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I want all - Capítulo I: La intrusa.
Hermoso cuerpo, cabello largo y sedoso, estatura perfecta, divertida y extrovertida y sobre todo, juguetona. Así sería la mujer ideal para Kaito Shion. Así lo pensaba esté, mientras comía tranquilamente de su helado, sin darse cuenta que estaba en una cita. Claro, porque él no quería una cita, con tal de ir a comer su alimento preferido, haría lo que fuera. Lo que sucedió fue…
FLASHBACK
Miku con desesperación y sonrojo cual tomate, estaba en frente de su "amor platónico". Ella siempre estuvo interesada en Kaito, solo que este no se daba cuenta, o simplemente no interesada. Y allí estaba ella… frente al peliazul. Con su típico traje y su cabello recogido en dos coletas. Armada de valor, se atrevió a decir lo que soñaba a diario;
-¡Kaito nii-san! ¡Vallamos a por helado y tengamos una cita!
-…
-…
-¡Miku! ¿Me compraras helado?
-¿Eh? Uh… bueno… no sería una molestia pagar lo que consumiré…
-¡Con gusto iré! Ah, por cierto ¿A qué hora paso por tu casa?
-Um… si no es molestia, a las tres
Kaito ya había volteado, le dio la espalda a la chica, dejándola algo deprimida, pero obviamente, no se dio cuenta, claro no sé fue sin despedirse.
-¡A las tres! ¡Nos vemos mañana, Miku!
-Si… jeje, adiós…
El día pasó volando y ya era la hora de la cita de Miku y Kaito. El peliazul no lo tomaba como una cita, más bien como una "salida de amigos". Ya listo, Kaito fue en busca de Miku para ir por su helado y luego regresar a casa, lo más importante ¡Sin haber puesto si quiera una moneda!
-Quiero comer helado, quiero comer helado, delicioso helado.- Tarareaba en sus pensamientos mientras iba de camino a buscar a la Miku, mostrando en todo el vecindario una enorme aura de felicidad.
Pero… todo lo bueno siempre acaba. Esta frase se formo en la cabeza del emocinado de Kaito, cuando al tocar la puerta de la casa de Miku, fue recibido por nadie más y nadie menos que el hermano de Miku, el sobreprotector de Mikuo. Y comenzó el cuestionario
-¿Qué intenciones tienes con mi hermana?
-¿Qué?
-¿Qué pretendes hacer con Miku?
-¿Disculpa?
-Oh ¿Con que planeas seducirla para luego dejarla por ahí?
-¿Eh?
Derrepente, todas estas preguntas dejaron de formarse, cuando se pudo observar la figura de Miku en la puerta de la sala de estar, enojada. Con sus mejillas infladas, alzando un puño, frunciendo el ceño y observando fijamente a Mikuo. Su gesto prácticamente lo decía todo; "Alejate de él, o me enfado de verdad". Mikuo solo solto un suspiro, enojado… cansado. Lentamente se fue alejando de la sala de estar, subiendo las escaleras para dirigirse a su habitación.
Miku más sonrojada no podía estar, rogo millones de disculpas a Kaito y este las acepto, aunque a todo esto, no podía cambiar su mirada de sorprendido, sorprendido por la pelea de los "hermanitos", sorprendido por el "agradable cuestionario de bienvenia de Mikuo" y sorprendido por el atuendo de Miku. Le había hechado un ojo desde que entro a la sala, llevaba un vestido que marcaba mucho su ternura, su cabello lo tenía como siempre, atado en dos coletas, pero en el llevaba una flor color rosa, que combinaba con el color de sus vestidos, y zapatitos color rosa también, con brillo fucsia para resaltarlos y el taco era apenas muy pequeño, tanto, que aún con esos zapatos, Miku no llegaba a la estatura de Kaito. El peliazul se preguntaba por qué Miku estaba vestida tan elegante si solo iban a una heladería y ya. Pero decidió ignorar eso, tomo a Miku de su brazo, dirigiéndola hacía a la heladería, desesperado porque pensaba que iba a cerrar. La chica solo se dejaba llegar por su amor, le gustaba los detalles tontos, pero agradables que tenía el. Le gustaba.
Al llegar a la heladería, tomaron asiento en un lugar cerca de la ventana, donde podían ver a las personas pasar. -Van, vienen, van, vienen, van, vienen, vienen, van, vienen van- pensaba Kaito, cuando derrepente, fue interrupido por Miku.
-E-etto… Ka-Kaito… ¿Puedo hacerte una pregunta?
-¿Eh? ¡Adelante Miku, lo que sea por mi chica favorita!
-¿C-chica favorita?
-Claro, eres mi chica favorita. Ninguna me ha pagado un helado… bueno, una vez Rin, pero eso fue antes de ayer, hoy mi chica perfecta eres tu, Miku
-Hpm… bueno, eso no es a lo que iba, bueno… verás… ¿Cómo es tu mujer i…
-Buenas tardes, ¿Qué van a ordenar?
Miku también fue interrumpida, por alguien tan inesperado, que se pego una sorpresa enorme. Tanto ella como Kaito quedaron asombrados, con sus brazos en alto, sus bocas abiertas hasta el suelo y sus ojos saltones hacía la persona que interrumpió su conversación.
-Eh… ¿Qué ocurre? ¿Tengo algo en mi rostro?
-¡Meiko-sama!
-¡Meiko-chan!
-Ya par de tortolitos, ¿Quieren decirme que es lo que van a ordenar?
-¿Eh? ¡Kaito no es mi pareja! ¡No estamos saliendo! ¡Definitivamente no estábamos saliendo!
-Dile eso a tus mejillas carmesí, Miku, jajaja
-Hpm… ¡Solo tráenos dos copas de helado, y que sean grandes!
-Huhu, de acuerdo, no es cuestión de echarme. Después de todo la que tiene más autoridad aquí soy yo, ya que trabajo aquí. – Dijo Meiko mientras se volteaba, medio coqueta, guiñándole un ojo a Kaito y notando como Miku se ponía morada de la furia.-
Y así permanecieron. Kaito perdido en sus pensamientos, Miku furiosa y aún con su misteriosa duda. Y la "intrusa" de Meiko haciendo su trabajo. Al terminar de preparar las copas de helado, se dirigió a la mesa de Kaito y Miku y dejo ambas, yéndose de nuevo para continuar trabajando.
Kaito al ver la copa de helado que dejo Meiko, no pudo evitar ver los pechos de la mujer que estaba cumpliendo con su trabajo. Miku no notó nada, ya que los helados le tapaban la vista, solo Kaito y sus ojos fueron testigos de la hermosa figura de esa mujer. Meiko se sintió observada por un momento, desvió su mirada para el peliazul y esbozo un ligero susurro -¿Te gusta lo que ves, cariño? Huhuhu… pues te advierto que si continúas observando, te romperé todo lo que se le hace llamar "cara"-. Kaito, asustado, tomo la cuchara y comenzó a comer helado como si nada hubiera pasado, claro, ya fantaseando con Meiko. De nuevo la camarera se alejo de la pareja para continuar en su trabajo, atendiendo más y más clientes, que algunos se le insinuaban y otros simplemente le decían poemas y parecían ser "fans" de castaña.
-¡Kaito!
-¿Uh? ¿Ocurre algo, Miku?
-¿Ocurre algo? ¡Te estuve llamando hace 5 minutos! ¡Idiota!
-Perdóname… es que ¡El helado está tan delicioso!
-Um… Kaito… respecto a mi pregunta… ¿C-cuál es tu tipo de mujer ideal?
-¿Mujer ideal?
Fin del Flashback
-¡Kaito!
-¿Eh?
-Olvídalo…
Miku cruzo sus piernas, puso su codo izquierdo sobre la mesa para sostener su cabeza con la mano del mismo brazo, desvió la mirada hacía afueras de la heladería, observando la ciudad y sumergiéndose en sus pensamientos igual que el peliazul. Pensaba en si podría declarársele al chico… ¿Podría? Si… ¿Quería? No… habían pasado muchas cosas raras… Meiko, Kaito no le prestaba atención y demás cosas… para ella eso eran malas señales. Quizá la mayoría sea culpa de Meiko… ¿Si Miku fuera Meiko, Kaito le prestaría atención? A caso… ¿Su amor no era correspondido? ¿Meiko es una intrusa entre ella y Kaito?
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