Buzón de pedidos
-Demashitaa powerpuff Girls Z no me pertenece.
-De acuerdo… creo que todos saben porque los cité aquí.
La persona que habló no era nada más que una joven pelirroja de unos 16 años de edad. Su cabellera larga era cogida en una coleta y adornada con un gran moño rojo. Sus orbes rosados se pasearon alrededor de una gran mesa, donde yacían todos los invitados sentados con una expresión dudosa.
Una mano se alzó de entre toda la gente, y la pelirroja la señalo dándole la palabra.
-Adelante, Kaoru.
La morena de ojos esmeraldas no cambió su expresión dudosa, y hasta parecía algo molesta. Era de la misma edad que su compañera y suspiró antes de hablar.
-Momoko… Entiendo que nos hayas invitado a Miyako y a mí a tu casa. –Miró de reojo a su amiga de cabellera dorada ante su mención, para volver a posicionar su mirada en la pelirroja.- ¡¿Pero por qué los has tenido que invitar a ellos?! –Señaló hacia la punta de la mesa, donde en tres sillas se encontraban tres jóvenes, que resultaban ser nada más que sus peores enemigos, los Rowdyruff boys. Ellos le lanzaron una mirada fulminante a la pelinegra, que esquivó escuetamente.- ¿¡Y a ellos!? –Ahora señaló otra parte de la mesa, donde se encontraba el resto de los villanos populares: Peludito, Himeko, la banda gangrena, Mojo jojo, etc… - ¡Créeme que no sé porque los citaste y no lo entiendo!
-¡Eh, tú! –Otra voz masculina se escuchó y una venita afloró en la frente de Kaoru- ¡Calla de una vez, verdecita!
-¡Tu mejor mantente callado, idiota, si no quiere que te…!
-¡Mamá! ¡Está agrediendo a Butch! –Un rubio ojiazul señaló a la pelinegra mientras miraba con ojos sufridos a su supuesta madre. Mojo Jojo se levantó de inmediato de la mesa, para defender a sus niños.
-¡Oye tú, niña insolente! –Gritó el simio tomando quien sabe de dónde un bate- ¡Nadie le habla así a los hijos de Mojo, Mojo!
-¡Oye! ¡El bate estaba cerca de mi lugar, por lo tanto es de mi propiedad!-Se levantó una bola peluda y rosa con antenas, golpeando ambas manos sobre la mesa haciéndola temblar. Ahora el mono miró colerizado a peludito.
-¡Pelea, pelea! –Gritó el pequeño Arturo, para después corear las risas del resto de su grupo.
-¡Auch! –Gritó la rubia de ojos azules levantándose de su asiento con su mano acariciando una de sus coletas.- ¡Deja de tirarme el cabello! –Miró con odio al rubio oji azul.
El chico enarcó una ceja, viéndole como si estuviese loca.
-¿De qué hablas, rubia? Yo no te he hecho nada.
-¡Claro que sí!
-¡Mamá! ¡Me están levantando falsos! –Gritó de nuevo el rubio a su "madre" señalando a Miyako. Mojo no pudo hacerle mucho caso puesto que ahora estaba gritoneándose melodramáticamente con el monstruo rosado, mientras la banda gangrena reía y apostaba por uno de los dos.
Kaoru también comenzó una pelea con el Rowdy verde, y Brick solo reía mientras los miraba discutir. De pronto los gritos se hicieron más fuertes, y cuando por poco las cosas se salían de control…
-¡Basta, basta, basta, BASTA!
Un grito demasiado fuerte captó la atención de todos, volviéndose hacia la dueña del grito. Momoko se agarró el puente de la nariz, cabreada. Los muy idiotas estaban destruyendo su casa.
-¡Esto es grave, dejen de discutir!
-¿Y porque hacerte caso, rosita? –Respondió de forma altanera el muchacho pelirrojo, líder de su grupo.
-¡Estás en mi casa, idiota! –Le respondió con un tono harto- Ustedes me alteran, por dios… ¡Necesito azúcar! –De su bolsillo sacó una barra de chocolate y la comió más rápido que un parpadeo. Una vez que terminó, suspiro más tranquila.- Bien… La razón por la que los cité aquí es porque nuestra fama ha estado cayendo…
-¿D-de que estás hablando? –Preguntó nerviosamente el líder de la banda gangrena- Eso no es gracioso…
-Como ustedes sabrán, no tuvimos tanto éxito… Ya saben, cómo… Cómo la caricatura origi…
-¡Calla! –La voz de Kaoru la sobresaltó.- No lo digas… no es necesario mencionarlo. –Se sentó de golpe con los brazos cruzados y perdió la mirada al suelo, como varios de los presentes en la sala.
-¿Solo nos has citado para recordárnoslo, Mojo? –Habló tajante el simio. A todos les molestaba esa conversación. La pelirroja negó.
-Lo estuve pensando mucho, y tengo una gran idea-Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro. Algunos la miraron curiosos y otros como si estuviese loca.- ¿Cómo mantener a nuestros seguidores felices? –Preguntó a nadie en particular. Los demás compartieron miradas extrañadas.- ¡Haciendo lo que ellos desean!
-¿Qué? –Dijeron todos a coro y muchos murmullos se hicieron presentes.
-Sí, hagamos lo que ellos quieran.
-¿Qué mierda quieres decir? –Preguntó Butch- ¡Nosotros ya hacemos lo que ellos quieren! Incluso existe una página en internet donde crean historias sobre nosotros y nos manejan como les plazca, y los que más sufren las concecuencias somos nosotros tres –Se señaló a el mismo y a sus hermanos atrás que asintieron.
-Y nosotras tres –Recordó Miyako- Olvidan que nosotras somos las principales.
-Sí, siempre escriben historias estúpidas sobre ti y ese imbécil… ¿Cuál era su nombre? ¿Takaaki? –Habló el rubio y quedó inmóvil cuando recibió la atención silenciosa de todos con miradas interrogantes.- Eh… no… ¡No es como si yo hubiese leído, o algo por el estilo! No, no, no… eh… -Habló apresuradamente haciendo raros gestos con las manos y con unas mejillas rojizas-…Voy al baño. –Salió de la sala a paso apresurado.
Todos los demás volvieron a la conversación.
-Sí, eh oído de esa página… -Habló peludito con una pizca de fastidio- ¡Nadie escribe sobre mí! Esos desgraciados…
Himeko, que se había mantenido callada, frunció el entrecejo y con elegancia se levantó de su lugar.
-No me importa esa estúpida página. Yo hice mi propia página donde puedan escribir sobre mí ¡Y escriben muchas cosas! –Habló de forma presuntuosa. Todos la vieron por cortos segundos, sentarse de nuevo y beber una taza de té.
Retiraron a mirada sobre ella y ahora comenzaban de nuevo a discutir.
-Ustedes no aparecen porque son idiotas –Sonrió el mayor de los Rowdy - ¡Nosotros somos los favoritos!
-¡No te creas tanto, niño! –Habló Ace, envidioso- Que siempre te ponen como el chico malo y más inteligente, pero realmente eres estúpido. –Brick dirigió su mirada colérica al chico verde.- Opino que tu versión original es mucho mejor…
Todos los murmullos cesaron, para poner una cara impactada y soltar un "Uuhh" a coro. ¡Eso había sido duro! Mojo estaba a punto de saltar a defenderle, pero sus dos hijos se lanzaron a golpear al chico verde. El resto de los verdosos no se quedaron atrás y también se aventaron a golpear a los Rowdyruff.
Rápidamente Momoko tomó un extintor y los roció con él, deteniendo la pelea.
-¡Basta, se están saliendo del tema! –Volvió a gritar la pelirroja.-Esta es nuestra oportunidad de complacer a nuestros fans y nos adoren aún más ¡Y ustedes lo están arruinando! –Gritó histéricamente, haciendo un puchero gracioso.
Todos quedaron en silencio de nuevo y se miraron los unos a los otros, reflexionando. Tal vez ella tenía razón… era su momento para hacer felices a sus fans para que nos les olvidaran o les dejaran de importar.
Milagrosamente, todos volvieron a tomar asiento, dispuestos a seguir escuchando a la pelirroja. Miyako decidió hablar esta vez.
-Entonces… ¿Cómo haremos eso, Momo-chan?
-Por medio de un buzón, Miyako.
Ella no comprendió mucho a lo que quería decir, pero en cortos segundos Momoko sacó un Buzón con el logo de la serie, y con dificultad—Porque era grande y algo pesado— lo colocó sobre la mesa.
-Nuestros fans escribirán cartas y las meterán en este buzón. Nosotros leeremos cada una de ellas, y cualquier cosa que nos pidan, nosotros haremos lo posible para cumplirlo.
A muchos no les agradó la idea, puesto que sus rostros hicieron una mueca.
-¿Cualquier cosa? –Preguntó Kaoru emocionada- O sea que… Si en una de esas cartas alguien pide que Butch se lance de un quinto piso ¿Debe hacerlo? –Sonrió divertida, hasta que el ojiverde la fulminó.
-Oye, oye… ¡¿Y por qué mejor tú no te tiras de un quinto piso, eh?! –Preguntó molestó, hasta que su rostro sufrió una transformación, colocando una sonrisa ladina y coqueta.- Aunque no es mala la idea. Alguien podría pedir que tú y yo nos besemos apasionadamente… Como en esas historias que escriben. –Dio un guiño, y el rostro de Kaoru palideció.
Las risas de los presentes se escuchó, menos de las dos powerpuff restantes y Mojo, que tenía una cara de desaprobación.
-¡Chicos! –Volvió a llamar la atención la dueña del moño– Por eso mismo habrá reglas…. –Butch se giró hacia ella.
-Pero que aburrida…
Momoko le ignoro.
-Regla número uno… ¡No se puede matar a nadie! Ni atravesar con cosas filosas, ni nada que pueda herir a alguno. –La pelirroja miró la cara decepcionada de algunos, sobre todo la de kaoru, y negó levemente.- Regla número dos, no se podrán pedir cosas que… ehem… contengan "eso" –Sus mejillas se sonrojaron.
-¿Qué quiere decir con "Eso"?-Preguntó inocentemente el gordo Billy a Ace, que soltó una carcajada.
-Ya saben… -Dijo Momoko- ¡Ya saben, no se hagan! Nada de… sexo.
-¡Doblemente aburrida! –Gritó Butch desde su lugar.
-Regla número tres…
Pero no pudo decirla ya que el muchacho de cabellera pelirroja y gorra roja llegó por detrás de ella, rodeándole el rostro con su brazo y tapándole la boca con él.
-¡Las reglas son estúpidas! –Se quejó- Que niña tan más idiota, se supone que debemos hacer lo que ellos quieran. Si nos piden algo que está en contra de las reglas, se decepcionarán. ¡Así que la única regla, es que no hay reglas!
Los demás villanos estuvieron de acuerdo regalándole aplausos al pelirrojo. Momoko logró zafarse de su agarre y le propinó un puñetazo en el hombro.
-¡Argh, bruto! –Se quejó sobando sus mejillas- De acuerdo, en parte tienes razón, pero… ¡No se puede herir a nadie!
-¡Pero tu acabas de herirme!
-¡Cállate! –Una vena comenzó a salir de su frente- Bi… bien… No habrá más reglas… ¡Más que las dos primeras que mencione! ¡Nada violento y nada de… "eso"!
-¡Aburridaaaa! –Volvió a gritar Butch, pero ahora la cara del moreno sufrió un impacto contra la mesa, cortesía de Kaoru. Momoko le agradeció con la mirada.
-Bien, eso es todo. El buzón se pondrá en unos minutos y en unos cuantos días nos volveremos a reunir para leerlas y hacer lo que debamos hacer. –Avisó la pelirroja- Pueden irse.
Todos se levantaron de sus asientos y cada uno se fue yendo de la casa dependiendo de su premura. De pronto apareció de nuevo el Rowdy azul e hizo cara de confusión al ver a todos salir.
-¿En que quedaron? –Preguntó él.
-En que tienes cara de foca –Rió Butch, caminando a prisa- Muévete rubito, que tengo hambre. –Boomer soltó una maldición hacía el y los tres hermanos fueron los últimos villanos en salir por la puerta.
Una vez que la puerta se cerró, la pelirroja y sus dos amigas se dejaron caer en el sofá. Miyako le lanzó una mirada preocupada.
-Momoko… ¿Crees que haya sido una buena idea?
-No lo sé… -Murmuro la pelirroja.
-Insisto en que fue muy mala -Señaló la sala.- Se han robado la mesa…
-¿¡QUE!? –Se paró como un resorte y abrió la puerta brutalmente- ¡Oigan, devuélvanme mi mesaaa!
¿Les ha gustado la idea? ¡Dios, que tengo que continuar más historias, pero no me resistí a escribir una así! Pienso que será un reto, pero al tiempo que será divertido.
Como ya leyeron, ustedes podrán pedir lo que quieran por medio de un review~ ¡Solo no pongan cosas tan difíciles de hacer! e_è & por favor… ¡Un pedido solamente! Así que piensen muy bien lo que les van a pedir a los chicos ¿Vale? C: Espero sus pedidos, y recuerden… nada violento, ni contenido sexual (?)
Y otra cosa… una vez que vuelva a actualizar con los pedidos, se cierra el buzón, ya no se podrán pedir más cosas.
¡Nos leemos!
