Capitulo 1
La Luz se colaba por la ventana del pequeño departamento, golpeando su rostro, provocando que se despertará un poco. Se dio vuelta buscando evitar que la luz golpeará su rostro. Sintió algo cálido a su costado, entreabrió los ojos para encontrarse con unos cabellos dorados, piel nívea, rostro apacible a su lado. Sonrío de lado. Una de las mejores manera de despertar. Era esa. Tener a su lado a cierta maga estelar.
Erza Scarlet más bien conocida con Titania, La Reina de las Hadas, se encontraba en la cama con su novia. Si. Novia. Cualquiera diría que era una broma de mal gusto o quizás una broma poco común pero no lo era. Después de los grandes juegos mágicos, ella le había confesado sus sentimientos a Lucy Heartfilia, maga estelar de Fairy Tail. Lo curioso de todo eso había sido de que la rubia le devolvía el sentimiento. Ambas se amaban mutuamente.
Eso había sucedido hacía ocho meses y durante ese tiempo se enteró que Lucy había estado escondiendo muchos secretos. Secretos muy importantes que quizás sus amigos más cercanos deberían de haber sabido desde el principio, pero Lucy le había dicho que tenía miedo a ser discriminada por lo que era.
Erza se giró para poder abrazar a Lucy aún en la cama. Lucy se acurrucó más en el cuerpo de la peli escarlata, Erza sonrió le gustaba estar de esa manera y más en las frías mañanas de invierno. El cuerpo de la maga estelar siempre irradiaba un calor que le hacía sentirse como en casa.
—Es hora de levantarnos.—susurró Erza depositando un beso en la mejilla de Lucy. Lucy solo tomó las sabanas y se metió debajo de ellas causando una risita en su compañera.
—No quiero. —respondió Lucy bostezando aún sin poder abrir los ojos.
—Ya es tarde. —replicó Erza; Lucy se dio vuelta su cara quedando a centímetro de la de Erza. La rubia escondió su cara en el cuello de la mayor, abrazándose más a ella.
—No. —susurró la maga estelar abrazando más fuerte a la pelirroja. Erza sabía que cuando Lucy se ponía de esa manera era difícil hacerla levantar.
—Tenemos que ir al gremio. —dijo Erza acariciando los cabellos dorados de su novia, Lucy suspiro ante la caricia, pero aun así no abría los ojos. —Eres una mimada. —susurro la pelirroja con una sonrisa en la rostro; la verdad era que poco le importaba cuando Lucy actuaba de esa manera, en cierta manera le gustaba consentir a la rubia.
—Solo un ratito más. —susurro Lucy, Erza se dio por vencida aún así saber porqué diablos querría levantarse de esa posición tan cómoda en la que se encontraba. —No pienses mucho. —dijo Lucy.
—Deja de meterte en mi mente. —regaño Erza queriendo sonar enojada pero claramente fallando.
—No es mi culpa poder escuchar tus pensamientos. —se quejo la rubia.
—Lo se. —rio Erza. —Es algo natural en ti. —susurro abrazando más fuerte a la maga estelar.
—¿Erza? —
—¿Qué pasa Lucy? —
—Hoy tienes que irte a Fairy Hills. —suspiro Lucy por fin levantándose quedando sentada en la cama.
—¿Por qué? —
—Hoy hay luna llena y aún no me siento segura de que estés a mi lado. —respondió la maga estelar un poco frustrada, sabía que eso no le iba a caer en gracia a Erza pero lo tenían que hacer.
—Aun sigues con eso. —dijo Erza levantándose un poco enojada siempre que era tiempo de luna llena Lucy le pedía que se quedara en Fairy Hills.
—Por favor. —pidió Lucy.
—No confías en mi. —dijo la pelirroja enojada, ya se estaba cansando de lo mismo cada mes.
—¡Claro que confió en ti! —respondió Lucy levantándose de la cama de un salto.
—Entonces, ¿Por qué no me dejas quedarme contigo? —pregunto Erza. —Siempre es lo mismo. Nunca permites que esté a tu lado. Se supone que somos una pareja pero tu ni siquiera confías en mi para estas cosas, como se supone que vamos a poder seguir. —Erza estaba enojada que no se había dado cuenta de sus palabras. Ella más que nadie sabía que Lucy confiaba en ella más que en nadie más.
Lucy solo se quedo parada mirando al piso, sabía que Erza tenía razón y que tenía que dejarla quedarse, pero el problema no era que no confiara en Erza, el problema era que no confiaba en si misma, tenía miedo de lastimar a Erza y de no poder controlarse. Erza suspiro y se dio vuelta para salir de la habitación e irse a la cocina o al baño, el punto era salir de esa situación. Quizás no era la mejor manera de arreglar las cosas pero sabía que era lo mejor antes de que las cosas se salieran de control y terminaran diciendo cosas que quizás no quisieran decir nunca, lastimándose mutuamente.
—No te vayas. —susurro Lucy con la voz quebrada. —No me dejes sola. —volvió a susurrar sin importarle las lágrimas que caían por sus mejillas.
—Me dijiste que me fuera a Fairy Hills. —Erza sonaba confundida.
—Pero no en este momento. —la maga de la armadura suspiro.
—Me voy. —dijo Erza dándose la vuelta pero en ese momento Lucy le tomo la mano girándola provocando que las dos cayeran al piso.
—Confió en ti mas no en mi. Tengo miedo de no saber controlarme y hacerte daño. —Erza iba a decir algo pero no dijo nada. —Sé que eres fuerte, pero no quiero que tengas que pelear conmigo. —lágrimas caían por el rostro de Lucy, Erza se sintió un poco culpable. —Ser un lobo tiene sus desventajas. —agrego la rubia. —No sé como mi cuerpo vaya a reaccionar al tenerte cerca, no quiero en que un momento morder sin que tu quieras. —
Erza ya sabía lo que significaba si un lobo la mordía en luna llena. Lucy se lo había explicado detalladamente. Lo entendía todo pero lo que no lograba entender era por qué a Lucy le preocupaba tanto si la llegaba a morder, si eso pasaba ella estaría bien y no le importaría ser la mate de la maga estelar. Se quedó quieta por un momento pensando que quizás Lucy no quería ser su alma gemela.
—No es eso. —la voz de la rubia la sacó de sus pensamientos.
—Fuera de mi cabeza. —Erza murmuró.
—Yo quiero. —dijo Lucy en un susurro apenas audible. —Solo que no es algo de lo que nos podamos poner muy de acuerdo puede suceder cuando estemos teniendo intimidad o en un momento de luna llena. —Lucy informó. —No quiero que te sientas fuera de lugar, que, quizás hice algo para lo que aún no estás preparada. —
A Erza se le llenó el corazón de ternura, Lucy siempre pensaba en su bienestar. Levantó la mano para acariciar el rostro de la rubia y borrar los rastros que las lágrimas habían hecho. —Me quedaré contigo aunque no quieras. —susurró la pelirroja.
Lucy la miro a los ojos como si estuviera loca, no entendía nada. —Pero... —
—Se cuáles son tus miedos Lucy pero no te voy a dejar sola no me importa si pierdes el control sabré cómo detenerte de una u otra forma. —
Lucy asintió no muy convencida, Erza lo noto. En un movimiento de caderas Erza quedó sobre el cuerpo de Lucy provocando que la rubia se sorprendiera por el inesperado movimiento. —Alguien está emocionado. —comentó Erza con una sonrío maliciosa mirando la entrepierna de la rubia. Lucy se sonrojó. Erza se rio por lo bajo. Acercó su rostro al de la maga estelar y la beso.
Lucy no tardó en responder al beso, un beso lleno de comprensión, confianza y amor que poco a poco fue cambiando a pasión, deseo y placer. Lucy movió una de sus manos por las piernas de Erza, se sentó dejando a la pelirroja sentada a horcajadas sobre ella. Su otra mano está detrás el cuello de Erza ayudándole a profundizar más el beso.
Erza por su parte mantenía las manos en la cara de la rubia para luego enredarlas en los cabellos rubios de esta, acariciando y provocando suspiro en la rubia. Se separaron por falta de aire, Lucy no perdió el tiempo y empezó a besar el cuello de Erza, sacando gemido y jadeos de la pelirroja al sentir los suaves labios de su novia pasearse por todo su cuello.
Erza empezó a mover las caderas, provocando un gemido ronco en Lucy; tal cosa la hizo sonreír, sentía el miembro de la rubia rozar su intimidad. Así que, para provocar a la rubia un poco más y hacerse desear aún más movió las caderas detrás para delante provocando una fricción entre ambos sexos.
Lucy no espero más, haciendo uso de su fuerza logró levantarse del suelo, sosteniendo a Erza en sus brazos la cual había pasado sus piernas alrededor de las caderas de la rubia, se volvieron a besar, lentamente Lucy depósito a Erza en la pequeña cama dejándose caer sobre el hermoso cuerpo de la pelirroja. La ropa fue desapareciendo de sus cuerpos, Lucy dejó un camino de besos por el cuello de Erza hasta poder llegar a los senos de está, se llevó un pezón a la boca mientras que el otro era atendido por su mano, se entretuvo dándole a la atención que los pechos de su novia merecían. Seguir bajando un camino de besos por el abdomen definido de la pelirroja llegando hasta su feminidad. Erza se tensó, tomo las sábanas entre sus manos.
Lucy dejó salir un risita.
—Deja de jugar. —murmuró Erza sintió como la rubia jugaba con su clítoris provocándola. Lucy dejó de jugar dándole a la pelirroja la atención que necesitaba. Ante tal cambio Erza dejó salir un grito de placer, encorvando la espalda cuando la rubia había metido dos dedos en su feminidad. Los movimientos habían empezado lento pero poco a poco el ritmo se iban haciendo cada vez más rápido. Sabía que Lucy lo estaba haciendo para lo que vendría después, para no hacerle daño.
Poco segundos después ya había tenido el primer orgasmo de la mañana. Había cerrado los ojos y encorvado la espalda ante el placer. Soltó las sábanas, trató de normalizar la respiración. Sintió el cuerpo de la rubia sobre el de ella y las caricias que Lucy le daba, abrió los ojos y se encontró con la rubia mirándola con amor y ternura. Sonrío y beso a Lucy sin esperar más.
—Hazlo. —murmuró entre medio del beso. Lucy asintió y se posicionó entre las piernas de la pelirroja.
—Si te hago daño dímelo. —dijo Lucy mirando a Erza a los ojos, está asintió.
Lucy posicionó su miembro en la entrada de Erza, poco a poco lo fue empujando. Erza encorvó la espalda ante la sensación. No era la primera vez que tenían intimidad pero Lucy siempre le hacía sentir como si fuera la primera vez. Todo parecía de esa manera y a la pelirroja le encantaba esa sensación de seguridad. Dejó salir un gemido al sentir como Lucy ya estaba dentro de ella, escuchó el gemido de rubia también.
Poco a poco Lucy se empezó a mover creando un vaivén, un ritmo que Erza seguía y que provocaba que ambas suspirarán, jadearan y gimieran. A cada momento el ritmo se iba haciendo más rápido más necesitado pero aún en esos momentos la delicadeza por parte de Lucy no dejaba de sorprender a Erza. Erza sabía que en momentos como ese el lobo interior de la rubia buscaba tomar el control cosa que Lucy nunca permitía porque Lucy no iba a permitir que su bestia interior la lastimara de esa manera.
Erza sintió como Lucy estaba luchando para no morder su cuello. —Hazlo. —murmuró Erza entre jadeos. Lucy negó con la cabeza. —Quiero que lo hagas. Estoy preparada. —agregó la pelirroja.
Lucy levantó el rostro para ver si Erza estaba hablando en serio. Al ver la sinceridad en el rostro de su novia Lucy no se pudo contener más, desde la primera vez había querido marcar a Erza como suya, había querido convertida en su alma gemela. Los colmillos se hicieron presentes, aumentó el ritmo de sus embestidas provocando que el orgasmo de Erza se hiciera cada vez más presente. Erza sentía que se iba a correr en cualquier momento. Sintió como algo perforaba la piel de su cuello, el dolor y el placer se mezclaron cuando llegó al orgasmo.
Sus manos habían rasguñado la espalda de Lucy haciendo que esta gimiera y también llegará a su orgasmo. Retiró sus colmillos del cuello de Erza, para después pasar su lengua por la marca que había dejado. Erza suspiro al sentir la lengua de Lucy acariciar su cuello, su piel estaba sensible y era aún más con las caricias de que Lucy le propinaba.
—¿Estás bien? —preguntó Lucy aún si moverse de su posición.
—Estoy bien, gracias. —murmuró Erza besando la mejilla de la maga estelar.
—Estas embarazada. —susurró Lucy, Erza se sorprendió.
—¿Cómo lo supiste? —preguntó Erza.
—Tú aroma es diferente, es una combinación con el mío. —dijo Lucy separándose de Erza para acostarse a su lado y abrazarla por la espalda.
—¿Estas molesta? —pregunto Erza con cierta inseguridad.
—No, al contrario estoy feliz.—
—Pero... —agregó Erza.
—Tengo miedo de no ser una buena madre. —
—Lo haremos bien. —murmuró Erza dándose la vuelta para quedar cara a cara con la maga estelar, Erza depositó un beso en los labios de Lucy para luego dejar descansar su cabeza en el pecho de la rubia y dormirse profundamente.
Lucy sonrió por fin tendría una familia con la mujer que más amaba, ahora tenía un nuevo camino por recorrer pero sabía que no lo haría sola.
—Te amo. —susurró Lucy besando la frente de la pelirroja entre sus brazos para luego cerrar los ojos y dormirse con una sonrisa en los labios. Por lo visto esa luna llena le había traído más ventajas que desventajas.
