¡Hola! Aquí con mi primer fanfic sobre HxH
Aviso: Este fic en Shonen-ai, además puede presentarse un poco de OCC por el hecho de que la historia está cambiada.
Resumen: Killua es el príncipe del reino de ,pero para ser el sucesor definitivo, debe contraer matrimonio. Eso no era problema, pues se habían llegado rumores de que una hermosa princesa estaba disponible en el reino vecino, su boda arreglaría los problemas entre países, era el plan perfecto. Esperen… ¿¡La princesa es niño?!
Disclaimer: Los personajes de Hunter x Hunter no me pertenecen. Solo me divierto con ellos, por ser lindos.
La historia está narrada en Killua POV
….
Bajo el amplio cielo azul, se alzaba un reino entre altas montañas. El reino de Padokia, liderado por un rey sabio por muchos años, próspero y calmo. El rey Silva y su esposa Kikyo mantenían el reino en perfectas condiciones por generaciones.
En este momento, habían pasado 5 décadas desde que Silva había asumido el trono, luego de que el rey Zeno muriera en batalla contra el reino vecino. Por años, ambos reinos estuvieron en guerra, las posiciones en donde se encontraban no favorecían a ninguno de los dos, el hecho de compartir los recursos en muchos momentos no era punto a discutir. Hasta ahora.
- Killua, recibimos una carta real desde el reino de Whale Island – dijo Alluka.
- Ugh, ¿Qué querrá el viejo Ging esta vez? – Dije tomando el papel de las manos de mi hermana.
Abrí el sobre con desgana. Leyendo, descubrí que el rey había muerto, y que su hijo Kurapika había asumido el trono. Estaba ofreciéndonos la paz. Podíamos disfrutar de cualquier recurso del reino como obsequio. Kurapika siempre me había parecido un sabio hombre, y un digno sucesor al trono, no era de sorpresa saber que apenas asumiese sus responsabilidades mostrara su disgusto por las agresiones que ocasionaba nuestra guerra.
- Nos ofrece bandera blanca. –
- ¿Qué más podrías esperar? Corría el rumor de que el rey agonizaba hace muchas semanas. Extrañamente, El rey Ging tenía la misma edad que papá. ¿Papá podría morir también? – Se colgó de mis vestiduras, observándome con una mirada de cachorro perdido. Podía ser muy madura, pero aún seguía siendo una pequeña niña. Froté mi mano en su cabellera con ternura.
- Claro que no, Alluka. Papá está más que bien. – Sonreí. Pareció mucho más tranquila.
Pero ella tenía razón, Ging no era mucho más mayor que Silva. Podría ser pronto mi asenso al trono. Me han dicho por muchos medios que debía sentar cabeza, pero todas mis pretendientes eran aburridas. Princesas de todos lados llegaban con sus padres para ofrecerlas como si fuesen ganado, y a ellas no les importaba. Patético, realmente.
Pero yo sabía de alguien que no era así. En el reino de Whale Island, según rumores que mi hermano, Illumi trajo a mí una semana, había alguien que podría ser perfecta.
-Flashback-
- Hermano, traigo importantes noticias – Escuché la voz de Illumi tras la puerta. Ese embustero. No confiaba para nada en él. De más se sabía que la decisión de mi padre por tomarme a mí como heredero al trono le molestaba a muerte. No dudaría que más de una vez trató de matarme. Abrí la puerta.
- ¿Qué quieres?
- Tengo noticias sobre Whale Island. – Dijo simplemente.
Suspiré, esto era parte de mis deberes.
- Pasa.
Tomó asiento frente a mi escritorio. Mi trabajo como príncipe era sentarme tras un bloque de madera a decidir cómo administrar el reino. Nada divertido si me lo preguntan. Al verme sentado en mi asiento, mi hermano prosiguió.
- Logré entrar al castillo de Ging esta mañana, mientras Kurapika me comentaba sus ideales para nuestra situación, tuve un momento a solas para admirar su jardín trasero. - ¿Para esta estupidez me interrumpe? Pensé, pero prosiguió aún bajo mi mirada de aburrimiento. - ¿Oíste hablar de que Ging tiene una hija? – De inmediato alcé la mirada. ¿Una princesa? Nadie me había informado jamás, aunque claro, no era una amenaza para el reino, seguramente nadie consideraba adecuado comentarlo – Creo que tiene tu misma edad. Recogía flores en el jardín junto a su guardaespaldas. Mientras sacaba un par de fotografías al panorama, logré tomarle una foto. – Y extendió la mano con una fotografía en ella.
Estiré la mano para tomarla, con desinterés, ¿Cuál era el punto de todo esto? Cuando tuve el papel en mi posición, fijé en mis ojos en él. En la fotografía, se podía ver claramente un espacio verde, florido y una arboleda preciosa de fondo, sin duda un paisaje excepcional, abierto, sin las montañas que cubrieran el cielo azul, y sentada en el césped, había una figura, pequeña y delgada, de cabello negro, caído como si estuviese mojado, estaba ligeramente mirando a la cámara, y sonriendo de lado, que ojos, que sonrisa, pero estaba cubierto por la sombra de un árbol así que apenas podía ver a la persona. Solo podía deslumbrar unos brillantes ojos color marrón, como la más cálida y fértil tierra. Me pareció hermosa a primera vista. Había algo extraño en la fotografía… No parecía llevar vestido, aunque no podría afirmarlo al cien por ciento, considerando la poca visibilidad que me otorgaba la foto, aunque eso no era un problema. Miré a mi hermano.
- ¿Solo tienes esta? – Pregunté.
- Sí, luego de tomar esa, Kurapika volvió y tuve que retirarme. Me saludó con la mano y siguió conversando con su guarda espalda, aunque no pude oírlos. – Confesó. Apoyé mis codos en la madera y me incliné hacia adelante.
- ¿Por qué me proporcionas esta información? –
- Ya que serás el sucesor del trono de papá, pensé que lo mejor era que encontraras una reina lo más pronto posible. – Dijo. Alimaña, sé que lo que menos quieres es que yo sea el rey. Lo primero que haré cuando asuma el trono será enviarte a labrar la tierra. Sonreí maliciosamente ante mis pensamientos.
- Mmm… Está bien, puedes retirarte. – Murmuré. Illumi se levantó de su asiento dispuesto a marcharse. Pero se me ocurrió una última pregunta. – Oye. – Se dio vuelta despacio, pues estaba por cerrar la puerta e irse. - ¿Sabes su nombre?
- Oh, sí, eso creo. Kurapika mencionó que se llamaba Gon – Y cerró la puerta.
Gon… Que extraño nombre para una chica.
-Fin del Flashback-
Desde ese día mantuve cerca su fotografía, esperando el día en que la conociese. Gon, aún me parecía un extraño nombre. Aunque quizá sea tradición de su pueblo. La tomaría como mi esposa aunque sea lo último que haga.
Por eso mismo, invité al nuevo rey, Kurapika a una reunión esta misma tarde. Y estaba a punto de entrar a ella.
Por orden de mi padre, nadie tenía que acercarse a la sala de reuniones hasta que nuestra sesión se completara. Mis objetivos debían ser guardados en secreto.
Abrí la puerta con delicadeza, para encontrarme con el rey, sentado en el extremo de la mesa, no había nadie más en la sala, solo nosotros dos.
- Me extraña, su alteza, que no trajese a su guarda espalda con usted. – Dije con voz burlona, llamando su atención. – Después de todo, ¿No soy llamado "El príncipe bebedor de sangre" por los niños de su pueblo?
Kurapika suspiró divertidamente.
- Mi guarda espalda está fuera del palacio, sería una falta de respeto hacia usted traer una persona a nuestra reunión personal. – Musitó - ¿Qué quería usted discutir conmigo?
Tomé asiento en el otro extremo de la mesa.
- Recibí su carta con pedido de paz – Los ojos de Kurapika parecieron sumamente interesados de repente.
- ¿Y que ha decidido? – Su voz sonaba emocionada. Para un rey, debía controlar más sus emociones.
- He decidido aceptar. – Casi salta de su asiento, pero proseguí – Con una condición.
Kurapika lució sorprendido.
- ¿Qué condición es esa, alteza? – Sé que apretó los puños bajo de la mesa. La tensión se sentía en el aire. Sabía que lo que el rey más quería era la paz y la supervivencia de su pueblo, y daría lo que sea por ella. Tras varios segundos de probarnos visualmente, abrí la boca.
- Quiero la mano de su hermana menor. – Los ojos de Kurapika se abrieron como platos. Se vio extremadamente confundido. Quiso abrir la boca para responder, pero lo interrumpí rápidamente. – Hablo de Gon. – Le dije, tratando de que eso aclarase a su mirada que no había nada raro en mi petición.
Pero eso no servía, sus ojos mostraron aún más confusión. Eso no hacía más que enfadarme cada vez más.
- Pero… Alteza, Gon es…
- ¿Menor que yo? ¿Tú hermana? Lo que sea, no me importa, esa es mi condición, tómala o déjala. – Golpeé ambas manos contra la mesa, dado a entender que hablaba muy enserio. Kurapika suspiró, aún confundido.
- ¿Qué podría pasar si me niego? – Preguntó con la cabeza gacha. Me paré firmemente en el suelo para decir las siguientes oraciones:
- Tomaría Whale Island por la fuerza. Todo su pueblo sería masacrado por mi ejército. Alteza, tanto usted como yo sabemos cuántas bajas provocarían mis hombres en su pueblo. Le sugiero que acepte mi propuesta sin titubear.
Sabía que los ojos de Kurapika estaban llenos de lágrimas. ¿Tan malo era desposar a su hermana con el más poderoso príncipe en todos los reinos?
- Como usted deseé… Mañana mismo traeré a Gon conmigo… Podrá ver usted mismo lo que me ha pedido. – Y se retiró.
¿Lo que he pedido? Por última vez, sé que no pedí nada raro.
No debía preocuparme por tonterías, mañana por la mañana, un carruaje traería a la que será mi esposa y mi reina. No había duda de ello. Nada podría irme mal a estas alturas.
…
Bueno, a este punto es OBVIO lo que pasará, la verdadera sorpresa es lo que le sigue a la historia.
Espero les guste la idea, si no, pueden dejarme otras sugerencias en los comentarios, este fic tendrá varios capítulos espero.
Actualizaré lo más pronto que pueda si los resultados son positivos :)
¡Hasta la próxima! Cariños
- LouderSpeakers
