(Abril, casi Mayo del 2002). Aunque dije que no iba a empezar este fic sino hasta después, la desesperación de una noche completa sin dormir me ha llevado a esto. No lo entiendo, pero generalmente en esta época del año me dan temporadas de insomnio... es como si me hubiera tomado 8 tazas de café antes de ir a la cama. Además de que por lo menos aquí en la Ciudad de México está haciendo mucho calor y el pobre ventilador que tengo no hace mucho por bajar la temperatura. ¡Cómo sea! No creo que les importe mis aventuras nocturnas sino el fic que presento a continuación.

A diferencia de "Con Los Pies en la Tierra" (que también es una secuela), para este fic si es muy, muy recomendable que hayan leído "Y...así nos convertimos en..." (por lo menos aquí el título es más breve), ya que están muy relacionadas y se hace referencia constantemente a la original. También existe una versión en inglés de este fic (terminado), pero no les recomiendo que la lean porque es diferente a lo que quiero poner aquí. ¿Qué más? Bueno, aquí van a encontrar una que otra mala palabra, situaciones raras (más que en el fic anterior), romance (es decir, una que otra cursilería, pero voy a tratar de medirme) y algo de violencia, pero moderada.

¡Espero que les guste!

Advertencia: Digimon no me pertenece. El personaje Humon sí (aunque no aparece en este cap :P).

El Digimon que vive en mí.

Por: Lara H.

Prólogo: Accidentes Olvidados.

- "¡Qué demonios es esto!"- grité asustado mientras veía mi reflejo en el espejo. ¿La razón? Tenía una larga cicatriz en el pecho...una que yo estaba seguro que no tenía esta mañana.

- "¿Qué te pasa TK? ¿Te sientes mal?"- dijo mi pobre hermano entrando como rayo a la recámara.

- "Matt, ¡Mira esto!"- dije señalando mi pecho.

- "¿Qué tengo que ver?"

- "¡Esto! ¡La cicatriz! ¿Qué acaso no la puedes ver?"

- "Por supuesto que sí pero, ¿Por qué te pones así por ella? La has tenido por años"

Un momento...¿Años? ¿Mi hermano está drogado? ¡Yo no tenía eso en la mañana!

- "No es gracioso Matt"

- "Ya basta TK, no estoy de humor para bromas"

- "¡No estoy bromeando!"

Matt puso su mano sobre mi frente.

- "Estás ardiendo TK, te subió la calentura. Por eso estás delirando"- Me tomó del brazo y me arrastró a la cama- "Recuéstate, tienes que descansar"

Intentó acostarme pero me negué.

- "No me voy a acostar hasta que me expliques cómo es que tengo esta cicatriz desde hace años"

- "¡Está bien!"- dijo Matt fastidiado- "Sólo porque estás delirando te lo diré"

Deberías recordarlo hermano, pero hace muchos años, cuando tenías como 4 años, papá nos llevó al parque poco antes de...tú sabes. Papá se sentó en una banca a leer mientras tú y yo fuimos al arenero. Y entonces, nos pusimos a jugar a las "Luchas", que no era más que aventarnos en el arenero y caer uno encima del otro. Nos estábamos divirtiendo mucho pero entonces tú gritaste y cuando me quité de encima ví que te habías lastimado con la tapa de una lata que algún idiota tiró en el arenero. Tu camiseta estaba rota y estabas sangrando así que me asusté mucho y llamé a papá. Se puso como loco cuando te vio. Nos fuimos al hospital y te atendieron. Los doctores nos dijeron que era una cortada un poco profunda, pero no era grave, que a lo mucho dejaría una cicatriz. Sólo te vendaron y te pusieron la vacuna para el tétanos y nos fuimos.

- "¿En serio me pasó eso?"- pregunté muy confundido. Era poco probable que Matt me estuviera mintiendo porque su rostro estaba muy serio.

- "¡Por supuesto que sí! ¡Nos diste un buen susto!"

Estaba a punto de preguntar algo más cuando de pronto una imagen borrosa comenzó a formarse en mi mente...poco a poco se fue haciendo más clara hasta que se convirtió en un recuerdo...así, pronto recordé ese accidente. Recordé el arenero, a Matt encima de mí...y luego un dolor...

- "Cierto...ya me acordé"- murmuré avergonzado- "Perdóname...debe ser la fiebre"

- "Descansa entonces"- Matt me recostó en la cama- "Pero antes necesitas cambiarte esa pijama. Está muy chica para tí"

- "¿Tú crees?"- dije con sarcasmo

- "Toma, ponte esta camiseta. Que descanses"

Esa noche me desperté sin razón aparente. La fiebre se había ido, pero las imágenes de ese sueño que tuve en el tren no. Era tan extraño...los sueños no son tan claros como ese. Había sido tan real que por un momento no pude distinguir lo que era fantasía y lo que era realidad.

- "Olvídalo"- me murmuré volviendo a cerrar lo ojos y dejando que el sueño me invadiera. No volví a tener ese sueño...hasta unos años después...

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Capítulo 1: ¡Fíjate en mí!

5 años después...

El enorme edificio blanco se levantaba frente a mí. Cientos de chicos pasaron por mi lado. Algunos de ellos estaban ansiosos por entrar. Otros, como yo, arrastraban los pies tratando de retardar en lo posible lo inevitable...otro año más de clases.

Debo aceptar que la preparatoria no era tan terrible. Sí, las clases eran difíciles y tenía que pasar gran parte del día estudiando, pero fuera de ello, en serio que no era tan horrible. De hecho, probablemente la estaría disfrutando de no ser por mi extraña situación.

Los médicos dicen que es más común de lo que yo pienso y que sólo debo ser paciente...pero la verdad es que estoy preocupado. ¿Qué me pasa, me preguntan? Bueno, no se rían pero...estoy chaparro.

¡Les dije que no se rieran! Diantres... ¿A qué me refiero? Es que...no he crecido ni medio milímetro desde que tenía 11 años. ¡Se los juro! Diario me mido y nada...y por supuesto, aún me veo como un niño, a pesar de que tengo 16 años. No es que ya tenga que ser un hombre o algo así, pero...unos cuantos centímetros no me caerían nada mal.

Al principio no me dí cuenta, porque cuando estaba en la primaria yo era el chico más alto del salón. Yo por supuesto estaba muy orgulloso, porque los años anteriores siempre me había tocado estar al frente de la fila por enano. Pero, cuando cumplí 10 tuve...como le dicen...un estirón. Ajá. Como era alto podía jugar básquet y nadie se metía conmigo. Pero el sueño duró muy poco...porque cuando entré a la secundaria ví como todos mis amigos comenzaron a crecer y cambiar...y me dejaron atrás. Supe que estaba en problemas cuando Cody me rebasó hace un par de años.

Así que fui al médico y me revisó muchas veces. Finalmente me dijo que sólo tenía un retraso en mi desarrollo, ya que las hormonas que producen los cambios secundarios y bla bla bla (seguro ya se saben ese cuento) todavía no se estaban produciendo.  Claro que para llegar a esa conclusión tuve que ir a hacerme un análisis de sangre...y...fue muy humillante...porque me dio un ataque de pánico cuando la enfermera se acercó con la aguja. Cuando era muy pequeño me hicieron análisis de sangre porque decían que estaba desnutrido y por supuesto me asusté y lloré...pero nada comparado con el miedo, el terror, que sentí a los 14 años. No lo entiendo, ¿Por qué mi súbito miedo a las agujas?

En fin, el doctor dijo que tenía un retraso y que fuera paciente, porque había chicos que a los 17 años todavía no les llegaba la pubertad. Y así, he esperado y esperado...y nada. Ya tengo 16 años y me veo exactamente igual a como cuando tenía 11. Es más, no he necesitado ropa nueva, excepto cuando se me rompieron los pantalones por viejos, pero esa es otra historia. El médico dice que cuando cumpla los 17 lo vaya a ver para que me administre hormonas artificiales. Y que mientras tanto haga ejercicio y coma bien, que antes de que me dé cuenta voy a ser alto de nuevo.

Sí claro, ¿Y cómo le explicas eso a tus compañeros de clase? Todos piensan que soy un fenómeno. Sé que me ponen apodos a mis espaldas y uno de ellos es el que yo más detesto: El enano.

- "¡Hola TK!"

Bueno... no todos son así conmigo. Mis amigos me han apoyado mucho a decir verdad. En especial ella, Kari.

- "Hola Kari, ¿Cómo estás?"

- "¡Muy bien! ¿Listo para otro año?"

- "Creo que sí"- dije mientras la miraba de pies a cabeza.

Tal vez aún me veía como niño...pero ya tenía la mente cochambrosa de un chico de 16. Y se acentuaba aún más cuando miraba a Kari. Ella, por supuesto, me sacaba una cabeza. A los 16, Kari era toda una adolescente, y muy bella a decir verdad. Me enloquecían su cabello, sus ojos que ya usaba maquillados (aunque a su hermano le dio el ataque la primera vez que la vio así), sus piernas y...sus pompis. La verdad Toda ella me encantaba y ahora sí estaba seguro que me había enamorado de ella, porque más que su físico, era su compañía lo que me gustaba de ella...bueno, para ser honesto las dos cosas me gustan igual.

Pero Kari...ella no me veía de esa forma. Me miraba con ternura, como su amiguito, su confidente...su hermanito. Pero no como alguien a quien besar o hacer cosas que mejor no les digo o van a decir que soy un pervertido. No sé si era por pequeño o por tantos años como amigos...y no quiero averiguarlo. Kari había tenido varios novios...y recurría a mí cuando se peleaba o terminaba con ellos. Decía que yo era el único que podía entenderla... Y mientras lloraba en mi hombro, yo juraba entre dientes que le rompería la cara al idiota que había herido a mi Kari y también me juraba que un día, pasara lo que pasara...la besaría. A los 16 uno puede soñar, ¿o no?.

- "¿TK? ¿Me escuchas?"- me dijo sacándome de mi trance.

- "Sí...lo siento Kari"

- "¿Entramos?"

- "Está bien"- y así entré junto con ella al gran edifico blanco. Los alumnos se arremolinaban en todos lados y era difícil pasar entre ellos.

- "¡Hola Kari!"- escuché a una chica gritar. Kari la vio y sonrió muy contenta. Era una de sus amigas, con las cuales cuchicheaba sobre los chicos o hablaban de los grupitos musicales y esas tonterías.

- "Después te veo TK"- y dicho y hecho fue con su amiguita. Yo seguí mi camino y llegué al salón. Me senté en la misma banca de todos los años y observé el patio. Unos chicos estaban jugando básquetbol.

Parece que el día se empeñaba en mostrarme mis frustraciones...el básquetbol era una de ellas. Cuando entré al bachillerato intenté entrar al equipo de básquet, pero el entrenador me dijo que estaba muy enano y flaco para competir con los bestias gigantes de otras escuelas. Que acabarían conmigo en tres patadas. No le importó el que yo fuera rápido o que tuviera buen tino. Nada. Davis dice que el bestia es el propio entrenador.

- "Otro año más"- dijo el susodicho entrando al salón y sentándose a mi lado. Era como si lo hubiera invocado.

- "Hola Davis"

- "Quita esa cara cuate, ¡Este año sí te voy a conseguir novia!"- Davis y Yolei tenían la teoría de que no producía hormonas porque no veía suficientes chicas. Así que durante años han tratado de enredarme con varias. Su intención es buena y debo decir que algunas de las amigas de Yolei son cariñosas...muy cariñosas. Pero no me sentía a gusto con ellas...no lo suficiente como para iniciar una relación. Davis era soltero, un chico muy alto (tenía que girar la cabeza para hablar con él) y fornido. Pero seguía siendo muy inocente y convencido de sus ideales. Y un excelente amigo. Junto con Kari, Davis me había apoyado muchísimo e incluso logró meterme al equipo de soccer. ¿Yo? ¿Jugando fút? Pues sí, yo era medio y la verdad es que me divertía mucho en el equipo. Le agarré gusto al deporte desde que fui a la Inauguración del Mundial en el 2002.

La verdad es que las cosas estaban difíciles para mí...pero dentro de todo no puedo decir que fuera infeliz. Tenía a mis amigos, mis calificaciones eran buenas (dije buenas, no excelentes), había reanudado la relación con mi papá y jugaba fútbol todas las tardes. Y...aún tenía la esperanza de que mi salud se reestablecería.

- "Pues entonces consígueme una para el baile del viernes"- cada año había un baile de inicio de clases y las cursis de último grado elegían un tema, como si fuera escuela gringa. El año anterior había sido de vaqueros. El de éste aún no era anunciado.

- "Moveré mis influencias entonces"- dijo riéndose.- "Pero en serio, te ves cansado. ¿Dormiste bien?"

- "No. La verdad es que pasé mal la noche"- va a sonar raro...pero desde hacía un par de semanas me levantaba cada noche por pesadillas. Y siempre era la misma: Yo estaba en un lugar frío y gris, amarrado en una mesa y un sujeto extraño me clavaba agujas y cosas hasta que me desmayaba de miedo...Y entonces despertaba empapado de sudor. Era un sueño horrible...especialmente porque era muy real...como si en verdad lo hubiera vivido.

- "Pues ve a echarte agua en la cara TK, o el profesor se va a molestar cuando te vea roncando en la banca"

Un poco más animado salí del salón y fui al baño. Mientras caminaba en el pasillo iba pensando en lo que me esperaba este año. Y entonces decidí que este iba a ser diferente. Enano o no me iba a divertir e iba a tratar de ser como los demás chicos...si tan sólo se ¡Fijaran donde estoy!

Lo que pasa es que mientras caminaba por los pasillos, muchos compañeros se me cruzaban en el camino o me empujaban. Como si no me vieran. ¡Estoy pequeño, no invisible!. Llegué como pude al baño y llené mis manos de agua. Pero cuando estaba a punto de arrojármela en la cara, un fuerte susto me hizo dejar caer las manos y el agua me empapó los pantalones.

¡Mi reflejo había desaparecido!

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Nota: Raro, ¿verdad?. Lo que TK describe en este capítulo es más común de lo que parece. Es el Síndrome de Desarrollo Tardío y se da tanto en hombres como en mujeres. Psicológicamente hablando, son los hombres quienes presentan más dificultades por este síndrome. No es algo irremediable y sólo es cuestión de esperar a que el reloj biológico se active, por así decirlo...aunque en este fic, las cosas no van a ser tan simples.

Ah, también existe el Síndrome de Desarrollo Temprano, en el cual chicos de 10 años ya parecen de 15 o 16. Y en este caso, las que pasan más problemas son las mujeres. De hecho los hombres que lo presentan lo ven como algo genial.

Como dije, estas NO son enfermedades, es sólo que cada persona tiene un ritmo de desarrollo y hay quienes se salen de la norma.

Espero que les haya gustado este capítulo...debo decir que me cuesta mucho trabajo escribir desde el punto de vista de un adolescente, especialmente un varón. Generalmente lo hago desde el punto de vista de un niño o de un adulto. Realmente espero que haya salido más o menos realista. Bueno, el próximo capítulo va a ser un poquito más largo y un poco más claro. ¡Hasta la próxima!