Los personajes pertenecen a J.K Rowling, la historia pertenece a la Celebracion "Hallowen" del grupo Drinny/Dranny: ¡El mejor amor prohibido!

Estoy aquí

¿En qué momento habían acabado en esa situación? Ahí estaban Draco, Ginny, Harry y Hermione, totalmente estáticos y temblando de miedo, no podían moverse, sin embargo había uno que no lo haría jamás, Harry, estaba sentado en la silla frente a la mesa con el pecho perforado y la sangre escurriendo en el suelo, estaba muerto y llevaba un rato así, se miraban entre el resto con vida mientras algunas lágrimas caían por las mejillas de la pelirroja, Hermione las soportaba, no iba a llorar aunque eso no evitaba estar asustada.

Cada uno estaba distribuido por aquella casa patas arriba, había botellas de alcohol regados por el suelo, Draco estaba parado cerca de la entrada a la cocina pero frente a donde estaba la pelirroja, Ginny sentada en el sofá en una posición algo incómoda, con las piernas flexionadas y recargada en esta, sin embargo no debía moverse, Hermione estaba cerca del estéreo donde tenían la música, frente y entre ellos, estaba la mesa donde se encontraba sentado el cadáver de Harry y en el centro estaba la Ouija, sobre esta giraba un vaso sobre su eje, se movía como si bailara, ninguno de ellos hacia tan solo un ruido.

"De cinco que son, uno vivirá".

La tensión entre ellos era indescriptible, no tenían escapatoria y sus varitas habían desaparecido, todos estaban agobiados.

– "Lo siento" - movió los labios la pelirroja sin hablar, esto lo dijo hacia Hermione, la cual abrió los ojos con sorpresa y sus orbes se movieron hacia el estéreo, luego miro hacia Ginny, cerca de ella estaba el mando del aparato.

– "No"... - movió sus labios como pudo mirando a Draco el cual tampoco podía moverse, las lágrimas de la castaña empezaron a caer, todo a su alrededor se apagó dejando solo un foco encendido sobre ellos, se empezó a escuchar una serie de golpeteos hechos por la criatura que les acechaba ¡¿Porque se habían atrevido a jugar aquello prohibido?! Retar la magia negra que los humanos usaban para dañar había llegado más allá de donde debía y ahora todos estaban en peligro de morir.

El rubio sufrió un escalofrío al sentir como unos dedos se deslizaban por su cuerpo, eran fríos, ásperos, cuando se acercaba a su oído haciendo ese ruido el pavor le dominaba, las lágrimas empezaron a brotar, ¿Había sido elegido para morir?, ¿Lo intimidaba para que se moviera y matarlo?, la angustia empezó a apoderarse de él, apretó los dientes intentando no gritar, con sus orbes grisáceos miro al suelo, podía ver aquella capa negra, entre humo y neblina deslizarse por el suelo, las chicas estaban angustiadas, no querían ver, pero Ginny, temiendo perder al chico que le gustaba, y al cual aún no se le confesaba, tomo la decisión de matar a alguien, con cuidado de que la cosa no le detectara, movió un dedo y activo el estéreo el cual resonó tras la castaña.

– ¡GINNY NO! - Grito la castaña la cual se echó a correr a un lado pateando una botella en el intento de huir de aquella bestia, pero por primer vez su inteligencia no la salvo, ese ser tenia los secretos más oscuros, así que apenas sintió el movimiento se apartó de Draco y en un abrir y cerrar de ojos apareció frente a la castaña a la cual atravesó por el abdomen con la mano, ella abrió los ojos con sorpresa mientras de su garganta se escuchaba el intento de un grito el cual se quedó ahogado con el dolor. Su cuerpo temblaban como en convulsiones mientras las lágrimas caían, de su boca expulso sangre, los otros dos sólo miraron apenas con la boca semi abierta y los ojos inundados en llanto, ¿Cómo iban a ayudarla?, si se movían los matarían.

La bestia subió su mano de un golpe hasta llegar el pecho de la castaña la cual miraba a esta con los ojos abiertos sin emitir sonido alguno solo que uno que otro chillido de la garganta, pero entonces, sus ojos se abrieron como podía y se escuchó un crujir y luego un sonido húmedo, la bestia le arranco el corazón de tajo, no pudo gritar más, sus ojos se relajaron mas no se cerraron, y su cuerpo cayo como si fuera un saco de arena. La bestia mordió su corazón cual manzana y piso aquella laguna de sangre mientras caminaba y volvía a desvanecerse, todo seguía igual, solo esa luz iluminándolos.

"De cinco que son, solo uno vivirá"

El juego era terrible, estaban espantados, Draco no podía creer que Ginny entregara a su amiga así, ahora la rubia tenía miedo de que ella lo fuera a entregar de ese modo.

– "No lo veo" - movió sus labios la pelirroja pero esta vez dejo escapar un susurro.

– "Creo... Que lo entiendo" - respondió el rubio de la misma manera mientras trataba de calmarse moviendo sus orbes a donde podía intentando buscarlo.

– "Dime" - pidió apretando una mano contra una almohada, sus pantorrillas dolían por la postura pero si se movía la mataría.

– "Es parcialmente ciego, y sordo" - por esa razón susurraba y no solo movía los labios sabía que hablando así no lo escucharía, trago pesado, no quería verla morir a ella pero tampoco quería morir él.

– "Tengo una idea"... - murmuro apenas ella, pero el apresar de quererla, no podía creer que esa idea fuera a salvarlos a ambos.

– "¿Lo ves?" - le preguntó ella conforme el labio inferior le temblaba.

Draco, sólo se quedó callado, y movió la cabeza de lado a lado como respuesta, la pelirroja asintió y con sus orbes mirando a todo lo que le permitían deslizó una pierna al suelo y luego la otra hasta levantarse lentamente quedando de pie frente al rubio, aquel juego era de vida o muerte, el sonido del vaso girando sobre la Ouija era molesto pero debían mantenerse calmados. Trago pesado, y miro de nuevo, el cuarto se heló y de los ojos de ella se volvieron a deslizar las lágrimas.