hace el problema.
A su mente llegó la imagen de la extravagante mujer de cabello rojo que la acusó de provocadora y delincuente en la enfermería. Por ahí debía salir el asunto, sólo que ¿Quién era ella para meterse en temas familiares cuando venía de algo similar?
—Profesor —comenzó ella, inclinándose sobre el escritorio con la mayor seguridad que podía reunir—. No me interesa nada que tenga que ver con las familias, lo que me importa es que él esté de acuerdo y si es así, no tengo nada que preguntar. He hablado con Mike antes y él quiere estar conmigo —Pausó, en otras circunstancias eso habría sonado vergonzoso, sacudió su cabeza alejando esas ideas absurdas—, seremos compañeros porque ambos lo deseamos y eso es todo.
Observó la sorpresa del profesor y se preguntó si de verdad tenía que ver con la madre del chico. Al final, la mirada comprensiva del hombre terminó de disipar sus dudas. De nuevo le vio tomar la hoja y escribir en ella, poniéndola después junto a la pila de papeles.
—Con todo claro, no tengo nada más que decirte. Puedes retirarte y tomar el fin de semana para recorrer la ciudad. El lunes sin falta presentaré oficialmente a los alumnos con sus nombres y compañeros para iniciar las actividades de clasificación —explicó, extrajo de uno de los cajones un sobre amarillo el cual le entregó—. Es tu primer sueldo, úsalo para lo que necesites y cualquier cosa, eres libre de preguntar.
—Gracias —respondió. Se levantó del asiento para irse y caminó hacia la salida.
Justo antes de cerrar la puerta le escuchó añadir algo más:
—Espero que puedan entrenar juntos pronto.
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.
La escuela tenía un aire diferente con las actividades reanudadas. Por muy absurdo que sonara, había demasiada vida por los alrededores con el barullo de los estudiantes en los pasillos o los desgarradores gritos de quienes entrenaban. A ésas alturas, ya se habían formado los grupos de amigos y no era raro verlos andando de aquí por allá cuchicheando. No es que quisiera hacer lo mismo, de hecho dudaba de que pudieran hablar de algo que a ella le interesara. Cuando menos se alegraba de no ser la única apartada del grupo, puesto que había visto a un par igual sin contar a la hiperactiva chica de cabello azul que se proclamaba diosa a cada segundo.
—¡Hey! ¡Hey! ¡Espera!
La voz llegó como rayo colándose dentro de ella, maldijo interiormente que no tardara en reconocer el aniñado y empalagosos tono del chico y que sus pasos se detuvieran de inmediato. Al girarse, no pudo evitar volver a sorprenderse viéndole llegar hasta ella cojeando, apoyado de una muleta. Su uniforme cubría perfectamente las vendas que aún debía tener y los raspones de la cara apenas se notaban. Mucho mejor que días anteriores.
—¿Qué se supone que haces? ¿No deberías seguir en cama?
—¿No deberías de alegrarte de verme en pie? —replicó Mike irritado, reemplazando su pequeña sonrisa con una mueca de disgusto.
—Lo haré cuando no necesites de nada para hacerlo —respondió burlona, comenzando a andar de nuevo para evitar que viera la expresión plantada en su cara.
El golpeteo contra el suelo le indicó que la estaba siguiendo.
—Pues bien, sólo espera un poco más y verás que no podrás ni ganarme en una carrera subiendo las escaleras.
—¿¡Qué!? ¿Hablas de la absurda cantidad de peldaños que hay para subir..? E-es decir, sigue soñando, soy por mucho más ágil que tú y con mejor físico, seguro que a la mitad habrás desfallecido.
—¡Claro que no! Eso te pasará a ti, apuesto que lo más cercano a ejercicio que has hecho es bailar un cursi vals.
—Oh ¿Y esos "increíbles músculos" son por el arduo ejercicio? —inquirió de forma sarcástica señalando su cuerpo. Victoriosa vio cómo el rojo de ira se le subía a la cara.
—¿Qué intentas decir? —masculló ofendido, rechinando los dientes.
—¿Entonces admites que es cierto? —continuó picándole el orgullo, le encantaba verle inflar las mejillas en un adorable puchero.
—¿Eh? ¿Cierto qué? No te estoy entendiendo nada —dijo receloso, alcanzándola finalmente para caminar a su lado entre los cientos de estudiantes que regresaban a sus casas y dormitorios luego de terminar la jornada escolar.
—O tal vez no quieres entenderlo, si está bien claro.
—¡Lo haces de nuevo! —exclamó, apúntandola acusadoramente con el dedo.
—¿El qué? —ladeó la cabeza haciéndose la ignorante. Cuántas ganas tenía de echarse a reír en su cara.
—Confundirme, solo te gusta jugar conmigo —Le vio pasarse la mano con frustración por el cabello cenizo, un gesto que de alguna loca forma, le pareció atractivo.
Se mordió el labio acallando el pensamiento.
—Y a ti te gusta hacerme enojar.
—Ni siquiera he dicho nada ¡Eres imposible!
—Y tú un debilucho, ya deberías estar en forma para ir a clases ¿Sabes lo odioso que es escuchar los gritos de la chica suicida?
—¿Chica suicida? —Mike giró su rostro y el choque de miradas la tomó con la guardia baja, había un atisbo de alegría en ellos aun cuando hasta segundos estaban discutiendo—. ¿De casualidad tiene el cabello azul y se dice ninja?
—¿La conoces?
—Algo así —contestó sin interés, volviendo a estar atento en el frente—. Creo que podría llamarla amiga de la infancia.
—Oh… —mencionó con el mayor asombro que pudo reunir, evitando darle importancia a la minúscula punzada que creyó sentir dentro.
Al desviar la vista hacia el camino se dio cuenta de que ya estaban en la salida del edificio, no había notado cuán rápido habían caminado.
—No te preocupes, el lunes sin falta asistiré a clases. Yo también quiero empezar de una vez —aseguró con el tono decidido que le caracterizaba—. Convenceré a mis padres, lo prometo.
Imaginación suya o no, sintió la palabra "padres" muy floja. Mike se detuvo y ella hizo lo mismo.
—¿Qué pasa? ¿No te ibas ya?
—No, en realidad te vi caminar y quise acompañarte un poco para decirte lo del lunes —aclaró, dándose media vuelta con intenciones de regresar por el mismo camino.
—¿No dijiste que ya te habían dado alta? —refutó mirándole avanzar sin atreverse a seguirlo.
—Ya lo hicieron, pero ellos no han terminado de trabajar. Tengo que esperarlos para ir a casa —explicó brevemente, se notaba lo mucho que trataba de evitar el tema.
—Entiendo —asintió aun cuando él ya no la veía—. Nos vemos sin falta y ¡Será mejor que llegues sin ésa cosa! —Le gritó recibiendo una pequeña risa en respuesta, algo que la hizo sonreír también.
Ya lo había dicho, no iba a indagar sobre familias; ser compañeros no necesitaba de ésa clase de información. Por más interés que tuviera.
Si Mike no hablaba de ello, ella tampoco lo haría. Y aunque él lo hiciera, dudaba de igual forma en decirle.
Justo ahora, era Life Eater, el comienzo de una nueva vida como arma.
Notas finales: Hello~ ¿Qué es esto? No lo sé, honestamente. Iba a ser un conjunto de drabbles y terminó saliendo así XD me animé (animaron) y pues aquí va ¬w¬ a bien decir es más como pequeñas escenas y situaciones en el contexto del two-shot "Encuentro Fortuito" que hice algún tiempo . Lo dije, lo repito, que el gender de estos chicos me trae loca *o* y bueno, igual no es la gran cosa pero mejor aprovechar un ratin de tiempo. Espero les guste~ es todo lo que pido y si tienen algun comentario al respecto, corrección o sugerencia ¡Bienvenidos!
Saludines y byebyeces~ (?
